La importancia del entrenamiento y la competición en nadadores peripuberales de nivel nacional |
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*Doctor en Educación Física. Profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura **Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Doctoranda de la Universidad de Extremadura ***Doctor en Medicina y Cirugía. Profesor del Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya. Universitat de Barcelona |
José M. Saavedra* Yolanda Escalante** Ferran A. Rodríguez*** jsaavdra@unex.es (España) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 71 - Abril de 2004 |
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1. Introducción
Una de las ciencias a la que más se recurre en los últimos tiempos para explicar diferentes fenómenos es la Sociología, sin embargo en el deporte los estudios se centran básicamente en la práctica deportiva no federada y en la violencia deportiva (García, 1990).
En lo referente aspectos deportivos, volumen de entrenamiento principalmente, el número de estudios es superior, algunos autores estudian una población concreta (Bernink et al., 1983; Platonov y Fessenko, 1994; Palomino et al., 1996) y otros marcan límites recomendados (Wilke y Madsen, 1986; Makarenko, 1986; Navarro, 1990, 1991).
No obstante, en lo que nosotros conocemos, no existen estudios sobre los aspectos socio-deportivos de los nadadores jóvenes en España, de ahí la necesidad de conocer los antecedentes sociales y deportivos, así como los relativos al entrenamiento y la competición de los mejores nadadores alevines de nivel nacional, objetivo del presente trabajo.
2. Material y métodosParticiparon en el estudio 133 nadadores, 66 hombres y 67 mujeres, seleccionados por la R.F.E.N. a través del Programa de Detección y Seguimiento de Talentos Deportivos, que organiza la propia Federación y el Consejo Superior de Deportes. La edad de ambos grupos (media desviación típica) fue de 13,6 0,56 años (hombres) y 11,5 0,56 años (mujeres). Los sujetos realizaron la batería META-NAT (Saavedra, Escalante y Rodríguez, 2001), que incluye seis grupos de valoraciones: valoración de antecedentes sociales y deportivos (VASD), valoración somática (VS), valoración de la condición física general (VCFG), valoración de la condición física específica (VCFE), valoración de la técnica (VT) y valoración multidimensional (VM).
La valoración de antecedentes sociales y deportivos se llevó a cabo a través de un cuestionario que contenía 26 items:
7 items dedicados a los antecedentes sociales:
Número de hermanos
Práctica deportiva del padre, madre y hermanos
Profesión del padre y madre
Tipo de desplazamiento utilizado para ir a la piscina
6 items dedicados a la práctica deportiva:
Primer deporte practicado
Práctica simultánea con otros deportes
Edad de dominio del medio acuático
Edad de participación en la primera competición
Motivación para practicar la natación
Estilo en el que es especialista
13 items dedicados al entrenamiento y competiciones:
Número de sesiones y horas semanales de entrenamiento en la piscina
Número de metros por sesión de entrenamiento
Preferencia en el orden de la calle
Número de sesiones y horas semanales de entrenamiento en el gimnasio
Material utilizado en el gimnasio
Estilos en el que se compite durante la temporada
Número de competiciones que se realizan al mes
Orientación al ego o a la tarea
Conocimiento de los objetivos de la temporada
Conocimiento de los términos relacionados con el entrenamiento
Meta final como nadador
El mencionado cuestionario fue elaborado "ad hoc" para formar parte de la batería META-NAT (Saavedra, 2002) siguiendo las indicaciones de García (1986), quien establece las fases a seguir en dicho proceso. Para confeccionar las preguntas de dedicadas a los antecedentes sociales, se consultaron los cuestionarios elaborados por García (1990), Campos (1996) y Fernández (2000), y para la elaboración de los siguientes bloques (práctica deportiva, entrenamiento deportivo y competiciones) se consultó el trabajo de Platonov y Fessenko (1994). El orden de los bloques atendió a la estrategia denominada "secuencia de embudo" (García Ferrando, 1986), según la cual se incluye un bloque introductorio, a continuación un bloque de preguntas de carácter general, para acabar con las preguntas referidas a la natación, que contiene las preguntas más relevantes del presente estudio.
