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Hábitos y estilos de vida en relación con
la actividad física en la educación primaria

   
Maestro Especialista en Educación Física
C.E.I.P. Ntra. Sra. de las Nieves. Pegalajar - Jaén
 
 
Juan Carlos Muñoz Díaz
juanmudi@eresmas.com
(España)
 

 

 

 

 
    El sistema educativo contempla una educación integral de la persona preparando a los alumnos y alumnas para la vida, por ello también es necesario formarles para que sean capaces de tomar decisiones que van a tener consecuencias sobre su salud y la de los demás.
    Es necesario que realicemos junto con nuestros alumnos una reflexión de sus hábitos, valores y conductas adquiridas en su medio socio-familiar. Si es preciso trataremos de cambiar los conceptos que provocarán nuevas actitudes y comportamientos más saludables.
    Desde el área de Educación Física, la Educación para la Salud, puede desarrollarse de un modo global, mediante la adquisición de conocimientos específicos y la puesta en práctica de hábitos y actitudes.
    Procedemos a enumerar una serie de consejos y orientaciones relacionados con los hábitos y estilos de vida relacionados con la actividad física.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004

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1. Introducción

    La escasa actividad física que exigen los estilos de vida en las sociedades desarrolladas ha puesto de manifiesto la necesidad de realizar algún deporte. La actividad física y deportiva se ha convertido en una necesidad social para reducir riesgos e incluso costes sanitarios derivados del sedentarismo, el exceso de alimentación o el estrés.

    El sedentarismo propio de la mayoría de los habitantes de los países desarrollados ha incrementado, entre otras cosas, la prevalencia de la obesidad en dicha población y ha dado lugar a una disminución de la forma física en un importante sector de la misma.

    En el lado opuesto, no es infrecuente encontrarnos con hábitos físicos y deportivos basados fundamentalmente en el máximo rendimiento posible, la mayoría de las veces sin las garantías médicas necesarias, y con grandes cargas competitivas, ya desde tempranas edades.

    Frente a un tipo de deporte o actividad física muy de moda en nuestra sociedad, marcado por los logros, éxitos, dinero y fama alcanzables, por otra parte para una escasa minoría, debe imponerse un modelo en el que dicha actividad física sea fuente de salud y de bienestar físico y mental. En este sentido, la práctica de una actividad física adaptada a las posibilidades y necesidades de cada uno, nos ayuda a mantener la salud y mejorar el desarrollo psicofísico.

    Tal y como hemos manifestado, el ejercicio físico contribuye al mantenimiento del estado de salud, fundamentalmente desde el punto de vista preventivo en cuanto que ayuda al organismo en la no aparición de la enfermedad, contribuyendo a su bienestar físico, psíquico y social.

    En cuanto al bienestar físico, es conocido por todos como la actividad física mejora los sistemas cardiovascular, respiratorio y locomotor, adaptándose a ésta y posibilitando una adecuada aptitud física. Además produce una mayor y mejor activación de los niveles de funcionamiento mínimos para que los procesos fisiológicos orgánicos se realicen con normalidad, tales como la nutrición de los cartílagos articulares, el crecimiento y mineralización del hueso…

    En cuanto al bienestar psico-social, es evidente, tanto si la actividad física es realizada mediante deportes de asociación o equipo: descenso de los niveles de ansiedad, estrés, angustia… como de forma individual: relajación, confianza en sí mismo, autocontrol, concentración, interés…


2. La prevención

    El examen físico y médico serán dos indicadores fundamentales del estado de salud de nuestros alumnos. En general, es poco frecuente encontrar trastornos patológicos no detectados con anterioridad por las familias. Por ello se precisa solicitar a la misma una información previa al inicio de la escolaridad con el fin de conocer cualquier tipo de anomalía o trastorno que haya sufrido o sufra su hijo, de igual modo se necesita un seguimiento continuado para informarnos si fuesen apareciendo otras patologías.

    En la actualidad los centros escolares contamos con unos servicios de apoyo, Equipos de Orientación educativa (E. O. E.) en los que suele haber un médico, y aunque normalmente están saturados de trabajo porque desempeñan su labor en un ámbito muy amplio que contemplan muchos centros escolares, sin embargo podemos intentar solicitar el desarrollo en nuestro centro de algún programa de tipo preventivo o auxiliar.

