Niveles de testosterona en sujetos deportistas frente a un grupo control y después de una competición Levels de testosterona in subject sportsmen in front of a group control and later of a competition |
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Doctor en Educación Física. Entrenador Nacional de Atletismo IES Antonio de Mendoza Alcalá la Real - Jaén, Andalucía |
Juan Sanchez García juanillora@hispavista.com (España) |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 66 - Noviembre de 2003 |
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Introducción
La testosterona juega un papel doble. Por una parte, ejerce una acción sobre los caracteres sexuales en los tejidos receptores, siendo fundamental el papel sobre la espermatogénesis. Tanto la testosterona como otros andrógenos producen un efecto inhibidor sobre la secreción de LH hipofisaria.
Además, producen y mantienen los caracteres sexuales secundarios masculinos y ejercen un efecto anabólico importante sobre las proteínas. La gametogénesis se mantiene por la testosterona junto con la FSH.
El acto sexual masculino no depende de la producción de andrógenos. Los niveles de testosterona descienden con la edad, aunque la respuesta al ejercicio se mantiene. Niveles elevados de la hormona además de estimular la síntesis proteica actuando sobre el ADN y el ARN celular, aumentan también la síntesis de glucógeno muscular (Allenberg y col., 1983; Lamb, 1985), actuando sobre la glucógeno sintetasa y aumentan los depósitos de fosfocreatina, favoreciendo el aumento de la fuerza muscular.
La testosterona parece facilitar la captura de glucosa para el mantenimiento de la concentración enzimática necesaria para el metabolismo oxidativo de carbohidratos y lípidos (Métivier, 1983).
A nivel testicular, la betaendorfina facilita la síntesis de testosterona por células de Leydig (Tresguerres, 1992).
De igual modo, se ha descrito su acción estimuladora de la eritropoyesis, grosor de los huesos, así como de la motivación y agresividad (Lamb, 1985; González, 1992). Por esto, ha sido muy utilizada en el deporte con el objetivo de conseguir un mayor rendimiento muscular.
La acción de esta hormona va a disminuir la grasa corporal en beneficio de la masa magra (Mc Ardle, Katch y Katch, 1990).
Para Meyer (1985), Malina y Bouchard (1991) tiene un efecto predominante sobre el crecimiento óseo, estimulando al cartílago epifisario y provocando el cerramiento de los cartílagos de conjunción. Además aumenta el anabolismo proteico y disminuye el catabolismo de aminoácidos. La hemoglobina se eleva por su influencia, jugando un papel importante en el desarrollo psíquico masculino y en la líbido.
Wheeler y col. (1994) corroboraron que episodios de ejercicios cortos de alta intensidad se asocian con un incremento en la circulación de testosterona total en el hombre.
En ejercicios que finalizan por agotamiento, la respuesta inicial de aumento hormonal se sigue de un marcado descenso de la testosterona (González, 1992).
Para Mishchenko (1995) durante el trabajo prolongado se revelan cambios periódicos de testosterona en la sangre, pero éstos están vinculados más bien con la regulación de las relaciones entre los procesos de metabolismo que con los cambios debidos a la fatiga.
Es posible que, durante los ejercicios extenuantes, la redistribución del flujo sanguíneo afecte al flujo testicular, siendo el responsable de la reducción de los niveles plasmáticos de la testosterona.
Para Hackney, Sinning y Bruot (1988); Mc Ardle, Katch y Katch (1990), Gulledge y Hackney (1996) los hombres entrenados tienen valores reducidos de testosterona. De hecho, el entrenamiento de resistencia puede tener efectos crónicos sobre la función pituitaria-gonadal. Se compararon 46 corredores que corrían una media de 64 Km a la semana y 18 que no corrían, de la misma edad, altura y peso. Los resultados mostraron como el nivel de testosterona era más bajo, con ninguna diferencia en los niveles de LH y FSH.
Bouchard, Shephard y Stephens (1994) encontraron que en hombres atletas entrenados en resistencia la testosterona y la testosterona libre era más baja y la LH más alta que en el grupo control, mientras que un programa de entrenamiento de resistencia de 6 meses disminuyó la testosterona total y libre sin cambios en la LH en otro estudio.
En un estudio con hombres no entrenados, en condiciones basales y tras esfuerzo, se observó como los niveles de testosterona libre y total aumentaron (Vogel y col., 1985).
