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Estrategias específicas a aplicar por el entrenador en
cada una de las fases de la intervención psicológica
post - lesión de un deportista lesionado en deportes colectivos

   
Diplomado Educación Física
Especialista en Psicología de
la Actividad Física y Deportiva
 
 
Juan Expósito Bautista
juexba@educared.net
(España)
 

 

 

 

 
    Este articulo trata la necesidad de que el entrenador se involucre más en las recuperaciones de sus deportistas lesionados y para ello se presentan una serie de estrategias o pautas a seguir por el entrenador para reducir los problemas psicológicos que puedan afectar al deportista tras un cambio brusco en su situación, ya que pasa a ser participe del equipo, entrenar, jugar,... para pasar a un estado de inactividad u olvido por parte de los entrenadores, actitud que se debe cambiar pues el deportista sigue siendo un miembro del equipo.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004

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Introducción

    Según sean su gravedad y el momento en el que se producen, las lesiones provocan dolor e incomodidad, interrumpen la actividad habitual del deportista y exigen un cambio en su estilo de vida; provocan incertidumbre, inseguridad, preocupación y reacciones emocionales perjudiciales como irritabilidad, enfados, ansiedad o depresión. En ocasiones conllevan hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas, requieren un tratamiento que, en algunos casos, es lento y doloroso, a veces con recaídas que provocan frustración e impotencia, afectan a los familiares y a las personas más allegadas del futbolista lesionado, pues deben sufrir el estado emocional de éste y adaptarse a su estilo de vida para poder ayudarle, y en ocasiones, suponen un deterioro crónico o una incapacidad permanente que impiden al deportista lesionado ser el mismo de antes.

    Por tanto, el daño fisiológico que constituye la lesión, no es el único problema del deportista lesionado, sino que existen otros que pueden afectar su bienestar e influir, negativamente, en la recuperación de la lesión.

    A menudo, los entrenadores, al no tener unos conocimientos específicos y profundos sobre las lesiones, se olvidan del deportista y lo dejan solo en su largo periplo con los distintos profesionales que le puedan estar tratando como son el médico, el fisioterapeuta, el psicólogo deportivo, etc. Es importante que esto no ocurra, porque el entrenador puede desempeñar un papel muy importante que beneficiará la recuperación de sus deportistas lesionados. Para ello, el entrenador puede aplicar una serie de estrategias específicas que debería utilizar en cada una de las fases de la intervención psicológica post- lesión.

    Empezando por una de las estrategias, que yo creo que es la más importante y es la que va a incidir sobre todo el proceso de la intervención, es que el entrenador debe desempeñar un papel activo durante todo el proceso de recuperación, independientemente de que esté en un equipo donde tenga o no, la posibilidad de disponer de los servicios de los distintos profesionales que suelen intervenir en el proceso de recuperación (Fisioterapeuta, médico, entrenador ayudante). Es importante que el entrenador no ignore al deportista lesionado porque no lo pueda utilizar, esto es un error, ya que con una actitud activa del entrenador en todos los aspectos, dentro de sus cometidos y conocimientos, contribuye a la recuperación de la lesión, eso sí, acompañado este papel activo a otras estrategias de intervención que describiré a continuación. Nada más producirse la lesión, el entrenador debe de ofrecer un apoyo sincero para controlar el impacto que la lesión puede provocar en el deportista, para ello es importante que el entrenador, si es posible, esté presente junto al deportista cuando a éste se le diagnostique la lesión. En este sentido, es de máxima importancia para el deportista el apoyo verdadero de su entrenador desde el primer momento en el que se le informa sobre las características de la lesión, el alcance de la misma y el tiempo previsible de recuperación. Este apoyo, debe ser realista según las circunstancias de la lesión.

    A partir de este momento, el entrenador, en compañía del médico y el fisioterapeuta debe de responsabilizar al deportista de la recuperación de su lesión para que el propio deportista tome un papel activo en este proceso; hacerle ver que sin su ayuda (la del deportista), el médico y el fisioterapeuta muy poco pueden hacer, hay que explicarle de antemano, que pueden haber momentos buenos y momentos malos, momentos en los que no se progresará mucho o se avanzará lentamente, pero que son fases normales por las que hay que pasar. El entrenador, una vez que ha trabajado sobre el impacto psicológico de la lesión con el deportista (siguiendo las recomendaciones del fisioterapeuta o del psicólogo), podría buscar el apoyo social de las personas que rodean al deportista; comentar con los compañeros del equipo el tipo de lesión que sufre y que le den todo su apoyo, como a anteriores compañeros lesionados y hablar con los padres. Todo el círculo social del deportista debe intervenir para dar ánimo, ayudar al deportista a realizar la rehabilitación tanto anímica como logísticamente (llevarlo a los entrenamientos, sesiones fisioterapia,...), todo esto evitando, como no, el exceso de atención que podría volverse contra el deportista, respecto a no querer salir de la situación de lesionado por que todo el mundo esta pendiente de él y se le "mima" mucho.

