Estado nutricional y actividad física en un sitio centinela del poblado Orlando González, en el Municipio Majagua, Ciego de Ávila |
|||
Facultad de Cultura Física Departamento de Ciencias Aplicadas Ciego de Ávila (Cuba) |
Lic. Ricardo Arencibia Moreno pff_ricardo@cfisica.unica.cu Lic. Damaris Hernández Gallardo pff_damaris@cfisica.unica.cu Lic. Carlos Rafael Saavedra Cid pff_carlosr@cfisica.unica.cu Lic. Mileidys Valdés Valdés |
|
|
|
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 75 - Agosto de 2004 |
1 / 1
Introducción
La vida del hombre representa un tránsito permanente por diferentes etapas, en las que los numerosos cambios cuantitativos y cualitativos de carácter fisiológico, psicológico y social son determinantes en cuanto al papel funcional del individuo en la sociedad, así la ancianidad representa el momento en que se ha sobrepasado el momento de máxima actividad creadora y se ha producido el acúmulo de experiencias valederas para el propio enriquecimiento del acervo cultural.
De hecho, el incremento del número de ancianos tiene un impacto enorme en la demanda de los servicios de salud, con una repercusión especial en los países del tercer mundo, debido al menor desarrollo económico (3,4), así las enfermedades crónicas y degenerativas, incluyendo las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad y la osteoporosis, dominan las primeras causas de morbilidad, mortalidad, costos de salud y la pérdida de la calidad de vida en estas edades.
Los resultados continuos de las investigaciones confirman que estas condiciones pueden ser influenciadas con la dieta y la nutrición, las cuales unidas a la actividad física y el cese del hábito de fumar, representan el potencial más accesible para la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles. Estas medidas también contribuyen a retardar las pérdidas de las funciones y capacidades funcionales que acompañan al proceso del envejecimiento (5).
Generalmente se acepta que en los grupos poblacionales los ancianos son particularmente susceptibles a desarrollar malnutrición (6,8), contribuyendo a ello una deficiencia absoluta de la calidad de los nutrientes y de la cantidad de los alimentos ingeridos, unida a una disminución de los ingresos, cuando los seres humanos pasan a la edad de jubilación laboral.
Ahora bien, el empeoramiento de las condiciones de nutrición y salud de los ancianos de una población implica un incremento de la invalidez y la dependencia física con la edad, un aumento de la tasa de morbilidad, de la hospitalización y de la mortalidad, con un notable agravio económico sobre las asignaciones para la salud publica. Por otro lado, una restricción energética basada en un estado nutrimental energético deprimido implica una disminución de la actividad física voluntaria (30) y una caída de TMB por unidad de masa magra (29), la cual es más marcada en los estadios iniciales de tal restricción energética (31).
Ahora bien, desde 1960 tiene lugar en Cuba, una disminución progresiva de la proporción de la población por debajo de 15 años de edad, mientras que la de los individuos por encima de 65 años se ha duplicado. A esta situación han contribuido la disminución: del crecimiento poblacional (10,9 por 1 000 habitantes en 20 años), de la tasa de natalidad (62% en 30 años) y de la tasa de mortalidad infantil (28 por 1 000 nacidos vivos en 30 años), entre otros factores (45).
A pesar de las medidas que el gobierno cubano ha tomado, resulta muy difícil garantizar la seguridad alimentaria de la población, con la presencia del embargo norteamericano y la crisis económica internacional, por lo que la situación alimentaria actual ha repercutido en el estado nutricional de algunos grupos de la población.
En los adultos se ha duplicado el porcentaje de la deficiencia energética crónica, el porcentaje de embarazadas con bajo peso al inicio del embarazo aumento de 8,7% en 1990 a 11,5% en 1995, el bajo peso al nacer aumento de 7,8% en 1991 a 8,9% en 1994, la frecuencia de anemia se ha incrementado en todos los grupos vulnerables, se han encontrado porcentajes considerables de niveles deficientes de tiamina y otras vitaminas del complejo B, así como deficiencia moderada de vitamina A (45, 48).
