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Estudio electromiográfico de la técnica
del 'lanzamiento' en escalada deportiva

   
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Universidad de Zaragoza
(España)
 
 
José Antonio Poblador Vallés
Eva María Gómez Trullén
Cesar Ruiz-Alejos Gómez

pobla@unizar.es
 

 

 

 

 
Resumen
    En este trabajo se analizó el gesto técnico, del "lanzamiento" en la escalada deportiva, realizado en una estructura artificial, en tres ángulos de inclinación diferentes. Con un electromiógrafo se valoró en cada lanzamiento a que intensidad estaban trabajando cuatro músculos de las dos extremidades superiores y de la extremidad inferior contralateral a la de bloqueo para ver si aparecían diferencias significativas en su intensidad de trabajo al modificar la inclinación. También se buscaron posibles relaciones entre el resultado de dos test de fuerza explosiva, el resultado de los lanzamientos, el grado de escalada y las medidas antropométricas. Aparecieron diferencias significativas en todas las extremidades analizadas, sobretodo en la superior que lanzamos. Apareció relación entre el resultado de los test y la intensidad de trabajo de algunos músculos, pero no entre el resultado de los test, el grado de escalada y las medidas antropométricas.
    Palabras clave: Escalada deportiva. Lanzamiento. Electromiografía.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 75 - Agosto de 2004

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Introducción

    La escalada libre, o deportiva, es una modalidad de escalada en la que para su progresión no se utilizan ayudas artificiales, éstas sólo se emplean como medio de aseguramiento.

    Con esta mentalidad, que surgió a finales de los sesenta, podemos practicar la escalada deportiva realizando boulder, liberando grandes paredes, en escuelas de escalada o en rocódromos (Arocena, 1997).

    Cuando aún era una especialidad que se encontraba en desarrollo, surgió la primera competición de escalada por los años 80, realizándose la primera prueba de Copa del Mundo en 1989.

    La escalada deportiva de competición se realiza siempre sobre superficies artificiales, en las que se pueden encontrar secciones con distintas inclinaciones y en las que están colocadas "presas" (con diferentes formas y tamaños) que se pueden intercambiar (Miranda, 2002)

    La disposición de las presas, a diferencia de la escalada en roca, hace que en ocasiones algunos pasos sean muy morfológicos, es decir, un paso que para un determinado escalador es fácil, para otro más pequeño puede ser casi imposible. La labor de un buen "equipador" será tratar que la morfología de los sujetos no sea determinante.

    Diversos autores han tratado de clasificar las técnicas que podemos encontrar en la escalada deportiva, y entre otras están: bloqueo, lanzamiento, paso de tríceps, cruces, cambio de mano, talonamiento, … (Albesa, Lloveras, 1999).

    El lanzamiento, es una técnica de escalada deportiva consistente en realizar un salto para poder alcanzar el siguiente agarre, al que no se llega de otra manera.

    No es una técnica muy habitual en la escalada en roca, pero si en la de competición, sobre todo en la modalidad de boulder, siendo un recurso más utilizado por los escaladores de poca talla.

    La literatura científica referente a la escalada es escasa. La mayoría de los trabajos analizan el consumo energético a través de la ergoespirometría, de la frecuencia cardiaca y de la concentración del ácido láctico en sangre, la determinación de las características antropométricas y de la fuerza máxima y la resistencia muscular local a través de la dinamometría y de la electromiografía (Miranda, 2002).

    Sin embargo, no existen prácticamente estudios que analicen la participación muscular durante la propia escalada.

    Por ello se ha considerado interesante estudiar la participación muscular en la técnica del lanzamiento.

Objetivos

  • Analizar, mediante electromiografía, la actividad muscular al realizar un lanzamiento, para saber cuales son los músculos que más participan y con qué intensidad lo hacen, y comparar dicha actividad en tres ángulos de inclinación distintos.

  • Determinar la relación entre los test de fuerza explosiva y la actividad muscular en los lanzamientos de cada sujeto, con su grado en escalada.

  • Relacionar los datos antropométricos de los sujetos con su grado de escalada.


Material y método

Sujetos

    Para este estudio se seleccionaron seis escaladores deportivos, sanos, de nivel alto (con grados comprendidos entre 7c y 8 c+), que en el momento de realizar las pruebas dedicaban a entrenar o escalar, 4 o más días a la semana. Todos tenían más de 5 años de experiencia en este deporte y estaban acostumbrados a entrenar en estructuras artificiales. Sus valores antropométricos más relevantes eran: edad comprendida entre 20 y 34 años siendo la edad media 27 (±5,17) años, peso medio de 67,28 (±4,79) kg. y talla media de 171,77 (±2,66) cm. (tabla 5)

    Se les informó de las pruebas y sus objetivos y nos dieron su consentimiento.


