Ejemplos prácticos de los tipos de entrenamientos durante la temporada en el fútbol profesional. Control de cargas a través de la frecuencia cardiaca |
|||
(*) Preparador Físico del Rayo Vallecano de Madrid Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF - Madrid) Doctorando en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (UAM) |
Víctor Paredes Hernández victorparedesh@yahoo.es (España) |
|
|
|
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 76 - Septiembre de 2004 |
1 / 1
1. Introducción
Una de las claves del éxito de cualquier equipo es saber realizar una correcta y adecuada planificación. Cualquier figura que interviene sobre el rendimiento del deportista, ya sea entrenador, preparador físico, psicólogo, médico, etc.; necesita tener diseñada una planificación en base a las capacidades físicas del futbolista.
En base a mi experiencia, el problema que nos solemos encontrar a la hora de cuantificar los entrenamientos en fútbol, es que no se suele tener un control diario sobre sus valores durante los entrenamientos. Los futbolistas, tienen como denominador común, la poca predisposición para ser controlados y evaluados de manera regular o diaria. Para resolver esta situación con éxito por parte del cuerpo técnico, contamos con planteamientos y propuestas que motiven al jugador a colaborar, y provoquen un interés reciproco entre el jugador y el cuerpo técnico a la hora de obtener datos y valores que se puedan analizar, y que se utilicen para que el jugador tenga un mejor conocimiento sobre sus capacidades fisiológicas y el preparador físico maneje esta información para mejorar el rendimiento del futbolista.
La metodología que se ha utilizado durante las sesiones de entrenamiento que aparecen en el presente artículo, están analizadas a través de pulsómetros, ya que se pueden controlar las cargas de trabajo y cuantificar el volumen e intensidad de todos los entrenamientos. Estos datos serán de gran utilidad para verificar si se cumplen los objetivos propuestos en cada sesión, y posteriormente planificar con más detalle otros mesociclos de competición. Durante la semana de entrenamientos que hemos analizado, se presentan situaciones de entrenamientos encaminadas al desarrollo y mejora de la resistencia aeróbica-anaeróbica, que se analizaran desde un punto de vista físico, pero que también tienen un gran interés desde un punto de vista técnico-táctico para cualquier entrenador.
Para ello, se ha utilizado una semana tipo de entrenamiento en el Rayo Vallecano, durante la temporada 2003/2004, perteneciente al mesociclo de transformación, basado en la terminología utilizada por Navarro, F (1998). Este autor comenta que en este tipo de mesociclos, la mayoría de las competiciones deportivas requieren o involucran resistencia aeróbica y aeróbica-anaeróbica, así como resistencia de fuerza específica. De este modo, el mejor formato de entrenamiento combina la mejora simultánea de estas capacidades dentro de un mesociclo. Sin embargo, este entrenamiento de gran demanda, intenso, necesariamente afecta a la estabilidad y causa fatiga que, a su vez, estorba a la técnica. Este tipo de mesociclo está caracterizado por máxima carga y acumulación de fatiga; una cantidad esencial de este entrenamiento debe ser ejecutado en un estado fatigado.
La planificación semanal se diseñó en base a la competición. El Domingo, 11 de Enero de 2004 se disputo un encuentro de Liga frente al Córdoba; y la semana siguiente se fechó el partido frente a la U. D. Salamanca el Domingo, 18 de Enero de 2004.