    Según el doctor Mariscal Ortiz (1987), los objetivos de este reconocimiento son:

  • Detectar niños que por motivos de salud no estén en condiciones de seguir el programa completo de actividades físicas. Pero sin olvidar que nuestra área es integradora, deberemos ofrecer otras posibilidades de movimiento.

  • Evaluar el nivel de maduración fisiológica en función de la actividad física que se va realizar.

  • Aconsejar y prevenir sobre las prácticas a realizar.

    Un reconocimiento médico para niños que van a realizar actividades físicas debería consistir en:

Estudio de los antecedentes del alumno, familiares, personales…

Exploración clínica sistemática

  • Dentición

  • Palpación abdominal

  • Auscultación

  • Inspección de marcha, estática, pie, columna…

Test médico-deportivos

Simples: permiten establecer si el alumno está apto o no para la práctica de actividades físicas

  • Descubrir anomalías cardiacas no reveladas en el examen clínico

  • Revelación de bronco-espasmo

  • Exploración de la tensión arterial

Complejos: aconsejables para aquellos alumnos que en los test simples presentan algún tipo de anomalía.

  • Electrocardiograma en reposo

  • Electrocardiograma de esfuerzo

  • Ergometría

  • Antropometría: estatura, peso, pliegues cutáneos, diámetros óseos y algunos diámetros musculares.


3. Hábitos de higiene

    La higiene en la actividad física de los niños y adolescentes tiene la tarea de proteger, fortalecer la salud y mejorar el desarrollo físico de la generación en crecimiento. Es necesario organizar la forma de vida del niño, la actividad escolar y el medio ambiente para crear las condiciones más favorables para su normal desarrollo y eliminar las posibles influencias perjudiciales.


3.1. Alimentación

    Las necesidades nutritivas de un niño en estas etapas suelen estar cubiertas por una dieta normal. La dieta mediterránea aporta vitaminas y sales minerales suficientes para un niño que haga ejercicio físico dentro y fuera del colegio.

    A veces la familia, por exceso de celo, induce a los niños a aumentar el consumo de alimentos, pensando que realizan un bien, cuando a veces por el contrario están arrastrando a sus hijos a un sobrepeso en el mejor de los casos, o a una posible obesidad, si no se toman las medidas oportunas.

    El exceso de alimentación, lleva asimismo al aumento de la grasa corporal, entendiéndose la obesidad como un exceso de grasa. No se debe confundir obesidad con sobrepeso. Así, un niño puede pesar más de lo normal para su edad, sexo y estatura y no ser obeso. El sobrepeso, es el aumento del peso corporal sobre unos patrones que se relacionan con la estatura; ello nos lleva a conocer el peso ideal de cada uno, aunque en edades escolares no es muy fiable.

    Desgraciadamente no encontramos que a los centros llegan alumnos casi sin desayunar, muchos con el vaso de leche bebido únicamente, y durante los recreos los vemos con chucherías, golosinas y bollería con grandes dosis de chocolate. Pocos son los que traen zumos o piezas de fruta.

    La dieta aconsejable, sería: un desayuno copioso, fruta a media mañana, almuerzo adecuado, merienda rica en lácteos y cena escueta.


3.2. Material personal

    La cantidad de ropa debe ser la adecuada en cada momento climático de la temporada: chándal en invierno y ropa escasa (camiseta y pantalón en el resto de la temporada).

    Es interesante que las prendas que tienen contacto directo con la piel, camiseta y calcetines, sean de hilo o de lana, para evitar alergias en algunos casos, y porque favorecen la transpiración. Son preferibles las sudaderas, que carecen de cremalleras y permiten una gran movilidad, además de procurar calor en las sesiones con ambiente frío, al típico chándal.

    Siempre que sea posible la equipación deberá estar limpia cada día, al menos los calcetines, el pantalón y la camiseta., de igual modo que la ropa interior.

    Las zapatillas deben ser sin tacón y de material que permita la transpiración. Como su nombre indica es un calzado deportivo, debemos acostumbrar a nuestros alumnos que lo utilicen fundamentalmente para ello.

    Estamos habituados a observar cómo los alumnos suelen llevar ese tipo de calzado habitualmente, aspecto éste que puede tener graves consecuencias para los pies. Por ello es recomendable disponer de calzado de calle para el resto de las clases. Las zapatillas deben exponerse al sol para su secado, evitando la proliferación de hongos.