Material

    Un panel con una altura de 310 cm. y una anchura de 90cm. sobre el que estaban ancladas 5 presas de la marca Top 30, todas ellas seleccionadas para que cuando se modifique la inclinación mantengan el mismo agarre. Esta estructura estaba fijada a la pared por medio de dos cadenas que permitían modificar la inclinación.

    Disposición de las presas. Se buscó una postura cómoda (ya que no se encontró bibliografía al respecto):

  • Entre las presas del lado derecho y las del izquierdo había una separación de 45 cm.

  • Entre las presas de los pies y las de las manos había 110 cm.

  • Entre las presas de manos y la de recepción había 140 cm.



Imagen 1: Disposición de las presas en el panel


Imagen 2: Presas de mano.

    Electromiógrafo Muscletester modelo ME. 3000P4 MegaWin con cuatro canales que permite la sincronización de los registros con la imagen.

    Los electrodos Kendall-Meditrace se utilizaron para la recogida de las señales eléctricas, son de contacto y desechables, con un núcleo central con material adhesivo que se fija a la piel, la cual previamente debe ser rasurada y desgrasada para eliminar resistencias.

Cámara de vídeo digital Sony 14 E.
Tallímetro Sega 220/221 con una precisión de ±1 mm.
Báscula A&D Instruments Ltd. con una precisión de ±0.5 g.
Kit de antropometría marca Rosscraft
Una plataforma de contactos con una precisión de 0,001 sg.
Programas informáticos: Salta 2, Excel, SPSS 12.0, MegaWin 2.


Método

    Antes de llevar a cabo el trabajo de campo se realizaron diferentes pruebas para calcular la disposición de las presas, y los protocolos a seguir, tanto en los test isométricos como en los lanzamientos.


Valoración antropométrica

    Las medidas antropométricas las realizó el mismo antropometrista siguiendo las normas y técnicas recomendadas por el Grupo Internacional de Cineantropometría (Esparza, 1993). Se tomaron las medidas más representativas y se calculó:

  • Índice de masa corporal (IMC)

  • Porcentaje de grasa


Test explosivos de fuerza

Contermouvement jump para medir la fuerza explosiva del tren inferior (Bosco, 1994).

Lanzamiento a un brazo con el que se midió la fuerza explosiva de los músculos del tren superior más implicados en la escalada (Albesa, Lloveras, 1999).

    Se efectuó un calentamiento previo a su realización.

Estudio electromiográfico Los músculos que se estudiaron fueron:

En la extremidad inferior (contralateral a la extremidad de bloqueo): Recto anterior, bíceps femoral, gemelo externo y tibial anterior.

En la extremidad superior diferenciamos la de bloqueo (la que no separamos de la presa inicial): Pectoral mayor, dorsal ancho, tríceps braquial y bíceps braquial. Y la de lanzamiento (que es la que sale a coger la presa de recepción): Pectoral mayor, dorsal ancho, bíceps braquial y flexor común superficial de los dedos.

    Los electrodos, colocados siempre por la misma persona, se situaban tras rasurar y desgrasar la piel con alcohol, sobre la parte central del vientre muscular, en línea con las fibras musculares y con una distancia interelectrodo de 2 cm. Un tercer electrodo neutro hacía efecto de masa (Clarys, Cabri 1993).

    Antes de efectuar el registro electromiográfico de estos músculos, en la prueba del lanzamiento, se hizo un test isométrico de cada uno de ellos con el fin de utilizarlo para normalizar los datos recogidos, es decir, se les hacía realizar una contracción isométrica máxima y se registraba su actividad electromiográfica. Este sería el valor normalizador y la actividad de cada músculo en la prueba del lanzamiento se expresaba en porcentaje de su actividad isométrica máxima.

    La contracción isométrica máxima se realizaba contra la resistencia impuesta por una cinta inextensible fijada a la barra de una espaldera, de altura similar al punto de aplicación de la fuerza de cada músculo. En las posiciones de decúbito se fijaba la pelvis a la camilla de exploración. El movimiento que se pedía era únicamente el principal, desechando las acciones secundarias. Las acciones musculares solicitadas son las descritas clásicamente por la mayoría de los autores (Palmer, Epler, 2002).


Imagen 3: isométrico del recto anterior

    El registro electromiográfico de la contracción isométrica máxima se recogía durante 5 segundos.

