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La Flexibilidad. Pruebas aplicables en educación
secundaria. Grado de utilización del profesorado

   
Doctor en Educación Física
Master en Psicología de la Actividad Física y el Deporte
(España)
 
 
Emilio J. Martínez López
emilio2@serverland.com
 

 

 

 

 
Resumen
     La condición física es hoy día uno de los pilares fundamentales de los contenidos incluidos en la educación física.
     La utilización de pruebas de aptitud física para llevar a cabo su valoración es un método aplicado por muchos docentes como medio de obtener información del avance del alumnado y base de conocimiento para la programación de clases.
     Este artículo expone un estudio de 23 tests para medir la Flexibilidad, y que por su fiabilidad, objetividad y economía, pueden ser aplicadas en el campo de la educación física.
    Asimismo, se presentan los resultados de una encuesta realizada 159 docentes de educación secundaria, con el objetivo de conocer el grado de utilización de cada una de estas pruebas; concretando además las más utilizadas para llevar a cabo la valoración de esta cualidad física básica.
    Palabras clave: Flexibilidad. Evaluación. Condición física. Educación Física. Test. Aptitud Física.
 
Abstract
    Nowadays the physical condition is one of the core points in the Physical Education syllabus.
    The use of physical aptitude tests to carry out its assessment is a method followed by many teachers as a means to gather information about the pupils’ progress and a source of knowledge for lesson planning.
    This article presents the study of 23 flexibility-measuring tests which for their reliability, objectivity and economy can be applied in the physical education field.
    We also present the results of a questionnaire answered by 159 Physical Education teachers with the aim of knowing the degree of use of each one of these tests, specifying the most widely used tests to assess this basic physical quality.
    Keywords: Flexibility. Valuation. Physical capacity. Physical education. Test. Physical aptitude tests.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 58 - Marzo de 2003

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    La flexibilidad expresa la capacidad física para llevar a cabo movimientos de amplitud de las articulaciones así como la elasticidad de las fibras musculares. Álvarez del Villar (1987) la define: “...como la cualidad que, con base en la movilidad articular y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas, permitiendo al sujeto realizar acciones que requieran gran agilidad y destreza”.

    Para Grosser y Müller (1992) los periodos de una gran flexibilidad se mantienen hasta los doce años, a partir de aquí, la flexibilidad evolucionará de una forma negativa, haciéndose cada año más limitada, como consecuencia de la estabilización del esqueleto y aumento, debido la liberalización de andrógenos y estrógenos, de la hipertrofia de la musculatura.

    McDougall (1993) afirma que aunque son múltiples las formas de realizar una medición del grado de movilidad articular de un sujeto, lo más importante, antes de realizar una prueba de flexibilidad encaminada a asignar un correcto entrenamiento posterior en el individuo, es conocer si la actividad que el deportista va a realizar demanda una flexibilidad especial; en caso negativo, resultaría poco justificado el stretching encaminado a obtener una hipermovilidad articular que resultaría innecesaria.

    Aunque está comprobado que las personas con mayor grado de flexibilidad son susceptibles a menos lesiones musculares y ligamentosas, no conocemos ningún estudio que sea capaz de establecer exactamente el grado de flexibilidad ideal o más idóneo, según la edad del sujeto, para cada especialidad deportiva.

    A partir de estos datos, y centrándonos en las características para llevar a cabo su valoración, hemos de comenzar afirmando que seleccionar pruebas de flexibilidad es una tarea difícil, ya que por un lado existen pocos tests comprobados como válidos y fiables, y por otro, es muy complicado aislar la movilidad de cada grupo articular sin involucrar a los demás, siendo dificultoso establecer hasta que punto intervienen unos y otros.

    Para medir la flexibilidad de los sujetos se han ideado varias técnicas directas de laboratorio y otras pruebas de campo que miden sobre todo la flexibilidad estática. En el laboratorio se utiliza el goniómetro como elemento más fiable para medir los ángulos de desplazamiento de las articulaciones, es decir su amplitud. Durante su aplicación, se hace coincidir el eje de los instrumentos sobre el fulcro de la articulación, y los brazos del goniómetro con los segmentos móviles de la misma. Según Paish (1992) se debería de realizar, al menos, dos intentos en cada prueba de flexibilidad, registrando el mejor de ellos. Un instrumento similar, ya considerado un clásico y empleado para medir la amplitud de movimiento de la articulación, es el flexómetro de Leighton (1966), el cual consta de un marcador de 360° y un indicador; la diferencia entre los ángulos de la articulación, medida en los extremos del movimiento, se mide en relación con la fuerza de tracción hacia abajo de la gravedad sobre el marcador y el indicador. Este instrumento puede medir articulaciones radio cubitales, del tronco, hombros, codos, tobillos, etc..., alcanzando, según Heyward (1996) una fiabilidad situada entre el 0,90 y 0,99.

