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Una propuesta de aprendizaje
del juego acrobático en el voleibol

   
Facultad de Ciencias de la Educación
Licenciatura en Ciencias de Actividad Física y
del Deporte de Pontevedra
Universidad de Vigo
(España)
 
 
Alfonso Gutiérrez Santiago
ags@uvigo.es  
José María Cancela Carral
chemacc@uvigo.es
 

 

 

 

 
Resumen
    Una de las preocupaciones de los entrenadores de voleibol es el miedo de determinados jugadores (sobretodo los comprendidas entre 14 y 15 años) a realizar el juego acrobático (propio del voleibol) necesario para salvar balones de 2ª línea que fácilmente serían un punto para el adversario, debido al daño físico-psicológico que les ocasiona la realización inadecuada del mismo. Es por ello que en este artículo se expone un trabajo de investigación donde se trata de demostrar que el aprendizaje previo de las caídas de judo puede ser beneficioso para el posterior aprendizaje de las caídas de voleibol, perdiendo, de este modo, el miedo a caer.
    Palabras clave: Caída. Voleibol. Judo. Transferencia.
 
Abstract
    One of the preoccupations of the trainers of volleyball is the fear of given player (overcoat understood them between 14 and 15 years) to accomplish the acrobatic game (own of the volleyball) necessary to save balls of 2ª line that easily they would be a point for the adversary, due to I damage physical - psychological that them causes the improper accomplishment of the same. It is because of this that in this article is exposed an investigation work where it is considered to demonstrate that the previous learning of the falls of judo can be beneficial for the subsequent learning of the falls of volleyball, losing, of this manner, the fear to fall.
    Keywords: Fall. Volleyball. Judo. Transfer.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 74 - Julio de 2004

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1. Introducción

    Hasta el momento, la investigación de las caídas se ha llevado por separado, por un lado en el judo (principalmente) y por otro en el voleibol (por supuesto, también en otros deportes, pero no son objeto de estudio en esta investigación). Multitud de autores del mundo del judo (Kano, 1989; Kudo, 1979; Kimura, 1976) han definido las caídas como las técnicas o movimientos necesarios para no hacerse daño durante la realización de este deporte, fundamentalmente a la hora de ser proyectado. En cambio, en el mundo del voleibol, la razón principal de la existencia de dichas caídas no es la evitación de cualquier tipo de daño (cosa que también es importante, aunque en menor medida), sino el poder llegar a aquellos balones que mediante desplazamientos básicos sería imposible alcanzar a tiempo. Pero, evidentemente, hemos de tener presente que a la hora de realizar estas caídas, debemos realizarlos con unas condiciones mínimas de seguridad. No deben ser ejecutados de cualquier forma, ya que el alumno podría sufrir graves lesiones así como adquirir miedos, y consecuentemente una actitud reticente a la realización posterior de dicho acción motriz acrobáticas.

    Con el objetivo de determinar que transferencia puede tener el aprendizaje de las caídas en judo en relación a las caídas que se ejecutan después del juego acrobático en voleibol surgió este trabajo de investigación. Con el, además de conocer como influía el aprendizaje del juego acrobático del voleibol a través del judo, o dicho de otra manera, si el uso de la metodología de enseñanza de la caídas en judo, podía acelerar el proceso de aprendizaje para la ejecución de las caídas el voleibol, se pretendía también determinar si este proceso de aprendizaje iba a provocar o no un excesivo número de caídas inadecuadas.


2. Objetivos e hipótesis

    Con el fin de dar solución al problema planteado acerca de que proceso de aprendizaje es mejor -más efectivo- para la ejecución y toma de decisión a la hora de llevar a cabo una acción acrobática en voleibol surge la siguiente investigación que podemos resumir en los siguientes objetivos e hipótesis.

    De forma resumida los objetivos generales que nos planteábamos son:

  • Determinar si la adquisición de una habilidad motriz básica del judo, va a reducir o evitar el miedo a ejecutar las caídas en jugadores de voleibol

  • Comprobar si realmente existe una transferencia positiva de las caídas de judo a las caídas de voleibol. Y si es así determinar la idoneidad de las mismas.

