Estudio sobre las particularidades psicológicas de los atletas de voleibol de la categoría 15-16 años sexo masculino de la EIDE Provincial de Sancti Spiritus |
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Facultad de Cultura Física Sancti Spiritus (Cuba) |
Lic. Joel Ernesto de la Paz Avila Lic. Luis Ramón León Morales joelpa@suss.co.cu |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 64 - Septiembre de 2003 |
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Introducción
En la planificación y dirección de la preparación de los deportistas, se hace precisa la realización de una organización que permita la formación y estabilización de la forma deportiva. La conceptualización de los sistemas de entrenamientos actuales depende del nivel de preparación psicológica que alcanza el practicante.
En ello juega un papel fundamental la especificidad de determinado tipo de deporte, lo cual imprime un sello sobre unos u otros aspectos de la psiquis del hombre, su atención, memoria, imaginación, entre otras.
Para nosotros, esta especificidad se centra en el deporte de voleibol. Este, como juego deportivo, se caracteriza por un alto grado de saturación emocional. Las particularidades psicológicas de la actividad del voleibolista están determinadas por el carácter de las acciones del juego y por las particularidades objetivas de la lucha competitiva.
Por consiguiente, para determinar y precisar el grupo de tareas y su contenido en la preparación psicológica de los voleibolistas, es necesario estudiar las particularidades psicológicas de la actividad humana. Su conocimiento ayudará a educar de manera planificada y con objetivos definidos aquellas cualidades psíquicas de los deportistas que son necesarias para participar exitosamente en las competencias.
Desde el punto de vista psicológico, este trabajo brinda la oportunidad de conocer las características psicológicas de los jóvenes de este deporte y en una edad en que la juventud temprana produce cambios cualitativos y cuantitativos de gran importancia en su personalidad.
Desde el punto de vista social, esta investigación posibilita, mediante el conocimiento y comprensión de los atletas, establecer mejores vínculos de cooperación y ayuda entre los deportistas y sus entrenadores.
Además, les da la posibilidad a los entrenadores de caracterizar psicológicamente a sus atletas, aspecto poco analizado dentro del mundo deportivo donde se enmarca la muestra seleccionada.
El conocimiento de los entrenadores sobre las características psicológicas de sus atletas les permitirá orientar de manera correcta las principales tareas que deben desarrollar con el objetivo de lograr una disposición estable para la actividad.
El entrenamiento deportivo es un proceso complejo y multidisciplinar que pretende conseguir los máximos resultados deportivos. Ese proceso precisa de la existencia de los técnicos apropiados a fin de lograr los resultados apetecidos. La realidad es bien diferente, y nos encontramos con la ausencia de algunos profesionales, especialmente del psicólogo. En esas circunstancias, el preparador físico, encargado máximo del proceso de entrenamiento, de mejora de las diferentes cualidades, intenta asumir esa parte de la preparación.
En los deportes de equipo, además de las características específicas del nivel físico y técnico-táctico, es imprescindible dominar, controlar y conocer el nivel de activación de cada uno de los miembros que conforman la plantilla, y del equipo en su conjunto. Es imprescindible conocer los estímulos que tienden a influir individual y colectivamente, los signos o manifestaciones externas e internas de esos estímulos, las relaciones existentes entre los diferentes miembros de la plantilla y equipo técnico, de tal forma que podamos controlar el nivel de activación colectiva y mejorar de esa forma el rendimiento del equipo.
El poco dominio de técnicas para la caracterización de los deportistas en poder de los entrenadores de voleibol de la EIDE Provincial de Sancti Spiritus, así como los trabajos relacionados con este componente de la preparación del deportista llevados a cabo en otros deportes, han servido como antecedentes y motivación para iniciar esta investigación.
Con este trabajo, esperamos lograr que los entrenadores encargados de la dirección del proceso de entrenamiento de los atletas de voleibol de la EIDE provincial de Sancti Spiritus tomen como un elemento más dentro de su trabajo la caracterización de sus deportistas, así como, conocer cuál es la orientación psicológica de estos y su motivación para participar en competencias.
DesarrolloEl deporte ocupa un lugar importante en la vida de la sociedad moderna: asegura un desarrollo físico armónico del hombre y también contribuye a la educación de sus cualidades morales y volitivas.
Los tipos de deporte son diversos, pero todos requieren de la participación en competencias deportivas y de un entrenamiento sistemático en el tipo de deporte escogido. La elaboración de métodos eficaces de entrenamiento deportivo es imposible sin el estudio, por una parte, de las particularidades y regularidades que caracterizan a la actividad deportiva, y por la otra, de la personalidad del deportista como sujeto de dicha actividad. Junto a la fisiología, la psicología está llamada a proporcionar un análisis de los aspectos más importantes de la actividad deportiva, para ayudar a la solución racional de muchos problemas prácticos vinculados a ella.
