Educar la convivencia en el aula de Educación Física |
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Maestro en C.E.PR. "San Pascual Bailón" de Pinos Puente, provincia de Granada |
Juan Medina López juan_ml@telefonica.net (España) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 74 - Julio de 2004 |
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1. Ideas previas
¿Qué es la convivencia?
Si convivir es vivir juntos, cohabitar (Diccionario de la R.A.E.), la convivencia es un proceso que permite no un simple estar juntos sino un tipo de acción interactiva y productiva desde el punto de vista humanista.
La convivencia es mucho más que cohabitación porque exige el contacto y el intercambio de acciones positivas entre personas. Y la escuela es uno de los ámbitos donde el proceso de "interconvivir" adquiere un sentido y carácter especial porque le viene encomendada su planificación y desarrollo.
¿Qué es la responsabilidad?Ser responsable significa cuidar de algo o de alguien y también quiere decir asumir las consecuencias de la libertad. Porque libertad y responsabilidad son anverso y reverso de una misma moneda, actitudes interdependientes y consecuentes con un quehacer ético.
El tipo de responsabilidad que en estas clases de Educación Física se persigue concuerda, además de con el hecho de saber emplear la libertad, con dos deberes fundamentales: con el deber de cuidar -velar por alguien o cuidar de algo-, y con el deber de dejarse cuidar.
Se apuesta, en consecuencia, por aquello que KUNG (2000:75) denomina la doble dimensión de la responsabilidad, donde lo notorio es un acto de cuidar recíproco y relacional, que en el aula se planteará desde un esquema donde la figura del responsable cuida pero, a la vez, debe ser cuidada.
¿La escuela y el área de E. F. deben enseñar a convivir?El artículo 27 de la Constitución Española, en su punto 2, afirma: "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales". Es decir, la convivencia requiere un aprendizaje y la escuela debe arbitrar los métodos y las acciones que conduzcan hacia ella.
La Educación Física concuerda con esta intención general cuando dos de sus objetivos expresan: "Participar en juegos y otras actividades, estableciendo relaciones equilibradas y constructivas con los demás" y "Valorar diferentes comportamientos que se presentan en la práctica de la actividad física". Ambos, sin duda, obligan a los-as docentes al desarrollo de una experiencia educativa singular, que toma como eje organizador el tema transversal1 denominado "La Educación Moral y Cívica"2 .
Aprender a convivir en el área de Educación Física: una experiencia que sigue perfeccionándose.
Contexto de partidaLa experiencia que aquí se relata tiene lugar desde hace tres cursos académicos en un Colegio Público de Educación Primaria (EP), exactamente en el "San Pascual Bailón" de Pinos Puente, provincia de Granada.
La clase de E. F., en los cursos de 1º, 2º y 3º de la Educación Primaria, ha sido el ámbito de experimentación de una metodología ideada para la mejora y aprendizaje de la convivencia. Aprender a convivir desde la responsabilidad, aprender a ser y saber compartir, aprender a superar el conflicto con diálogo y reconciliación, aprender a cuidar a los demás y aprender que todas las personas merecemos un trato justo y respetuoso, fueron intenciones formalizadas mediante estrategias reguladas con normas y reglas abiertas, comprensibles, consensuadas y concordantes con las finalidades expresadas en los diferentes documentos de nuestro Proyecto de Centro.
Arbitrar una intervención educativa fundada en tales premisas conllevó la aplicación de los siguientes principios metodológicos:
La delegación de responsabilidad a las niñas y los niños.
La utilización del juego libre.
El aprendizaje cooperativo y compartido.
La atención a la diversidad de intereses y posibilidades motrices.
La negociación del currículo.
La apuesta por una Educación Física coincidente con el enfoque participativo.
El diálogo como método para superar conflictos.
La experiencia paso a pasoEl plan diario: Momentos
a. Reunión
Alumnas y alumnos son conducidos-as desde el aula hasta un punto de reunión en el patio del colegio. Allí son informados y se procede a la elección de los y las responsables.
Foto 1
b. Somos responsables
Cada día cinco personas --enumeradas en una LISTA DE RESPONSABLES-- reciben del docente un CARNÉ --visible en el hombro-- con la palabra "RESPONSABLE" y con las siguientes frases: "Cuidamos de las personas", "Cuidamos del material". "Cuidamos de las plantas y animales".