    El entrenador, en compañía del fisioterapeuta y el deportista, pueden establecer un plan de actividades donde se contemplen las propias tareas de rehabilitación, tareas deportivas (dentro de las posibilidades que permitan la lesión) que el deportista debe potenciar.

    El entrenador, desde su competencia, también puede intervenir para mejorar la motivación y autoconfianza del deportista que se debilita tras su cambio de situación, de jugar, a estar lesionado. Para ello no hay que lanzar falsas expectativas al deportista, debemos de informarle de cuáles son los beneficios de la intervención, que es, la recuperación para volver a jugar, pero que ello conlleva unos costes, a corto, medio y largo plazo. Como he comentado anteriormente hay que ser realista y para ello nos pueden servir y ayudar modelos de deportistas que hayan pasado antes por esa misma situación, de forma que el deportista lesionado perciba que también él puede superar la lesión. El modelo será más apropiado cuanto más respetado sea y mayor similitud exista entre nuestro deportista lesionado y el modelo en cuanto a la lesión: el trabajo a realizar para rehabilitarla, el tiempo de recuperación, las dificultades surgidas durante el proceso y la actividad deportiva previa y posterior a la lesión. Otro aspecto que mejora la motivación y la autoconfianza del deportista lesionado, es que éste participe conjuntamente con el fisioterapeuta y el entrenador en las decisiones sobre los objetivos y los planes de su recuperación, para que el deportista lesionado no se desmotive en todo el proceso; es importante, en este sentido establecer objetivos finales, objetivos intermedios y objetivos inmediatos que se deben establecer en el proceso de recuperación.

    En la parte donde puede incidir con más grado el entrenador es en el de establecer los objetivos deportivos, (con la participación del deportista para decidir sobre esos objetivos) en el proceso de rehabilitación, buscando mejorar así, cualquiera de sus aspectos físico, técnico o táctico. Así, una vez establecidos los objetivos deportivos dando participación al deportista en su elección, es importante que el entrenador ayude al deportista a conseguirlos y se preocupe por su progreso. Para que estos objetivos deportivos motiven al deportista lesionado, es necesario que éste los perciba como algo que le ayudará a mejorar como jugador cuando, superada la lesión, vuelva a su actividad normal.

    Otros de los momentos donde el entrenador puede y debe incidir más o participar más, es en preparar la reaparición del futbolista. Una vez superada la lesión, el futbolista debe volver a su actividad normal y es importante tener en cuenta que el hecho que el futbolista esté curado de su lesión, no implica que se encuentre preparado para volver a jugar debiendo cuidarse aspectos psicológicos; aspectos que pueden resultar cruciales en el momento de la reaparición; como podría ser el de establecer objetivos progresivos, por ejemplo el entrar en juego de manera gradual: en un partido 15 minutos, en el siguiente 30 minutos y así sucesivamente para adaptarse a la competición o realizar periodos de prueba. En estas primeras reapariciones, es importante que el entrenador establezca, en cuanto al rendimiento, objetivos de realización y no de resultado, objetivos qué lógicamente debe de hacer saber al deportista.

    El entrenador debe intentar controlar las expectativas que las personas cercanas al deportista esperan de él, informando y asesorando sobre la importancia de dejarle avanzar poco a poco y no presionarle, y a la vez se puede preparar al deportista para que maneje las expectativas de los demás y no le afecten negativamente.

    Otro aspecto que debe trabajar el entrenador con el deportista es que éste conozca, comprenda y se adapte a la nueva situación, haciéndole saber lo que se espera de él (no se puede esperar que rinda en el mismo nivel que antes de la lesión), cual es su nueva función y que grado de estabilidad y provisionalidad tiene ésta y para ello se pueden elaborar y ensayar planes de actuación que le ayuden a percibir que controla la situación. Además debemos prevenir el miedo que pueda presentar el deportista a lesionarse de nuevo y que el entrenador, junto a los demás especialistas, establezcan medidas preventivas que fortalezcan la autoconfianza.

    En ocasiones hay deportistas que deben jugar lesionados, aunque lo ideal es que los deportistas lesionados interrumpan su actividad deportiva, pero a veces no hay más remedio y deben jugar, sobre todo cuando se trata de lesiones crónicas, lo primero que debe hacer el entrenador, es intentar y hacerle ver al deportista , que es importante controlar las expectativas de las demás personas de alrededor y de él mismo respecto al rendimiento en el campo, por que es probable que el deportista lesionado no pueda rendir como si estuviera sano y, por tanto, deben establecerse objetivos realistas, siendo conscientes de lo que el deportista puede y no puede hacer.

