Contenidos culturales y psicológicos de la kata de karate |
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Técnico Universitario en Deportes de Combate UNLZ (Argentina) |
Héctor E. Maroli marolihector@fullzero.com.ar |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 72 - Mayo de 2004 |
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"Karate es Kata y Kata es karate", es muy escuchada la frase que intenta explicar que es karate y se hace con la intención de inducir en el estudio de las katas, confirmando que allí esta la respuesta.
Kata literalmente significa "forma, patrón o modelo", de inmediato se piensa ¿forma de qué?
Si se quiere entender para que aprendemos, entrenamos y ejecutamos las katas buscando su perfección, se debe investigar la historia de Okinawa, las religiones y filosofías que en ella ingresaron, y el entorno socio-cultural que desarrollo al karate-do.
Sabemos que Okinawa siempre fue un etnia pacifica, con la necesidad de mostrar cuan peligrosos podían ser si molestaban o atacaban sus aldeas, por ello desarrollaron un sin numero de leyendas de dioses / diablos (Kami) que los protegían; adornando la entrada o techos de las casas con el símbolo del dios de la guerra Hachiman del panteón Shinto (tres comas girando a la derecha que hacen referencia a los vientos) o de animales feroces como los Shiizas (leones) construidos en arcilla, el macho con la boca abierta y la hembra con la boca cerrada (tiene un pequeño orificio en la comisuras) objetos que los vientos dan sonidos a sus fauces, ambos con el ceño en actitud de enojo con intención de asustar a quienes se acercaban; dichos leones provienen de la cultura hindú a través de los mercaderes que viajaban a la India; podemos destacar que en Okinawa nunca hubo leones y por ello tanto temor. Hoy en día se puede observar la pareja de Shiizas o el símbolo de Hachiman en los techos o entradas de cada casa como símbolo de la cultura Okinawense.
Basándonos en este dato podemos establecer la teoría que en Okinawa se desarrollo el arte de representar "cuan peligroso soy" y karate aporto con el relato de leyendas míticas de sabios guerreros poderosos e imbatibles, pero esto no bastaba había que producir una imagen que de credibilidad a dichos relatos; así se iniciaron las exhibiciones publicas en el siglo XV donde se ejecutaban las formas (kata) de un combate preestablecido viéndose un hombre realizando movimientos de ataque y defensa contra enemigos imaginarios, demostrando el ejecutante cuan hábil y poderoso era, a ello se suman la rotura de diferentes objetos como palos, piedras, troncos secos, pedazos de embarcaciones o enfrentar animales con la intención de golpear o matar a golpes de puño; esto genero temor hacia los practicantes de karate por su gran poder físico.
Existen dos corrientes de katas, una proveniente de China y la otra autóctona de Okinawa, a la primera podemos mencionar las formas en las que se destacan los gestos de animales o insectos; a la segunda dioses, guerreros y animales reales o mitológicos.
En la actualidad se pueden clasificar según el origen:
Shuri-Te, Tomari-Te y sus derivados: dioses, guerreros y animales felinos.
Naha-Te y sus derivados: aves, felinos e insectos y hombres en lucha.
Pangai-noon y sus derivados: dos animales reales, grulla y tigre, y un animal mitológico el dragón.
Las katas más conocidas y difundidas en el mundo actual pertenecen al Shuri-Te y Naha-Te o un sincretismo de ambos.
Otra hipótesis sobre la función de las kata es que fueron medios de comunicación, un ejemplo es la kata Passai (Bassai) de Shuri -Te que su nombre significa "atravesar la fortaleza" , aquellos que la conocen y ejecutan comprobarán que es un relato táctico de ataque a un castillo, los movimientos se asemejan a gestos de un maestro de ceremonias quien reproducía las ordenes de un general estacionado en lo alto de una colina a las falanges de guerreros en el campo de batalla; las comunicaciones fueron y son de vital importancia en el desarrollo de las acciones de guerra en todas las civilizaciones y fueron realizadas en la era feudal por un conocedor de gestos corporales o de señales con banderas que utilizaba en código solo conocido por las tropas de su bando.
Con lo expresado anteriormente hipotéticamente existe una posibilidad que algunas katas en su origen cumplieron un rol de comunicación en las batallas de la era feudal japonesa y transmitidas luego por las artes marciales hasta nuestros tiempos.
