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Intervención psicológica en
deportistas con deficiencias visuales

   
Universidad de Málaga
(España)
 
 
Antonio Hernández Mendo
Genoveva Pérez Mazuecos
Irene Peñalver Ruiz

mendo@uma.es
 

 

 

 

 
En este trabajo expondremos la intervención llevada a cabo con deportistas de distintas modalidades deportivas,
todos ellos con problemas visuales, pertenecientes a la Organización Nacional de Ciegos (ONCE).
Se recoge la evaluación inicial, el material y la forma de proceder en cada uno de los casos así como las diferentes
adaptaciones necesarias dado el tipo de población a la que ha ido dirigida esta intervención

 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 58 - Marzo de 2003

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Introducción

    La literatura acerca de intervenciones psicológicas con deportistas discapacitados no es muy elevada; y, en concreto, el número de artículos o publicaciones que se centran en los deportistas con deficiencia visual es muy reducido. Se llevó a cabo una revisión de los principales trabajos publicados que abordasen este tema para estudiar cómo otros autores han desarrollado su intervención. Un grupo de artículos aborda intervenciones psicológicas con deportistas con todo tipo de discapacidades, no sólo las visuales. En el trabajo de Valliant, Bezzybyk, Daley y Asu (1985) se estudia el impacto psicológico del deporte en atletas en silla de ruedas, con algún miembro amputado, con deficiencia visual o con parálisis cerebral. Así mismo, en el artículo de Hanrahan (1998) se exponen algunas consideraciones prácticas para trabajar con atletas con discapacidades.

    En el grupo de trabajos más específicos sobre intervenciones con deportistas con deficiencias visuales, destaca el trabajo de Soellinger (1937) donde se expone que la mejora del control de ejercicios atléticos suaves en el deporte para deficientes visuales descansa en mecanismos psicológicos. Por su parte, Reid, Fench y Schultz (1977) discuten la utilización de señales auditivas para mejorar el rendimiento de un grupo de deportistas ciegos. En otro trabajo, Semenov (1982) estudia el uso del entrenamiento con ayuda y de los mecanismos técnicos de orientación en las clases de deporte para niños ciegos. Mientras tanto Sherrill, Pope y Arnhold (1986) llevan a cabo un estudio exploratorio acerca de la socialización deportiva de atletas ciegos.

    Frente a estos trabajos, el objetivo general de esta intervención ha sido la introducción de los principios del entrenamiento psicológico en deportistas con deficiencias visuales así como poner de manifiesto su importancia, buscando potenciar, aumentar y desarrollar su rendimiento tanto en los entrenamientos como en la competición.

    En este caso, el programa de intervención se lleva a cabo considerando la necesidad de complementar el entrenamiento físico con el objetivo de optimizar sus recursos, mejorando sus aptitudes y facilitando la adquisición de nuevas habilidades que puedan permitir una mejora en su rendimiento deportivo. Es importante señalar que la implementación de un programa de entrenamiento psicológico no asegura la victoria, pero sí la mejora de los recursos de acción del deportista. Esta idea fue transmitida tanto a dirigentes de la organización como a los propios participantes.

    Este programa de intervención psicológica que se comenzó a desarrollar en la temporada 2000-2001 y ha seguido vigente durante las temporadas 2001-2002 y 2002-2003. Se desarrolla con normalidad en la sede provincial de la ONCE en Málaga de una manera periódica e individual. El programa se desarrolla en las propias instalaciones deportivas con el fin de mantener una relación directa entre el entrenamiento físico y el psicológico.

Método

Sujetos

    La intervención se centra en un grupo de deportistas procedentes de diversas modalidades deportivas, todos ellos pertenecientes a la ONCE. La experiencia deportiva dentro del grupo es variada. En la Tabla 1 se especifica la distribución en función de la modalidad deportiva y el género, con expresión del rango y media de edad.