    Teniendo en cuenta estos dos objetivos generales de la investigación planteamos dos hipótesis:

  1. El conocimiento de las caídas de judo por parte de los jugadores de voleibol evita el miedo a la caída.

  2. El conocimiento de las caídas de judo por parte de los jugadores de voleibol tiene una transferencia positiva de cara al alto rendimiento en la realización de las caídas en voleibol.La pérdida del miedo a caer puede llevar a un uso indebido de las caídas, utilizándolas en momentos del partido donde sería necesaria la utilización de otro recurso técnico.


3. Método

3.1. Participantes

    La muestra estuvo formada por 12 jugadoras de edades comprendidas entre 14 y 15 años, pertenecientes a la población femenina escolar de León, del colegio concertado Ntra. Sra. del Carmen, que participaron voluntariamente en el estudio. Dicho grupo de 12 jugadoras fue dividido en dos subgrupos mediante la técnica de muestreo probabilístico aleatorio simple teniendo en cuenta que ambos grupos estuvieran formados por jugadoras de voleibol de toda la franja de edad analizada.

3.2. Variables a analizar

    En ambos grupos se analizaron los siguientes aspectos, que serían por lo tanto las variables a tener en cuenta en el análisis estadístico:

  • Número de caídas realizadas. Se analizó el número de caídas que ejecutó el conjunto de jugadoras que participaron en la investigación durante diez partidos que se celebraron en su cancha durante la temporada 1999/2000. El número caídas fue clasificado en función del resultado, así se tuvo en consideración cuántas obtuvieron un resultado positivo y cuántas un resultado negativo. Entendimos por resultado positivo, todas aquellas caídas en las cuales el jugador era capaz de salvar el balón de ataque del equipo adversario, impidiendo la consecución de un punto. Y por resultado negativo, todas aquellas caídas en las cuales el equipo adversario conseguía un punto a su favor.

  • La idoneidad de las caídas. es decir, el número de caídas que fueron ejecutadas por ambos grupos se clasificaron en función de si eran realizadas en el momento adecuado o las utilizaban también en situaciones que no era necesario, pudiéndose resolver dicha situación con otro recurso técnico (desplazamiento laterales, desplazamientos oblicuos,…), es decir lo que se pretendió evaluar es que si el jugador de voleibol realizaba el juego acrobático y después la caída sin motivo aparente o bien utilizaba este recurso cuando era imprescindible, ya que sino estaríamos provocando una confusión en el jugador a la hora de determinar que recurso técnico utilizar para recepcionar - recuperar el balón y por lo tanto una perdida en la capacidad discriminatoria del sujeto a la hora de determinar en que momento utilizar el juego acrobático y la posterior caída y en que momentos no.

  • La ejecución de amagos de caída, muestras de duda, miedo, inseguridad... (siempre teniendo en cuenta que este aspecto tiene un grado elevado de subjetividad para su valoración). Se tuvo en cuenta también la variable amagos es decir, las muestras de duda que los jugadores presentaban a la hora de realizar o intentar realizar el juego acrobático del voleibol.

    Tanto para la variable amagos como para la variable idoneidad, debido al grado elevado de subjetividad que tienen ambas se decidió por determinar, si una acción era idónea o no o si tenía lugar un amago de juego acrobático o no a través del consenso del grupo de investigación que estaba formado por 5 investigadores, que visualizaban todos los partidos dos veces con el fin reducir en lo posible esa subjetividad.


3.3. Procedimiento

    El estudio se llevó a cabo durante la temporada 1999/2000. Con el objetivo de conseguir que la muestra inicial fuera lo más homogénea posible se llevó a cabo durante la pretemporada un entrenamiento del juego acrobático del voleibol y de sus respectivas caídas en el conjunto de las 12 niñas que participaban en el estudio. Asimismo una vez organizados los dos grupos(experimental y control) que iban a participar en la investigación se llevó a cabo 4 partidos del grupos experimental contra el grupo control y fueron analizadas a nivel estadístico el número de caídas, el número de caídas positivas y negativas, la idoneidad de las caídas y el número de amago, observándose que no había diferencias significativas en las variables analizadas, por lo que podíamos concluir que ambos grupos eran gemelos estadísticamente hablando.

    Una vez comprobado la inexistencia de diferencias significativas entre ambos grupos se sometió al Grupo Experimental a 5 sesiones de aprendizaje de las caídas de judo, sin dejar los entrenamientos habituales de voleibol. Una vez terminadas estas sesiones se llevaron a cabo 5 sesiones intermedias entre judo y voleibol, a través de formas jugadas. Y por último, 5 sesiones dedicadas exclusivamente a las caídas de voleibol. Con el Grupo Control se procedió a enseñarles directamente las caídas de voleibol, utilizando para ello 15 sesiones, con el criterio que ambos grupos recibieran el mismo número de clases teórico-prácticas, y lo único que los diferenciara fuera los contenidos desarrollados en cada grupo.