    Moras (1992) determina que los resultados obtenidos tras realizar una medición en centímetros, de alguna prueba para medir la flexibilidad, como el giro de hombros con bastón, el spagat frontal o lateral, el puente, o la abducción de las extremidades inferiores, no son del todo fiables. Tras estudiar el desplazamiento de las articulaciones durante la prueba y realizar cálculos matemáticos relacionando la longitud de las extremidades en las articulaciones coxo-femorales y escápulo-humeral, establece que para que el ángulo en las extremidades, durante la ejecución de estas pruebas, sea el mismo en dos sujetos que tienen la misma flexibilidad, forzosamente las longitudes en brazos y piernas han de ser iguales.

    Este mismo autor concreta que presenta una mayor validez el test flexométrico, el cual permite obtener el ángulo real de apertura, independientemente de las características morfológicas del sujeto, a partir de la distancia de separación de las extremidades y algunas medidas antropométricas. Estos resultados se expresan en grados, cuando de forma generalizada los tests de medición de flexibilidad lo hacen en centímetros; debido a esto el anterior autor añade:

     “... en algunas ocasiones en las cuales es importante la rapidez en la obtención de resultados o bien la sencillez de ensayo, podemos utilizar el resto de los tests convencionales. Si así lo hacemos, importa saber que los valores nada más podemos utilizarlos para controlar la evolución de un sujeto en concreto y una vez concretada la edad de crecimiento. Los estudios comparativos entre sujetos, o grupos de sujetos, no podemos considerarlos muy fiables, excepto en el caso de una gran homogeneidad morfológica “.

    Por otra parte Grosser y Müller (1989) consideran que las pruebas que implican la flexión de tronco adelante como ejercicio para el estiramiento del bíceps femoral y la musculatura de la espalda no son correctas, ya que esta posición provoca sobrecargas en la zona lumbar de la columna vertebral y una compensación a nivel de la curvatura dorsal (cifosis). Jackson y Bader (1986) citados por Heyward (1996), ofrecieron como conclusión, que la prueba de sit and reach, en niños de entre 13 y 15 años de edad, no mide de una forma válida la flexibilidad de la zona lumbar. Sus resultados de correlación con las diferentes musculaturas implicadas en la prueba son las siguientes:

  • Correlación con isquiotibiales: r = 0,64

  • Correlación con toda la espalda: r = 0,7

  • Correlación con la parte superior de la espalda: r = - 0,16

  • Correlación con la zona lumbar: r = 0,28

    Sobre la misma prueba, los resultados obtenidos por el Instituto Bonaerense (1995) sobre 69.686 alumnos de diferentes edades, reflejaron que los registros obtenidos por las mujeres son siempre superiores a los de los varones; sin embargo, en estos últimos no se observan cambios significativos en sus resultados entre los 10 y 14 años, no apreciándose además incrementos sustanciales hasta los 15 años, que se mantienen hasta los 18. Sobre una muestra enorme de examinandos se evidenció también, que existe una gran dispersión con respecto a los resultados en cada grupo de edad.

    El test sit and reach, muy extendido por la extraordinaria influencia de la batería Eurofit, presenta diferentes resultados de criterios de calidad según los autores. Farrally y col. (1980) obtienen un coeficiente de fiabilidad de 0,89; así mismo Beunen y Simon (1977-78) presentan el 0,90 en jóvenes de entre 16 y 18 años. En 1989 Jackson y Langford, obtuvieron resultados de validez muy elevada, pero esta vez referidos a sujetos de entre 20 y 45 años, dando en su estudio sobre la flexibilidad de los isquiotibiales y lumbares, una correlación de r = 0,89, y r = 0,59 respectivamente. Para mujeres esta correlación es un poco inferior, obteniéndose resultados de r = 0,70 para isquiotibiales y r = 0,12 para la flexibilidad de la zona lumbar (en Heyward, 1996). Para Litwin y Fernández (1984) la fiabilidad es de 0,98 cuando se permite al ejecutante realizar tres ensayos consecutivos previos.

    Según Nupponen (1981), en Telama y col. (1982), el coeficiente de fiabilidad en la flexión de tronco adelante desde sentado es superior al 0,90. Este último autor, obtuvo valores de fiabilidad muy elevados, presentando estos resultados:

  • Para chicos de 12, 15 y 18 años, valores respectivos de 0,95; 0,98 y 0,98.

  • Para chicas de 12, 15 y 18 años, valores respectivos de 0,95; 0,96 y 0,96.

    El coeficiente de fiabilidad tras la realización del retest en un periodo de dos meses, fue de 0,93 en hombres y 0,96 en mujeres.