Tabla 1. Distribución de sujetos participantes en función del género, edad y de la modalidad deportiva.

    Las deficiencias visuales de los deportistas son muy diversas, tan sólo señalaremos que, mientras en algunos deportistas es debida a una causa sobrevenida, en otros es de carácter congénito. Las características especiales de estos deportistas hace necesaria la adaptación de cada una de las técnicas utilizadas según sus necesidades individuales.


Material

    Con el fin de operativizar la información acerca de las habilidades mentales, se administra dos cuestionarios (CPRD e IPED), que permiten una primera evaluación acerca de las características individuales de cada uno de los sujetos.

CPRD: Características Psicológicas relacionadas con el Rendimiento Deportivo (Buceta, Gimeno y Pérez-Llantada, 1994). Este cuestionario detecta necesidades y recursos, plantea hipótesis explicativas, permite realizar análisis funcionales, ayuda a definir objetivos de la intervención y permite, una vez terminada la temporada, observar el progreso de los deportistas.

IPED: Inventario Psicológico de Ejecución Deportiva (Hernández Mendo, 2001). Este cuestionario permite valorar los puntos débiles y fuertes del perfil psicológico competitivo, a partir del cuál podemos planificar los aspectos sobre los que se va centrar la intervención y el entrenamiento psicológico.

INVENTARIO DE AUTOCONFIANZA DEPORTIVA (González Fernández, 2001; Vealey, 1986): Se utiliza para valorar la autoconfianza de los deportistas de cara a la competición. Consta de 13 ítems que se contestan con una escala de 1 a 9 y en los que se toma como referencia el deportista con más seguridad en sí mismo que se conozca.

    Sin embargo, también se utilizaron otro tipo de autoinformes para llevar a cabo una evaluación longitudinal de algunos aspectos psicológicos relevantes:

POMS: Profile of Moodes States (Mc Nair, Lorr y Dropleman, 1971). Este cuestionario nos facilita información sobre el estado de ánimo del sujeto. Consta de 65 adjetivos (versión informatizada) que evalúan seis estados afectivos: tensión- ansiedad, depresión- melancolía, cólera- hostilidad, vigor- afectividad, fatiga- inercia y confusión- desorientación. Además, siguiendo los trabajos de Morgan (1968, 1978, 1980), puede utilizarse para la selección de talentos deportivos (usado en combinación de otros cuestionarios como el IPED) y como predictor de resultados deportivos en deportistas de elite (Hernández Mendo y Ramos, 1995, 1996).

    En algunas intervenciones según las necesidades del deportista surgidas a lo largo de las sesiones se emplearon otros inventarios menos específicos con relación a la Psicología del Deporte:

EPI: Eysenck Personality Inventory de Eysenck y Eysenck (1990). Este test proporciona información sobre el continuo extraversión- introversión de cara a planificar la utilización de refuerzos (Hernández Mendo, 1991).

    A continuación se pasa a describir las técnicas que se están utilizando para entrenar las distintas habilidades mentales:

MODRIAN: con este programa (Hernández Mendo y Ramos, 2000) se generan de forma aleatoria cuadriculas coloreadas formando lo que se denomina un modrian. Parece demostrado experimentalmente que la contemplación de un modrian brillante coloreado provoca una elevada actividad en el área V42 de la corteza preestriada, como se ha puesto de manifiesto por las pruebas de flujo sanguíneo cerebral realizadas en esta región (Zeki y Shipp, 1988; Zeki, 1992). El método de entrenamiento de la visualización consistiría en presentar durante un intervalo de tiempo (fijado por el terapeuta) el modrian, advirtiendo al sujeto que no debe recordar el nombre, sino visualizar los colores. Pasado este tiempo la imagen desaparece y se le pide al sujeto que visualice (no que recuerde) los colores, pudiendo introducir una tarea distractora (p. e. que diga lo que le sugiere cada color o el pulso de un metrónomo a ritmo de prestíssimo). Un proceso similar a este serviría para trabajar con postimágenes. El programa controla la variable de tiempo de exposición, y el psicólogo el tiempo empleado en realizar la visualización completa y el número de errores cometido. En nuestro caso, la exposición del modrian se hizo en papel, siendo el psicólogo quien controlaba las variables de tiempo y número de errores.