Hasta el momento no existe ningún estudio publicado de la actualidad nutricional cubana en la tercera edad, salvo el realizado por el INHA (Cuba) en colaboración con el Instituto Nacional de la Nutrición de Roma, Italia, en el año 1996, el cual ha evidenciado que el 45% de los ancianos residentes en hogares de la provincia de Matanzas está afectado de malnutrición proteico-energética (51). Por lo que tal temática en nuestra provincia constituye una verdadera incógnita, cuya solución pudiera repercutir en una mejoría de la calidad de vida de la población anciana, de acuerdo con esto, nos proponemos el siguiente problema científico.
En el adulto mayor el estado nutricional constituyen uno de los rasgos de mayor variabilidad, ¿existe una relación adecuada entre el consumo nutriente energético y la tasa metabólica basal en este grupo de edad en "Orlando González", municipio Majagua?
Teniendo como objeto de estudio: La nutrición del adulto mayorPara el desarrollo del trabajo nos propusimos como objetivo general:
Valorar el estado nutricional de individuos representantes de la tercera edad en Orlando Gonzáles municipio Majagua.
Objetivos específicos
Caracterizar a la muestra teniendo en cuenta los parámetros antropométricos seleccionados.
Determinar la ingesta calórico-nutrimental del adulto mayor en una población de referencia en Orlando González (municipio Majagua).
Determinación de la adecuación entre la TMB y el gasto energético diario de la muestra en Orlando González (municipio Majagua).
Materiales y Métodos
Muestra
Esta investigación se realizó entre los meses de septiembre y julio del 2003, en la localidad de Orlando González (Cuba). Su perímetro poblado se encuentra a alrededor de la industria azucarera de igual nombre (CAI Orlando González), limitando al norte con Majagua, al sur con Las María, al oeste con Las Trozas, al este con Guayacanes.
Su población está constituida por 5736 personas, cuya actividad laboral se desarrolla fundamentalmente en la esfera agro-industrial y de los servicios, cuenta con 5 consultorios del médico de la familia y una posta médica que presta servicios de cuerpo de guardia para emergencias, laboratorio clínico y estomatología, del conjunto poblacional 564 son ancianos, representando el 9,83 % de los residentes en el lugar.
Se tomó una muestra de 250 abuelos del área de salud de la localidad de Orlando González municipio Majagua, seleccionados al azar a partir de los registros existentes en 3 de los 5 Consultorios del Médicos de la Familia y que a pesar de constituir, como fue expresado, una muestra respecto al territorio, comprende la totalidad poblacional de los adultos mayores dispensarizados en dichos consultorios; se tuvo en cuenta para la recogida de datos, la estratificación utilizada para los estudios y controles gerontológico desarrollados por el Ministerio de Salud de Cuba, 60-64, 65-69, 70-74, 75 y más de 75, y siguiendo la técnica de una población de referencia por sitios centinelas.
La caracterización de la población a trabajar se realizó en composición de variables comprendiendo en ellas el dominio sexo/grupo de edad. En el caso de los ancianos mayores de 90 años, cuyo total poblacional es tan bajo, se seleccionaron todos los que habitan en los consultorios seleccionados.
La distribución por grupos de edades fue la siguiente (Ver tabla I), de ellos 40 se encuentran entre 60-64 años, 40 entre 65-69 años, 55 entre 70-74 años y 115 comprendidos entre 75 y más años de edad, podemos plantear que por sexo existen 115 femeninas y 135 masculinos. Cada grupo de sexo/edad o dominio, son calificados en el trabajo como grupos del I al IV, según el orden descrito anteriormente.
Para la obtención de los valores poblacionales de antropometría empleados en el establecimiento de los principios técnicos se utilizará el dominio determinado por sexo/grupo de edad y el que la persona sea aceptada (incluida) según el criterio de exclusión física.
Criterios de exclusión física:
Adultos mayores carentes de funcionabilidad motora o invalidez parcial o total.