El objetivo y sus efectosSi estudiamos e investigamos las katas comprobaremos que esta muy arraigada en el miedo, un sentimiento que acompaña al ser humano desde los orígenes y siempre existente, que en el transcurso de la vida de un individuo se transforma y expresa de mil maneras.
Desde la antigüedad se le teme a los dioses, guerreros, animales o insectos quizás reales o imaginarios, solo pensar en ellos activa nuestras sensaciones.
Hoy comprobamos la poderosa fuerza de las imágenes que nos rodean e inundan nuestros sentidos a través de los medios de comunicación, ya sean visuales interactivos o gráficos, todos procuran convencer por medio de las imágenes y eso es lo que pretendemos cuando ejecutamos una kata, producir una imagen poderosa y convencer con ella, el objetivo de la kata de karate es la realización de una mascara que contiene movimientos que representan dioses, animales y/o guerreros (elementos subjetivos) a quienes el hombre siempre teme, dentro de un ritual publico (exhibiciones, torneos, etc.) que busca demostrar "cuan peligroso soy" a quien observa.
Según expresa Roger Caillois en su libro "Los Juegos y los Hombres": el inexplicable mimetismo de los insectos ofrece de pronto una replica extraordinaria al gusto que el hombre encuentra en disfrazarse, disimularse, en ponerse una mascara, en representar a un personaje. Solo que esta ocasión, la mascara y el disfraz forman parte del cuerpo, en vez de ser accesorio fabricado. Pero en ambos casos sirve exactamente a los mismos fines: "cambiar la apariencia del portador y dar miedo a los demás" (sic).
Existen dos situaciones o entorno en la ejecución de las katas:
1) Ejecución colectiva
2) Ejecución individual
Ejecución colectivaSi analizamos la estructura de una clase en los dojos, vemos a menudo un ritual similar a los cultos religiosos, por ejemplo al entrar saludamos con una reverencia al shomen (lugar central donde están los símbolos) para luego solicitar el ingreso al sensei (maestro) e incorporarnos a la kihon renshu (práctica básica), estos ejercicios físicos introducen nuestro cuerpo y mente en la práctica del karate; luego se ejecutan las katas (formas) que se pueden comparar con las oraciones, cánticos, recitaciones o letanías religiosas que tienen como objetivo unir a los feligreses en las plegarias y alabanzas, al igual las katas cumplen el mismo objetivo de unión entre los practicantes que ejecutan la forma corporal colectiva en la búsqueda de la asociación espiritual.
Ejecución individuala) Publica
Tratemos de ubicarnos en la era del hombre primitivo viendo en la danza nocturna alrededor del fuego un ritual colectivo (utilizando el fuego como un elemento de unión que aporta luz y calor); donde el brujo representa un animal y el resto de los presentes los cazadores.
El brujo tiene sobre su cuerpo una piel y trata por medio de sus movimientos corporales asemejarse al animal que representa, teniendo como objetivo asustar a sus compañeros de ritual quienes imitan la caza del animal exteriorizando el miedo a través de los movimientos de esquives y ataques junto a un grito gutural interno, es el ritual liberador que antecede la cacería de mañana, por medio de esta danza alejaron sus miedos ya que cazaron el animal en ella, logrando hacerse valientes para conseguir el sustento de la tribu.
El ritual de la cacería imaginaria tiene gran valor para los cazadores ya que en ella hay técnicas y tácticas de caza y un alto contenido en emociones como la exteriorización del miedo, el instinto gregario (a formar grupo) y el servicio a la tribu, a través de los movimientos corporales unido a los gritos liberadores que ahuyentan el peligro existente, producían en el individuo un sentimiento de consuelo y fuerza mutua.
Por lo antes descrito el brujo es quien nos interesa ya que su vocación era dar valor a los cazadores a través de su arte de transformarse en animal durante el ritual, es quien obtenía la atención de los presentes siendo el centro del rito y convenciendo con su "forma" de animal.