    Posteriormente, y sin variar la localización de los electrodos, se realizaba el registro electromiográfico (directamente sincronizado con la imagen de la ejecución), del lanzamiento en tres ángulos de inclinación 5º, 22º y 40º. El sujeto debía colocarse en la posición inicial, con las manos y los pies sobre las presas de partida y realizar el lanzamiento aguantando dos segundos en la presa de recepción. Los lanzamientos que el sujeto sentía no haber realizado de manera perfecta se despreciaban, aunque hubiera cogido la presa de recepción.

    Para cuantificar las señales electromiográficas obtenidas se hizo una integración de las mismas. De los registros obtenidos durante la actividad isométrica se anotaba, para su normalización, el segundo máximo del trazado integrado, considerándolo el 100% de la actividad de ese músculo.

    En el trazado electromiográfico del lanzamiento, se halló el valor y se calculó el porcentaje que suponían estos valores respecto al mayor segundo de actividad obtenido durante la contracción máxima isométrica.


Imagen 4: posición Inicial


Imagen 5: en la presa de recepción


Análisis de datos

    Se realizó primero, un estudio descriptivo con la media y la desviación estándar de cada variable antropométrica y electromiográfica para pasar después a un estudio inferencial con test no paramétricos pareados (n pequeña),

    Friedman y Wilcoxon, para comparar los datos obtenidos en los tres ángulos de inclinación.

    También se realizó una correlación de Pearson y de Spearman (no paramétrica) entre los resultados de los test de fuerza explosiva y la actividad muscular en los lanzamientos de cada sujeto y una correlación de Spearman entre el grado en escalada de cada sujeto y sus datos antropométricos y entre el grado en escalada y los test de fuerza explosiva.


Resultados

    Los datos de las tablas 1, 2 y 3 fueron las medias y la desviación estándar del porcentaje de trabajo por músculos en cada ángulo de inclinación.

    En la última columna se compararon las medias de cada músculo en los diferentes ángulos con la prueba de Friedman, y en los casos que aparecieron diferencias significativas abajo se utilizo el Wilcoxon.

En la extremidad inferior, el músculo bíceps femoral fue el único que presentaba diferencias significativas entre los grados 5º y 22º y 5º y 40º. Este aumentó la intensidad de trabajo al aumentar la inclinación, sin embargo en el resto se trabajó a una intensidad mayor a 22º, luego a 40º y por último a 5º .

    Se observó como el recto anterior y el gemelo externo trabajaron a intensidades muy similares (tabla 1)

En la extremidad superior de bloqueo, solo aparecieron diferencias significativas en el músculo dorsal ancho entre los 22º y los 40º, se produjo mayor intensidad conforme aumentó la inclinación. Esta norma se cumplió en todos los músculos analizados en este brazo. Los músculos que trabajaban a intensidades más altas son: el dorsal ancho y el tríceps braquial (tabla2).

En la extremidad superior de lanzamiento, es donde aparecieron las mayores diferencias siendo significativas en el dorsal ancho y en el bíceps braquial entre los 5º y los 40º y entre los 22º y los 40º, y en el flexor común superficial de los dedos entre todos los ángulos. El músculo que trabajo a una mayor intensidad fue el flexor común superficial de los dedos, seguido del bíceps braquial y del dorsal ancho, y con mucha diferencia el pectoral mayor (tabla 3).


Tabla 1: Porcentaje de trabajo de los músculos de la extremidad inferior.


Tabla 2: Porcentaje de trabajo de los músculos en la extremidad superior de bloqueo.


Tabla 3: Porcentaje de trabajo de los músculos en la extremidad superior de lanzamiento.

    Para comprobar la relación entre el porcentaje de trabajo de cada sujeto y su resultado en los test máximos se aplicaron las correlaciones de Pearson y de Spearman, siendo estas positivas en:

    El recto anterior a 40 º con el test C.M.J. (Pearson r = 0,842 p= 0,035)

    De la extremidad superior de bloqueo; el test de lanzamiento a un brazo con el bíceps braquial a 5º (Spearman r = 0,829 p = 0,042) y 22º (Spearman r = 0,829 p = 0,042).

    De la extremidad superior de lanzamiento; el test de lanzamiento a un brazo con el bíceps braquial a 22º (Pearson r = 0,941 p= 0,005) y 40º (Spearman r = 0,829 p = 0,042) y el flexor común superficial de los dedos a 5º (Pearson r = 0,880 p= 0,049)

    Con estos datos realizamos un gráfico de dispersión, para ver más clara esta relación.

Grafico1: relación entre el bíceps braquial a 22º de la extremidad superior de lanzamiento y el test de lanzamiento a un brazo.