TÉCNICAS DE IMAGINERÍA: estos ejercicios se utilizan para el entrenamiento de la dimensión interna- reducida. Según la teoría psicomuscular, el vivir los sucesos en la imaginación genera una inervación en nuestros músculos similar a la producida por la verdadera ejecución física de un evento. De esta manera, si los deportistas ejecutan movimientos reales o imaginan vívidamente la realización de los mismos, se están utilizando vías neuronales similares para la activación muscular. Según Martens (1987) el entrenamiento básico en práctica imaginada incluye tres fases: 1) Entrenamiento de la conciencia sensorial, en ésta se intenta que los deportistas tengan una consciencia plena de las sensaciones que experimentan al practicar su deporte; 2) Entrenamiento de la viveza de las imágenes, a través de ésta trata de conseguir que aumente la intensidad de las mismas; 3) Entrenamiento de la controlabilidad de las imágenes, se pretende que los deportistas aprendan a manipular sus imágenes mentales. Martens (1987) propone que, una vez desarrollado el entrenamiento, se diseñen ejercicios específicos de controlabilidad para cada modalidad deportiva (Hernández Mendo, 2002).

REJILLA (Harris & Harris, 1984; Hernández Mendo, 1995a, 1995c, 1996): esta técnica se utiliza para aumentar el control atencional de las dimensiones externa- reducida e interna- reducida. Este ejercicio consiste en presentar una rejilla de bloques de 10 por 10, conteniendo cada bloque un número de dos dígitos en una escala que va desde el 00 a 99. Ante esto, los deportistas deben escrutar la rejilla y dentro de un tiempo dado, encontrar y tachar tantos números como sea posible en una secuencia numérica, empezando por el 00. Después de la práctica inicial, se puede incrementar la dificultad del ejercicio creando distractores tales como ruidos y verbalizaciones para aumentar la dificultad de la tarea (tachar en orden descendente o bien solo pares o impares).

    Uno de los procedimientos más usados, tanto como iniciación de otros procedimientos como en sí mismo, es la relajación. Las técnicas de relajación de uso más frecuente las podemos agrupar en:

1. Técnicas respiratorias: éstas son utilizadas, no sólo con el fin de aumentar el rendimiento, sino también para aumentar la eficacia de otras técnicas, como por ejemplo, las de control visuoimaginativo. Estos ejercicios requieren poco esfuerzo y obtienen, en poco tiempo, grandes beneficios. Además, como afirma Lichestein (1988, p.165), la relajación a través de la respiración es la única vía de entrada directa hacia el Sistema Nervioso. Así mismo, este autor señala que los efectos de la respiración repercuten en los niveles de CO2, los cuales aumentan, favoreciendo: la disminución de la tasa cardiaca, la vasodilatación periférica, la estimulación de la secreción gástrica., la depresión de la actividad cortical y la somnolencia general. En concreto, las técnicas respiratorias puestas en práctica son (Hernández Mendo, 2001):

  1. Técnica amarilla- azul: se inspira visualizando amarillo y se espira visualizando azul. Su efecto no es relajante, sin embargo, su entrenamiento durante una semana incrementa la atención- concentración en un 60%.

  2. Técnicas basadas en el pulso: para llevar a cabo la técnica hay que tomarse el pulso. Consta de cuatro fases: inspiración, retención, espiración, apnea. Para utilizar este ejercicio como relajante el ritmo sería: inspirar durante 3 pulsos, retener durante 1, espirar durante 8 y apnea durante 1. Si queremos conseguir un efecto activador el deportista debe seguir el ritmo: inspiramos durante 8 pulsos, retener durante 1, espirar durante 3 y apnea durante 1.