Continuamos y, según el orden de llamada, cada responsable debe tomar dos decisiones: una relacionada con la elección del material con el que desea jugar -sólo se podrá elegir aquel material que durante esa semana se incluye en el "TABLERO DEL MATERIAL" y otra conectada con aquellas personas que formarán parte de su equipo y con las que deberá COMPARTIR los utensilios de juego.
Tabla 1
c. Compartimos juegos en un territorio
Comenzamos a jugar --cada equipo en su territorio-- y son ellos y ellas quienes deciden los juegos, definen las reglas y evalúan su comportamiento. Está claro que el docente actúa como guía o mediador.
Foto 2
d. Ahora somos libres
Saben que deben permanecer juntos pero no durante toda la clase ya que tras un período en el que se dan "UNA OPORTUNIDAD" --no es posible dejar el grupo-- pueden ejercer su libertad para cambiar o traspasar fronteras -cambiar de grupo-. Incluso el responsable tiene la posibilidad de DIMITIR pero siempre que encuentre quien le sustituya, es decir, siempre que busque activamente a alguien que asuma la responsabilidad del material.
e. Reuniones
Las reuniones pueden ser individuales o colectivas y son vitales para establecer una comunicación democrática y afectiva equilibrada. Éstas son posibles porque el tipo de práctica emancipadora y autónoma presta al docente-guía y a los-as alumnos-as participantes la posibilidad de atenderse mutuamente sin los complejos y limitaciones de los métodos directivos, obsesionados hasta el absurdo con el "Tiempo de participación".
f. Hablamos hasta estar de acuerdo
Si se producen encuentros tensos o desafortunados entre diferentes alumnos/as el maestro tiene tiempo para valorar e investigar lo ocurrido lo que quiere decir que puede reunirse con los afectados y provocar el diálogo entre ellos-as.
Foto 3
g. Reunión final
La clase ha terminado, el material se lleva al "SITIO DEL MATERIAL". Se ordena, se sientan y, juntos, comentamos cuestiones que nos interesan.
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Normas y reglas como derechos y deberes que construyen la convivencia y la responsabilidad.En un lugar donde se pretende educar la convivencia resulta imprescindible la concreción de normas y reglas que sean el referente donde todos y todas podamos justificar nuestra libertad y nuestra responsabilidad. Se trata de enfrentarnos a nuestros derechos y deberes, de saber cuáles son, de aprender a reflexionar sobre ellos pero cuidado, todo esto, como fruto del diálogo, del consenso o de la negociación. Sin embargo tenemos que considerar que las normas y reglas, siempre elaboradas desde la empatía y el respeto mutuo, no pueden contradecir o soslayar otras que ya nos vienen "impuestas" desde instancias superiores.
Tabla 2
El valor de los principios metodológicosSe dijo que arbitrar una intervención educativa fundada en el fomento de la convivencia a través de la responsabilidad conllevó la aplicación de un conjunto de principios metodológicos que ahora es preciso razonar:
La delegación de responsabilidad a las niñas y los niños.
Ofrecer responsabilidad a alumnos-as para la gestión del aula es una opción que la Pedagogía de la Educación Física Escolar viene observando e investigando desde hace muchas décadas. En nuestro país DELGADO NOGUERA (1991:202-6) ha denomina a tales métodos como "estilos de enseñanza" y aunque sería incierto defender que somos fieles a ellos sí podemos afirmar que son sus ideales los que sustentan nuestra actuación.
La utilización del juego libre
En nuestras clases el juego libre es un contenido y una estrategia educadora porque funciona como el mecanismo que averigua y trata la verdadera conducta socioafectiva de niños y niñas, conducta que en los juegos organizados suele quedar solapada en la interpretación de un papel o rol impuesto.
El aprendizaje cooperativo y compartido.
Los equipos o grupos son formados no con la intención de enfrentarlos sino con el propósito de que procurar un tipo de aprendizaje cooperativo motivado por normas y reglas que inducen a cuidar y ser cuidados.
La atención a la diversidad de intereses y posibilidades motrices.