3.3.1. Metodología de observación

    El registro de los aspectos señalados en el diseño del experimento se llevó a cabo mediante la observación en vídeo de 10 partidos de voleibol jugados en cancha propia, utilizando un sistema de juego 4:2 en ataque, y en defensa una 1ª línea de doble bloqueo por zona 4 y 2 (tapando la diagonal), por zona 3 bloqueo simple y en la 2ª línea con el 6 adelantado.

    Además, teniendo en cuenta la subjetividad de alguno de los aspectos a analizar y por temor a no poder observar claramente dichos detalles en el posterior análisis en vídeo, se realizó también la observación durante el transcurso de los partidos mediante planillas donde simplemente reflejamos aquellas jugadoras que mostraban estos sentimientos de miedo e inseguridad, y el número de veces que ocurrieron durante el mismo.

    La observación fue llevada a cabo por cinco miembros del grupo de investigación HI22 de la Universidad de Vigo. Todos los partidos fueron visualizados dos veces con el fin reducir en lo posible la subjetividad propia de ciertos parámetros a analizar, y todas las tomas de decisión fueron determinadas por consenso grupal.


4. Análisis de los resultados

    Realizando un primer análisis descriptivo (ver tabla 1), en donde podemos observar que los datos obtenidos por el grupo experimental (el cual fue sometido al programa de aprendizaje de las caídas de Judo) muestra mejores valores que los del grupo control en cuanto al número de caídas con resultado positivo, como queda reflejado al comparar la media aritmética.

Tabla 1. Número de casos(n), media aritmética(x) y desviación típica (sd) del número de caídas con
resultado positivo, número de caídas con resultado negativo y número de caídas idóneas.

    Por otro lado, y aunque en un principio pudiera parecer perjudicial, la media de las caídas con resultado negativo del grupo experimental (30,50) es superior a la media de las caídas con resultado negativo del grupo control (20,67). Lo cual tiene una explicación lógica, ya que al realizarse un número total de caídas mayor en el grupo experimental que en el grupo control, por probabilidad también es lógico que sea mayor el número de caídas con resultado negativo en el grupo que ha sido sometido al tratamiento. En cuanto a la Idoneidad - No Idoneidad de las caídas, nos ocurre exactamente lo mismo que con las Caídas con Resultado Positivo - Caídas con Resultado Negativo, es decir, en ambos casos la media es superior en el grupo experimental.

    Una vez realizado este primer análisis descriptivo de los resultados, creemos que es aún más interesante pasar a analizar la interrelación existente entre el resultado obtenido en la caída y su idoneidad, además de analizar el número de amagos realizado por parte de las jugadoras, es decir:

  • Las caídas con resultado positivo Idóneas

  • Las caídas con resultado positivo No Idóneas

  • Las caídas con resultado negativo Idóneas

  • Las caídas con resultado negativo No Idóneas

    Es importante hacer esta diferenciación porque si el hecho de analizar las caídas con resultado positivo o negativo nos aportaba datos interesantes, observar la idoneidad o no idoneidad de dichas caídas enriquecerá el estudio aportando datos relevantes para futuras investigaciones.

    Pasemos, a continuación, a realizar una aclaración más profunda de los términos a los que acabamos de hacer referencia:

  • Caída con resultado positivo idónea: son aquellas caídas, en las cuales el equipo adversario no ha conseguido un tanto a su favor, siendo necesaria su realización porque no se podía resolver con otro recurso técnico (desplazamiento).

  • Caída con resultado positivo no idónea: son aquellas caídas, en las cuales el equipo adversario no ha conseguido un tanto a su favor, no siendo necesaria su realización porque se podía resolver con otro recurso técnico (desplazamiento).

    Pero hay que tener en cuenta de cara al alto rendimiento este tipo de caídas hay que considerarlas como buenas ya que hemos obtenido un buen resultado. Pero, por el contrario, estamos en una etapa en la que debemos acostumbrar a nuestras jugadoras a que realicen aquellas actuaciones que técnicamente son más adecuadas, es decir, si es más adecuado que realicen un desplazamiento que una caída, pues que lo realicen.