Las preguntas utilizadas son todas de tipo cerrado, bien con respuesta alternativa dicotómica o con respuesta de elección múltiple (García, 1986), salvo la pregunta que hace referencia al deporte que practicaron los padres, que dada las múltiples respuestas posibles se planteó como pregunta abierta.
Una vez decidido el tipo de preguntas a incluir, nos centramos en su elaboración intentando utilizar un lenguaje lo más sencillo posible, dada la edad de los sujetos a los que iba dirigido el cuestionario. Una vez redactado un primer cuestionario, se procedió a realizar un pretest del mismo (García, 1986), administrándolo a 30 nadadores de la selección española infantil. Finalizado este pretest, se recogieron las aportaciones de dichos nadadores y se pasó a la construcción de la versión definitiva del cuestionario.
El análisis de los datos se llevó a cabo a través de los siguientes modelos estadísticos:
Distribución de frecuencias de cada uno de los items del cuestionario.
Correlación (r de Pearson) entre el rendimiento y las variables del cuestionario.
Análisis discriminante, método multivariante que permite clasificar a los sujetos en diferentes grupos según su nivel de rendimiento (variable dependiente) en función de las variables cuantificables del cuestionario (variables independientes). La muestra fue categorizada en cuatro grupos: muy buenos, buenos, discretos y muy discretos.
Las únicas preguntas del cuestionario susceptibles de ser cuantificadas y por lo tanto, que pueden ser correlacionadas y candidatas a ser seleccionadas por el análisis discriminante son las cuantitativas discretas relacionadas con el volumen de entrenamiento: horas a la semana de entrenamiento en piscina, número de metros por sesión y horas a la semana de entrenamiento en seco.
La variable rendimiento se calculó como la media de las tres mejores puntuaciones en la tabla L.E.N. (L.E.N., 1996) de las tres mejores pruebas durante la temporada 2000/01.
El cuestionario fue pasado durante la realización de los denominados Campus de Entrenamiento de la R.F.E.N. y del C.S.D. , durante el mes de julio del pasado año en las instalaciones de la Residencia Cerrado de Calderón (Málaga).
3. ResultadosEl presente apartado se dividirá en tres bloques diferentes: distribución de frecuencias de los items más relevantes del cuestionario, correlación bivariada y análisis discriminante.
Distribución de frecuenciasEn la tabla 1 se observan la distribución de la práctica deportiva de los padres y madres de los sujetos por sexo. Del mismo modo en la tabla 2 se muestra deportiva de los hermanos por sexo.
Por lo que respecta a la práctica deportiva en la tabla 3, se muestra la distribución de la práctica deportiva simultánea de la natación con otro deporte. En la tabla 4 se muestra la distribución de la edad con la que se compitió por primera vez, y en la tabla 5 se muestra la distribución de la especialidad en estilo por sexo.
Si analizamos los items relacionados con el entrenamiento y las competiciones, en la tabla 6 se muestra la distribución del número de horas semanales de entrenamiento en piscina; en la tabla 7 la distribución del número metros por sesión; en la tabla 8 la distribución del número de horas semanales de entrenamiento en gimnasio; y en la tabla 9 la distribución del número de estilos en los que se compite a lo largo de la temporada.
Correlación bivariadaSe presentan los resultados de la correlación (r de Pearson) entre el rendimiento y las variables cuantificables del cuestionario (tabla 10).
Tabla 10. Variables correlacionadas con el nivel de rendimiento en nadadores alevines de ambos sexos.
Se indican la media desviación típica y el índice de correlación (r).
* p<0,05
** p<0,01
Análisis discriminanteEn este análisis sólo se presenta los resultados en hombres en donde la variable seleccionada por el modelo fue el número de metros por sesión (tabla 11). En mujeres no se presentan resultados puesto que ninguna de las variables fue seleccionada.
