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    Artes marciales… ¿podemos preguntarnos cuál es este fenómeno extraño que viene del Oriente?

    Técnicas guerreras, secretos del Ki, puntapiés que vuelan, golpes destructores, recogidas u otras inmovilizaciones...

    Toda la armadura del combatiente o antes del guerrero se presenta delante de nuestros ojos, asombrados por tanta potencia y eficacia.

    Misterios de Asia o sabiduría oriental, muchas veces las artes marciales han vinculado a los practicantes de alto nivel frente a una "mística" guerrera.

    Variadas historias se cuentan con el curso de los siglos, haciendo de nuestros valerosos guerreros, personajes de leyenda casi dotados de poderes sobrenaturales.

    Es cierto que en algunas épocas de la humanidad, muchas civilizaciones tuvieron sed de conquistas y de obtener nuevos territorios. De esta manera los combates fueron parte usual del modo de vida y la relación de fuerza era moneda corriente, representada a través de duelos, desafíos y combates en legítima defensa.

    No podemos olvidar que en el nombre arte marcial, se encuentra marcial, palabra que se refiere al antiguo Marte, dios de la guerra y de los enfrentamientos, símbolo de un agresividad latente que se encuentra en los seres humanos.

    A primera vista, todos estas artes de tipo marcial tiene una sola y única vocación: combatir con o sin armas. Aunque, hay algo muy fundamental que falta considerar: la historia o las tradiciones, los conocimientos, la cultura de estas civilizaciones.

    Propongo una mirada más cercana y sobre todo de echar un ojo con mayor detalle sobre el fondo de nuestras artes marciales.

    Creadas sobre la base de antiguas filosofías orientales como el Taoísmo, tenemos que poner en relieve la importancia de la palabra arte.

    Toda la riqueza de numerosos pueblos queda registrada al interior de cada movimiento de poom sé, kata y tao.

    Basta con sumergirse en algunos libros de filosofía o energética asiática para darse cuenta del contenido simbólico de estas formas.

    Así, los famosos maestros asiáticos han construido los katas o poom sé sobre el simbolismo de los cincos elementos, y cada practicante cuando desarrolla estas formas lo hace en contacto con varios siglos de conocimiento.

    En nuestra sociedad, la enseñanza tradicional está poco a poco desapareciendo, a pesar de que desarrolla más las capacidades del discípulo y le permite de entrar en una dimensión estética.

    Los katas, poom sé o taos son realmente danzas, bailes de combate, tal como la capoeira y la época moderna reconoce estos estilos por organizar competiciones de "katas musicales".

    Como evocar a Marte, el dios guerrero y feroz sin hablar de su otra cara, Atenea, la diosa de la guerra, de la sabiduría, igualmente protectora de las artes.

    En el puro respeto de las tradiciones, hablamos de la unificación de los contrarios del Yin y Yang, del femenino y masculino. Atenea y Marte, el equilibrio de las fuerzas.

    Arte y Marcial, dos palabras que hacen una para empezar esta conquista de la armonía interior, de belleza de los gestos, de unión entre la fuerza interior y la flexibilidad.

    Pero, nuestra sociedad moderna ha perdido de vista toda este simbolismo milenario en beneficio de una enseñanza esencialmente orientada al el resultado, al título de campeón, a la imagen individual.

    Actualmente, podemos decir que existen dos vías en las artes marciales: la del deportista o la de las tradiciones.

    Tal como David Carradine en la serie televisada Kung Fu, el pequeño saltamontes que en cada uno de nosotros sigue su propio camino...

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revista digital · Año 9 · N° 59 | Buenos Aires, Abril 2003   © 1997-2003 Derechos reservados