    Posteriormente surgió la prueba modificada de sit and reach, en la cual es necesario realizar una medición inicial. En este sentido, el ejecutante mantiene la posición standard inicial de la prueba tradicional, sólo que se fija esta situación haciendo que el ejecutante esté sentado y apoyado sobre una pared por la espalda y la parte posterior de la cabeza, siendo esta la posición de partida con valor cero.

    Respecto al test de flexión de tronco adelante desde de pie, Fetz y Kornex (1976) afirman que su objetivo es medir la movilidad estática de la cadera y columna lumbar. Para Grosser y Starischka (1988) esta prueba pretende medir la agilidad en el ámbito tronco-caderas-piernas. Grosser y Muller (1989) consideran un error utilizar esta posición como ejercicio de estiramiento de la cara posterior del muslo debido a que fomenta la sobrecarga en la zona lumbar de la columna vertebral, provocado por el esfuerzo de palanca realizado por el tronco.

    Para Jeschke (1971) y Alb, Baldauf y col. (S/f) la fiabilidad de la prueba de flexión de tronco adelante desde de pie en sujetos masculinos de 12 años, está situada entre el 0,81 y el 0,97, y para niñas de la misma edad en el 0,90. Kuhlow (1969) además de los anteriores autores, sitúa estos coeficientes en valores que van desde el 0,77 a 0,93 en jóvenes de 13 a 15 años, y entre el 0,84 y 0,95 en sujetos de entre 13 y 18 años. Para Albl, Baldauf y col., el coeficiente de objetividad de esta prueba, en sujetos de entre 11 y 18 años, se sitúa entre valores del 0,77 y el 0,86 (en Fetz y Kornexl, 1976).

    Arreguí Eraña y Martínez de Haro (2001), es su estudio sobre la flexibilidad en la adolescencia, exponen las conclusiones de González Millán (1999). Este desaconseja, por su escasa validez, los tests de flexión profunda del cuerpo como prueba para llevar a cabo la valoración de la flexibilidad global del cuerpo; su aportación se basa en los efectos que sobre el ejecutante ejerce la relación intermembral del brazo, pierna y la altura indeterminada del cajón de prueba. Este autor propone cómo alternativa la prueba de Tot Flex de Porta (1985).

    Moras (1992) realiza una demostración trigonométrica de la influencia de las medidas antropométricas en la valoración final de los tests de apertura de los miembros inferiores (spagat frontal y lateral) cuando se pasa a personas con biotipos diferentes. En esta prueba, la relación de las distancias entre ambos lados extremos del calcáneo y la distancia mínima entre la sínfilis del pubis y el suelo, está notablemente relacionada con la longitud de las piernas del ejecutante. Es importante señalar que en este tipo de tests, de movilidad pasiva, se obtienen valores de amplitud angular superiores a pruebas de amplitud con apertura como posiciones de decúbito supino. Esto es debido a que el peso del cuerpo influye de forma decisiva sobre la menor distancia del pubis al suelo. Según Grosser (1992) la valoración de esta prueba en sujetos adolescentes se realiza de acuerdo a las siguientes marcas: muy bien = hasta 10 cm.; bien = 20 cm.; suficiente = 30 cm.; insuficiente = 40 cm.

    Por otra parte los resultados de los tests que miden la flexibilidad de hombros con la ayuda de un bastón están influenciados por las medidas antropométricas y el biotipo de cada sujeto. Tras la medida hay que tener en cuenta que la relación de la distancia entre ambas manos en el agarre del bastón está notablemente relacionada con la longitud de los miembros superiores del ejecutante. Para realizar la valoración de esta prueba, Grosser y Starischka (1988) señalan que es necesario disponer de otra medida a fin de ofrecer un indicio relacionado con las características personales del sujeto. Para esto se medirá la anchura de hombros del sujeto, tomando como puntos el acromion de cada articulación del hombro, después se actuaría atendiendo a la siguiente fórmula:

    Fetz y Kornex (1976) afirman que para valorar esta prueba se necesitan dos medidas más aparte de la distancia entre manos. Se debe tener en cuenta la anchura de hombros del sujeto y longitud del brazo del mismo (medida desde el acromion hasta el extremo de estado en metacarpo del dedo medio). A partir de estos datos, se calcularía el ángulo entre la vertical y el brazo llevado hacia atrás utilizando la siguiente fórmula:

b = largo del brazo
De una tabla de funciones angulares se desprende alfa.

En un ejemplo de los mismos autores, desprendido que

    Según García Manso (1996) la rotación axial del hombro presenta valores en rotación externa de 80°, y en rotación interna de 95°; y para Heyward (1996) la valoración se realiza midiendo la anchura de hombros y restando a esta distancia el resultado del mejor intento.

