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NO a la Reglamentación ni a
la Colegiatura en Educación Física

   
Profesor de Educación Física
(Argentina)
 
 
Guillermo Galantini
guiyogal@yahoo.com.ar
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 65 - Octubre de 2003

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    La repentina aparición pública de un Proyecto para la reglamentación y colegiatura de la educación física en la provincia de Santa Fe conteniendo media sanción de la cámara de senadores, hizo emerger no menos sospechas en cuanto al beneficio posible que, tal matriculación provocará sobre el conjunto de los trabajadores de esta disciplina. Es indiscutida la permanente expansión de esta área y de sus amplias posibilidades laborales que aumentan frecuentemente, a pesar del Estado Provincial que cierra cursos de formación y no crea cargos en cientos de escuelas públicas a lo largo y a lo ancho de su territorio.

    El objetivo de este artículo es discutir los aspectos implícitos y explícitos en esta Organización Colegiada que pretende regular el funcionamiento de la profesión en esta Provincia argentina. Entre otras posibilidades, quiero destacar cuatro momentos que representan la promoción y las manifestaciones de la educación física y que, estarían siendo direccionadas a la luz de la lógica del presente proyecto con media sanción, ellos son: los aspectos pertinentes a la salud, al funcionamiento del Estado, la flexibilidad laboral y el código de ética de la profesión.

  • La salud no es una propiedad del Profesor de Educación Física ni de la Educación Física. Para pensar esto, existen dos motivos aparentes: 1º) Es que ninguna solución a la salud "individual" o "calidad de vida" podrá ser tal si antes como sociedad no hemos cubierto las necesidades materiales y concretas para que ello ocurra. ¿De qué nos sirve estar "sanos" si en el contexto que vivimos mi dispensario o mi hospital no tienen las condiciones mínimas para atenderme en el caso que me enferme? Y 2º) Que el conocido discurso de "salud y calidad de vida" predominante en la Educación Física desconoce las implicancias de salud mental, social y afectiva que rodea la vida de los hombres y solo se preocupa por la salud meramente física.

    Ante ello: ¿qué diferencias tiene la práctica del especialista en aeróbica (no titulado) con la que pudiera expresar el profesional de la Educación Física (titulado, ahora matriculado) ¡Ninguna! En ambas prácticas se desenvuelve una valorización pasatista e individualista de la actividad física; un modelo didáctico demostrativo, calisténico y disciplinante de los movimientos corporales. Con ambos practicantes (titulados o no) se traducen imágenes corporales hacia el gran público ligadas al narcisismo en lo individual, al tecnicismo en lo pedagógico y al consumismo en lo económico. ¿Qué diferencias existen entre el instructor de una escuela de deportes y un profesor de Educación Física que enseña deportes? Ambos lo hacen de manera descontextualizada, ninguno de ellos hace repensar los géneros, la competencia, las prácticas opresivas y represivas, la agresividad, la violencia, la sexualidad... sólo enseñan técnicas deportivas desencantadas de lo lúdico y ubicadas en el plano del rendimiento físico que hacen funcional al disciplinamiento social. ¡Lo que debemos enseñar al público es a que sepa observar y percibir éstas diferencias y no ganar mercado por vías de una instrumentalización legal de la práctica!

    Ejemplos como éstos podrían abundar y siempre veremos que las diferencias "profesional" y "no profesional" no implican necesariamente una mayor calidad en cuanto a la práctica que reciben los ciudadanos. Entender la problemática de la promoción de la salud para elaborar un programa serio y eficaz, pasa por la discusión ética y política de la cualificación profesional, por los determinantes económicos, ideológicos y sociales, pero sobre todo por el proyecto pedagógico de la Educación Física las cuales no pueden ser resueltas apenas por un denominador común y restrictivo que es la relación Servicio prestado vs. Consumo del cliente, o sea, la relación de mercado que este reglamento propone. "La calidad profesional en la Educación Física pasa a ser el empaquetamiento de la estética, de la preparación física y de la promoción de la salud para la venta del producto (el cuerpo a través de la educación física y de las derivaciones mercadológicas)1 al cliente". De lo que se trata, en todo caso, es de pensar una transformación global de la legitimación de la Educación Física y no en recuperar "mercado" por vía legal.

