Mataron a Raulito Retamozo en un semáforo de Santa Fe | |||
Profesor de Educación Física Argentina |
Guillermo Galantini guiyogal@yahoo.com.ar |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 70 - Marzo de 2004 |
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Raúl Retamozo, era alumno mío del 1º año de la Escuela Nº 1299 de Villa del Parque. Tenía 8 años y junto a su hermano Cristian de la misma edad mantenía a su familia limpiando parabrisas en la esquina de López y Planes e Iturraspe en la ciudad de Santa Fe.
Observen, en las crónicas de mi relato, cómo el poder ha penetrado su cuerpo pero vean también cómo la multilplicidad compleja y cínica de Instituciones y Aparatos tejieron el dominio sobre él.
Desde hacía dos años, Raúl tenía su lugar; a poco de salir de la escuela y apenas llenado su estómago en el comedor de la misma, marchaba a su punto de trabajo. A veces, en pleno invierno, permanecía hasta altísimas horas de la noche, en otras el regreso lo emprendía acompañado de sus padres, víctimas de la marginación, el desempleo y la explotación social.
Primer punto de reflexión. Los supuestos institucionales acerca de la subjetividad de Raúl. ¿Qué opinan, mayoritariamente, sus propias maestras y autoridades escolares? Se abren voces que dicen cosas. La culpa es de los padres Este chico no tenía contención Era previsible que terminara así… Veamos el desarrollo de la situación...
¿Cómo trata la escuela el fallecimiento de su alumno? Me sorprendió la noticia a través de los medios, al escuchar el nombre y al imaginar la esquina, casi no dudé que se trataba de Raúl, pero quise confirmar llamando a la escuela (ya que una afección gastrointestinal me tuvo toda la semana en casa). Me atiende la portera quien confirma mi sospecha, pero no sabe explicarme acerca de qué iba a hacer la escuela. Se me cae la vergüenza cuando me dice: Esperá que les pregunte a las chicas... (las maestras), quienes tampoco pudieron explicar nada y solo una segunda portera me dio la dirección del velatorio de Raúl.
Segundo punto de reflexión. ¿Cómo se presenta la desaparición de los cuerpos de nuestros niños que, no cabe dudas, ya tienen una marginación material y simbólica; Que están desposeídos y sin futuro a pesar de montarse sobre los parabrisas de los autos; que llevan sobre sus cuerpos no la indiferencia, sino la inversión cínica de un somato-poder para envolverse y autoreconocerse? ¿Es acaso la desaparición física un modo singular de veracidad mórbida a las ya morbosas insinuaciones y suposiciones de la vida de nuestros arrinconados alumnos?
Y… por fin, deschavemos el desenlace. ¿Cómo impactan en la escuela los medios de comunicación? Hoy viernes, llego a la escuela y, luego de hacer las rutinas de oficio (firmar, leer circulares...), me siento en la sala y, a poco de hacerlo, intercambio las primeras palabras de rigor con una docente de la casa, quien me dice: ¡Qué bárbaro... ¿no?, la muerte de ese muchacho tan bueno! No sé por qué pero no tomé la frase como un supuesto y entonces pregunté: ¿Quién... Raúl? Y escuché: ¡¡Nooo!! ¡Juan Castro!
¿Será el fin de la humanidad o solo un transitorio estado nauseabundo de los lugares por donde circulo? Incluido mis olores, claro está…
revista
digital · Año 10 · N° 70 | Buenos Aires, Marzo 2004 |