El deporte como fenómeno social y como tipo especial esencial de la actividad humana, es objeto de estudio de varias ciencias. Cada una de ellas, incluida la psicología, estudia la actividad deportiva desde un determinado ángulo de observación, desde posiciones acordes con sus tareas específicas y con su metodología.
De acuerdo con el análisis psicológico de la actividad deportiva, esto denota que es necesario, en primer lugar, explicar las particularidades psicológicas generales del deporte como aspecto específico de la actividad. En segundo lugar, realizar un análisis comparativo de las particularidades psicológicas de las diferentes disciplinas deportivas y ejercicios competitivos. Y en tercer lugar, estudiar el problema acerca de la actividad del deportista individual como manifestación única, general y particular en la actividad deportiva.
El estudio de la psicología del deporte ha constituido por años un tema de análisis dentro de la comunidad científica internacional. El recuento de su desarrollo aún no ha sido escrito. Su mismo concepto y algunos problemas de esta rama de los conocimientos psicológicos especiales, aparecieron por vez primera en los artículos del iniciador de los Juegos Olímpicos Modernos, Pierre de Coubertin, que tuvieron un carácter descriptivo y que fueron publicados a principios del siglo XX.
Se ha planteado la necesidad de que el entrenador conozca cuáles son los problemas del entrenamiento y la competencia que necesitan del auxilio de la psicología para su solución.
Los problemas fundamentales que se presentan en la preparación atlética son:
El ajuste emocional y volitivo del deportista tanto en el entrenamiento como en la competencia.
Las cuestiones relativas a la influencia de la psiquis en el desarrollo técnico y táctico.
Los problemas sociales que se dan en el seno del equipo deportivo.
Se debe precisar que aquí nos referimos al aspecto psicológico de estos problemas genéricos. Por ejemplo, el ajuste emocional tiene relaciones con la sobrecarga del entrenamiento por razones bioquímicas, y el desarrollo técnico posee vínculos estrechos con la pedagogía en tanto hay un contenido a enseñar y aprender.
Pero no es menos cierto que el ajuste emocional puede ser función de la autovaloración del atleta y el desarrollo técnico estar en dependencia del modelo mental del movimiento, que expresa en ambos casos facetas psicológicas del proceso.
Estos problemas delimitan el objeto de la psicología del deporte, es decir, aquello sobre lo que recae la atención de la aplicación de la psicología a la actividad deportiva.
Dichos problemas se estudian y solucionan a partir de los métodos psicológicos que se han desarrollado históricamente en la ciencia psicológica.
Significa que al hablar de la psicología del deporte nos estamos refiriendo a la aplicación al campo deportivo de las teorías y métodos de las ciencias psicológicas que permite la solución de los problemas señalados. Esto no excluye que algunas teorías y métodos necesiten ser transformados en cierta medida. Por último, estos problemas se producen en el círculo que forman en torno al rendimiento los deportistas, equipos y entrenadores. En lo expuesto con anterioridad se ha fijado una cierta posición a la psicología del deporte; ella entra a formar parte de las ciencias que coadyuvan a la dirección de la preparación del deportista. Por lo tanto, está subordinada al proceso pedagógico realizado con el fin de alcanzar los objetivos atléticos.
Esta situación debe ser tenida en cuenta a la hora de organizar el trabajo psicológico, por cuanto este debe potenciar el trabajo psicológico y no consumirle su precioso tiempo. La psicología del deporte rebasó la etapa de presentación y cada día aumenta el número de personas que reconocen su contribución al rendimiento y a la educación de los deportistas.
La psicología del deporte es una ciencia aplicada que estudia los procesos psíquicos y la conducta del deportista en la actividad deportiva. Persigue conocer y optimizar las condiciones internas del deportista con el propósito de lograr la expresión del potencial físico, técnico y táctico adquirido en el proceso de preparación.
Al estudiar el problema de la personalidad, la psicología tiene en cuenta las particularidades y cualidades psicológicas de la persona que se desarrollan y manifiestan en esta como miembro activo de la sociedad. La personalidad es inconcebible fuera de la sociedad y, como consecuencia, esta es inconcebible sin el conjunto de las particularidades que la conforman.
La cuestión de cómo convertirse en una personalidad es una de las más importantes. La autovaloración comienza con el estudio meticuloso de las personas que lo rodean. Observan a sus compañeros, a los adultos y prestan atención a la valoración que otros hacen de los actos de ellos.