    Lo que en términos de salud deberíamos preguntarnos los PEF es ¿Qué salud, desde las actividades física para los 8 millones de niños y jóvenes por debajo del índice de pobreza de nuestro país? ¿Basada en qué parámetros? ¿"Cualificadas" para quién? Tal vez estas preguntas no puedan responder los defensores de la Reglamentación ya que en el artículo 3º dice que "Velarán por la individualidad de la profesión". Está claro que si entendemos a la EF como una responsabilidad individual nos lleva a entender que, si un individuo se esfuerza por ser saludable lo conseguirá y caso que esto no ocurriese él será el único culpable. De este modo la especificidad de la profesión pasa por un entendimiento personal antes que de compromiso social y esto va en sintonía con los aspectos más tradicionales y reduccionistas de ver la realidad. "Los estudios ligados a la educación física / salud en una perspectiva biologicista, no presentan ninguna relación con la salud colectiva, ni con una teoría que posibilite su reconocimiento en cuanto realidad socio-histórica"2

  • La reglamentación se ocuparía -solamente- de naturalizar un modo definido, histórico y conceptual de educación física para pocos y haría olvidar que la EF es un producto de la cultura corporal antes que una disciplina judicializada o científica. Se olvidará entonces que el Estado debe garantizar las producciones culturales en todos los ámbitos de la vida social y para que ello ocurra se debe luchar en conjunto con otros trabajadores de la cultura corporal3 a los efectos de conseguir tales reivindicaciones sin pelearnos pobres contra pobres. El Estado, con estas colegiaturas comenzará a desentenderse -más de lo que ya hace- y nos dirá: "No muchachos/as... ahora Uds. ya son profesionales liberales... arréglense como puedan... Nosotros sacamos la educación física de la escuela!". También en el artículo 3º de este proyecto se observa la siguiente función para el colegio: "colaborar con los poderes públicos, con el objeto de cumplimentar las finalidades sociales de la actividad profesional". Sin dudas que colaborar con el estado actual de cosas que se desprenden del funcionamiento de los poderes públicos, no significa otra situación que la de profundizar el asistencialismo y la contención de clase. Significa, además, prepararse para recibir sus limosnas y sus prebendas, articularlas socialmente con el objeto de mantener las condiciones injustas de la sociedad. Como rompecabezas, podemos ir reconstruyendo las diferentes etapas que nos conduce esta reglamentación: La concepción individualista y el sentido de colaboración con los poderes establecidos. Sin duda que estas son las situaciones que los profesionales de la cultura corporal debieran esforzarse en transformar y no de aumentar su cuota de cooperación.

  • Atento a estas situaciones, los flexibilizados trabajadores de la Educación Física iremos a parar a las puertas de la Colegiatura a los efectos de que nos arrojen un contrato porque algún director de Escuela se le ocurrió organizar una jornada de "Juegos Motores" y allí andaremos... llevando asistencialismo, EF de segunda para los pobres y abandonando cualquier concepción emancipatoria y transformadora de nuestra práctica. Nos quedará deambular por algún club y ver si hay un ex atleta que realiza el "ejercicio ilegal de la profesión". Recorreremos las vecinales para observar si algún papá no titulado está reuniendo a los chicos del barrio y decirle "Esto Ud. no lo pude hacer", ¿llegaremos con esto a ganarnos la confianza del barrio y estrechar vínculos favorables para poder desarrollar nuestra práctica? Andaremos visitando gimnasios para ver quién nos "roba" trabajo y caeremos en la cuenta de la cantidad que comenzarán a cerrar porque los gimnasios pequeños no podrán pagar los "honorarios profesionales" y entonces estaremos en la encrucijada de sentirnos culpables al ver cómo hacemos cerrar fuentes laborales para otros y cómo no las conseguimos tampoco para nosotros.

    Todo porque un grupo de "bien intencionados muchachos" lograron que nosotros les paguemos mensualmente una matrícula, registremos nuestros títulos con ellos (no de manera gratuita, por cierto) y, con el favor de nuestros dineros, se erijan en interlocutores con el Estado, las Escuelas, Clubes, Gimnasios, etc. a sabiendas que en ellos no existen escalafones, concursos... sino la buena disponibilidad del "Sr. Mercado" que solicitará nuestros servicios "profesionales" ante el Directorio del cuerpo colegiado.