Ancianos con dietas especiales a consecuencia de trastornos de salud.
Estudio antropométrico
Antropometría nutricional: Serán realizadas las siguientes mediciones, según las técnicas estándar (17): Peso y estatura (tallado)
Medición de la tasa metabólica basal.
Valoración del tipo y la intensidad de la actividad física diaria en días típicos del ciclo semanal consistente en tres días alternos que incluyen uno de fin de semana. Será calculado el gasto energético total sobre la base de los múltiplos del metabolismo basal, como ha sugerido la comisión FAO/OMS/UNU, 1985 (57).
Las mediciones antropométricas se realizarán, a los ancianos seleccionados para el estudio, siguiendo las técnicas descritas por Lohman TG et al, 1988. (54). Todas las mediciones se realizarán con el sujeto en ropa interior mínima, sin zapatos y después de haber vaciado la vejiga, en un local con buena iluminación y con privacidad, y de acuerdo al estado del sujeto se adoptará donde sea más factible de realizarse (Consultorio u hogar).
Indicadores antropométricos y puntos de corte para la evaluación del estado nutricionalÍndice de masa corporal (IMC): peso, kg/estatura, m2
construido con la estatura actual
Puntos de corte:
>= 30 obesidad
25,0 - 29,9 sobrepeso
20,0 - 24,9 normal
18,5 - 19,9 normal
17,0 - 18,4 Deficiencia energética crónica Grado I
16,0 - 16,9 Deficiencia energética crónica Grado II
<16,0 Deficiencia energética crónica Grado III
Para el cálculo de los porcentajes de adecuación de la ingestión de energía y nutrientes se utilizaran las recomendaciones nutricionales establecidas por el INHA para la población cubana.
Gasto energético y tasa metabólica basal (TMB).
Para determinar el gasto energético se utilizó el método recomendado por para la estimación de la TMB se utilizaron las recomendaciones y ecuaciones propuestas por el Comité de Expertos de la FAO/OMS/ONU (1985), adecuadas por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos (ciudad de la Habana), como Recomendaciones Nutricionales y de gasto Energético de la Población cubana, consistente en:
Gasto energético.
Multiplicar el Peso Corporal en kilogramos por uno de los factores de actividad para el cálculo de las necesidades energéticas diarias que ya incluyen: gasto basal, por actividad y el efecto térmico de los alimentos. Es una aproximación al no tener en cuenta el tiempo de realización de la actividad, pero es rápida y fiable, y representa las necesidades medias de energía para el día.
TRABAJO: Tipo de Actividades
Ligero: (Empleados de oficina, profesionales, comercio, etc.) 1,6
Moderada (Empleados de la industria ligera, estudiantes, obreros de la construcción, muchos trabajadores agrícolas, soldados que no están en servicio activo, pescadores, amas de casa carentes de aparatos mecánicos) 1,8
Intensa (trabajadores agrícolas y de la construcción, trabajadores no especializados, trabajadores forestales, reclutas del ejercito y soldados en servicio activo, mineros, trabajadores de acerías y ocupaciones similares) 2
Muy intensa: (leñadores, herreros, trabajadores de la construcción incluidos en contingentes, segar, cavar, peones, leñadores, soldados en maniobras, mineros, metalúrgicos, atletas, bailarines, etc.) 2,2
Actividades excepcionalmente intensas (cortadores de caña de alta productividad con jornada laboral de 12 a 14 horas y una productividad de 8 a 10 ton. de caña. 2,7
Tasa metabólica basal (TMB).
Ecuaciones para calcular la tasa de metabolismo basal a partir del peso corporal Kcals/día
(*) FAO/OMS/UNU. Necesidades de Energía y de Proteínas. Serie Inf. Téc. 724 OMS, Ginebra, 1985.
donde:
P es el peso corporal expresado en Kg.A partir del gasto energético diario (GED) y la tasa metabólica basal (TMB) se obtuvo el nivel de actividad física (PAL), por grupos de edades, comparando los mismos con la media nacional utilizadas en la confección de las Recomendaciones Nutricionales de la Población Cubana (1996) para individuos de actividad física ligera mayores de 60 años , equivalente a un valor de 1.60, tomado de la propuesta de la FAO /OMS/UNU en 1985 para estos sujetos.