  • Caída con resultado negativo idóneas: son aquellas caídas, en las cuales el equipo adversario ha conseguido un tanto a su favor, siendo necesaria su realización porque no se podía resolver con otro recurso técnico (desplazamiento). En cuanto a este tipo de caídas, de cara al alto rendimiento no son interesantes ya que nos han marcado un punto; pero de cara a la iniciación, no podemos despreciarlas porque las jugadoras han elegido el momento óptimo para ejecutar la caída, no pudiendo resolverse con un desplazamiento. Además hemos de tener en cuenta, que no siempre que realicemos una acción técnicamente correcta vamos a obtener un resultado satisfactorio. Habrá muchas ocasiones en que no consigamos el resultado esperado, a pesar de haber utilizado el recurso técnico más adecuado para esa situación. Por eso, no podemos achacar la obtención de un resultado negativo a la realización de la caída, sino que tendremos que atribuírselo a otra serie de factores posiblemente anteriores, como podría ser el caso de una mala colocación, un ataque defectuoso, un planteamiento táctico equivocado, etc.

  • Caída con resultado negativo no idóneas: son aquellas caídas, en las cuales el equipo adversario ha conseguido un tanto a su favor, no siendo necesaria su realización porque se podía resolver con otro recurso técnico (desplazamiento).

    Evidentemente, esta es la situación más desfavorable de todas, ya que presumiblemente podríamos achacar dicho resultado negativo a la mala elección del recurso técnico a emplear. Quizás, si se hubiese empleado un desplazamiento en vez de una caída, habríamos obtenido un resultado positivo. Pero esto, es algo que tampoco podremos saber, ya que, como vimos en el caso anterior, se van a producir situaciones donde se hará una elección de la técnica adecuada, y sin embargo obtendremos un resultado negativo.

Tabla 2. Número de casos(n), media aritmética(x) y desviación típica(sd) del número de amagos, caídas con resultado positivo e idóneas, caídas con resultado positivo y no idóneas caídas con resultado negativo e idóneas y caídas con resultado negativo y no idóneas y el número de caídas totales.

    En la tabla 2, podemos observar que el grupo experimental tiene, en comparación con el grupo control, una valor medio superior en las caídas que obtuvieron un resultado positivo y además fueron ejecutadas en el momento idóneo; comportamiento estadístico que se vuelve a repetir, aunque en menor cuantía, en el caso de las caídas que obtuvieron un resultado a pesar de ser realizadas en un momento que no era el más idóneo. Siendo estas últimas también interesantes de cara al resultado final. Así mismo, la media de caídas que obtuvieron un resultado negativo, pero fueron realizadas en un momento idóneo, es superior en el grupo experimental, siendo la diferencia entre ambas, presumiblemente, no significativa. Situación que también sucede con las caídas que obtuvieron un resultado negativo, y además se ejecutaron en un momento no idóneo. Por otro lado, también podemos observar que la media de amagos, dudas, muestras de temor o inseguridad, es bastante superior en el caso del grupo control; lo cual, a priori, podría suponer que la realización de un programa de aprendizaje de las caídas de judo previo al aprendizaje de las caídas de voleibol, evita el miedo a la caída, teniendo una mayor predisposición a la realización de las mismas.


Hipótesis 1

    La primera hipótesis que hacía referencia a como el conocimiento de las caídas de judo por parte de los jugadores de voleibol iba a evitar el miedo a ejecutar las caída de voleibol. Para la confirmación de esta hipótesis hemos de tener en primer lugar presente lo siguiente: a mayor número de caídas realizadas por una jugadora, menor miedo a la caída; y a menor número de amagos realizados, menor miedo a la caída, y teniendo en cuenta esto, hemos considerado dos variables fundamentales en esta hipótesis: Número de caídas y el Número de Amagos.

Tabla 3. Contraste de medidas de las siguientes variables a través de la prueba t de student (*<0.05).