Grafico2: relación entre el flexor común superficial de los dedos a 5º de la extremidad superior de lanzamiento y el test de lanzamiento a un brazo.


Gráfico 1


Gráfico 2

    También se comparo el resultado que obtuvieron en los dos test específicos con el grado de dificultad que realizan escalando, sin que apareciera ninguna relación (Spearman: r =0,58 y r =0,029).


Tabla 4: Comparación entre el resultado de los test específicos que han obtenido los sujetos y su grado de dificultad máximo.

    Y se comparó su grado de dificultad máximo con las medidas antropométricas mas relevantes mediante la correlación de Spearman sin que apareciera relación estadísticamente significativa, aunque se obtuvieron valores de r = 0,750 con la edad y r = -0,750 con el % de grasa


Tabla 5: Comparación entre el grado de dificultad máximo y unos valores antropométricos


Discusión

    Respecto a los resultados encontrados en la electromiografía se observa que los músculos que más han trabajado: flexor común superficial de los dedos, dorsal ancho, bíceps braquial, es la musculatura más relevante para la escalada según , (Miranda, 2002). En los dos brazos el pectoral mayor trabaja a una intensidad muy baja, por lo que podemos decir que para este movimiento no es un músculo importante.

    Aparentemente vemos una contradicción en la extremidad inferior, ya que los valores más altos se obtienen en el bíceps femoral (tabla 1) y este no es un extensor de la pierna. Pensamos que el aumento de intensidad en este músculo no es consecuencia del impulso de lanzamiento, si no de la fuerza que realiza el sujeto para controlar el balanceo de las piernas en la parte final del movimiento, ya que al aumentar la inclinación aumenta el desplazamiento horizontal y por lo tanto el balanceo (imagen 5).

    En la extremidad superior de bloqueo (tabla 2) se ve como el tríceps braquial, que es un músculo extensor, juega un papel fundamental en la parte final del movimiento, empujando sobre la presa e intentando aguantar al cuerpo en el aire durante el punto muerto para que el otro brazo alcance la presa final, como aparece en (Del Campo, 2001).

    Si se compara la intensidad de trabajo de los músculos, se ven diferencias entre la extremidad superior y la inferior. En todos los músculos de la extremidad superior se cumple que a mayor grado de inclinación, mayor intensidad de trabajo muscular. Esto coincide con el estudio de (Watts, Drobish, 1998), que encontraron que el gasto metabólico aumentaba con el ángulo de la pared .Sin embargo en la extremidad inferior (salvo el bíceps femoral) la mayor intensidad se produce en los 22º, seguido de los 40º y por último los 5º. La percepción de dificultad que tenían los sujetos a la hora de realizar los lanzamientos coincide con la intensidad que aparece en la extremidad inferior.

    Al comparar el resultado en los test y la intensidad de trabajo de los músculos se ve como el bíceps braquial es el músculo que presenta mayor correlación (4 veces es significativa). Pesamos que esta relación es debida a que este músculo es fundamental en el desarrollo del test de lanzamiento a un brazo, aunque habría que comprobarlo analizando con electromiografía la ejecución del test.

    Al comparar el grado real de escalada, con el resultado de los dos test (tabla 4) se ve como no hay ninguna relación. Si analizamos la clasificación de Goodard y Neuman (1993) citada en (Peleteiro, García-López, 2003) vemos que los factores de rendimiento en la escalada son los siguientes:

Condiciones externas, tipo de superficie, clima, equipo, …
Condiciones del medio: salud, talento, tiempo disponible, …
Coordinación y técnica, capacidad de coordinación, habilidad, …
Forma física, fuerza, resistencia, flexibilidad, …
Aspectos tácticos, experiencia, momento de la vía, …
Aspectos psicológicos, ansiedad, motivación, concentración, …

    Así pues el rendimiento en cualquier disciplina deportiva, y más en la escalada es mucho más complejo que el resultado en unos test. "Hoy en día la evolución de la escalada deportiva nos lleva cada vez hacia movimientos extremos aislados o hacia vías de 40 metros o más (Macià, 2004). Por esto, el escalador que esté acostumbrado a realizar vías largas, necesitará otra preparación que el que realice vías de bloque.