4. DiscusiónAnálisis de frecuencias
Por lo que respecta a la práctica deportiva de los padres, se observa que los padres de los nadadores objeto de estudio practican más deporte de competición (56% en nadadores y 61% en nadadoras) que las madres (23% en nadadores y 18% en nadadoras), de acuerdo con los hábitos de la sociedad actual en donde los hombres practican más deporte que las mujeres (García, 1986). Destacar también que la mitad de los nadadores (50% en nadadores y 57% en nadadoras) tienen un hermano que practica también la natación.
En lo que se refiere a la práctica deportiva de la natación de forma exclusiva, se presenta en el 88% de los nadadores y el 92% de las nadadoras, de acuerdo con Makarenko (1986), Wilke y Madsen (1986), Navarro (1990); Platonov y Fessenko (1994) y Mironov (1995), quienes opinan que en este momento el nadador está en la etapa de entrenamiento progresivo o básico; Touretski (1994) sugiere además que los nadadores de estas edades deben estar en una etapa de especialización posterior, por lo que la práctica simultánea de otro deporte no es recomendable.
Si analizamos ahora, la edad a la que se compite por primera vez está entre los siete y ocho años (45% en nadadores y 64% en nadadoras), llamando la atención que la categoría más joven de la R.F.E.N. es la benjamín (hombres: 12-11 años, mujeres: 10-9 años) y que muchos nadadores compitan antes de lo propuesto por la Federación.
En la distribución por especialidades tenemos que resulta similar en espalda, braza y estilos, siendo el crol la especialidad que presenta un mayor número de sujetos practicantes (38% en nadadores y 43% en nadadoras), quizás debido a que es el estilo en el que se realiza el primer aprendizaje de la natación con mayor frecuencia. El estilo con menor número de especialistas es la mariposa (7% en nadadores y 10% en nadadoras) quizás debido a que es el último estilo en aprender y a que requiere una gran coordinación por parte del sujeto (Arellano, 1990). Nuestros resultados coinciden con estudios anteriores realizados en nadadores adultos (Carter y Ackland, 1994; Palomino, 1995).
En cuanto al número de horas semanales que entrenan los nadadores en la piscina, el porcentaje más alto se sitúa entre siete horas y tres cuartos y diez horas (35% en nadadores y 34% en nadadoras). Dicho resultado está dentro de los límites propuestos para estas edades por Platonov y Fessenko (1994), puesto que los nadadores deben estar en la etapa de la preparación especializada de base y entrenar entre 300 y 500 horas anuales; nuestra muestra entrena una media de 461 horas los nadadores (media semanal de 9,8 horas durante 47 semanas) y 431 horas las nadadoras (media semanal de 9,2 horas durante 47 semanas). Por el contrario, la frecuencia observada se encuentra por encima la propuesta por Marakenko (1986) 9 horas semanales y Navarro (1991) 375 horas anuales en nadadores y 300 horas anuales en nadadoras . A pesar de lo comentado, la distribución del volumen de entrenamiento semanal es bastante amplia, lo que sugiere que en nuestro país no existe una planificación homogénea para nadadores de la misma edad y nivel respecto de las variables comentadas.
Del mismo modo, comparando nuestra muestra de nivel nacional con la muestra de nivel nacional holandés del estudio de Bernink et al. (1983), se aprecian diferencias significativas (p 0,001) entre las 9,80 horas semanales de la muestra española y las 6,35 de la muestra holandesa; esta diferencia puede ser debida a los dieciocho años de separación en el tiempo entre ambos estudios. En la misma línea está el estudio de Peltenburg et al. (1984), en que una muestra de 98 nadadoras de edades comprendidas entre 8 y 14 años entrenan una media de 6,0 horas/semana, significativamente inferior a la nuestra (p 0,001).