Los análisis hechos a la literatura especializada sobre el tema, demuestran que el estudio de la personalidad de los jóvenes constituye un punto importante para la correcta selección de los atletas que pueden conformar un equipo deportivo y, sobre todo, brinda los elementos necesarios para la mejor comprensión de ellos y para establecer relaciones afectuosas que permitan obtener altos resultados deportivos.
Es por ello que pienso, ante todo como humano, que la base para una buena comprensión de los jóvenes que forman parte de colectivos deportivos la constituye el estudio detallado y sistémico, por parte del entrenador, de aquellos cambios más acentuados que se producen en sus atletas y que de algún modo influyen en su correcta orientación hacia la actividad que realizan. El sistema de conocimientos psicológicos ayuda a concebir y comprender al deportista.
El entrenador influye en el deportista, directa o indirectamente, prácticamente en cualquier momento, y solo puede hacerlo conociendo algunas de sus particularidades psicológicas. Cuanto más profundos y exactos sean los conocimientos sobre los deportistas y las condiciones de su actividad, tanto más correcta y eficazmente el entrenador organiza la influencia.
¿Qué es la juventud? ¿Cuáles son el contenido y la duración de la juventud como etapas del camino de la vida? ¿A qué edad el hombre se transforma de niño a joven y de joven en adulto? ¿Cuáles son las fuerzas motrices y las etapas internas de esta transición? Las respuestas a estas preguntas nunca han sido únicas y los propios términos, con los cuales describimos los avances evolutivos, son bastantes indefinidos. "La edad de tránsito" como etapa de transición de la infancia a la madurez tiene como base biológica la madurez sexual, por eso con frecuencia es denominado período de la pubertad. Pero la madurez física y la capacidad para la procreación aún no hacen adulto al hombre. En el hombre el contenido de la actividad es el trabajo y la creación de los valores materiales y espirituales. La relación del individuo con la especie se mediatiza ahora a través de su relación con la sociedad y la cultura. El tránsito de la infancia a la adultez en la sociedad humana no solo supone la madurez física, sino también el inicio en la cultura, el dominio de un determinado sistema de conocimientos, normas y hábitos, gracias a los cuales el individuo puede trabajar, cumplir funciones sociales y tener una responsabilidad social que emana de aquí. De este modo, la madurez supone la socialización y no puede llevarse a cabo fuera de ella.
Los psicólogos delimitan la adolescencia y la juventud, aunque los límites de estos períodos son bastante convencionales, y se interceptan parcialmente. Nadie dice que el niño de 11 a 13 años es un joven y que el joven de 18 a 19 años es un adolescente. La edad entre los 14-15 y 16-17 años en unos casos se determina como una juventud temprana, mientras que en otros, como fin de la adolescencia.
En el esquema de la división de las edades en períodos ontogenéticos la adolescencia fue enmarcada dentro de los 13 a 16 años para los varones y dentro de los 12 a 15 años para las hembras, y la juventud fue determinada dentro de los 17 a 21 para los varones y de 16 a 20 para las hembras.
En la literatura psicopedagógica se hace énfasis en el desarrollo físico y no en el cambio de las principales formas de actividad. Sin embargo, esta división en períodos tampoco es única y no abarca todos los aspectos del desarrollo de la personalidad.
En la literatura sociológica la división de las edades en períodos se basa principalmente en el cambio de posición social y de la actividad social del individuo; además, se hace énfasis más bien en las propiedades de los jóvenes como grupo socio-demográfico. A los sociólogos no les interesa tanto el límite entre la adolescencia y la juventud, como los límites y criterios de la transición a la adultez, en los que también hay mucho que discutir.
L. I. Bozhovich define la edad escolar mayor, comprendida entre los 15 y los 17 años, como la edad juvenil, concentrando toda su atención en el desarrollo de la esfera motivacional de la personalidad: en la determinación, por parte del alumno de los últimos grados, de su lugar en la vida y de su posición interna, en la formación de la conciencia del mundo y en su influencia en la actividad cognoscitiva, la autoconciencia y la conciencia moral.
En esta edad escolar mayor se produce el desarrollo de todos los tipos y propiedades de la atención y en especial la atención voluntaria. Los estudiantes de noveno a décimo grado pueden mantener de forma consciente y prolongada la estabilidad y la intensidad de la atención, que, no obstante, cambia fácilmente de un tipo de actividad a otra. A esta edad se producen determinados avances en el desarrollo de la memoria voluntaria. En estos grados los estudiantes recurren cada vez menos al aprendizaje mecánico, utilizan de forma consciente métodos especiales para la memorización buena y rápida. El pensamiento de los estudiantes de los grados superiores adquiere una serie de particularidades esenciales: aumenta bruscamente la capacidad de analizar y generalizar los datos obtenidos en el proceso de estudio, aumenta el interés por la explicación causal de los fenómenos que se estudian y por la fundamentación de las demostraciones y conclusiones, se desarrolla la actitud crítica del pensamiento, el interés por la cuestiones teóricas y la capacidad de razonar sobre temas abstractos. Las manifestaciones activas del pensamiento teórico que aumentado se manifiesta en la tendencia de los escolares mayores al análisis independiente de los más diversos problemas, les resulta agradable que el profesor no simplemente exponga verdades indiscutibles, sino que los obligue a escoger entre distintos puntos de vista, les exija que fundamente determinados postulados y conclusiones. En estos escolares se manifiesta la tendencia a meditar sobre los fenómenos contradictorios que caracterizan esta edad: ellos quieren pensar, razonar, teorizar hasta en las cosas que no cuentan con suficientes conocimientos.