    El entrenador puede ayudar al deportista lesionado, ensayando en los entrenamientos con vendajes o células que debiera llevar en los partidos y prepararlo a su vez, a evitar los ataques de los contrarios, disimulando el dolor o despistar sobre la zona dañada.

    El entrenador también puede estar pendiente de que el deportista cumpla con las rutinas antes del partido, como son; ponerse hielo, masajes, ejercicios de relajación, estiramientos, etc.

    Sobre lo que el entrenador puede realizar en la intervención a futbolistas que evitan la recuperación, es bien escaso, pero los hay, estar lesionado supone un alivio, pues gracias a la lesión evitan las exigencias demandadas de los entrenamientos y los partidos. Se trata de deportistas que no manejan bien las situaciones estresantes a las que está sometido un deportista de competición, y encuentran en la lesión una buena excusa para escapar y evitar estas situaciones. En ocasiones son deportistas que funcionan bien la mayor parte del tiempo, pero se lesionan antes o durante los partidos más críticos de la temporada o cuando se espera más de ellos, en estos casos, sobre todo y lo mejor, es procurar que estos deportistas tengan acceso a un psicólogo deportivo con experiencia en este campo. El entrenador puede aprovechar el periodo de la lesión para tratar de fortalecer la autoconfianza del deportista y evitar presionarle con objetivos ambiciosos que podrían resultarle muy estresantes. También es importante que el entrenador haga percibir al deportista que su valor como persona no depende de su éxito deportivo, ya que suelen confundir sus éxitos o fracasos deportivos como éxitos o fracasos personales; con este fin es necesario que, con independencia de cómo lo hagan en los entrenamientos y los partidos, se les respete como personas, no se les ridiculice ante los demás, no se les insulte, y no se utilicen frases que, aún sin ser su intención, impliquen un juicio negativo sobre la persona y no sobre el jugador.

    Otro tema que debe tratar el entrenador y si es posible junto al psicólogo deportivo es aliviar las expectativas de los más allegados al deportista, que pueden esperar mucho del futbolista y este tiene miedo a defraudar y por eso se lesiona con frecuencia para evadirse de la presión.

    En definitiva, el entrenador puede plantearse distintas formas de actuación según los casos que se les presente, eso sí, siempre en colaboración y bien asesorado por los demás especialistas que deben intervenir. El entrenador debe de contar y tener en cuenta a los futbolistas lesionados y aprovechar esta situación para tratar de trabajar otros aspectos y no olvidarse del jugador. Es importante que exista la posibilidad que halla unas buenas vías de comunicación y colaboración entre todos los distintos profesionales que tratan al deportista, médico, fisioterapeuta, psicólogo deportivo, entrenador, entrenador ayudante, etc., porque cada uno, desde su parcela, puede actuar en cada una de las distintas estrategias a utilizar en cada una de las intervenciones psicológicas post - lesión que puedan surgir a lo largo de la temporada, con la intención de mejorar el funcionamiento mental y general de los deportistas lesionados, reducir el tiempo y mejorar la calidad de la rehabilitación de las lesiones, ayudar a los deportistas a prepararse psicológicamente para su reaparición, prevenir y eliminar la tendencia de algunos deportistas a evitar la recuperación, ayudar a los deportistas que deben competir aún estando lesionados, prevenir recaídas y otras lesiones, etc.

    Así, una vez más, incido en la interacción apropiada entre los distintos profesionales que pueden ayudar a los deportistas lesionados, sin duda derivará en un tratamiento mucho más eficaz que, por desgracia muy a menudo, no tienen los deportistas de cualquier categoría, que sufren lesiones como consecuencia de su actividad.


Bibliografía

  • Buceta, J.M. "Psicología y lesiones deportivas: Prevención y recuperación". Editorial Dykinson. Madrid, 1996.

  • Buceta, J.M. "Psicología del entrenamiento deportivo". Editorial Dykinson. Madrid, 1998.

  • Casimiro Andujar, A.J. "Actividad física y salud" Apuntes asignatura de la Universidad de Almería, 1997.

  • Varios. "Entrenamiento, rendimiento y salud". Material de los cursos de Master y Especialista Universitarios en Psicología de la Actividad Física y el Deporte, y Experto universitario en Entrenamiento Deportivo de la U.N.E.D, 2001.

  • Varios. "Lesiones deportivas: Prevención y recuperación". Material de los cursos de Master y Especialista Universitarios en Psicología de la Actividad Física y el Deporte, y Experto universitario en Entrenamiento Deportivo de la U.N.E.D, 2001.

  • Varios. "Psicología y deporte de iniciación". Material de los cursos de Master y Especialista Universitarios en Psicología de la Actividad Física y el Deporte, y Experto universitario en Entrenamiento Deportivo de la U.N.E.D, 2001.

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revista digital · Año 10 · N° 79 | Buenos Aires, Diciembre 2004  
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