Muy relacionado con el número de horas semanales de entrenamiento está el número de metros por sesión. En las nadadoras, el porcentaje más alto se presenta entre 3.501 y 4.500 metros (31,3%), mientras que en los nadadores, la distribución es más irregular, presentando valores similares en los rangos de 2.501 a 3.500 m (28,7%) y de 4.501 a 5.500 m (27,2%). Las medias obtenidas por nuestra muestra 4409 m para los nadadores y 4052 para las nadadoras son superiores a las propuestas por Navarro (1990) para estas edades entre 3.500 y 4.000 m .
En cuanto al número de horas de entrenamiento en gimnasio, el porcentaje más alto dedica menos de dos horas semanales (42% en nadadores y 33% en nadadoras). Dicho resultado está por debajo de los límites propuestos para estas edades por Platonov y Fessenko (1994), puesto que los nadadores deberían estar en la etapa de la preparación especializada de base y entrenar entre 150 y 200 horas anuales; nuestra muestra entrena 89 horas los nadadores (media semanal de 1,9 horas durante 47 semanas de entrenamiento) y 113 horas las nadadoras (media semanal de 2,4 horas durante 47 semanas de entrenamiento). Del mismo modo, los nadadores de nuestra muestra se encuentran por debajo de los valores propuestos por Navarro (1991) 125 horas anuales , pero no así las nadadoras, que se encuentran ligeramente por encima de lo propuesto por dicho autor 100 horas anuales .
En cuanto a la competición, tanto nadadores (78,7%) como nadadoras (79,1%) compiten en todos los estilos, seguramente debido al sistema de competición que se promueve desde la R.F.E.N. para esta categoría.
Correlación bivariadaLas variables que correlacionan con el rendimiento en nadadores son las tres que determinan el volumen de entrenamiento: horas semanales de entrenamiento en piscina (r=0,409; p<0,01), número de metros por sesión (r=0,465; p<0,01) y horas de entrenamiento en gimnasio (r=0,254; p<0,05). Dichos resultados concuerdan con los de Palomino et al. (1996), quienes observaron una relación entre el número de horas semanales de entrenamiento en piscina y el rendimiento en natación, medido como porcentaje sobre el récord del mundo. La menor correlación entre las horas de entrenamiento en gimnasio y el rendimiento sugeriría que el entrenamiento especifico en piscina determina en mayor medida el rendimiento que el entrenamiento general en seco . En las nadadoras, sólo el número de metros por sesión correlaciona con el rendimiento (r=0,263; p<0,05), lo que sugiere una menor incidencia del volumen de entrenamiento sobre el rendimiento en mujeres, en comparación con los hombres.
Análisis discriminanteLa variable seleccionada en el modelo en hombres fue el número de metros por sesión; con ella se consigue clasificar correctamente al 34,8% de los sujetos, y al 70,6% de los sujetos del grupo 1 (muy buenos). Estos resultados sugieren que dicha variable es una buena predictora del rendimiento en los sujetos de mejor nivel, a diferencia del estudio de Fernández (2000) en jugadores de balonmano, en que ninguna de las variables relacionadas con el volumen de entrenamiento fue seleccionada.
5. ConclusionesLas conclusiones más relevantes que se extraen del presente trabajo son:
No se realiza la práctica simultánea de la natación con otro deporte.
La edad a la que se compite por primera vez es anterior a la marcada por la R.F.E.N..
La especialidad más practicada es el crol y la menos practicada, la mariposa.
No parece existir una planificación homogénea de los volúmenes de entrenamiento para nadadores de la misma edad y nivel en nuestro país.
El volumen de entrenamiento en gimnasio está muy por debajo de lo recomendado por diferentes autores.
El entrenamiento específico (piscina) en hombres correlaciona con el rendimiento en mayor medida que el entrenamiento general.
El volumen de entrenamiento (m/sesión) predice la pertenencia al grupo de los mejores nadadores en un 71% de los casos, circunstancias que no se da en las mujeres, en las que no se aprecia una relación clara con el rendimiento.
Bibliografía
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revista
digital · Año 10 · N° 71 | Buenos Aires, Abril 2004 |