Este nivel de actividad fue determinado por el citado organismo con el empleo del método factorial e incluía un margen de seguridad (24). Un estudio más reciente con una muestra estadísticamente no representativa de mujeres entre 60 y 70 años con vida libre, supuestamente sanas, físicamente autosuficientes y residentes en el municipio urbano Centro Habana, indicó un PAL de 1.59, por el método del agua doblemente marcada (25)
La ecuación aplicada fue la siguiente: PAL (r)= Gasto energético diario (MJ/día) / TMB (MJ/día)
Historia alimentaria
Encuesta alimentaria desarrollada en el INHA y adaptada a las condiciones del área de trabajo donde se desarrolla la investigación, la cual registrará la frecuencia cualitativa y cuantitativa del consumo alimentario del día anterior (Ver anexo II). La encuesta será realizada en presencia de la persona que prepara los alimentos.
El contenido de energía y nutrientes será determinado mediante un software desarrollado por el INHA en colaboración con la FAO (NUTRISIS).
Los datos obtenidos en la fase de experimentación del trabajo fueron procesados a partir de la confección de bases de datos con Access, para posteriormente construir tablas con el uso del Excel, llevando a cabo el procesamiento estadístico con SSPS, utilizando del mismo las aplicaciones correspondientes a la estadística descriptiva y el uso de los contraste de hipótesis estadística (X2, comparación de medias, Chi-cuadrado).
Resultados y discusiónEn el Anexo III, se presenta un cuadro resumen donde aparecen los valores medios obtenidos según las diferentes mediciones realizadas.
En el anexo citado puede comprobarse que existe una regularidad en cuanto a talla, presentándose uniformidad con independencia de los grupos de edades trabajados, de lo cual escapa el Grupo II cuyos integrantes alcanzan una talla medio inferior al resto por un valor de 3 cm.
Al valorar la distribución por sexos se reconoce una diferencia significativa entre los masculinos respecto a los femeninos, estos últimos con talla inferior al menos de 1 cm; sin embargo, el Grupo II denota un contraste ostensible, en el las féminas son 5 cm menores que sus compañeros de muestro.
Es interesante destacar que el Grupo IV, formado por individuos con edades que oscilan por encima de los 75 años alcanza tallas que no difieren significativamente del resto, e incluso logran valores que los diferencian, al menos, de aquellos que sus edades oscilan entre los 65 y los 70 años, por lo que no debe desconsiderarse la posibilidad de un error de muestreo, aunque resulta un detalle interesante teniendo en cuenta la diferencia de aproximadamente 10 años entre unos y otros.
Respecto al peso se presenta el Grupo III con los mayores valores, siguiendo en orden el IV, el I y el II, lo que indica una coincidencia con relación al parámetro talla anteriormente explicado desde el punto de vista poblacional grupal, sin embargo, en la distribución de sexos, se presentan iguales resultados cualitativos a los indicados con relación a tal talla, encontrándose las mujeres en condición menor respecto a los masculinos.
Considerando el IMC detectamos que los Grupos I y II, alcanzan valores inferiores al resto de los encuestados. Este índice en esencia destaca el grado de corpulencia entre las personas, por lo que está influenciado por la composición corporal del individuo, siendo coincidente que si los grupos citados se encuentran en inferioridad de condiciones respecto a talla y peso que los grupos III y IV, debe manifestarse un mayor valor para estos últimos.
Al igual que los parámetros anteriormente descritos de talla y peso, encontramos que las féminas tienen valores inferiores dentro de sus grupos respecto al IMC, exceptuando el grupo IV en que ellas logran valores superiores y el III donde se igualan a sus compañeros de investigación.