  3. Técnica de control de la respiración: la respiración se centra en el diafragma, mediante inhalaciones y exhalaciones profundas podemos obtener una mayor sensación de estabilidad, concentración y relajación.

2. Técnica de relajación progresiva de Jacobson (1964): en esta técnica se avanza sistemáticamente por los diferentes grupos musculares identificando los que están tensos, de manera que se aprenda a distinguir entre la sensación de relajación y tensión. En la última fase de la técnica se suelen introducir ejercicios de respiración. De esta manera se eliminan las contracciones musculares y se obtiene un estado de relajación profunda (Berstein & Borkovec, 1973).

    Con el fin de solventar problemas relacionados con el control de la ansiedad, así como con la autoestima, percepción de autoeficacia y la motivación se pone en práctica la siguiente técnica: AUTOINSTRUCCIONES: (Meichenbaum, 1972) Se crean verbalizaciones alternativas de carácter adaptativo. Se pueden utilizar en dos situaciones diferentes, (1) en una situación general de entrenamiento y que iría encaminada a mantener la concentración; y (2) en una situación puntual de ejecución en la que el sujeto verbaliza todas aquellas acciones conducentes a una optimización del rendimiento.

    El material se adapta en cada caso a la deficiencia visual de los deportistas. En la mayoría de las ocasiones se procede al aumento del tamaño de cuestionarios, de manera que los sujetos leen y contestan de manera individual a las pruebas. Cuando esto no es suficiente son los psicólogos los que leen los ítems e instrucciones a los deportistas, de manera que las pruebas se llevan a cabo oralmente o se emplea el uso de una lupa de aumento.

    En el caso del modrian se evita su uso con los deportistas que presentan dificultades para distinguir colores, siendo esta técnica sustituida por las de imaginería.

    Hay que indicar que las técnicas también se adaptaron a las distintas modalidades deportivas. Este es el caso de los ejercicios de controlabilidad de imágenes, en los que las instrucciones son específicas para cada deporte, así como para las necesidades de cada deportista.

    Además se elaboró una hoja de autorregistro para cada una de las técnicas con el fin de que el psicólogo pudiese tener información de las mismas cuando el deportista las llevara a cabo fuera de las sesiones. En ésta se recoge el lugar, la hora y el día en la que se lleva a cabo la técnica, así como el grado en el que se ha logrado el objetivo de la técnica.


Procedimiento

    Nuestra intervención comenzó con una presentación en la cual explicamos a los deportistas y entrenadores en qué consiste el trabajo de un psicólogo deportivo y cuáles son los objetivos del entrenamiento psicológico, así como todos los avances que podían experimentar a través del trabajo conjunto. A continuación, se preguntó a cada deportista cuáles eran las expectativas que tenían con respecto a este nuevo campo de entrenamiento deportivo, con el fin de delimitar nuestro campo de actuación, y se le asignó a cada deportista un entrenador psicológico. Los objetivos que se perseguían en esta primera cita eran proporcionar información y conseguir adherencia al programa.

    En una segunda cita, ya de carácter individual, se realizó una entrevista con el fin de conocer a cada deportista. La información recogida abarcaba desde datos personales hasta datos acerca de su historia deportiva, con el fin de delimitar las necesidades de cada deportista y situarlos en un contexto social y deportivo determinado.

    En una sesión posterior se utilizarían cuestionarios para evaluar las habilidades mentales de los deportistas: Inventario Psicológico de Ejecución Deportiva (Hernández Mendo, 2001) y Cuestionario Psicológico de Rendimiento Deportivo (Buceta, Gimeno y Pérez-Llantada, 1994)

    En algunas intervenciones se usó uno de ellos y en otras, ambos. El objetivo de utilizar estos dos cuestionarios de naturaleza muy parecida es de poder establecer concordancia entre ambos. Con base a los resultados obtenidos, y a la información conseguida en la entrevista inicial, planificamos la intervención de cada uno de los deportistas según las necesidades personales.