Mediante este tipo de metodología estamos convencidos de que se puede adecuar un tiempo y espacio de participación donde niños y niñas demuestren con naturalidad y libertad sus capacidades y habilidades sociomotrices, en actividades autogeneradas, adaptadas al nivel e interés de quienes juegan y, además, exentas del dictado de un docente que muchas veces sólo consigue inhibir potenciales de expresión.
La negociación del currículo
Alumnas y alumnos van a tener la posibilidad de compartir el poder, de concretar reglas, de participar en la configuración de un marco de relaciones, o dinámica de aula, donde ellas y ellos asumirán responsabilidades en relación con el aprendizaje de tareas, la organización de grupos, donde el docente estará abierto a las sugerencias de los discentes... (GÓMEZ, MIR Y SERRATS, (1997:96-104).
La apuesta por una Educación Física coincidente con el enfoque participativo.
Es evidente que apostamos por un enfoque integrador y participativo de la E. F., es decir por una perspectiva desvinculada del denominado "discurso del rendimiento" (TINNING, 1996:124), discurso que propicia una mentalidad, a nuestro modo de ver, contraria a los fines educativos, pues su principal objetivo o meta es
, con un lenguaje dominado por conceptos como: la selección, el entrenamiento, la exclusión, la competición, la supervivencia del más fuerte... El diálogo como método para superar conflictos.
La habilidad dialógica, como capacidad de dialogar y comunicar desde una posición asertiva y empática, es una de las metas y uno de los hábitos que se desea potenciar en esta clase. Las reuniones servirán a este fin en un ambiente donde quien enseña y quienes aprenden tendrán el tiempo y el espacio necesario.
4. ConclusiónEducar la convivencia es un deber de la escuela que no puede consistir, exclusivamente, en una declaración de intenciones sin compromisos reales que afecten a todos los niveles del sistema. La fórmula que aquí se propone es una práctica perfectible, contextual, que aún tiene dificultades para responder a ciertos parámetros de orden curricular (secuencia lógica de contenidos) pero que sí tiene claro que el aprendizaje de la convivencia, de la vida democrática, sólo es posible si ésta se practica en escenarios donde la responsabilidad y la libertad sean verdaderos centros de interés.
Notas
Es importante recordar que los contenidos transversales no constituyen, en sí mismo, áreas específicas sino que como dice LUCINI (2001:119):
...están presentes en todas las áreas... son realidades educativas que deben impregnar la totalidad de las áreas y que, entonces, no pueden situarse en paralelo al resto de los procesos de enseñanza, sino, dinámicamente, dentro de ellos."La Educación Moral y Cívica" es un tema transversal que según el art. 8 del Decreto 105/92, deberá estar presente en todas las áreas de la Etapa.
Bibliografía
BARBERA, V. (2001): Cómo educar en la responsabilidad, Santillana, Madrid
BLÁNDEZ, J. (2000): Ambientes de aprendizaje, Inde, Zaragoza.
BOLIVAR, A. (1998) Educar en valores. Una educación de la ciudadanía, Junta de Andalucía, Sevilla.
DELGADO NOGUERA, M.A. (1991): Los estilos de enseñanza en la Educación Física Universidad de Granada, Granada.
GÓMEZ, MIR Y SERRATS (1997): Propuestas de intervención en el aula, Narcea, Madrid.
JARES X.R. (2001): Educación y conflicto, Guía de educación para la convivencia, Popular, Madrid.
KUNG, H. (2000): Proyecto de una ética mundial, Trotta, Madrid.
LÓPEZ GUERRA (1997): Constitución Española, Técnos, Madrid.
MARTÍNEZ CRIADO, G. (1998): El juego y el desarrollo infantil, Recursos, Madrid.
MARTÍNEZ RODRÍGUEZ. J.B. (1999): Negociación del currículum, La Muralla, Madrid.
MOLINS, CANO Y LORENZO (2001): María Montessori: El Método de la Pedagogía Científica. El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI, Graó, Barcelona.
SARRAMONA, J. (2000): Teoría de la Educación, Ariel, Barcelona.
TRIANES, Mª VICTORIA (2000): La violencia en contextos escolares, Aljibe, Málaga.
TINNING (1996) Discursos que orientan el campo del movimiento humano y el problema de la formación del profesorado. Revista de Educación 311, 123-134.
revista
digital · Año 10 · N° 74 | Buenos Aires, Julio 2004 |