    Se aconseja que las zapatillas tenga un refuerzo en la puntera para evitar lesiones en los dedos de los pies. Los cordones deben ser gruesos y no excesivamente largos. Las suelas antideslizantes.

    Aconsejaremos a nuestros alumnos un tipo de zapatillas multifuncional, en vez de especializadas: fútbol-sala, baloncesto, atletismo… La zapatilla multifuncional cubrirá las necesidades básicas de cada deporte, mientras que las especializadas suelen ofrecer déficits en algunos aspectos. De este modo si bien una zapatilla de atletismo es muy ligera y cómoda, sin embargo no suele calentar suficientemente los pies en las sesiones invernales y no protegen los dedos ante los golpeos.


3.3. Aseo personal

    Somos concientes que la posibilidad de realizar una ducha después de la práctica deportiva es casi utópica en la realidad de nuestros centros, por múltiples factores: simplemente no existen vestuarios ni duchas, y si las hubiere no se dispone de una organización de horarios que lo facilitara. Los docentes, tanto de la E. F. como el resto, nos vemos sometidos a un rígido y complicado horario de clases que impiden la flexibilización de tiempos.

    En encuestas realizadas a padres/madres y alumnos es frecuente comprobar que la mayoría de los niños no suelen ducharse todos los días, más bien 2 ó 3 veces a la semana por término medio. Si tenemos en cuenta la gran cantidad de actividad física que realizan los niños dentro y fuera de la escuela, debemos concienciar a los padres/madres, bien en las tutorías o en las reuniones generales, a que este tipo de aseo deba realizarse diariamente.

    Por ello al menos, en busca de crear hábitos, sería conveniente que los niños se acostumbren a llevar en sus mochilas como un elemento escolar más, una toallita y una pastilla de jabón, para proceder a un aseo superficial tras la sesión de E. F.

    Si el centro dispone de comedor escolar sería de igual modo muy provechoso el proceder a la limpieza dental después de la comida. Un niño con problemas dentales no come bien. Las frecuentes infecciones bucales pueden traer consigo un bajo rendimiento escolar.


3.4. Instalaciones

    Las pistas, salas o gimnasios donde se realicen actividades físicas deben estar limpias y sin irregularidades (agujeros, piezas cuarteadas, piedras, cristales, agua, basura…) que puedan originar alguna lesión.

    Debemos recordar que las porterías, canastas u otro tipo de material fijo deben estar convenientemente anclados.

    Durante el invierno, si tenemos la suerte de disponer de un gimnasio, deberíamos utilizar este espacio cubierto para refugiarse de las inclemencias meteorológicas. El suelo de los gimnasios conviene que se limpie por aspiración y no por barrido, pues debemos evitar el polvo que se queda en suspensión tras el barrido tradicional.

    Si disponemos de vestuarios deben estar limpios y convenientemente desinfectados y deben procurar que los alumnos se puedan cambiar de ropa con cierta intimidad, puesto que en ciertas edades se puede convertir en cierta preocupación para algunos.

    Debemos acostumbrar a los alumnos tanto en el buen uso y mantenimiento del material como de las instalaciones, con ello estaremos previniendo riesgos y accidentes.

    El botiquín debe estar presente en toda instalación, sin olvidar que no somos médicos, y por tanto sólo deberemos utilizar aquellos elementos de uso más normal y frecuente: vendas, gasas, agua oxigenada, termómetro, antiséptico (ojo que hay alumnos alérgicos a algunos componentes), pinzas, tijeras, tiritas, esparadrapo, guantes… No es aconsejable administrar ningún tipo de medicamento, puesto que pueden producir efectos no deseados, en estos casos es preferible llamar a la familia en primera instancia, y si es urgente acudir a un centro sanitario.


3.5. Descansos y esfuerzos adecuados

    Para que se produzcan beneficios importantes con la práctica del ejercicio, es necesario que se realicen al menos de 3 a 4 sesiones de trabajo cada semana. Dos o Tres clases de E. F. (según los Ciclos) y al menos otras dos dedicadas a los juegos y deportes en el segundo o tercer tiempo pedagógico.