Tabla 2. Resultados IPED


Tabla 3. Resultados CPRD

    Una vez realizada la evaluación se llevó a cabo la planificación de la intervención. A pesar de las diferencias individuales, todos los deportistas fueron instruidos en el seguimiento de algunas tareas comunes.

    Por un lado, se construyó un diario de entrenamiento, que los deportistas rellenan con el fin de recopilar información acerca de los entrenamientos físicos diarios, para poder relacionar estos resultados con las capacidades que van adquiriendo en el entrenamiento mental. En este diario los deportistas, junto con el entrenador, establecen objetivos diarios y los evalúan con base a su propia percepción del entrenamiento. Esto, unido a la observación del estado de ánimo reflejado en el POMS, nos permite predecir la actuación de los deportistas. Por otro lado, y relacionado con lo anterior, se enseñó a los deportistas a establecer metas a corto, medio y largo plazo. Éstas deben ser realistas, pero a la vez requerir un esfuerzo y superación de cara a aumentar la motivación y la confianza de los deportistas. Los objetivos se fijaron con un protocolo individual para cada deportista, que se elaboró teniendo en cuenta el calendario deportivo de la temporada.

    Por otro lado, se enseñó a los deportistas la práctica de algunas técnicas de relajación: técnicas respiratorias (técnica basada en el pulso, técnica de respiración amarillo-azul y técnica de control de respiración) y técnica de Relajación Progresiva de Jacobson (Jacobson 1964; Berstein & Borkovec, 1973). El entrenamiento en relajación es de gran utilidad en cualquier intervención deportiva, ya que; aparte de suponer un método de control de ansiedad, es esencial de cara a la práctica de otras técnicas como son las de control visuoimaginativo o de la concentración. Hay que destacar que, para conseguir un estado adecuado de relajación, es necesario haber practicado las técnicas.

    En algunos casos, y al inicio de la intervención, se pasó a los deportistas un test de personalidad con el único fin de tener más información acerca del sujeto. Para esto utilizamos el EPI (Eysenck y Eysenck, 1990) en sus dos formas A y B. En ningún caso fue necesario hacer adaptaciones para este grupo especial de sujetos. No fue así en el caso de la Rejilla (Harris & Harris, 1984; Hernández Mendo, 1995a, 1995c, 1996) ya que las láminas fueron ampliadas. No obstante, en algunos casos desistimos de utilizar este instrumento debido a que algunos de los deportistas carecían de visión periférica y el tiempo de realización de la misma excedía los quince minutos.

    Sin embargo, también se entrenan técnicas basándonos en los puntos débiles de cada deportista (ver tabla de resultados IPED y CPRD). Cuando la variable de control visuoimaginativo tiene una puntuación baja se trabaja adaptándonos a las características y a los problemas de cada sujeto. El entrenamiento en este factor permite, así mismo, mejorar la atención/ concentración y, en algunos casos, es utilizado para un incrementar la autoconfianza. Si la técnica utilizada para mejorar el control visuoimaginativo es el modrian no es preciso realizar un ejercicio de relajación previamente. En nuestro caso, se usaron dos figuras: una de 4x 4 casillas y otra de 6x5. Para empezar, se le pide a los deportistas que observen la imagen durante cinco segundos.