  • El otro punto de discusión es aquel donde se espera que el Colegio sea el "encargado de redactar el Código de ética de la profesión". Esto implicaría la tentativa de formar un consenso mínimo entre los profesionales de Educación Física, que serían los conductores, tanto en lo individual como subjetivo, de la realización ética. Como se verá esto es un proceso lleno de contradicciones ya que el profesor de Educación Física se constituye como tal, desde principios del siglo pasado, bajo la normatización del sistema educativo y reglamentar la ética de Educación Física en un código bajo las condiciones de amplia desocupación, de intentos de privatización de la educación y de reducido acceso de las sectores postergados a los servicios tales como "gimnasios", "clínicas", "clubes" o "Spa"; no implica sino una reglamentación de la pobreza.

    El movimiento que, ha venido ocurriendo en la educación física de los últimos 30 años donde, podríamos diferenciar tres sectores que, aunque no hayan establecido ámbitos propicios para el debate, dejan entrever modos de acceso diferenciados en la práctica. Por un lado los militaristas higiénicos y biologicistas, por otro los, pluralistas, reformadores y lúdicos-renovadores y, ya más reciente una fuerza crítico emancipadora; han venido configurando el amplio campo de la educación física.

    Sin entrar al debate de esto, lo que se trata de decir es que el movimiento de la Reglamentación sirve para reflejar una punta de lanza retomada por el sector más conservador y reaccionario que cobija la Educación Física. Son ellos los que reabren la impronta política frente a la declinación sufrida en décadas pasadas. Ahora amparados por la "Colegiatura" se vuelven a posicionar en los viejos ideales de la educación física asociada a la dictadura y al proceso militar (no por casualidad se reúnen los martes a las diez de la noche en el distrito militar). Con la misma fuerza avasalladora, pretenden desalentar cualquier debate y participación del conjunto y resolver a solas, diferenciadamente un espacio que favorece sus más escabrosos apetitos personales. No por casualidad utilizan en su discurso y vocabulario el asustadizo adjetivo de "jerarquización", que es el espejo del tipo de relaciones que tejen, revelando un marcado interés diferenciador, corporativo, antidemocrático y económico pensando sólo en explotar a los casi 800 profesionales que se reciben al año en la provincia y los más de diez mil activos que pertenecen al ámbito formal y no formal.

    Tal vez los/as impulsores/as razonan que los espacios de trabajo, fuera del ámbito educativo ofrezcan mejores y nuevas posibilidades para la educación física. La realidad no será de ese modo, ya que si el servicio de una hora de gimnasia es pagado hoy por tres pesos para un personal especializado (no titulado) será pagado con dos pesos para el titulado (ya que el Sr. Dueño del gimnasio deberá abonar jubilación, obra social seguro, etc. lo que implicará la verdadera flexibilización del trabajo o sino se verá en la obligación de aumentar la rotatividad del profesional a los efectos de que no acumulen horas que les insuma pagos de esos beneficios). ¡Hasta podemos llegar a encontrar compañeros que con Planes Trabajar -pagados por el Estado, o sea todos nosotros- realicen y produzcan servicios en instituciones privadas y con el aval "profesional" del Colegio de educación física).

    La fiscalización de los ámbitos de trabajo no llevará a otra que la reproducción de contratos temporarios, ausencia de vínculos sindicales, aumento de la jornada de trabajo ya que no habrá ningún tipo de estabilidad en el segmento. No lo tendrá el empresario, no lo tendrá el empleado ni tampoco el usuario inestable de este tipo de servicios. En este sentido "el profesional de la educación física" realizará una función restrictiva ya que fragmenta el área y refuerza la estereotipia de la formación de grado. Los nuevos "profesionales" deberán serlo en tanto y en cuanto sirvan para reproducir los modelos esperados y solicitados por el sistema capitalista de explotación y dominación de los sujetos. Nacerá el nuevo fetiche de la profesión "El Colegio de Profesionales" que irá a ocuparse de todas las solicitudes del mercado, absorverá y resolverá todos los problemas de la EF. El espacio escolar se entregará a la óptica del conductismo y el deportivismo.

