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Los otros Juegos Panhelénicos de la antigüedad:
los Juegos Istmicos o Poseidonios y los Juegos Nemeos

   
Dr. en Historia del Arte
Colaborador de área del departamento de
Historia del Arte de la Universidad de Valencia
 
 
José Enrique Peláez Malagón
enrique1719@hotmail.com
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    Son por todos conocidos los juegos Olímpicos de la Antigüedad, verdaderos precedentes, en cuando a inspiración se refiere, de las celebraciones actuales. No obstante en la Antigua Grecia existían otra serie de juegos Panhelénicos como los Píticos, ya analizados en el artículo anterior, los Ístmicos o los Nemeos de gran importancia en su época y que analizaremos en las siguientes líneas.
    Palabras clave: Juegos. Historia Grecia. Ístmicos. Poseidonios. Nemeos.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 57 - Febrero de 2003

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Los juegos Ístmicos o Poseidonios

    Los orígenes de estos juegos, como todos los demás celebrados en la Hélade, surgen en tiempos mitológicos, recibiendo indistintamente, el nombre de Ístmico, dado el lugar de su celebración (Istmo de Corinto) (Figura nº 1) o de Poseidonios, en honor al dios Poseidón (Figura nº 2) al que estaban consagrados.

    Este origen mítico es variable según las narraciones que se consulten. Por un lado los mismos corintios buscaban sus comienzos en Sísifo, su rey legendario y padre de Ulises que habría instaurado los juegos en honor de su sobrino Melicertes, el cual fue asesinado por su madre arrojándolo al mar. Su cuerpo sin vida fue devuelto a la costa por un delfín siguiendo instrucciones de Poseidón. Este hecho junto a que Melicertes pasaba por ser el dios Palemón justificó que Sísifo instaurase unos juegos fúnebres en recuerdo de su memoria y en agradecimiento al dios del mar.

    Los atenienses, por su parte, atribuían el origen a Teseo, quien antes de convertirse en rey de Atenas, se estableció en Corinto, librando, en su faceta de héroe, a esta tierra de los famosos asesinos Sinis, Escirón y Procusto, cuyos tétricos divertimentos con los habitantes del lugar son proverbiales.

    Históricamente es difícil de asignar una fecha de origen, algunos autores han señalado el siglo VII, aunque si bien hasta el año 582 A.C. no tuvieron un carácter panhelénico y se cuenta con verdaderas pruebas irrefutables de su existencia.

    Las competiciones se celebraban teniendo una periodicidad bianual (en el segundo y cuarto año de cada olimpiada) por lo que cada cuatro años coincidían con los olímpicos. Por este motivo y con tal de no hacerlos coincidir, se desarrollaban en el mes de abril, cuatro meses antes de los de Olimpia, con lo que los atletas podían presentarse a las dos competiciones.

    Se realizaban toda una serie de pruebas similares a las de los restantes juegos, destacando entre ellas las palestras, las carreras y las competiciones musicales y poéticas. (Las luchas no serán celebradas hasta tiempos de los romanos) Es hasta cierto punto significativo, la existencia de una serie de pruebas femeninas a tenor de los datos arqueológicos, pruebas que en cualquier caso desaparecieron con la dominación romana siglos después.

    El vencedor, en este caso, era coronado con ramas de apio seco (más tarde pino tomado del pinar sagrado del santuario de Poseidón) con el fin de distinguirlo de las otras competiciones como el laurel en los juegos Délficos.

    Actualmente son pocos los restos que quedan de estas competiciones, no obstante se han puesto al descubierto un teatro, dos estadios de diferentes épocas y un hipódromo en Corinto


Los juegos Nemeos

    Como los anteriores son unos juegos bianuales (en el segundo y el cuarto de cada olimpiada, pero en el mes de julio, con lo que coincidían con los Olímpicos). Son los más desconocidos de todos, incluso para los mismos antiguos griegos ya que Pausanias en el siglo II D.C. se refiere a ellos como un conjunto de ruinas de lo que en su tiempo fueron unas importantes celebraciones.

    El origen mitológico de éstos se encuentra en el mito de Heracles cuando éste ha de luchar contra el león de Nemea. (Figura nº 3) Uno de los doce trabajos encargados al héroe por Euristeo. Tras vencer y ahogar al monstruo, Hércules decide instaurar unos juegos en recuerdo de esta hazaña.

    Estos juegos se realizaban en el santuario de Zeus-Meneo cerca de Argos (Figura nº 4) y reunían toda una serie de competiciones similares a todos los anteriores, incluso femeninas, si bien los vencedores en este caso eran coronados con ramas de apio verde.


Bibliografía

  • Pausanias; Descripción de Grecia. Libros V y VI, Aguilar, Madrid, 1979

  • Teja, Ramón; Las Olimpiadas Griegas, Santillana, Madrid, 1997

  • Villalba y Varneda, P.; Olimpia, Origins dels Jocs Olimpics, Universitat de Barcelona, Barcelona, 1994.

  • Briceño Jáuregui, M.; Los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1990.

  • García Romero, F.; Los juegos olímpicos y el deporte en Grecia, Ausa, Sabadell, 1992


Los otros Juegos Panhelénicos de la antigüedad: los Juegos Píticos.

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revista digital · Año 8 · N° 57 | Buenos Aires, Febrero 2003  
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