Teniendo en cuenta la clasificación del estado nutricional de acuerdo al índice de masa corporal (ver Anexo IV), observamos que en ninguno de los grupos de edades de presenta desnutrición que ocasione un bajo peso o estados depauperados, sin embargo, en todos los grupos se presentan individuos en estado de sobrepeso o de obesidad, lo que marca una deficiencia alimentaria por exceso nutrimental calórico.
Los grupos con mayores deficiencias nutrimentales del tipo indicada son el III y IV, lo que se encuentra en relación directa con los resultados obtenidos respecto a talla y peso.
A su vez, el propio hecho de una combinación de longevidad con incrementos ostensibles dentro del IMC, muestra una mayor tendencia a la presencia de enfermedades por causas nutricionales, entre las que se destaca la hipertensión arterial (HTA) y las cardiopatías, que aunque no han sido objeto de estudio en este trabajo, poseemos referencias que demuestran su gran incidencia en estos grupos de edades en la población estudiada (Vladimir Prieto, Consultorio Médico de la Familia # 5, comunicación personal).
Los resultados de la ingesta de alimentos por parte de los integrantes de los grupos descritos, así como su desglose siguiendo la Tasa de Composición de Alimentos (TCA), aparecen en el Anexo V, debe aclararse que en este caso no se hace distinción en los dominios utilizados para el desarrollo del trabajo debido a que en las Recomendaciones Nutricionales para la Población Cubana (1996), no se definen las mismas, analizándose como adultos mayores, es decir, personas con 60 años y más.
Teniendo en cuenta que el adulto mayor debe obtener 1880 kcal, (7,9 MJ) afirmamos que la ingesta nutrimental calórica realizada por la población de estudio es inferior a tal parámetro, pues solo alcanza 1522. (6,3 MJ)
Respecto al consumo de proteínas, las necesidades para esta edad alcanzan 56 g/kg de peso al día, sin embargo estos ancianos solo obtienen 45 g/kg de peso.
De acuerdo al consumo de grasa deben consumir 58 g/kg de peso, consumiendo 46,6 g/kg de peso.
Por último, deben emplear un total de carbohidratos de 282 g/kg de peso, consumiendo 229,8 g/kg de peso.
Si consideramos que en los datos anteriores solo se han declarado los resultados ateniéndonos al uso de la energía alimentaria y de los macronutrientes, podemos considerar que la ingesta utilizada es inferior respecto a las necesidades reales de estos individuos, tal situación se repite con relación a los micronutrientes y nutrientes traza.
La tasa metabólica basal (TMB) y el gasto energético diario (GED), no coinciden en ninguno de los grupos estudiados, siendo este parámetro muy elevado en el grupo I, estos dichos parámetros nos permiten determinar el nivel de actividad física (PAL), el cual constituye un índice que es independiente del sexo o la composición corporal, (ver Anexo III) , encontrando que de acuerdo las recomendaciones cubanas de energía para individuos de actividad física ligera mayores de 60 años se estimó un PAL de 1.60, propuesto por la FAO /OMS/UNU en 1985.
Este nivel de actividad fue determinado por el citado organismo con el empleo del método factorial e incluía un margen de seguridad que cubre la población cubana, un estudio más reciente con una muestra estadísticamente no representativa de mujeres entre 60 y 70 años con vida libre, supuestamente sanas, físicamente autosuficientes y residentes en el municipio urbano Centro Habana, indicó un PAL de 1.59, para las mujeres y se acepta el valor de 1,6 para los hombres.
En nuestro caso el nivel de actividad física de los sujetos fue de 1,6 en hombres exceptuando el grupo IV y en las mujeres el valor fue de 1,5 con excepción del grupo II, que alcanza 1,49, obsérvese que en el caso de las féminas su actividad física se encuentra por debajo de la norma nacional, mientras que los varones coinciden plenamente con ella.
ConclusionesExisten diferencias notables en cuanto a talla y peso entre los sexos femenino y masculino siendo superiores para los hombres.