Semana 12 - 18 Enero de 2004 / Mesociclo de Transformación: Salamanca
2. Entrenamiento de "Lunes"
Gráficos de la frecuencia cardiaca
Titulares
(Gráfico 1)Suplentes
(Gráfico 2)
3. Entrenamiento de "Miércoles"
Gráfico de la frecuencia cardiaca
(Gráfico 3)
Gráfico de la frecuencia cardiaca
(Gráfico 4)
4. Entrenamiento de "Jueves"
Gráfico de la frecuencia cardiaca
(Gráfico 5)
5. Entrenamiento de "Viernes"
Imágenes de la sesión de entrenamiento
(Imagen 1 y 2)
6. Entrenamiento de "Sábado"
Gráfico de la frecuencia cardiaca
(Gráfico 6)
7. DiscusiónLa metodología utilizada en todos los entrenamientos, está basada en los nuevos sistemas de entrenamiento, denominados como entrenamiento integral. Konzag y col (1994), afirman que en gran medida un entrenamiento de fútbol, debe consistir en una actividad que refleje el desarrollo del juego en sí. Es decir, que no nos limitemos a entrenar con balón, compañeros y adversarios, sino que además establezcamos relaciones espacio temporales concretas, que entrenadas en un entorno perceptivo y decisional, nos permitan reconocerlas e interpretarlas con la mayor prontitud en la competición, haciendo jugadores que se anticipen perceptiva y decisionalmente a lo que va a ocurrir. Esta metodología de entrenamientos proporcionará al fútbol un gran salto de calidad, en cuanto a lo que se refiere a entrenamientos. El entrenamiento integrado es la preparación integral física-técnica-táctica-psicológica consistente en favorecer el desarrollo de las cualidades en el contexto en que intervienen en competición. Este tipo de entrenamiento supone integrar en la misma sesión el factor físico, en sus parámetros de volumen e intensidad: el factor psicológico, el factor técnico y el factor táctico, con sus ajustes espacio-temporales a compañeros y adversarios (Antón: 1994). Este tipo de entrenamientos representa una alternativa donde en cada ejercicio de entrenamiento se tratan de identificar las solicitaciones que se tiene tanto en el aspecto físico como técnico-táctico, solo así se podrá llevar a cabo una planificación real (planificación integrada) que verdaderamente se corresponda con la preparación seguida por el deportista, procurando así un control óptimo de los estímulos de entrenamiento (Quesada y Puga: 2002).
La clave para poder controlar la carga del entrenamiento, estará condicionada en todo momento, por el adecuado manejo del volumen, y fundamentalmente, por la intensidad del entrenamiento. La intensidad del entrenamiento se define algunas veces como el esfuerzo impuesto sobre el cuerpo en cualquier sesión de entrenamiento. Existen marcadores internos de intensidad que nos proporcionan datos sobre la intensidad del entrenamiento, tales como el consumo de oxigeno y el ácido láctico, y el más práctico que es la frecuencia cardiaca, que ha sido el utilizado en este caso. El uso correcto de estos marcadores, cualquiera de los tres, nos permite proporcionar al futbolista unos programas de entrenamiento, en su mayoría para la mejora de los valores aeróbicos-anaeróbicos. Craig, N (1998) afirma que mientras las mediciones sobre el consumo de oxigeno y el ácido láctico son excelentes indicadores de la intensidad de entrenamiento, pero no son opciones prácticas (debido al coste y a la cualificación que requieren). El método más conveniente, más simple y económico es medir su ritmo cardiaco cuando se pruebe a sí mismo, cuando entrene y compita. En la práctica diaria, el ritmo cardiaco se utiliza comúnmente como una medida estándar para la intensidad de entrenamiento porque éste sube conforme se aumenta la intensidad, siempre que se este entrenando por debajo de su ritmo cardiaco máximo.
LUNES: Es fundamental que en la medida de lo posible, la sesión de recuperación para los jugadores que disputaron el partido sea el día después de la competición. De esta manera el jugador podrá afrontar el próximo entrenamiento en las mejores condiciones posibles, intentando que el jugador consiga una situación basal y de reposo en su organismo. Una adecuada recuperación después de cada partido será una de las claves de la mejora del rendimiento del futbolista en posteriores partidos de competición.
Esta sesión de entrenamiento, divide al equipo en dos grupos. Los jugadores titulares realizan una sesión regenerativa. Como se puede ver en el Gráfico 1, la intensidad del entrenamiento es liviana. Según Mazza, J. C. (2002), el entrenamiento de resistencia a intensidades bajas (ya sea continuo o intervalado) mantiene la base aeróbica, capilariza mejor los músculos, remueve y oxida más rápido el lactato residual y favorece los procesos de recuperación de los esfuerzos intensos. La capacidad de recuperar la reserva de fosfágeno, y por ende repetir esfuerzos explosivos más frecuentemente, depende del potencial oxidativo, así como del número de capilares musculares, por lo cual depende de la "endurance" aeróbica.