De Souza y col. (1994) utilizando atletas de 28 años de edad, un grupo altamente entrenado con 108 Km/semana, otro medianamente entrenado con 54 Km/semana, y otro grupo control., encontraron que los niveles de testosterona total y libre fue más baja en los muy entrenados que en los demás.
Así los valores pasaron en la testosterona total de 15.3 nmol.l-1 a 21.4 y 19.5 respectivamente, mientras que la testosterona libre fue de 60.2 pmol.l-1, 86.0 y 75.9.
La movilidad total del esperma y su densidad fue más baja en el grupo de muy entrenados con espermatozoides más inmaduros y peor calidad, que en el resto de grupos.
Duclos y col. (1996) llegaron a las mismas conclusiones.
Material y método1. Sujetos del estudio
Los sujetos del Grupo Experimental, 15 atletas, seleccionados de entre los mejores de su categoría que accedieron a participar de forma voluntaria en el estudio, con una media de edad de 51,53 años, un peso medio de 69,86 Kg. y una talla media de 1,69 m.
Todos los atletas participantes contaban con una experiencia de al menos 5 años de entrenamiento y competición, participando todos los años en el circuito provincial de Granada de carreras de fondo, además de carreras maratón y media-maratón. Se trata por tanto de especialistas en carreras de larga distancia, fondistas veteranos.
Su entrenamiento muy homogéneo, por razones de su edad, de residir en una geografía similar, con unos objetivos competitivos también similares y entrenamiento la mayoría de las ocasiones en grupo.
EL Grupo Control constituido por 12 sujetos sanos, sedentarios sin entrenar ni practicar ningún deporte específicamente, de similares características socioculturales, que decidieron también participar de forma voluntaria en el estudio, con una media de edad de 49,10 años, un peso medio de 83,62 Kg. y una talla media de 1,72 m.
2. Recogida de muestras2.1. Se realizó la determinación de testosterona en condiciones basales a los sujetos de ambos grupos, experimental y control, entre las 9,30 - 10,30 horas a.m., una semana antes de la prueba de competición.
2.2. El día de la prueba de competición se determinó la testosterona antes y después de la misma solo a los sujetos del grupo experimental.
Los atletas tenían que desayunar a las 8:00 horas a.m. de forma habitual. Tras su llegada en coche a Orgiva desde Granada, en torno a las 9:30 a.m. eran sometidos a un breve periodo de reposo (15 minutos) en posición de sentados, pasados los cuales se procedía a la toma precompetición.
Del mismo modo, terminada la prueba de fondo, se procedió a una nueva toma postcompetición. Las determinaciones se obtuvieron en una sala cercana a la línea de meta, con objeto de reducir al mínimo el tiempo entre la finalización de la prueba y la toma. Desde que finalizaron la prueba hasta la obtención de los valores, no se les permitió rehidratarse.
3. Determinaciones realizadas3.1. Niveles de testosterona: mediante un test inmunológico in vitro, siendo un inmunoensayo de electroquimioluminiscencia (test Elecsys).
4. Características de la prueba de competiciónLa prueba realizada por los atletas consistió en una carrera de competición, dentro del circuito provincial de carreras de fondo de la Diputación Provincial de Granada, concretamente el 31 de Mayo de 1998 en el "X GRAN PREMIO CIUDAD DE ORGIVA", a las 10:30 horas de la mañana, con 20º C, recorrido de Orgiva-Lanjarón-Orgiva, desnivel de 200 m. aprox. hasta Lanjarón y otros 200 m. aprox. de vuelta a Orgiva. La distancia recorrida fue de 18.500 m., en el marco de las Alpujarras granadinas, ladera Sur de Sierra Nevada.
Se colocaron puestos de avituallamiento en el recorrido cada 5 Kms., realizando los participantes una o dos tomas de agua (100-150 ml.). Es esta una práctica habitual en carreras que superen los 10 Km, sobre todo si hace calor. Los atletas están acostumbrados a tomarla en todas las competiciones.
Los participantes en la competición desayunaron de forma habitual a las 8:00 a.m. en Granada, manifestando no tomar productos ergogénicos o estimulantes. 30 minutos antes de la prueba, realizaron un calentamiento suave que consistió en 15 minutos de carrera continua y 5 minutos de estiramientos, completando el tiempo con cambios de ropa, zapatillas, etc.
5. Tratamiento estadísticoSe ha utilizando el paquete informático SPSS.
El contraste de medidas, entre los grupos analizados, se ha efectuado mediante el test de Kruskal Wallis, para las comparaciones basales entre ambos grupos (P1).