Con la evolución y organización de las tribus el brujo se convirtió en el medio de comunicación con los dioses, y los representaba; como así también ordenaba y purificaba a los guerreros; como resultado este individuo enriqueció sus "formas" logrando mutar sus movimientos de animal, dios o guerrero y siempre catalizando el ritual con fuego.
Si trasladamos el ejemplo a nuestros días podemos encontrar en la ejecución de las "Katas" (formas) individuales de karate el antes detallado ritual, sin tener importancia el lugar pero si el entorno, para que logre ser un ritual debe haber un ejecutante y al menos un espectador; los karatekas al ejecutar una kata somos el brujo que dirige dicho ritual para lo cual tenemos una gran variedad de gestos gracias a los entrenamientos de los códigos técnicos ensamblados y coordinados como si fueran una danza, debemos ser muy convincentes con la ejecución procurando que el espectador centre su atención en nuestra representación ingresando en el rito ficticio de asustador y asustado debido a que nuestros movimientos se asemejan a un dios, animal o guerrero que desconoce percibiendo su miedo como una realidad momentánea; y de nuestra parte desarrollar una mascara con el objeto de sentirnos mas fuertes y seguros, simulando a seres poderosos que nos producen temor, admiración o deseo.
b) En soledad
Es necesario contar con el dominio de una kata (forma) para que su realización no perjudique la concentración. Sin necesidad de conocer varias, solo una kata puede conducirnos a la concentración adecuada a través de su repetición junto a la acción de la voluntad puede dar al ejecutante solitario la experiencia de unión de su cuerpo, mente y espíritu. Esta situación es utilizada por el karateka en momentos de necesidad física o emocional ambos subyugados y desorientados por el gobierno de la razón en la que el ejecutante busca desapegarse de esa razón a favor de la armonía espiritual y encontrar la alineación adecuada para la circunstancia que debe enfrentar.
Para ello se debe reconocer las tres constituciones que se alinean, ellas son: cuerpo, emoción y mente; el cuerpo es la demostración de nuestra existencia, las emociones son la fuente de nuestros sentimientos y la mente o intelecto nuestra capacidad de razonamiento, por ejemplo:
Al realizar una actividad física alinear: cuerpo-emoción-mente, dando satisfacción a la necesidad de movimiento físico y disfrutar las emociones con baja incidencia de la razón.
Al reunirse con un ser querido emoción-cuerpo-mente, por que ama debe estar presente con baja incidencia de la razón.
En el estudio o trabajo mente-cuerpo-emoción, por que se necesita del conocimiento que proporciona la mente y activa la razón, junto a la presencia física con baja incidencia de las emociones.
En el Budismo Zen se dice que la mente o razón es elemento de perturbación cuando gobierna nuestro ser, no así el cuerpo que nace puro y se desarrolla, ni la emoción que siente todo ser viviente durante su experiencia de vivir.
El cuerpo es de vital importancia para nuestra existencia y es lo que debemos cuidar, educar y purificar a través de la práctica del karate para un desarrollo de las emociones puras y buenas acciones en nuestra vida utilizando la razón.
La sensación que dejan las ejecuciones de katas en forma individual o colectiva, es una paz interior inigualable la cual queremos conservar.
Bibliografía consultada
Caillois, Roger. Los juegos y los hombres, La máscara y el vértigo. Fondo de Cultura Económica, México.
Coquet, Michel y Ríos, Carmelo. Budo secreto. Ediciones Obelisco - Barcelona, España, 1988.
Faustinelli, Mario. Las artes para todos. Santillana S.A de Ediciones - Madrid, España. (Edición original en italiano, 1967)
Gobierno de Okinawa. El castillo de Shuri. Invitación a su historia. Edición del. Naha, Okinawa, Japón, 1992.
Gobierno de Okinawa. La cultura de Okinawa. Naha, Okinawa, Japón, 1992.
Kakichi, Kadowaki J. El zen y la biblia. Lectura corporal del Koan y la biblia. Ediciones Paulinas - Madrid, España 1981.
Satori Bhante, Bhikkhu. El shintoismo. Hyspamerica Ediciones Argentinas S.A - Buenos Aires, 1985.
Sells, John. Unante. The secrets of karate. W.M. Hawley Library - California, U.S.A. 2000.
revista
digital · Año 10 · N° 72 | Buenos Aires, Mayo 2004 |