En el grupo de suplentes y no convocados (Gráfico 2), la sesión de entrenamiento se intenta asemejar en la mayor medida posible, al partido de competición. Si nos basamos en las publicaciones de Morcillo, Cano, Maldonado y Núñez (2001), exponen los estudios hechos sobre los esfuerzos realizados por el jugador durante un partido de fútbol, y nos facilitan los datos más relevantes sobre que aspectos físicos trabaja un jugador de fútbol: durante 90 minutos de juego se cuentan unos 60 minutos de juego efectivo. De estos 60 minutos los jugadores, según su posición, corren sólo del 20 al 40% (es decir, de 12 a 24 minutos). En este tiempo de carrera se contabiliza una media de 3 km de marcha y 7 km de carrera. Estos 7 km se descomponen en un 64% de carrera lenta aeróbica, un 24% de carrera a ritmo medio anaeróbico (cerca del 80% del VO2 máx., es decir, entre 10 y17 km/h) y un 14% de carrera de alta intensidad (entre 18 y 27 km/h). Este autor concluye diciendo que el número de "sprints" cortos (10-15 m, entre 2 y 3 s.) ha aumentado en el transcurso de la historia del fútbol para pasar de 70 en 1947 a 145 en 1970 y, finalmente, 195 en 1989. Por lo tanto, intentaremos crear un entrenamiento que busque la mayor transferencia hacia la competición.
MIERCOLES: El equipo viene de haber tenido un día de descanso absoluto. La desconexión de la competición es una pieza clave para poder enfrentarnos al fin de semana con una mayor perspectiva de éxito por parte del jugador. Consideramos oportuno desde el cuerpo técnico, fraccionar la carga de entrenamiento para una mejor asimilación de esta. Por lo tanto, el miércoles dispusimos de una sesión doble de entrenamiento. Analizando los gráficos de ambas sesiones (Gráficos 3 y 4), observamos a través de la frecuencia cardiaca, como el jugador trabaja en torno al umbral anaeróbico, y como se corresponden los descansos oportunos para conseguir una recuperación óptima. Según Toro Salinas, A. H. (2001), al aumentar la intensidad de un determinado ejercicio, el sistema anaeróbico láctico comienza a predominar sobre el aeróbico, resultando en una acumulación de lactato en el músculo, y posteriormente en la sangre. A esta intensidad de ejercicio de transición entre ambos sistemas, se denomina Umbral Anaeróbico (UA) (también conocido como Umbral de Lactato) y habitualmente corresponde a una concentración de lactato sanguíneo de 4mmoles/litro. Esfuerzos con lactacidemias superiores a 4 mmoles/litro son considerados entonces de predominio anaeróbico.
La concentración de lactato es un método, a menudo, usado como indicador de la producción de energía anaeróbica lactácida en el fútbol, al igual que la frecuencia cardiaca. Sin embargo, a pesar de la pequeña contribución cuantitativa al esfuerzo a lo largo de un partido, (8% - 15%) la producción de energía anaeróbica láctica es importantísima, desde un punto de vista cualitativo ya que es la que provee energía en un alto índice durante los períodos de ejercicio intenso de un partido.
De esta manera, buscamos la mejora y optimización del sistema glucolítico rápido o anaeróbico láctico, que es importantísima para evitar la fatiga y la acumulación excesiva de ácido láctico.
JUEVES: La propuesta semanal de entrenamientos que estamos analizando, sitúa el entrenamiento de Jueves por la tarde, ya que en todo momento buscamos la mayor y mejor recuperación para el músculo del futbolista. A pesar de que el entrenador siempre busca en este tipo de entrenamiento, un enfoque fundamentalmente táctico, la función nuestra como preparadores físicos es seguir mejorando la condición física del jugador. Por lo tanto, buscamos el desarrollo de una buena capacidad aeróbica, para que asegure un nivel de entrenamiento y competición con mayor intensidad a lo largo de toda la temporada. De esta manera, observamos en el Gráfico 5 como la frecuencia cardiaca se mantiene por encima del umbral aeróbico, y en ningún momento sobrepasa la frecuencia cardiaca máxima del futbolista. Por último, pienso que con este tipo de entrenamiento, tanto de miércoles como de jueves, los denominados entrenamientos en fatiga, se pretende lograr un rendimiento máximo muscular a lo largo de un partido, un potencial físico que afecte con el menor deterioro posible las condiciones físico-tácticas del jugador.
En definitiva, la carga de entrenamientos controlada a través de la frecuencia cardiaca con los pulsómteros, nos permite analizar detenidamente que el jugador entrena en la zona de mejora aeróbica, lo que le hará mejorar su capacidad aeróbica notablemente.