    Si tenemos en cuenta que la media de caídas de ambos grupos (experimental y control) es de 75,61 y 42,66 respectivamente; y que la diferencia entre ambos grupos es significativa, diferencia obtenida mediante una prueba "t de student", podemos afirma que el aprendizaje de las caídas de judo condicionan la realización de las caídas en voleibol. Los valores obtenidos confirmar dicha diferencia estadísticamente significativa pues hemos obtenido un valor de t = 3,137 y Sig=0,014. Además, hemos realizado el mismo análisis para la variable "número de magos" (grupo experimental y grupo control), obteniendo una media de 28 y 54,33 respectivamente, y a través de una prueba de contrate "t de student", hemos obtenido una t=3,781 y una Sig= 0,004 lo cual ratifica que conocimiento de las caídas por parte de las jugadoras de voleibol evita el miedo a la caída, ya que el grupo experimental realizó un mayor número de caídas durante los partidos observados, apenas realizó amagos de caída, siendo bastante menores las situaciones en donde mostraron miedo e inseguridad. Es evidente que conocer una de las técnicas básicas de judo (las caídas) proporciona en el receptor de la enseñanza una mayor seguridad, mayor confianza en sus posibilidades, y en definitiva en el desarrollo de su personalidad, adquiriendo una mayor autoestima (tan importante en estas edades).


Hipótesis 2

    Para confirmar que "el conocimiento de las caídas de judo por parte de las jugadoras de voleibol tiene una transferencia positiva de cara al alto rendimiento en la realización de las caídas en voleibol", tuvimos en cuenta dos variables: por un lado, el número de caídas totales, y por otro, el número de caídas con resultado positivo. Dichas variables las comparamos en ambos grupos para observar si había diferencias significativas. En el caso de la variable Número de caídas, ya pudimos observar en la discusión de la anterior hipótesis cuáles fueron sus medias, y también comprobamos que las diferencias entre ambos grupos eran significativas en favor del grupo experimental. Para la variable Número de caídas con resultado positivo, obtuvimos una media de 44,67 para el grupo experimental y 22 para el grupo control. Además realizamos una prueba "t de student", donde obtuvimos un valor de t=3,789 y una sig=0,004 (Ver tabla 3). Lo cual supone que las diferencias entre ambos grupos son significativas, y a la vista de los resultados se verifica que existe una transferencia positiva entre las caídas de judo y las caídas de voleibol de cara al alto rendimiento.


Hipótesis 3

    Para comprobar que "la pérdida del miedo a caer puede llevar a un uso indebido de las caídas, utilizándolas en momentos del partido donde sería necesaria la utilización de otro recurso técnico", analizamos la siguiente variable: Número de caídas realizadas en el momento no idóneo.

    En dicho análisis comparamos las medias de ambos grupos, y pudimos observar que la media del grupo experimental (26,86) es superior a la del grupo control (13,17). Para ver si las diferencias entre ambos grupos eran significativas, nuevamente realizamos una prueba "t de student" donde obtuvimos una t = 3,570 y una significatividad = 0,005 (Ver tabla 3). Lo que indica que las diferencias entre ambos grupos son significativas.

    A priori, los datos obtenidos en esta última hipótesis podrían llevarnos a pensar que no interesa llevar a cabo este programa de enseñanza de las caídas de judo a jugadores de voleibol, pues como se muestra en la tabla 3 los sujetos que han sido sometidos al programa han realizado más caídas no idóneas que los que no han participado, y esta diferencia ha sido significativa. No obstante, no nos debemos olvidar que dentro de tipo de caídas idóneas se engloban, también las idóneas positivas y las idóneas negativas, cuyo valor formativo y de rendimiento difieren. Por ello hemos recurrido a comparar por un lado las "caídas que obtuvieron un resultado positivo y se realizaron en un momento no idóneo" con las "caídas que obtuvieron un resultado negativo y también se realizaron en un momento no idóneo", de ambos grupos por separado, con el objeto de recabar más información sobre el desarrollo o no del programa. Para ello, primeramente, comparamos en el grupo experimental:

  1. Las Caídas POSITIVAS NO IDÓNEAS

  2. Las Caídas NEGATIVAS NO IDÓNEAS

    Nuevamente, realizamos una prueba "t de student", obteniendo un t = 4,580 y una significatividad = 0,006. Lo cual significa que en el grupo experimental la diferencia entre las caídas con resultado positivo no idóneas y las caídas con resultado negativo no idóneas es significativa, a favor de las Positivas. Y por lo tanto, sí interesa llevar a cabo el programa de las caídas de Judo. Es decir, a pesar de que se producen (dentro de las caídas no idóneas) caídas con resultado negativo, son mucho mayores las que se producen con resultado positivo. Lo cual es interesante de cara al alto rendimiento. Si dicha diferencia no hubiera sido significativa, nos estaría indicando que el programa no es bueno, ya que prevalecerían las caídas con resultado negativo no idóneas sobre las positivas no idóneas, cosa que no nos interesa, y que no sucede en el caso del grupo experimental.