Nuestros entrenadores requieren un conocimiento adecuado sobre las características psicológicas de las diferentes edades de los deportistas, así como la educación de un nivel de conciencia sobre la aplicación de métodos psicopedagógicos, que garanticen la salud mental y la óptima formación.
Sabemos que el desarrollo psíquico en la adolescencia atraviesa por marcadas transformaciones, con relación a la percepción, el pensamiento, la memoria, la imaginación, la atención y sobre todo las vivencias emocionales, aspectos que debe considerar un pedagogo para ejercer su labor de formación. Los atletas en esta etapa alcanzan peculiaridades en su desarrollo físico y psicológico, la propia actividad deportiva, la rigurosidad y alta exigencia que implica el perfeccionamiento de las diferentes variables que intervienen en los rendimientos deportivos, favorecen la optimización de estos procesos, sin embargo, no debe en ninguna medida violentarse el desarrollo natural de niños y jóvenes.
Las condiciones en que se realizan los entrenamientos deportivos para jóvenes es un factor principal para garantizar su eficiencia. Las propias características de la edad presuponen que los aspectos motivacionales implicados en el proceso de preparación deportiva tengan que ser tratados con especial atención. Hemos comprobado a partir de la evaluación y el control psicológico del entrenamiento cómo algunos deportistas escolares manifiestan síntomas de inhibición, monotonía y falta de interés cuando son sometidos a altas cargas de entrenamiento y no se toman en cuenta el ambiente global de aprendizaje.
En el voleibol existe una multitud de ejemplos en los que, contrariamente a todos los pronósticos basados en la evaluación del nivel de preparación física, táctica y técnica de los jugadores del equipo, gana el equipo relativamente débil. Esto se explica, por lo general, por factores psicológicos. Una alta exaltación emocional y el deseo de cumplir, con frecuencia conducen a la victoria sobre un adversario más fuerte, el cual subestimó a sus contrincantes y comenzó a luchar contra él en estado de un menor grado de movilización.
Las condiciones y características de la actividad en entrenamientos y competencias en el voleibol demandan potenciar una serie de cualidades y capacidades físicas, técnicas tácticas y psicológicas para obtener altos resultados deportivos. Una adecuada preparación psicológica constituye una premisa indispensable. Esta preparación se realiza mediante un sistema de procedimientos orientados a lograr una óptima disposición de los jugadores para la competencia. La formación de este estado involucra no solo al psicólogo; en ello interviene también el entrenador.
El voleibol, desde el punto de vista técnico metodológico, se incluye en los deportes colectivos con pelotas. Se caracteriza por realizar sus acciones en condiciones de interrelación e interdependencia. Los problemas técnico-tácticos son de naturaleza compleja tanto por las distintas funciones que realizan los jugadores como por las infinitas acciones que pueden producirse en el desarrollo del juego. La necesidad de una gran precisión y coordinación en las acciones demandan el desarrollo de mecanismos sensoperceptuales y psicofisiológicos para las ejecuciones. La dinámica de grupo, funcional y afectiva, reviste gran importancia en el decursar de las acciones. Los jugadores por lo inesperado de las acciones la influencia del público y otros factores se ven sometidos a grandes tensiones emocionales.
La especificidad de determinado tipo de deporte imprime un sello sobre el desarrollo de unos y otros aspectos de la psiquis del hombre y sus percepciones, su atención, memoria, pensamiento, imaginación, emociones y cualidades morales-volitivas.
Así, la firmeza y la valentía de, por ejemplo, un motociclista se diferencian cualitativamente de la decisión y valentía del voleibolista. Por consiguiente, para determinar y precisar el grupo de tareas y su contenido en la preparación psicológica del voleibolista es necesario estudiar las particularidades psicológicas de su actividad. El conocimiento de estas particularidades ayudará a educar de una manera planificada y con objetivos definidos aquellas cualidades psíquicas de los voleibolistas que son necesarias para participar exitosamente en la competencia.