VIERNES: Es el entrenamiento dedicado a la recuperación total de todas las sesiones anteriores de la semana. Se le denomina coloquialmente sesión de Baño y Masaje (Imagen 2). Tiene una gran importancia desde un punto de vista fisiológico, ya que busca el mismo objetivo que la sesión de lunes de los titulares. Las pocas variaciones que tiene esta sesión de entrenamiento respecto de la del lunes, es que aumenta ligeramente la carga, fundamentalmente en aquellos jugadores que habitualmente juegan menos minutos. Por lo tanto, se puede complementar la carga de la sesión con juegos como rondos, fútbol-tenis, etc. (Imagen 1)
SÁBADO: Al inicio de este entrenamiento, el futbolista ya tiene la mente puesta en la competición. El principal objetivo de la sesión es preparar el partido de competición que el equipo disputará al día siguiente. Es una sesión de entrenamiento, cuya planificación debe tener una estructura muy concreta y precisa. Desde mi punto de vista, buscamos que sea una sesión de aproximadamente una hora de duración, con un 95 % de componente aeróbico y un 5 % de componente anaeróbico aláctico. Además, se debe vivir un clima motivador donde se sepa combinar un entrenamiento que mezcle por momentos situaciones lúdicas (durante el calentamiento y el bloque que se trabaje la velocidad de reacción) y agonísticas, todo en la justa medida. Analizando el Gráfico 6, observamos que la frecuencia cardiaca únicamente se eleva durante las tres series de partidos que se juegan en ¼ de campo. El resto del entrenamiento requiere un gran nivel de destreza y coordinación durante los juegos aplicados y los centros y remates.
8. Conclusiones
Nos hemos encontrado con la existencia de una enorme dificultad para la toma de datos en el fútbol profesional, debido fundamentalmente a que la única prioridad es la competición y todo se relaciona con el resultado que aparece en el marcador. En la mayoría de equipos profesionales, se presenta complejo poder compaginar estudios y análisis de datos con el avance del campeonato. Por eso, este artículo quiere simplemente mostrar los registros de frecuencia cardiaca en cada tipo de entrenamiento que se realizan durante una semana de competición.
Con el control de la frecuencia cardiaca durante los entrenamientos, los datos obtenidos nos permiten cuantificar el volumen y la intensidad del entrenamiento. De esta manera, podremos manejar estos datos para planificar períodos de la temporada y sus correspondientes sesiones de trabajo con mayor precisión de cargas.
Como herramienta de trabajo, hemos utilizado el entrenamiento integrado. Este tipo de entrenamiento nos permite crear situaciones reales de juego y estímulos propios de la competición, a la vez que mejoramos la condición física del jugador, principal objetivo de todos los preparadores físicos.
Bibliografía
Antón, J. L. (1994). Balonmano: Metodología y alto rendimiento. Paidotribo, Barcelona.
Bangsbo, J (1998). Entrenamiento de la condición física en el fútbol. 2º edición, Editorial Paidotribo, Barcelona, España.
Brüggeman, D. y Albrecht, D. (1996) Entrenamiento moderno del fútbol. Hispano Europea. Barcelona
Craig, N. (1998). Preparación física con pulsómetro. Libros para el deporte. Dorleta
Eklom, B. (1999). Manual de las ciencias del entrenamiento: Fútbol. Editorial Paidotribo, Barcelona, España.
Konzag, I, Döbler, H y Herzog, H. (1995). Entrenarse jugando. Paidotribo. Barcelona
Mazza, Juan C. (2002) Revisión de Aspectos Fisiológicos y Metodología de Preparación Física en Fútbol. PubliCE Standard. 18/06/2002. Pid: 81.
Morcillo, Cano, Maldonado y Núñez (2001). Aproximación a la utilización de medios específicos de entrenamiento en la enseñanza del fútbol. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 39 - Agosto de 2001
Navarro Valdivieso, F. (1998) La Estructura Convencional de Planificación del Entrenamiento versus la Estructura Contemporánea. PubliCE Standard. 29/12/2003. Pid: 229.
Portugal, M. A. (2000). Fútbol. Medios de entrenamiento con balón. Metodología y aplicación práctica. Ed. Gymnos. Madrid.
Quesada Aguila, M. A; Puga Turiño, J. E. El entrenamiento integrado en baloncestistas jóvenes. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 55 - Diciembre de 2002
Toro Salinas, Andrés H. (2001) Análisis Fisiológico del Esfuerzo Físico según el Puesto del Jugador de Fútbol. PubliCE Standard. 18/07/2001. Pid: 78.
revista
digital · Año 10 · N° 76 | Buenos Aires, Septiembre 2004 |