La ingesta calórica nutrimental de los adultos mayores en Orlando González (Municipio Majagua) no satisfacen las necesidades requeridas desarrollándose un proceso de adaptación metabólica que compensa el gasto de energía respecto a la actividad física.
La adecuación entre la tasa metabólica basal (TMB) y el gasto energético diario (GED) de los individuos, se encuentran dentro de los parámetros establecidos posiblemente por el desarrollo de procesos metabólicos adaptativos.
Bibliografía consultada
Albanese AA. Nutrition problem of the elderly. Aging 1980; 311: 7 13.
Bailey LB, Wagner PA, Christakis GJ, Araujo PE, Appledorf H, Davis CG, Mastervanni J, Dinning JS. Folacin and iron status and hematological findings in predominantely black elderly persons from urban low income house holds.Am J Clin Nutr 1979; 32: 2346 52.
Baker H, Frank O, Thind IS, Jaslow SD, LOuria DB.Vitamin profile in elderly persons living at home other in nursing homes, versus profile in healthy young subjects. J Amer Ger Soc 1979; 27: 444 50.
Bastow MD, Rawlings J, Allison SP. Undernutrition, hypothermia and injury in elderly women with fractured femur: an injury response to altered metabolism? Lancet 1983;260:182.
Basu TK. Drug Vitamin interactions. Int J Vit Nutr Res 1985; 27: 247 57.
Benedict, F.G., Miles, W.R., Roth, P. y Smith, M. Human vitality and efficiency under prolonged restricted diet. Carnegie Inst,Washington: Pub 280, 1919
Bjorntorp P. Regional patterns of fat distribution: health implications. In: Health Implication in Obesity. A report on the US national Institutes of Health Consensus Development Conference. Bethesda, Maryland, 1985:35.
Branca F, Conestà N, Ferro-Luzzi A (1996): The implentation of the food aid in the framework of the action "Segundo plan de ayuda humanitaria al pueblo cubano" with special reference to the province of Matanzas. Report to ECHO-CISP.
Calloway DH. Funtional consequences of malnutrition.Rev Inf Dis 1982; 4: 736-745.
Contaldo F, Di Biase G, Lanzetta R, Lanzilli A, Simonelli MS, Fidanza F. Nutritional status of the elderly in Naples. Int J Vit Nutr Res 1987; 57: 193 202.
Chumlea WC, Roche AF, Steinbaugh ML. Estimating stature from knee height for persons 60 to 90 years of age. Journal of the american geriatric Society 1985;33:116-120.
Chumlea WC, Steinbaugh ML, Roche AF, Mukherjee D, Gopalaswamy N. Nutritional assessment in the elderly persons 65 to 90 years of age. J Nut Elderly 1985c;4:39-51.
de Boer, J.O.,van Es, A.J.H., Roovers, L.C.A. van Raaij, J.M.A. y Haustvast, J.G.A.J. Adaptation of energy metabolism of overweight women to low energy intake. Am J Clin Nutr 1986; 44: 585-595.
Deurenberg P. International Consesus Conference on Impedance in Body Composition. Age and Nutrition 1994;5(2):142-145.
Díaz ME. Procedimientos para medir e estandarizar o peso e a altura. Universida de Pedagogica. Facultade de Ciencias de Educação Fica e Desporto. Maputo, 1996.
Durnin JVGA, Womersly J. Body fat assessed from total body density and its estimation from skinfold thickness: measurement on 481 men and women aged from 16 to 72 years. Br J Nut 1974;32:77-97.
ANEXO I.Tabla I. de distribución de la muestra por sexos y edad.
ANEXO II.Tabla II. Resumen de los resultados medios obtenidos para la talla, el peso, el IMC ,
el gasto energético y el nivel de actividad física.
Se realiza una distribución por sexos y estratos de edad
ANEXO III.Tabla III. Clasificación del estado nutricional atendiendo al
IMC de los sujetos investigados.
Simbología:
N: normal o normopeso.
SP: sobrepeso. O: obeso.
revista
digital · Año 10 · N° 75 | Buenos Aires, Agosto 2004 |