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Los niños y la halterofilia

   
Entrenador de Halterofilia
Ciencias del Deporte y Cultura Física
Universidad Nacional Agraria La Molina
 
 
Alberto Varillas Marín
alberto_varillas@hotmail.com
(Perú)
 

 

 

 

 
    Resulta de gran interés, saber por qué es que no existe gran aceptación de este deporte entre las diferentes opciones que los padres tienen a la hora de inscribir a sus niños en centros deportivos, quizás la existencia de riesgos, algunos están infundados, otros sin embargo son reales pero fácilmente evitados.
    Los entrenamientos en los niños no son orientados a levantar pesas, están orientados al desarrollo motriz que se necesita para posteriores etapas donde la maduración biológica permita un incremento de la intensidad de los entrenamientos que serán luego la base del alto rendimiento.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 9 - N° 59 - Abril de 2003

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Introducción

    La Halterofilia como medio de entrenamiento y desarrollo para los niños sigue siendo un tema muy polémico, muchos son las beneficios que se logran mediante una practica coherente y metodológicamente planificada, esto lo sabemos aún muy pocas personas y es nuestro deber informarlo, pero lo que más queda grabado en los oídos de los padres es sobre los potenciales riesgos que implica el uso de sobrecarga en niños. Es por eso que estamos satanizados como deporte ante la mayoría de los padres, quienes se preguntarán siempre:

¿La Halterofilia es una actividad deportiva segura para los niños?

    Es más, lo realmente grave es que gran número de entrenadores también se preguntan:

¿Se puede empezar tempranamente o bien debe esperarse hasta después de la pubertad?

    Bueno, trataremos de resolver estas interrogantes en base propias experiencias y ayudándonos con estudios referidos al uso de la sobrecarga en el deporte y específicamente la Halterofilia.


La seguridad

    La Halterofilia lleva un estigma en relación al supuesto peligro que ocasiona su práctica y se debe en parte a una declaración de la Academia Americana de Pediatría (1983), esa declaración dejó un impacto negativo en muchas personas hasta el día de hoy. Concluían que la Halterofilia tenía una proporción alta de lesión y debería evitarse la practica en niños. Ellos recomendaban una restricción de cualquier programa de sobrecarga en niños y que la participación en dichos programas solo debía realizarse hasta que el individuo lograra la madurez del esqueleto.


Sin embargo…

    En recientes investigaciones se informa sobre las lesiones en niños que tenían edades de 7 a 16 años, se informó que fue más seguro el entrenamiento de Halterofilia en relación a incidencias de lesiones en otros deportes.

    Por lo tanto, a los padres de familia que tienen a sus niños en centros de entrenamiento de Halterofilia o piensan inscribirlos en ellos, primero les recomiendo que investiguen el grado profesional de los encargados, la responsabilidad es compartida, si ustedes no averiguan esto corren el riesgo de que sus niños sean sometidos a programas deportivos tal vez mal estructurados, lo mismo se recomienda en todos los deportes, no se deben confiar únicamente en el nombre de la academia o del instructor, exijan ver las credenciales que los avalan para ser entrenadores deportivos.


La eficacia de los programas de sobrecarga en los niños

    La Academia Americana de Pediatría (1983). Declaró que existe un bajo nivel de andrógenos, y por tal motivo, los niños no aumentarán significativamente la masa del músculo mediante el uso de sobrecargas externas y tendrían pequeñas o ninguna ganancia de fuerza. Más aún, declararon que después de que las niñas alcanzaran la menarquia podrían ganar un poco de fuerza con el entrenamiento de sobrecarga externa, pero no aumentará la masa del músculo a cualquier edad sin el uso de esteroides. Estas ideas, desgraciadamente, permanecen ahora como forma de pensar no solo de padres, si no de entrenadores como las creencias más frecuentes para satanizar a la Halterofilia o para proclamar su ineficacia.

    El punto más importante, y quizás el que más debería tomarse en cuenta, mencionado por la Academia Americana de Pediatría en 1990, es la recomendación de que se puede permitir los entrenamientos de sobrecarga para los niños si el que los dirige es un profesional especializado.

    El profesional especializado en Halterofilia debe contar en su recorrido profesional con experiencias propias del deporte de Halterofilia tanto como practicante y como entrenador, unas bases académicas actualizadas en las diferentes ciencias que se aplican al deporte y un conocimiento apropiado de la biología humana para analizar la ontogénesis motora de los deportistas y diseñar apropiadamente los entrenamientos y sus procesos, junto a todo esto una metodología y pedagogía coherente y un profundo sentido de profesionalismo.

    La Halterofilia como sabemos es un deporte de fuerza, pero existen muchas variantes de la fuerza o clasificaciones, la Halterofilia es un deporte de fuerza explosiva, requiere de una técnica muy eficaz para su ejecución y en ello está la diferencia de nuestro deporte con otros deportes de fuerza, el desarrollo neuromuscular, la flexibilidad, etc.

    Basta ver un arranque o un envión para darse cuenta de eso. Por esa razón es que el Halterófilo empieza a tempranas edades, no para levantar, si no para aprender la técnica de levantar, con pesas muy ligeras que van desde una barra de madera hasta una barra de 1, 2, 3 ó 5 kilos según la edad del niño.