Las principales acciones motoras de los voleibolistas son los rápidos desplazamientos, saltos y lanzamientos al recibir el balón. Su ejecución se encuentra relacionada con un determinado riesgo y requiere valentía y dominio de sí mismo por parte de los jugadores.
La diferencia más sustancial en la técnica del voleibol es el breve contacto directo con el balón, que excluye por completo los agarres. Todas las acciones se caracterizan por la variabilidad en el proceso del juego. En los entrenamientos el voleibolista tiene que dominar todo un sistema de actos motores, los cuales se forman a partir de una gran cantidad de elementos de defensa y ataque.
La complejidad de las acciones de juego consiste en el hecho de que este arsenal de elementos técnicos hay que utilizarlos en diferentes combinaciones y en condiciones que requieren del jugador un excepcional nivel de precisión y de diferenciación de los movimientos y el rápido cambio de unas formas de movimientos a otras completamente distintas por el ritmo, la velocidad y el carácter.
Las condiciones de la actividad en que se desarrolla el juego de voleibol determinan las demandas o exigencias psicológicas, que a continuación relacionamos:
Desarrollo y estabilidad de diversos parámetros psicofisiológicos y perceptuales; buena velocidad de reacción y de movimientos, calidad de los cálculos perceptuales de espacio y tiempo, amplio volumen de la visión periférica, desarrollo de la coordinación óculo manual y el aparato vestibular.
Desarrollo de percepciones especializadas; sentido del balón, sentido de la net, y sentido del terreno.
Desarrollo de las cualidades de la atención: concentración, volumen, intensidad estabilidad, distribución y conmutación.
Buena capacidad intelectual, matizada de un alto nivel de razonamiento abstracto y pensamiento operativo.
Perfeccionamiento del pensamiento táctico sobre la base de un amplio volumen de conocimientos.
Aprendizaje de mecanismos de autorregulación efectivos que garanticen el control y la estabilidad emocional.
Elevado nivel de motivación por el entrenamiento y la competencia.
Desarrollo del sentido colectivo, donde los intereses individuales no se antepongan a los objetivos del equipo.
El carácter súbito e instantáneo y el nivel de precisión de las acciones motrices en el voleibol provocan la necesidad de desarrollar en los jugadores la rapidez de la reacción, así como también la rapidez de los movimientos relacionados con la alta velocidad del vuelo del balón.
Pero en el voleibol no se puede confiar solamente en la rapidez de la reacción. La perfeccionarse esta, es necesario crear la habilidad de prever los posibles momentos del juego.
Casi todas las acciones de los voleibolistas transcurren sobre la base de las percepciones visuales. La habilidad para ver la posición y el desplazamiento de los jugadores en el terreno, el movimiento ininterrumpido de la pelota, así como también la habilidad para orientarse rápidamente en las nuevas situaciones constituyen importantes cualidades de los voleibolistas. Esto plantea exigencias muy amplias ante el volumen y el campo de acción de los jugadores y el nivel de precisión de su medición a simple vista.
El rápido tempo del juego, su duración, la tensión de la lucha competitiva, la constante preparación para ejecutar acciones de respuesta y la gran responsabilidad por cada acción, particularmente en presencia de una gran cantidad de espectadores que reaccionan impetuosamente, determinan el grado de saturación del juego con varias emociones, algunas de las cuales ejercen una influencia positiva y, otras, negativas.
El voleibol moderno se caracteriza por la alta velocidad del vuelo del balón. Por el rápido desplazamiento de los jugadores y por el rápido e inesperado cambio de las situaciones de juego: todo esto plantea altas exigencias, no sólo con relación al volumen, la intensidad y la estabilidad de la atención, sino que también, exige al deportista la conmutación instantánea y la amplia distribución de la atención. La cantidad de estos procesos que transcurren simultánea o consecutivamente puede ser diferente, al igual que el grado de claridad de los mismos. Todo esto caracteriza la distribución de la atención; Además de eso, durante el juego el voleibolista tiene que estar cambiando constantemente los objetos sobre los que está dirigida su atención. Así después de hacer el pase para el remate, el voleibolista concreta sus acciones la atención para el apoyo. Por ejemplo, tan sólo en un segundo su atención cambia alternadamente de tres a seis objetos.
En la psicología del deporte las percepciones tanto generales como especializadas del voleibol no han sido estudiadas lo suficientemente. Pero se puede decir audazmente que el sentido de la net, el sentido del balón, entre otras, constituyen para los voleibolistas un indicador convincente de su maestría técnica y del estado de la forma deportiva. Los mismos se forman, por tanto, como resultado de un entrenamiento prolongado y sistemático.