    También, hay que decir que esto apunta a introducir en la escuela un viejo adagio de los conservadores: "Hacer y no pensar la educación física". Lo peligroso es que el tenor de estos cambios puede ser instrumentalizado en el "Código de ética de la profesión". El objetivo del código estará en palanquear todas las actividades en términos de asistencialismo no formal, gimnasios, clubes, vecinales y proyectos institucionales y en contra de cualquier visión emancipatoria y crítica acerca de estos sectores.

    Otra grave consideración en el intento de avanzar de estos conservadores es olvidarse que aquellos "legos" que "ocupan" el supuesto campo de la educación física son expertos en las prácticas que enseñan, o son también estudiantes de educación física que hacen sus primeras experiencias en estos ámbitos ahora "legalizados" y prohibidos para ellos. ¿Quién puede decir que no es experto en un deporte si lo practicó durante más de 20 años, convivió con el mundo y el submundo del mismo y ahora, por cuestiones jurídicas, se ve imposibilitado de transmitir dicho saber? ¡¿Los directivos de la colegiatura atacarán justamente a la persona que tiene mayor comprensión y cualificación frente al problema de tales prácticas corporales?! Esto es una flagrante contradicción que no hace sino aparecer el escandaloso intento de monopolización económica de la profesión.

    Ante ello, considerar la ética como un valor abstracto haciendo con que individualmente los sujetos conduzcan el proceso, puede parecer democrático, pero en verdad, desconsidera lo concreto de la Educación Física, repleta de miseria, ignorancia y abandono. Hay caminos colectivos, todavía poco explorados pero vigentes al fin como lo es la Asamblea Nacional Abierta de Educación Física que ya se reuniera durante los años 2002 y 2003, están las distintas fuerzas sindicales y está la Central de Trabajadores Argentinos que alberga en su seno hasta trabajadores desocupados. Está también la aún no reglamentada Ley del Deporte que prevé la constitución de Consejos Municipales y Provinciales y donde muy bien podrían ser garantizadas la "calidad de servicio" en el mercado de la educación física.

    Cualquiera de ellos podría asumir un carácter verdaderamente democrático, transformador y emancipador. En todas estas organizaciones se participa libremente (asamblea) o a través del voto de sus afiliados se adquiere la representatividad, con lo cual se garantiza la participación y la amplia discusión ético-política de la profesión y de los trabajadores en general. El carácter compulsorio que adquirirá la ley para los profesionales no es una cuestión menor o vaciada de "tintes políticos" como se ufanan sus defensores sino que representa la transformación en mercadería potencial. La "vigilancia", el "decoro" y el "control" profesional no son otra cosa que la sumisión a las reglas del mercado (donde, sabemos triunfa el más fuerte y no el más capacitado).

    Esta reglamentación ética supondrá-sin dudas- la supresión de la Educación Física del currículo escolar pero además puede indicar algunas sutilezas tales como que: en la iniciativa privada el trabajo se regula por un contrato y de común acuerdo entre las partes, siendo que en el sistema público el acceso al cargo se hace por medio de concurso y con pruebas de oposición y antecedentes. Que no discriminen por raza, sexo, religión, edad, opinión política, sexualidad, etc. no es precisamente una garantía de este tipo de arreglos y contrataciones privadas. Todos los días observamos como estas cuestiones se inclinan a la hora de acceder o ser favorecidos con un trabajo en los emprendimientos privados. En estos ámbitos vemos, cotidianamente, confundir ética con moral.

    Otra consecuencia peligrosa son los derechos constitucionales reservados para el trabajador en el sistema educacional. Aquí las huelgas y los paros son instrumentos legales reconocidos por el estado de derecho. ¿Lo serán también para el trabajador que se desenvuelva -bajo la órbita del colegio de profesionales- en el ámbito privado? ¿Cómo se movilizarán para la defensa de la profesión? ¿Qué harán cuando los estados no les den ni subsidios, ni donaciones, ni becas ni espacios para sus colegiados? Y ¿cómo reclamarán cuando las organizaciones públicas y privadas no estén considerando "el ejercicio legal de la profesión"? No queda otra que pensar que ¡negociando!