    La coordinación intermuscular juega un papel importante en la Halterofilia. Los levantamientos de Halterofilia son biomecánicamente perfectos y armónicos.


La halterofilia moderna y los niños

    Los programas de aptitud física para niños son recomendados y deben ser estimulados. Las autoridades de educación y salud pública deben considerar la forma física de los niños dentro de su competencia de funciones. Los niños tienen una necesidad natural de realizar actividad física, los juegos, los ejercicios y el deporte proporcionan una forma natural para que los niños y los jóvenes alcancen una aptitud física adecuada.

    El diseño del entrenamiento orientado hacia el Alto Rendimiento está sujeto a un gran número de influencias biológicas y pedagógicas. Los volúmenes e intensidades cada vez mayores del entrenamiento deportivo, que nos llevarán a un rendimiento óptimo tras un largo período de desarrollo, deben planearse científicamente.

    Un primer paso es el proceso de selección de talentos deportivos, nada más frustrante es que un niño que carezca de aptitudes específicas un deporte cualquiera sea exigido por el entrenador a cumplir unos movimientos para los cuales el niño tiene mucha dificultad.

    El segundo paso es el control médico inicial, si todo niño se somete a una exploración médica especializada, por un lado, garantizaremos el acceso a la Halterofilia a los niños sin riesgos de salud. Al mismo tiempo, es necesaria una supervisión médica cuidadosa y continua para todos ellos durante la preparación.

    El tercer paso, aquí el entrenador tiene una responsabilidad pedagógica hacia el presente y el futuro de los niños confiados a él. Tiene que tener conocimientos de los problemas biológicos, físicos y sociales especiales relacionados con el desarrollo del niño y estar en condiciones de aplicar estos conocimientos en el diseño y dosificación de cada uno de los entrenamientos individuales. El entrenador debe identificar oportunamente las particularidades de cada niño y sus oportunidades para un posterior desarrollo, y tenerlas presentes como criterios esenciales que rijan la organización de los programas de entrenamiento. El contenido y los métodos del entrenamiento tienen que ser adecuados para los niños, y la diversidad de movimiento y la preparación física general deben tener prioridad sobre la especialización, que viene después.

    La Halterofilia es un deporte de maduración deportiva más tardía.Si bien igualmente tiene su importancia la detección temprana de talentos, la especialización se produce más tardíamente y llegan a la alta competición a edad más avanzada, y se mantienen en ésta durante más largo tiempo.De igual forma conviene no confundir la terminología y distinguir entre preparación especial y preparación dirigida, ya que esta última sí debe iniciarse relativamente pronto, para no producir transferencias negativas en la formación del deportista.


Malos métodos de sobrecarga

    Para ser un gran deportista hoy en día, el joven atleta se ve obligado a empezar a entrenarse a una menor edad. Hay que distinguir entre nuestro deporte que exige un entrenamiento multilateral mediante una amplia gama de actividades y aquellos en que consideran que el entrenamiento para la competición debe comenzar a una edad lo bastante temprana para dominar destrezas complicadas y lograr resultados de alto nivel.

    Un entrenamiento intensificado, a nuestro parecer, carece de justificación fisiológica o educativa. Además, con frecuencia origina tensiones físicas y mentales extremas durante el entrenamiento y la competición.

    El deporte competitivo en la infancia no sólo tiene límites biológicos de rendimiento, sino que lleva también aparejados riesgos de psicológicos y sociales. La intensidad de las competencias deportivas puede provocar retiradas prematuras y niños con problemas psicológicos. Las competencias deportivas de este tipo pueden estar organizadas de manera que quede poco lugar para las relaciones y el desarrollo social propio de esas edades.

    Los niños que utilizan métodos de sobrecarga excesiva y sin planificación son quienes sufren un creciente número de lesiones por exceso de uso. Estas lesiones son consecuencia de frecuentes sobrecargas que provocan microtraumatismos en los tejidos de la extremidad superior o inferior sometidos a tensiones excesivas por estos entrenamientos. Los niños son más propensos que los adultos a las lesiones por exceso de uso debido a la presencia de tejidos en desarrollo, que puede causar desequilibrios musculares alrededor de las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones.


Para tener especial cuidado

    Los entrenadores experimentados saben que durante los períodos de rápido crecimiento hay que disminuir la intensidad del entrenamiento e implantar programas específicos de ejercicios compensadores para evitar lesiones y compensar los desequilibraos musculares. Las bases teóricas indican que el crecimiento mismo es un factor de riesgo en las lesiones por exceso de uso y que es necesaria la vigilancia del Halterófilo en edad prepuberal y puberal.

    Es bien sabido que las cantidades tolerables de ejercicio parecen estimular el crecimiento físico normal. En los individuos jóvenes sanos, los efectos estimulantes positivos del crecimiento debido a la actividad física compensan cualquier posible efecto negativo y anulan los factores de riesgo del ejercicio. Sin embargo, es probable que cuando la carga física se haga excesiva se pierdan los efectos beneficiosos sobre el esqueleto y el entrenamiento se vuelva traumatizante y altere el crecimiento normal.