    La alternancia entre esfuerzo y descanso, es lo que llevará a conseguir mejoras adaptativas introducidas por el trabajo físico (principio de supercompensación).

    Dicha alternancia habrá que tenerla a la hora de establecer los horarios, de manera que a ser posible siempre exista un día intermedio entre los sesiones de E. F. De igual modo habrá que tenerla presente a la hora de diseñar la sesión, planificando momentos de más intensidad con otros mas suaves, incluso dentro de la parte principal. Las sesiones deberán durar entre 45 y 60 minutos. En estas edades es preferible mayor número de sesiones, pero con duraciones más cortas.

    Respecto al sueño, los niños deben dormir entre 9 y 10 horas para que se restablezca el equilibrio corporal. Hay que acostumbrar a que no se trasnoche y a madrugar, realizando las primeras tareas de la mañana con calma. Vestirse, asearse, desayunar, comprobar sus útiles escolares, comprobar su bolsa deportiva… le conducirá a adquirir hábitos de organización y actitudes de responsabilidad.


3.6. Las posturas

    Como educadores, debemos tener cuidado con las posturas que adquieren los niños al sentarse en clase. Hemos de tener en cuenta que están en torno a 5 horas en posturas estáticas y utilizando en ocasiones materiales que normalmente no se adaptan a ellos (sillas y mesas más altas o más bajas). Hay que insistir en una postura correcta, desde la posición de sentado, con la espalda erguida y en contacto con el respaldo, con los pies apoyados en el suelo.

    De igual modo hay que incidir en el transporte del material escolar, preferimos las mochilas con ruedas (aunque hay estudios que también lo desaconsejan) que aquellas que se sostienen sobre la espalda. Muchas veces el problema no está en la mochila misma, sino en el peso que se carga. Los niños deben aprender a seleccionar el material que realmente van a utilizar, dejando el resto en clase o en casa. A veces somos los propios profesionales quienes obligamos a que los alumnos deban llevarse todo el material por las múltiples tareas que les encomendamos (No olvidemos que la legislación no ampara las tareas de casa).

    Durante la sesión de Educación Física estaremos pendientes a la corrección de vicios posturales, así como a la correcta realización de cualquier ejercicio o actividad física. En este sentido debemos recordar el importante rol que desempeñan los ejercicios de aptitud corporal (estiramientos musculares y movilidad articular), así como los de resistencia muscular. Siendo ingratos para nuestros alumnos, deben constituir un hábito más dentro de la realización de actividades físicas, generalmente unidas a la necesidad de un calentamiento y una vuelta a la calma.


3.7. Hábitos de trabajo durante la sesión

    Presentamos las siguientes recomendaciones:

  • Seguir la estructura lógica de la sesión.

  • Control de la falta de entrenamiento.

  • Respeto a las normas.

  • Competiciones entre edades igualadas.

  • Realizar un calentamiento adecuado a la actividad a realizar posteriormente.

  • Aprender a dosificar el esfuerzo

  • Conseguir un horario adecuado para las clases de E. F. (Evitar las horas posteriores a las comidas)

  • Evitar los ejercicios peligrosos o potencialmente perjudiciales para la salud

  • Controlar los movimientos que se realizan, para evitar vicios posturales, que suelen ser difíciles de corregir posteriormente.

  • Observar el cazado y ropa de los alumnos

  • Utilizar recursos materiales adaptados

  • Asearse tras la clase de E.F.


Referencias bibliográficas

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  • GOUST, F.: "Tu cuerpo y tu salud" . Diamond. Barcelona, 1980.

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  • MARISCAL, ORTIZ, M.: "Medicina deportiva" . Copiservic. Jaén, 1987.

  • MUÑOZ DÍAZ, J. C.: "Programación de Educación para la Salud" Lecturas de Educación Física y Deportes. Revista Digital. Buenos Aires, Año 8 - Nº 57 - Febrero de 2003.

  • PALACIOS, M.: "Deporte y salud" Sella. Gijón, 1979.

  • PIAGET, J. "Seis estudios de psicología" Barral, Barcelona, 1975.

  • TORRRES GUERRERO, J y otros: "Fundamentos teórico prácticos de Educación Física para Educación Primaria". Rosillo, Granada, 1993.

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revista digital · Año 10 · N° 79 | Buenos Aires, Diciembre 2004  
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