    En el campo de la educación física se utilizan de una forma generalizada los tests indirectos para medir la flexibilidad estática de los alumnos. Estas son pruebas de campo de fácil ejecución y rápida valoración, ya que emplean generalmente una cinta métrica, una regla o un calibrador deslizante (regla centimetrada con una guía y cursor) para medir la flexibilidad en centímetros en lugar de en grados.


Objetivo

  1. Analizar el máximo número de pruebas de flexibilidad aplicables en el campo de la educación física. Hay que tener en cuenta que aunque la influencia de la batería EUROFIT ha sido determinante, existe una gran cantidad de tests que, aplicados correctamente, pueden ofrecer una gran rentabilidad en el proceso de evaluación de las capacidades físicas y motrices a los adolescentes.

  2. Obtener información del profesorado de educación secundaria con el propósito de conocer cuales de las anteriores pruebas son las más utilizadas en el campo de la educación física.


Metodología

    Inicialmente ha sido objetivamente indispensable, dedicar nuestro esfuerzo a consultar una parte de la bibliografía relacionada con el ámbito de las cualidades físicas, su ejercitación, clasificación y evolución. Hemos concentrado nuestra atención, por una parte, en los trabajos de investigación destinados a la valoración de la flexibilidad, mediante datos antropométricos y pruebas de aptitud motoras aplicadas a sujetos adolescentes, y por otra, a clasificar, de la forma más coherentemente posible, los tests que reúnen los requisitos que permitan su aplicabilidad en los centros educativos de Enseñanza Secundaria.

    Durante el periodo de estudio de estas pruebas se han desestimado aquellas que, aun siendo factible y posible su realización, no incluyen un guión de ejecución consensuado, no miden lo que en teoría proponen, o simplemente discrepamos sobre el objetivo de la misma. Además, ocurre a menudo, que estos tests no están reconocidos o avalados por ningún organismo o autor.

    Son muchas las pruebas que requieren la utilización de un material preciso y caro, sin embargo se han eliminado de nuestro listado. La razón, creemos que debe ser concluyente, y es que, aunque están recomendadas por su gran fiabilidad por multitud de autores, su aplicación es inviable, sencillamente porque los centros educativos actuales no disponen de esta dotación para impartir clases.

    Para obtener la información de los docentes se ha elaborado un cuestionario en el cual incluía el nombre de cada prueba acompañada en muchos casos de su dibujo. Durante la encuesta, el profesor sólo puede marcar sobre aquellas pruebas que utiliza de una forma habitual.

    El cuestionario se ha pasado a un total de 159 profesores de educación secundaria. En cada ejemplar se especifica características del tipo de centro (público o privado), sexo (masculino femenino) y edad de los profesores encuestados.


Resultados generales

    Debido a la gran extensión que ocuparía un análisis mas detallado, se expone a continuación resultados generales que cuantifican el grado de utilización, por parte del profesorado, de cada una de las pruebas seleccionadas en la primera fase de nuestro trabajo.

    Se presenta una tabla con frecuencia y porcentaje representativo de cada prueba, asimismo junto a algunos cuadros se incluye el dibujo correspondiente, esta información adicional creemos que es indispensable para la comprensión del lector. Por otra parte, parece serio y recomendable ofrecer en el resultado estadístico la misma información visual que han tenido los encuestados.


Cualidad física: Flexibilidad.









Conclusiones

    El profesorado de educación física coincide en aplicar mayoritariamente (66%) la prueba de medición de flexibilidad global “flexión profunda del cuerpo”. Probablemente esta decisión está muy influenciada por la utilización de la misma en las pruebas física de acceso a diferentes Facultades de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

    Seguidamente la prueba más aplicada es la flexión de tronco adelante desde sentado o sit and reach (42%), parece razonable pensar que aunque existen abundantes datos que avalan una aceptable fiabilidad de sus resultados, ha sido decisiva la influencia de la Batería Eurofit. La siguiente prueba más utilizada como medio de valoración de la flexibilidad de los alumnos de secundaria es el test de flexión de tronco adelante desde de pie, con un 15,7%.

    A partir de estas pruebas el índice de utilización, por parte del profesorado, es mínimo, coincidiendo con una llevada a la práctica del 5% los siguientes tests:

  • Prueba de rotación de hombros con bastón.

  • Prueba de elevación de cadera hacia delante.

  • Prueba de torsión de tronco.

  • Prueba de flexibilidad de hombro.

    El resto de los tests de flexibilidad incluidos en la encuesta al profesorado, obtienen puntuaciones insignificantes (por debajo del 5%) de aplicación, esta estadística podría permitirnos reflexionar sobre su escaso uso; evidenciando aspectos directamente relacionados con un bajo conocimiento de las pruebas y/o una ideología dispar sobre la idoneidad, de la aplicación de las mismas, durante la educación secundaria.

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revista digital · Año 8 · N° 58 | Buenos Aires, Marzo 2003  
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