    A continuación, se retira la figura, y se le pide al deportista que intente recordar los colores de una de las filas o columnas, y que nos indique el color de cada casilla y la sugerencia del mismo. Esto último actúa como tarea distractora, ya que se pretende que el deportista no memorice los colores como información verbal y los exprese como una lista, sino que los retenga de forma visual. Con base al tiempo dedicado a la respuesta y al número de errores se va ampliando el tiempo de exposición y la dificultad de la tarea. Una vez que el deportista domina estos ejercicios, que son los más sencillos, se pasa a trabajar la visualización de objetos estáticos y lugares vacíos, éstos suelen estar relacionados con la práctica deportiva que realiza el sujeto. Tras esto, se introducen los ejercicios de viveza, mediante los que se pretenden recrear las imágenes, sentimientos y pensamientos que el deportista ha tenido durante buenas y malas actuaciones principalmente. Por último, se pasa a entrenar los ejercicios de controlabilidad y autopercepción. Éstos consiguen que el deportista se visualice, por ejemplo, en una situación adversa y aprenda a dominar ésta y desarrollar conductas positivas. Hay que indicar que los resultados de cada ejercicio son recogidos en un autorregistro con el fin de compararlos y observar la mejoría en la habilidad a largo o medio plazo. También es importante resaltar que en algunos casos no se usa el modrian, ya que no todos los deportistas son capaces de distinguir los colores y que, en otros, los ejercicios se centran más en las sensaciones auditivas o en los sentimientos y pensamientos que en las vivezas visuales, ya que existe dificultad para recrear las mismas.

    Los deportistas que muestran como punto débil la autoconfianza trabajan con autoinstrucciones. En nuestro caso, pedimos al deportista que se visualice en un momento adverso del entrenamiento o la competición y que se centre en el autodiálogo que mantiene. A continuación le instamos a que repita la tarea, pero ahora en una situación favorable. Se pretende que el deportista, poco a poco, vaya cambiando su autodiálogo negativo por otro positivo en los momentos que son clave para él tanto del entrenamiento como de la competición.


Discusión

    De forma general podemos decir que los deportistas han verbalizado la mejora en sus recursos de acción, y, consecuentemente, en los resultados de las competiciones. Este mismo extremo ha sido contrastado a través de diversas entrevistas con los entrenadores. Además, se ha observado la mejora del rendimiento en las habilidades entrenadas durante la intervención psicológica mediante la recogida continua de datos a través de autorregistros.

    A continuación, presentamos una tabla con los resultados deportivos obtenidos en competiciones de la temporada 2001/ 02 por algunos de los deportistas con los que estamos interviniendo Aunque no se puede determinar el porcentaje de éxito que se debe al entrenamiento psicológico, la mejora en las habilidades mentales trabajadas y en los recursos de acción de los deportistas nos hace pensar que la intervención ha contribuido a la obtención de estos resultados.

Tabla 4. Resultados temporada 2001/ 02

    En este trabajo, y por diversas dificultades inherentes a la propia intervención, se ha utilizado un diseño preexperimental con medida post -que como es de sobra conocido- presenta diversos tipos de amenazas tanto a la validez externa como a la interna. Se decidió la utilización de este diseño -conscientes de sus limitaciones- primando la novedad de la intervención. En próximas intervenciones en este área, y en la medida que la realidad lo permita, se utilizarán otros tipos de diseño que no presenten estás amenazas y que puedan resultar más adecuados.


Notas:

  1. A.C.: Autoconfianza; A.N.: Afrontamiento Negativo; CAT.: Control Atencional; CVI.: Control Visoimaginativo; NM.: Nivel Motivacional; AP.: Afrontamiento Positivo; CACT.: Control Actitudinal

  2. C.E.: Control de Estrés; I.E.R.: Influencia de la Evaluación del Rendimiento; M.: Motivación; H.M.: Habilidad Mental; CH.E.: Cohesión de Equipo; PD: Puntuación Directa; PC: Puntuación Centil


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ANEXO I

Weinberg y Gould (1996, p.302)

FECHA: .........................................................................................................
OBJETIVO DEL ENTRENAMIENTO: ....................................................
OBJETIVO PERSONAL: ...........................................................................

¿Has conseguido el objetivo de la sesión? 1 2 3 4 5
¿Has conseguido tu objetivo personal? 1 2 3 4 5

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