Buenos Aires y los Juegos Olímpicos: sensatez y sentimientos Tres argumentos centrales sostenían la candidatura de Buenos Aires como sede de los Juegos Olímpicos del 2004: el corredor olímpico, es decir una franja exclusiva en la ciudad que concentraba la mayoría de las disciplinas deportivas; ser el único país que tuvo un miembro fundador en el Comité Olímpico Internacional y aún no realizó el evento; y finalmente, que los Juegos aún no se realizaron en Sudamérica, y siendo los JJ.OO. un acontecimiento mundial, deben ser abiertos hacia estas latitudes.
Tulio Guterman (Arg.)
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Una lectura profunda sobre el origen del movimiento olímpico moderno permite entender la debilidad de estas inferencias y el desconocimiento que ronda localmente en torno al evento. Ser sede olímpica, además de sostenerse en la obvia infraestructura en servicios y en flacos reparos históricos, supone una sutil y compleja operación de relaciones públicas. Salir a competir contra "pesos pesados" como Roma o Atenas no es tarea menor y exige una estrategia que va mucho más allá del dinero para banderines, cal, arena y cemento.
Los orígenes
La compulsa por la ciudad sede no se hubiera llevado jamás adelante si el Barón Pierre de Coubertin (foto) hubiera mantenido como único y exclusivo país anfitrión a Grecia, tal cual sucedía en los Antiguos Juegos Olímpicos. En la antigüedad, hacia el final de la olimpíada (período de cuatro años entre años bisiestos), los representantes de las distintas polis o ciudades-estado se dirigían hacia los llanos de Olimpia para celebrar este evento en homenaje a los dioses, en especial al dios Zeus. Este acontecimiento se llevó a cabo durante más de mil años.Durante el siglo XIX también en territorio griego se organizaron encuentros polideportivos con el nombre de olímpicos que llegaron a convocar más de 10.000 personas entre espectadores y participantes.
La elección de la sede fue un tema conflictivo desde el principio: el Barón tenía interés por iniciar el siglo con los Juegos de 1900 en París. Pero los griegos se anticiparon, liderados por Demetrius Vikelas, delegado de la Sociedad Panhelénica de Gimnasia, al proponerse para organizar los que a la postre fueron los Juegos inaugurales- de 1896. Incluso hubo presiones al finalizar dicho evento para que las celebraciones se realizaran a perpetuidad en la ciudad de Atenas. Pero Pierre de Coubertin no accedió considerando que podía significar "...la sentencia de muerte del olimpismo..." y optó por continuar con su idea original de los juegos circulantes.
A lo largo de los siguientes 100 años la elección de algunas sedes dio lugar a no pocas controversias: la lejanía de St. Louis en 1904 produjo muy poca participación, ni siquiera Pierre de Coubertin se tomó el trabajo de viajar; Amberes en 1920 y Londres en 1948, ciudades terriblemente castigadas por la Iª y IIª Guerra Mundial respectivamente, tuvieron que organizar los Juegos en plena reconstrucción; la decisión de llevar a cabo los Juegos de Verano en Berlín y de Invierno en Garmisch-Partenkirchen en el '36, que determinó la realización en medio del nazismo en Alemania.; y más modernamente Atlanta, superando en la decisión final de los miembros del COI, la ilusión de los Juegos del Centenario en Atenas.
Argentina y los Juegos Olímpicos: un tal Zubiaur
Atletas argentinos participaron por primera vez en los Juegos de París en 1924, aunque ya en 1920 viajó una delegación a Amberes. Participó en todos los eventos de verano hasta la fecha, salvo en Moscú en 1980 cuando acompañó el boicot del presidente Jimmy Carter a la Unión Soviética motivado, entre otros, por la invasión a Afganistán y su orgullo por el piso.Es cierto que Argentina fue el único país latinoamericano que contó con un miembro fundador en el Comité Olímpico Internacional.
El Dr. José Benjamín Zubiaur fue un pedagogo nacido en la provincia de Entre Ríos. En 1889, viaja a Europa, específicamente a París, con el objeto de informarse sobre el modelo educativo francés a los efectos de aplicarlo en Argentina. Tomó contacto con Pierre de Coubertin, quien trabajaba como profesor de la Sorbona y en el área educativa gubernamental.