    Lo que nosotros creemos es que en los estatutos y reglamentaciones de la actividad docente tanto provincial como nacional se hallan presentes mayores derechos que la fragilidad desconocida que nos ofrecen con la irrupción de esta colegiatura. Si a esto agregamos que la discusión con los involucrados del área no ha sido posible, producto de la miopía y cerrazón de los dirigentes pro-reglamentación, no tenemos más que agregar inmensas sospechas a este tipo de organización.

    Otro -llamémosle- error, es pensar que el mercado de la Argentina tiene un espacio generador de posibilidades laborales para la Educación Física y no considerar que el mismo es pequeño, reducido y plagado de rupturas y cambios momentáneos que para nada contribuyen a la estabilidad laboral y no debiera ser tomado como modelo el sistema de la "doctrina de la aptitud física norteamericana".

    Nuestra cultura educacional en cuanto practicas corporales en nada se parece a la norteamericana o europea, por lo que, considerar a ellas como modelos en nada favorecen nuestro aspecto laboral. Por último y remitiéndonos una vez mas a la letra el proyecto, queremos destacar el carácter falaz del mismo al promover el respeto a las "individualidades" sin dar a ellas el canal de expresión, democratización y debate para reconocer lo favorable o no de tal reglamentación reflejando esto, una vez más, el carácter oscuro de tal propuesta. Y nos hace ver cómo es posible respetar y garantizar la "individualidad" en cuanto sea aceptable el pago de la matrícula.

    Lo que vemos es que, en el mercado paralelo de la educación física no hay ética democrática ya que su crecimiento, expansión y difusión ha sido de modo desordenado e incompatible con políticas públicas o privadas de carácter serio. Solo el rapiñaje es lo que impone respeto. Y esta situación no es producto de la casualidad ni del azar, tiene que ver con los movimientos y especulaciones propias del capitalismo mundial, de cómo se desarrolla en nuestro país y de la necesidad de ajuste y flexibilidad que el mismo precisa para sostenerse. La enorme expansión de los Estados Financieros estimuló la onda de privatizaciones y constriñó a los Estados Nacionales (Therbon)4 . Es precisamente esta lógica la que es propiciada a través de esta reglamentación ya que los Estados -como mencioné anteriormente- irán descartando sus responsabilidades arrojando a las prácticas de la educación física a las buenas del mercado.

    En esta perspectiva se cuelgan políticas internacionales como el ALCA y la Organización Mundial de Comercio que, de ningún modo se plantean otra que la explotación del trabajador y la expansión del imperialismo norteamericano. En el actual "capitalismo competitivo" los sistemas colegiados solo consiguen intervenir para vender la calidad de su matrícula. Y esto de ningún modo favorece las relaciones de clase y la fuerza de trabajo de todos los que habitamos en el campo de la Educación Física.


Notas

  1. Renato Sampaio Sadi O CÓDIGO DE ÉTICA DA EDUCAÇÃO FÍSICA material da Disciplina Didática do Curso de Educação Física das Faculdades Módulo - Caraguatatuba-SP e Unicastelo-SP) Brasil

  2. MAIA, Adriano Fortes. Educação física e saúde: reflexões a partir do "dilema" clinico/epidemiológico. In: ANJOS, José Luiz (Org.). Ensaios: educação física e esportes. n. 4. Vitória: CEFD/ UFES, 1996, p. 61-81.

  3. La cultura corporal es configurada por un aglomeración de conocimiento, socialmente construido e históricamente determinado a partir de actividades que materializan relaciones múltiples de experiencias ideológicas, políticas, filosóficas y sociales, como de sentidos lúdicos, estéticos, artísticos, agonistas, competitivos y otros relacionados a la realidad, a las necesidades y a las motivaciones del hombre. Lo singular de estas actividades, sean creativas o imitativas es que no son un producto material ni separable del acto de su producción. Por este motivo el hombre las valoriza como actividad en sí misma. Pero esas actividades son realizadas siguiendo modelos socialmente elaborados y que portan significados e ideas socialmente atribuidas" (Eduardo Granja y Janine Maciel. "Corrientes pedagógicas: el deporte en las clases de educación física")

  4. THERBORN, Goran. (1995). "A crise e o futuro do capitalismo" In: Pós-neoliberalismo. As políticas sociais e o Estado democrático. Gentili, Pablo (org.), São Paulo, Paz e Terra.

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revista digital · Año 9 · N° 65 | Buenos Aires, Octubre 2003  
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