Cuando se analiza el aprendizaje o perfeccionamiento de las diferentes técnicas deportivas como modelo ideal de un movimiento deportivo, podemos observar como el avance de éste aprendizaje en cada atleta es diferente aunque en muchos de los casos los atletas son sometidos al mismo tipo de ejercicio físico.
Cualquier rendimiento en un equipo de voleibol estará determinado si sus jugadores:
Se sienten responsables de sus propias acciones y no atribuyen el éxito o el fracaso a factores externos a sí mismos.
Si tienen la capacidad de controlarse frente a las situaciones de juego y se esfuerzan por satisfacer los requerimientos de la competencia con su potencial físico, técnico y táctico.
Si son capaces de comunicarse y relacionarse entre sí y valoran cuál es su contribución a los resultados del equipo.
Están en condiciones de mantener en un equilibrio determinado las exigencias de su vida familiar y docente con las necesidades propias del deporte: entrenamiento competencia.
La preparación psicológica general de los voleibolistas se realiza en el período del perfeccionamiento deportivo y no solamente antes de la próxima competencia. Las principales tareas de la preparación psicológica general del voleibolista son las siguientes:
Educación de las cualidades morales y volitivas de la personalidad del deportista.
Desarrollo de los procesos de la percepción, incluida la formación y el perfeccionamiento de los tipos especializados de percepción tales como "el sentido del balón", "el sentido de la net", "el sentido del terreno", "el sentido del tiempo", y "el sentido del compañero".
Desarrollo de la atención y, en particular, de su volumen, la intensidad, la estabilidad, la distribución y la conmutación.
Perfeccionamiento del pensamiento táctico, la memoria, las ideas y la imaginación, de la capacidad de valorar rápida y correctamente la situación de juego, de adoptar una decisión afectiva y de controlar las acciones propias.
Desarrollo de las capacidades de guiar sus emociones en el proceso de preparación para la competencia y en el proceso del propio juego.
Es importante en el proceso del trabajo docente del entrenamiento no solo preparar a un deportista de alta calificación desde el punto de vista de sus cualidades físicas y de los hábitos técnico-tácticos, sino también ejercer una influencia positiva sobre el desarrollo de su carácter, la formación de una ideología adecuada, del sentimiento de colectivismo y de los intereses multilaterales.
Las particularidades de la formación de las cualidades morales-volitivas de la personalidad de los voleibolistas y su manifestación se encuentran en una estrecha relación con la especificidad del voleibol: el carácter colectivo del juego.
La influencia del colectivo es grande. Pero esto depende de su composición, de qué tradiciones predominan en el mismo, qué interrelaciones y relaciones.
Como regla general, el colectivo influye favorablemente sobre la formación de cualidades positivas en la personalidad de los deportistas. Sin embargo, en los colectivos donde los entrenadores prestan una insuficiente atención al trabajo educativo, con frecuencia se distinguen voleibolistas que han asimilado bien los hábitos de juego, pero que son inestables en el sentido moral. Ellos a veces ejercen una influencia nociva sobre el colectivo. Siempre hay que recordar que el estado moral del equipo de voleibol se encuentra en una dependencia directa tanto del carácter de las interrelaciones del juego como de las de personalidad del equipo.
El sentido del colectivismo, las relaciones camaraderiles mutuas y la ayuda, la cohesión entre los deportistas: todo ello es condición imprescindible de las actuaciones exitosas del equipo.
Por eso, el entrenador de voleibol tiene que prestar una especial atención a las cuestiones de las relaciones recíprocas entre las personalidades y al completamiento del equipo.
Métodos e instrumentosLas técnicas e instrumentos utilizados para recopilar la información deseada fueron:
Entrevista
A través de esta técnica pudimos comprobar, por declaraciones directas de los entrenadores que componen la muestra, la importancia que estos les conceden a la preparación psicológica de los voleibolistas atendiendo a las características de la personalidad de sus atletas. Esta técnica fue aplicada siguiendo los parámetros establecidos para la aplicación de una entrevista estructurada.
Test de los Diez Deseos
Este test fue aplicado en un ambiente acogedor para los atletas. Se les orientó definir los diez deseos más importantes para su vida deportiva y luego realizar un párrafo con el primer deseo, el cual debe ser el más importante. Su calificación es mayoritariamente cualitativa, aunque nos apoyamos en el análisis porcentual por grupos de deseos. Las características de esta prueba están acordes a los parámetros de edad y escolaridad de los sujetos investigados.
Test de motivo deportivo de D. S. Butt
Este test, al igual que el anterior, será aplicado en un ambiente que resulte del agrado de los atletas. Se le orientará contestar a las preguntas que se relacionan en el cuestionario (Ver Anexo # 2) con el objetivo de definir el grado de motivación que presentan para la participación en las competencias, diagnosticando la esfera motivacional correspondientes a las áreas de conflicto, suficiencia, rivalidad, cooperación y agresividad. El procedimiento para su evaluación es el que sigue:
Tabla # 1: Forma de evaluación para el Test de Motivo deportivo de D. S. Butt.