La historia oficial en torno al origen de los Juegos Olímpicos Modernos dice que en noviembre de 1892, Pierre de Fredi, Barón de Coubertin (1863-1937), en ocasión del Vº aniversario de las Sociedades Francesas de Deportes Atléticos, realizada en la Sorbona, realizó un discurso ante un a un auditorio integrado por notables locales y extranjeros que finalizó así:
"Esto basta para animar a este servidor de Uds. a pensar ahora en la segunda parte de su programa: espera que le ayudaréis como lo habéis hecho hasta ahora y que, con vosotros, podrá proseguir y realizar, sobre una base de acuerdo con la condiciones de la vida moderna, esta obra grandiosa y bienhechora: el restablecimiento de los Juegos Olímpicos".El proyecto de restaurar los Juegos Olímpicos no produjo demasiado interés. Sin embargo, de Coubertin insistió con su propuesta, buscando apoyo en otros países y dos años después convocó a un Congreso Internacional.Las sesiones de dicho Congreso se iniciaron el 16 de Junio de 1894 con delegados de 9 países: Bélgica, Inglaterra, Francia, Grecia, Italia, Rusia, España, Suecia, y Estados Unidos. Eran ocho países europeos y Estados Unidos, lo cual no es un dato menor, ya que aún hoy la mayoría de los miembros del COI son del hemisferio norte. Volveré sobre este punto más adelante. Aristócratas, militares y académicos proclamaron en la última asamblea, el día 23 del mismo mes, el restablecimiento de los JJ.OO.
El COI, que va a ser de aquí en más el organismo responsable de fiscalizar, promover y organizar los JJ.OO. se va a integrar con representantes nombrados por el mismo Barón Pierre de Coubertin. El mismo, en sus Memorias Olímpicas agrega:
"Tuve absoluta libertad para proceder a la composición del C.I.O. (Comité Olímpico). La lista propuesta eligiose integramente y en ella figuraban: Vikelas por Grecia; Callot y yo por Francia; el general de Butowsky por Rusia; el coronel Balk por Suecia; el profesor Sloane por Estados Unidos; Jiri Guth por Bohemia (corresponde a la región oeste de la ex Checoslovaquia, hoy República Checa, N. del A.); F. Kémény (Hungría); C. Herbert y lord Ampfhill por Inglaterra; el profesor Zubiaru (sic) por Argentina, y L. A. Cuff por Nueva Zelanda; asimismo, el conde Lucchesi Palli aceptó provisionalmente por Italia y poco después el conde Max de Bousies por Bélgica..."¿Estuvo Zubiaur esos días en París?. No. Pero sin duda conocía al Barón y compartía con él los mismos ideales de expansión del deporte en el sistema educativo. Había apoyado la práctica deportiva escolar siendo Rector del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay. En este colegio, y por su iniciativa se jugó el primer partido de fútbol en la provincia y fue el promotor de la primera regata escolar.Trascartón, el mismo Pierre de Coubertin dice de la lista:
"Nadie se dio cuenta que habíamos designado a personas casi todas ellas ausentes. Como sus nombres figuraban en la larga lista de los 'miembros honorarios del Congreso', eran ya bien conocidos y creíanles vinculados en la obra".En aquella época existía una estrecha relación entre la aristocracia nativa y la francesa. Esto hace pensar la posibilidad cierta de un argentino en las cortes parisinas. De todas maneras, Zubiaur fue designado en ausencia.Zubiaur murió en Buenos Aires en 1921, sin ver participar a un solo atleta argentino en los JJ.OO., con una excepción poco conocida. Según el Oliympic Review, Nº 87-88, January-February 1975, IOC:
"In 1908 he [Manuel Quintana] supported the entry of one of his fellow countrymen to the Olympic Games in London. This was the skater Torrome."Traducción:"En 1908 él [Manuel Quintana] apoyó la entrada de uno de sus compatriotas a los Juegos Olímpicos de Londres. Este fue el patinador Torromé."Zubiaur renunció (¿lo expulsaron?) como miembro del COI en 1907, y podemos suponer que su intervención en este organismo fue meramente circunstancial.De la composición original se desprende además, que Hungría, Nueva Zelanda y República Checa comparten con Argentina la misma condición de acreedores del COI: aún no organizaron los JJ.OO.
Sigue
Lecturas: Educación Física y Deportes. Año 2, Nº 7. Buenos Aires. Octubre 1997
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