    Esta misma operación la llevamos a cabo con el grupo control, donde también comparamos:

  • Las Caídas POSITIVAS NO IDÓNEAS

  • Y las caídas NEGATIVAS NO IDÓNEAS

    Nuevamente, realizamos una prueba "t de student", obteniendo un t = 0,115 y una significatividad = 0,913, siendo muy superior a 0,05. Lo cual significa que en el grupo control la diferencia entre las caídas con resultado positivo no idóneas y las caídas con resultado negativo no idóneas NO es significativo. Esta falta de significatividad nos está indicando que, en este grupo control, las caídas no idóneas, sí van a tener una influencia negativa en el rendimiento de las jugadoras, ya que no se observa una diferencia significativa entre las que obtienen un resultado positivo y las que obtienen un resultado negativo; lo cual hace que prevalezcan las que suponen un resultado negativo.

    Por lo tanto, este resultado refuerza aún más hipótesis de utilización de un programa de caídas de Judo, ya que dicho programa reduce considerablemente el efecto de las caídas no idóneas, siendo paliado por el alto número de caídas con resultado positivo de las mismas.

Tabla 4. Contraste de medidas de las siguientes variables (Caídas positivas no idóneas y
caídas negativas no idóneas) a través de la prueba t de student (*<0.05).

    Además de la comprobación anterior, también es importante realizar la siguiente comparación para poder demostrar que sí interesa llevar a cabo un programa previo de caídas de Judo: comparamos las caídas con resultado positivo no idóneas entre ambos grupos, es decir:

  • La caídas POSITIVA NO IDÓNEA del Grupo Experimental

  • Y la caída POSITIVA NO IDÓNEA del Grupo Control.

    Para ello, hayamos la media de caídas con resultado positivo no idóneas en el grupo experimental (15,5) y en el grupo control (6,66); y comprobamos si había diferencias significativas entre ambos grupos. Este dato es importante porque sería el que definitivamente corroboraría que sí interesa la aplicación de dicho programa de Judo, siempre y cuando nos diese un resultado favorable hacia el grupo experimental.

Tabla 5. Contraste de medidas de las siguientes variables (Caídas positivas no idóneas)
a través de la prueba t de student (*<0.05).

    Para dicha comprobación, nuevamente, realizamos una prueba "t de student", obteniendo un t = 3,724 y una significatividad = 0,004, siendo menor a 0,05. Lo cual significa que la diferencia entre las caídas con resultado positivo no idóneas entre ambos grupos es significativa. Esto supone un resultado favorable para seguir manteniendo un programa de este tipo a pesar de que sean mayores las caídas no idóneas en el grupo experimental.

    Pero, por supuesto, esto no es óbice para que el entrenador insista en que dichas caídas solamente son un recurso excepcional, y hacerles comprender que antes hay que utilizar otros recursos técnico-tácticos fundamentales y básicos como son el desplazamiento y la idónea colocación en el campo.


6. Conclusiones

  • Realizar un trabajo de las caídas de judo en jugadoras de voleibol es beneficioso porque adquieren soltura, seguridad, confianza en sí mismas, evitando conductas de duda o inseguridad ante situaciones que implican una pérdida del equilibrio corporal, rodar en el suelo, etc. En definitiva pierden el miedo a caer.

  • El conocimiento previo de las caídas de judo facilita el posterior aprendizaje de las caídas de voleibol. Pudiendo comprobarse que existe una transferencia positiva de las primeras a las segundas.

  • Perder el miedo a la caída implica realizar mayor número de caídas en situaciones donde no sería necesario. Pero a la vez, supone salvar mayor número de balones que serían punto para el equipo contrario. Por lo tanto, es mejor que pierdan el miedo a la caída aunque realicen un mayor número de caídas innecesarias, que tener miedo a la caída y no realizarlas para salvar balones que de otro modo no sería posible alcanzar.

    El entrenador tendrá que concienciar a sus jugadoras para que no utilicen estas caídas de forma innecesaria, recordándoles que es un recurso excepcional, y que previamente se deben utilizar otros.


Bibliografía

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  • KUDO, K. (1979). Judo en acción. Técnicas de proyección. Bilbao: Fher

  • MAINER, M. (1994). Iniciación al voleibol. Zaragoza: Imagen y deporte.

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