    El niño debe estar en condiciones de mantener distintos contactos sociales, no sólo en el entrenamiento, sino también fuera del deporte. Debe evitarse un posible aislamiento social a causa de una situación especial de entrenamiento preparación deportiva.


Reglas básicas en el desarrollo de jóvenes halterófilos

    La salud tanto física como psíquica es muy importante, para poder soportar tanto tiempo todo tipo de presiones y solo si se respeta y potencia esta salud desde tempranas edades, se podrá lograr dicho objetivo.

    Respeto hacia los principios del entrenamiento fundamentalmente el de aumento paulatino de las cargas, especificidad y progresión de lo general a lo específico.

    Respeto hacia el desarrollo del deportista incluso favorecerlo en ciertas fases.

    Por el respeto al desarrollo entendemos que hay momentos óptimos, hay momentos inútiles y momentos negativos para cierto tipo de trabajos y a la vista de esto, debemos incidir sobre una o varias cualidades en momentos determinados. Para ello es imprescindible conocer estas alteraciones naturales que se producen en el joven deportista.

    Podemos encontrar excepciones con deportistas que saltan estas reglas y llegan a la alta competición, no obstante estos en la mayoría de los casos, desaparecen rápidamente.


Como orientación para los entrenadores

    De 6-9 años: Entrenamientos dirigidos hacia una coordinación de movimientos y gestos afines a la Halterofilia, incidir en el uso de medios generales, en mayor volumen, para el aprendizaje.

    Es recomendable el trabajo con el peso del propio cuerpo. Incidir en la estimulación de los grandes músculos. En esta etapa debe comenzarse el trabajo dirigido de la fuerza, hacia el tipo de contracción rápida-explosiva o resistente para no producir transferencia negativa en el desarrollo de las fibras musculares.

    9-12 años: Dado que el niño está en la mejor etapa para el aprendizaje de gestos y perfeccionarlos será este momento el indicado para aprender la técnica de los movimientos olímpicos.

    Ya que es el momento idóneo para la adquisición de la técnica, se deberá introducir en la iniciación del manejo de las pesas aunque con cargas muy ligeras con la barra únicamente con el objetivo de evitar lesiones en etapas posteriores cuando comience a trabajarse con grandes cargas.

    12-15 años: Dado que en la pubertad se produce un gran desajuste motor, con gran pérdida de la coordinación, el objetivo en esta etapa no puede ser otro que el tratar de mantener lo adquirido en la etapa anterior.


Las pesas no son buenas, no son malas, no hacen bien, ni hacen mal, el problema es que son mal utilizadas por tipos que se hacen llamar "entrenadores".


Como profesionales jamás estaremos conformes mientras se "encargue" entrenar a los jóvenes talentos a personas sin la adecuada preparación académica profesional.

    En los últimos años de esta etapa, debido a la acción de la testosterona fundamentalmente, se produce un brusco aumento de la fuerza.

    Mediante un programa bien dirigido se puede incrementar ésta en forma considerable. El momento idóneo, según algunos autores, es alrededor de nueve meses después del máximo desarrollo longitudinal. A esta edad se puede trabajar la fuerza con cargas medias teniendo las debidas. A partir de este momento el deportista que haya llevado una progresión y aprendizaje adecuado, puede entrenar perfectamente aun proceso más intenso de entrenamiento de la fuerza en la halterofilia.

    16- 18 años: Incremento de los volúmenes e intensidades de los diferentes medios a utilizar en la preparación orientados al alto rendimiento. Es aquí donde vemos el fruto del trabajo de 10 años de entrenamiento, y que culmina con su participación en competencias de elite.


Conclusiones

    Existe gran cantidad de evidencia científica que aprueba el uso de la Halterofilia como medio de entrenamiento y desarrollo motriz de los niños, queda claro que los programas, su diseño y supervisión deben ser llevados por especialistas de primer orden, no podemos dejar los entrenamientos de sobrecarga en manos de "entrenadores inexpertos".

    La orientación del uso de la Halterofilia en los niños debe ser siempre como medio de desarrollo motriz, en cualidades de velocidad, coordinación, agilidad, flexibilidad y resistencia, también debe ser utilizado para aspectos sociabilizadores de grupo y como aporte de una cultura física básica que puedan llevar a su vida adulta aún si no practican la Halterofilia posteriormente.

    Tanto entrenadores como científicos del deporte, están llegando a la conclusión de que no es negativo el conducir hacia la alta competición al joven deportista. Pero para que realmente esto se cumpla, hay que cumplir igualmente una serie de reglas biológicas, sin las cuales se puede romper el objetivo propuesto. Un respeto hacia el desarrollo ontogénico del deportista, la salud mental y física y el respeto por los principios de entrenamiento.

    Si alguna de estas consideraciones no se tiene en cuenta no podrá llegar el deportista a su máxima potencialidad o al menos en el mejor de los casos, no soportará las presiones tanto físicas como psicológicas que requiere el entrenamiento y las competencias y se producirá el retiro precoz.


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