La comparación de medias entre los resultados del grupo experimental, (basal, pre y postcompetición) se ha realizado mediante el test de Wilcoxon para muestras pareadas, considerando sistemáticamente las situaciones basal-precompetición (P2), y precompetición-postcompetición (P3) y basal-postcompetición (P4), donde la "p" nos indica el índice de significación.
Hemos considerado como límite de significación el valor de la probabilidad p < = 0,05 (en cuyo caso las barras de los gráficos aparecen conectadas con línea continua). En las ocasiones en que el valor de "p" se encuentra entre 0,05 y 0,1 se indica como indicios de significación estadística.
ResultadosLa figura 1muestra la respuesta hormonal de testosterona entre los grupos control y deportistas, y las situaciones pre y postcompetición.
Figura 1. Niveles de testosteronaNo se encuentran diferencias significativas en ambos grupos en condiciones basales, y sí un aumento antes de la competición y tras ella.
DiscusiónLa secreción de testosterona se mantiene constante hasta los 40 años de edad y desciende progresivamente hasta los 70 años (Fernández y col., 1992). La beta-endorfina va a facilitar su síntesis (Tresguerres, 1992). En varios estudios, De Souza y col. (1994) y Duclos y col. (1996), observaron como en grupos muy entrenados la movilidad, densidad y calidad del esperma se vio afectada.
Con ejercicios que superan los 40 minutos de duración y con alto VO2 máx. los niveles de testosterona se elevan, así como con ejercicios cortos a alta intensidad (Wheeler y col., 1994). Los datos que se muestran en la tabla 1 así lo manifiestan.
Tabla 1. Niveles de testosterona
En la tabla 1 se muestran los niveles de Testosterona (TEST)
basales del grupo control, y el basal, pre y postcompetición del grupo experimental, en ng/mL.
Donde p1 muestra el índice de significación al comparar las dos muestras basales.
P2 muestra la comparación basal-pre, P3 la comparación pre-pos y P4 la basal-pos.No hay diferencias basales entre los dos grupos (p=0,52), y no se han encontrado por tanto valores reducidos de testosterona en los sujetos entrenados, cuestión que sí muestran (Bouchard y col., 1994; Gulledge y Hackney, 1996).
De Souza y col. (1994) utilizando atletas de 28 años de edad, un grupo altamente entrenados con 108 Km/semana, otro medianamente entrenados con 54 Km/semana, y otro grupo control., encontraron que los niveles de testosterona total y libre fue más baja en los muy entrenados.
En la situación basal-precompetición los niveles de testosterona se elevaron significativamente (p=0,02) debido al descanso previo a la prueba. Durante esta fase la testosterona interviene en el anabolismo proteico, la síntesis de glucógeno y depósitos de fosfocreatina, así como en la motivación (Malina y Bouchard, 1991; González, 1992).
En esfuerzos submáximos (50-70 % del VO2 máx.) y máximos (especialmente en aquellos que superan los 40 minutos), no se modifican los niveles de LH, pero sí los de testosterona, que aumentan.
En ejercicios que finalizan por agotamiento, la respuesta inicial de aumento hormonal se sigue de un marcado descenso de la testosterona (González, 1992).
Se han descrito aumentos de testosterona en ejercicios máximos de 60 minutos, en remeros olímpicos, junto con variaciones en la LH. Estos resultados contrastan con los de otros autores en estudios sobre tapiz rodante a intensidades del 30, 45, 60, 75 y 90 % del VO2 máx., durante ejercicios aerobios, describiendo aumentos no significativos de testosterona, al ser éstos equivalentes al descenso de volumen plasmático (Fernández, Diego y Fernández, 1992).
Para Mishchenko (1995) durante el trabajo prolongado se revelan cambios periódicos de testosterona en la sangre, pero éstos están vinculados más bien con la regulación de las relaciones entre los procesos de metabolismo que con los cambios debidos a la fatiga.
Es posible que, durante los ejercicios extenuantes, la redistribución del flujo sanguíneo afecte al flujo testicular, siendo el responsable de la reducción de los niveles plasmáticos de la testosterona.
Para González (1992) hay una posible interacción entre ejercicio, secreción de beta-endorfinas y hormonas sexuales.
Nuestros resultados muestran un aumento significativo en la secreción de testosterona en relación con los niveles basales, y podríamos decir que la secreción se mantiene durante la prueba.
Bibliografía
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digital · Año 9 · N° 66 | Buenos Aires, Noviembre 2003 |