    Además, los test solo valoraban la fuerza explosiva, y en la escalada la fuerza resistencia es una capacidad de suma importancia, que nos va a condicionar el rendimiento (Lezeta, 2000). "Analizando los estudios acerca de la fuerza y la resistencia muscular local, parece ser que esta última es un factor más determinante del rendimiento que la propia fuerza máxima" (Miranda 2002)

    En la tabla 5 aparece el grado de escalada con una serie de datos antropométricos, y se ve que aunque no ha aparecido ninguna relación estadísticamente significativa, los datos: edad y el porcentaje de grasa con el grado de escalada están semiordenados. El sujeto que se sale de esta relación práctica la escalada de bloque, por lo que si tuviéramos en cuenta el grado que realiza en vías largas, posiblemente seguiría la norma.

    La relación de "a más edad más grado", es casual. Es posible que a mayor edad, corresponda mayor experiencia, más tiempo de seguir un entrenamiento y por lo tanto mayor técnica, … Podemos decir que cuanto más tiempo llevemos entrenando, más cerca estaremos de nuestro máximo nivel posible , aunque habrá otros sujetos, con un nivel potencial más alto, o que simplemente han empezado a edades más tempranas y no cumplirán esta relación.

    El porcentaje de grasa si sería una variable más relevante de cara a indicar el rendimiento. Hay una ecuación para predecir el rendimiento en la escalada relacionando la fuerza de prensión y el porcentaje de grasa (Watts y cols. 1993).

    Los datos de la talla y el peso, son muy similares a los encontrados en un trabajo con seis escaladores del mismo nivel realizado en Lleida (Olaso y cols. 2002).


Conclusiones

    Los músculos que más trabajan en este movimiento son: flexor común de los dedos, dorsal ancho, bíceps braquial, tríceps braquial, teniendo una relación directa su actividad muscular con el grado de inclinación a la hora de realizar el movimiento, excepto en la extremidad inferior, donde la actividad máxima se da a 22º.

    Analizando a los sujetos por separado aparece correlación entre el resultado de sus test de lanzamiento a un brazo con la intensidad a la que trabaja en el músculo bíceps al realizar los lanzamientos.

    El grado de escalada no presenta correlación con los test de fuerza explosiva ni con las variables antropométricas, aunque con la edad y el porcentaje de grasa si que sigue una tendencia.

    El conocer los músculos que más trabajan en este movimiento, es una información muy interesante de cara a planificar un entrenamiento para mejorar esta técnica. Como ejemplo vemos que el tríceps braquial del brazo de bloqueo trabaja a una intensidad importante, y sin embargo es un músculo, que los escaladores no entrenan.

    Un posible proyecto que ampliaría este estudio sería dividir el movimiento en fases y analizarlas por separado, para ver en que parte del movimiento aparecen las diferencias significativas.


Bibliografía

  • Albesa C. Lloveras P. Bases para el entrenamiento de la escalada. Madrid: Desnivel, 1999.

  • Arocena P. Escalada deportiva y entrenamiento. Madrid: Desnivel, 1997

  • Bosco C. La valoración de la fuerza con el test de Bosco. Barcelona: Paidotribo, 1994.

  • Clarys J.P. Cabri J. Electromyography and the study of sport movements. Sports Sciences. 1993; 11: 379-448.

  • Del Campo H. Aprende a volar, dinámicos en escalada. Desnivel - Entrenamiento, 2001.

  • Esparza, F. Manual de Cineantropometría, Monografías FEMEDE. 1993

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  • Lezeta F.J. Evaluación de la fuerza en la escalada deportiva. Revista Escolar 2000; (20): 47 - 51.

  • Macià D. ¿Escalar dinámico o estático? Revista Escalar 2004; (37): 41 - 48

  • Miranda J.M. Las direcciones de la preparación física en la escalada deportiva. http://www.efdeportes.com/ Revista Digital 2002; 8 (51).

  • Olaso S. Planas A. Fuster J. Badía E. Cazcarro S. El control de la potencia en la preparación de un grupo de escaladores de competición. Apunts educación física y deportes 2002; (70): 34 - 40.

  • Palmer M.L. Epler M.E. Fundamentos de las técnicas de evaluación musculoesquelética. Barcelona: Paidotribo; 2002.

  • Peleteiro J. García-López J. Parámetros biomecánicos es escalada deportiva y su influencia en el rendimiento. Rendimiento deportivo.com 2003; (4).

  • Watts P.B. Drobish K.M. Physiological responses to simulated rock climbing at different angles. Medicine&Sciencein Sports& Exercise 1998; 30 (7): 1118-1122.

  • Watts P.B. Martin D.T. Durtschi S. Anthropometric profiles ofelite male and female competitive sport rock climbers. Journal of Sports Sciences 1993; (11): 113 - 137.

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revista digital · Año 10 · N° 75 | Buenos Aires, Agosto 2004  
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