Evaluación general
Se dará un punto por cada respuesta afirmativa.
Menos de 11 puntos: baja motivación.
De 12 a 14 puntos: media motivación.
Más de 15 puntos: alta motivación.
Test de actitud para la competenciaEsta prueba será aplicada en las mismas condiciones que el resto de los tests anteriores, con el objetivo de evaluar las principales particularidades psicológicas que en forma de autovaloración describe el propio deportista atendiendo a la proximidad de la competencia. Se aplicó minutos antes de comenzar la sesión de entrenamiento # 211 correspondiente al microciclo de modelaje competitivo # 39 del mesociclo precompetitivo # 9 de la Etapa Competitiva.
El procedimiento para la evaluación de las respuestas de los atletas es el que se muestra en la tabla siguiente:
Tabla # 2: Forma de evaluación para el Test de actitud para la competencia.
Certeza a la fuerza (Se debe dar un punto por cada respuesta NO) 0-3: seguro de sus fuerzas 5-7: Cree no estar preparado 4: promedio
Valoración de las fuerzas del contrario (Se debe dar un punto por cada respuesta SI) 0-2: subvaloración de las fuerzas del contrario 3-4: igual posibilidad 5-7: alta valoración de las fuerzas del contrario
Significado de la competencia(Se debe dar un punto por cada respuesta SI) 0-3: poco deseo de participar 5-7: gran deseo de participar 4: promedio
Orientación a opiniones de otras personas(Se debe dar un punto por cada respuesta SI) 0-3: alta valoración de sus propias posibilidades 4: promedio 5-7: baja valoración de las posibilidades
Análisis de los resultadosTest de los diez deseos
Al aplicar y evaluar esta prueba a los 10 atletas que componen la muestra seleccionada, pudimos constatar que los deseos más importantes están orientados hacia el logro de altos resultados competitivos, hacia el aumento de la maestría deportiva y, en general, a convertirse en una gran figura del deporte en nuestro país, e incluso, a escala internacional.
Esta orientación es característica de los atletas de esta edad, ya que esta categoría está enmarcada en una edad en que la juventud temprana acentúa rasgos de la personalidad que se han ido formando a través de los años de adolescencia.
Veamos a continuación los resultados de forma numérica para comprender aún mejor lo expuesto anteriormente.
El deseo de ser un gran deportista se manifiesta en 7 de los 10 atletas, lo cual representa el 70% de los integrantes dentro del equipo que aspiran a convertirse en una estrella del deporte.
El aumento de la maestría deportiva se manifiesta en todos los atletas, lo que representa el 100% de la muestra. Este resultado nos demuestra que este deseo constituye la esencia de su participación en este tipo de actividad, que además, la realizan con un alto grado de motivación.
La obtención de altos resultados competitivos, que se manifiestan en 9 de los 10 atletas, para un 90%, expresado por la aspiración a obtener varias medallas en las competencia más importantes, constituye otro deseo que dentro del equipo está prácticamente generalizado, lo cual está demostrado por el alto porcentaje de aspiración.
Test de motivo deportivo
Esta prueba, que fue aplicada a los 10 atletas que componen la muestra seleccionada, arrojó los siguientes resultados:
Como podemos apreciar, el equipo en general presenta una motivación media con tendencia al incremento. En un aspecto tan importante como lo es la cooperación para un deporte colectivo, la motivación se encuentra a un nivel bastante alto, demostrando así que es un equipo unido y que cada uno de sus integrantes se preocupa por prestar ayuda a los demás en bien del colectivo.
Tabla # 3: Resultados del Test de motivo deportivo de D. S. Butt.
Este aspecto, además, ayuda a orientar a los atletas hacia el colectivismo y a la solución de las tareas deportivas en conjunto, lo cual resulta esencial en un equipo de voleibol, donde cada uno de sus integrantes representa un eslabón clave y juega un papel de gran importancia.
También se puede apreciar que la agresividad se manifiesta en un nivel bajo, lo cual es muy importante si tenemos en cuenta las características del deporte que practican. Los resultados en este sentido demuestran que los atletas tienen buenas relaciones humanas y de compañerismo.
Todos estos resultados resaltan la calidad de la motivación que presenta el equipo como conjunto, el cual está integrado por atletas con un nivel de motivación para la actividad que realizan acorde con las exigencias de los colectivos deportivos contemporáneos.
Test de actitud para la competencia
En el indicador de certeza a la fuerza, como se puede apreciar en la tabla que refleja los resultados de este Test, 9 de los 10 sujetos investigados manifiestan seguridad absoluta en sus fuerzas, lo cual representa un 90% de representatividad con respecto al total de la muestra. Debemos destacar que aunque el sujeto # 3 no se manifiesta completamente seguro, sus certezas se enmarcan en un rango promedio, comportándose el grupo de forma general con seguridad en sus posibilidades.
La valoración de las fuerzas de los contrarios muestra un comportamiento aceptable si tenemos en cuenta que en 7 de los 10 sujetos que componen la muestra está presente la alta valoración de las fuerzas del contrario, representando este resultado un 70% de representatividad. Los sujetos # 1, 3 y 5, aunque no tan radicales, manifiestan un grado igualitario de posibilidades de obtener el éxito con respecto a los diversos contrarios que enfrentarán en la próxima competencia. Este resultado, si tenemos en cuenta que el enfrentamiento deportivo requiere del desarrollo exitoso de disímiles capacidades físicas, técnicas, tácticas y moral-volitivas, manifiesta un grado alto de estimación de las posibilidades de los contrarios, lo cual evidencia que están preparados para enfrentarse a atletas con las mismas posibilidades de obtener el éxito que ellos mismos. Este indicador muestra que los deportistas objetos de estudio no se confían de sus propias fuerzas, mostrando una conciencia clara de las situaciones que se les pueden presentar en la competencia y que pueden dar al traste con los resultados deportivos esperados. Tabla # 4: Resultados del Test de actitud para la competencia.
Leyenda
Certeza a la fuerza.
Valoración de la fuerza.
Significación de la fuerza.
Orientación hacia las opiniones de otras personas.
Los resultados correspondientes al indicador de significación de la competencia muestran como aspecto más significativo el hecho de que en todos los atletas que componen la muestra se manifiesta un gran deseo para participar en la próxima cita competitiva. Este aspecto reviste una importancia extrema si tenemos en cuenta que el grado de disposición de los miembros de un colectivo deportivo para participar en competiciones importantes es esencial para la obtención del éxito. Esto demuestra el grado de motivación que presentan los miembros del equipo seleccionado como muestra, hecho que ha sido comprobado también a través de los resultados que se muestran en la aplicación de los diferentes instrumentos seleccionados para llevar a cabo el proceso de investigación.
El cuarto y último indicador, el cual se refiere a la orientación de los atletas hacia las opiniones de otras personas, muestra como resultado significativo el hecho de que en 5 de los 10 sujetos, representando un 50%, se manifieste una alta valoración de las opiniones que otras personas, incluyendo a los entrenadores del equipo, puedan emitir sobre su conducta y rendimiento deportivo. Es importante destacar también el hecho de que solamente los sujetos 1, 4 y 5 manifiesten una baja valoración hacia las opiniones de otras personas, mientras que los dos sujetos restantes, o sea, los # 8 y 9, se encuentran en un rango promedio de valoración. La importancia de este aspecto se centra en la disposición óptima de la mayoría de los atletas a escuchar a otras personas de experiencia en la actividad que ellos realizan, aportándoles elementos que puedan contribuir de forma positiva al desarrollo de sus cualidades técnico-tácticas y volitivas dentro del deporte.
Conclusiones
Al culminar el proceso de investigación y hecho el análisis de los resultados más significativos, podemos plantear las siguientes conclusiones.
Los entrenadores que tienen bajo su responsabilidad el proceso de entrenamiento del equipo seleccionado como muestra conceden una elevada importancia a la preparación psicológica partiendo de una caracterización de las particularidades de la personalidad de sus atletas, y aunque no cuentan con los procedimientos y medios necesarios para realizarla, consideran que una correcta actualización de la tendencia orientadora de sus atletas contribuye positivamente a la planificación más acertada de esta preparación.
La tendencia orientadora de los miembros del equipo está dirigida a la superación de sus cualidades deportivas y personales, lo cual condiciona un desarrollo de la personalidad acorde a su edad y las características de la sociedad, donde los valores morales presentan un alto grado de desarrollo, manifestándose, además, un nivel de colectivismo y cooperación compatible con la actividad que realizan.
La motivación de un elevado porcentaje de los miembros del equipo está altamente actualizada, manifestando un gran deseo de triunfar en el deporte, partiendo siempre de la base de la comprensión y la ayuda mutuas entre sus miembros y la superposición de los objetivos colectivos sobre los personales.
La actitud de los miembros del equipo para su participación en próximas competencias es muy buena y está en correspondencia con sus características personales y colectivas.
Bibliografía
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revista
digital · Año 9 · N° 64 | Buenos Aires, Septiembre 2003 |