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El establecimiento de las metas en la dirección
del equipo deportivo. Aproximaciones a su estudio (Parte II)

   
Licenciada en Psicología
Master en Educación Avanzada
Doctora en Ciencias Psicológicas.
ISCF Manuel Fajardo
 
 
Dra. Marta Cañizares Hernández
martacaniza@yahoo.com
(Cuba)
 

 

 

 

 
    El estudio del establecimiento de las metas y su significación dentro de la dirección del equipo deportivo es una temática que no pocos investigadores le han dedicado su atención.
    La dirección de la actividad deportiva debe estar organizada y planificada en correspondencia con las exigencias del entrenamiento deportivo contemporáneo pero ¿cuáles son sus incentivos fundamentales? La respuesta está en el logro de sus objetivos, sus metas. Por supuesto, el colectivo de dirección del equipo espera obtener resultados que denoten el esfuerzo y la calidad del rendimiento deportivo de sus atletas y para esto se preparan durante toda la temporada.
    Las metas expresan las aspiraciones y objetivos del grupo y le imprimen una dirección al accionar del grupo, y necesitan ser claras, comprensibles y controlables. El grupo debe asumirlas con responsabilidad y compromiso de ahí la importancia de incentivar en su establecimiento un carácter participativo para que se estimule la realización de esfuerzos grupales.
    Conocer las características de este proceso, su restablecimiento en las competencias, así como la relación del establecimiento de las metas con otras variables sociopsicológicas, nos conduce a introducirnos en un aspecto importante de la planificación y dirección de la actividad del equipo deportivo y el al análisis de la implicación de este importante factor en la preparación psicológica del deportista.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 57 - Febrero de 2003

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El establecimiento de las metas en la dirección
del equipo deportivo. Aproximaciones a su estudio. (Parte I)

El papel de la participación en la meta en el proceso de su restablecimiento en la competencia

    En el deporte a menudo se trazan metas que no están en verdadera correspondencia con las posibilidades del equipo. Una de las causas más frecuentes es la imposibilidad de obtener información exacta y fidedigna de la preparación de los adversarios, aspecto de gran valor citado por (Puni, 1969), (Gorbunov, 1988), (Rudik, 1990) cuando valoran los eslabones de la preparación psicológica para la competencia. Al llegar a la competencia los atletas y entrenadores valoran las reales condiciones de su preparación y su ubicación cuantitativa entre los contrarios; puede surgir entonces lo que denominamos proceso de restablecimiento de las metas donde ocurre una reorganización reflexiva de estas, provocando ajustes necesarios en la conducta competitiva del equipo.

    Entendemos por conducta competitiva del equipo a la manifestación integral observable del equipo durante sus actuaciones, y que lo tipifican durante todo el evento. Estas manifestaciones, entre otras, suelen ser de combatividad, agresividad y pasividad y están relacionadas con la eficiencia del grupo. Esta conducta también puede ser observada en los atletas individualmente.

    Estas manifestaciones son claramente observables cuando el equipo compite con sus contrarios. Los especialistas y técnicos del deporte pueden analizar y juzgar a partir de sus conocimientos y experiencia la eficiencia grupal de un equipo deportivo.

    No obstante, los propios entrenadores y atletas del equipo son los máximos conocedores de la situación real del grupo, de sus particularidades, características, climas y conflictos; en tanto, son los principales sujetos que vivencian las transformaciones y cambios producidos en la dinámica grupal.

    La intervención psicológica que proyectemos deberá tener en cuenta este importante aspecto. En anteriores investigaciones hemos aplicado entrenamientos sociopsicológicos para contribuir, al proceso de reestructuración de las metas, al mantenimiento de los indicadores que garanticen la implicación personal y grupal, al positivo clima sociopsicológico y a la cohesión del grupo en la competencia.

    De esta manera hemos logrado estimular la combatividad del equipo, el orgullo deportivo, se evitan situaciones frustrantes, es decir se contribuimos a desarrollar y/o mantener positivas actitudes para la competencia, que generaron responsabilidades individuales en todos los miembros así como el sentido del deber y la persistencia por la meta común. Se estimuló al grupo a ser eficaces, "a darlo todo" en las situaciones competitivas.

    Así es evidente que “… cada jugador necesita aportar para ayudar a la actuación eficiente del equipo”. (Tannebaum, 1987:665).


Relación entre metas, clima y cohesión

    Las investigaciones científicas imponen establecer relaciones teóricas así como los vínculos causales que conducen al efecto logrado (Weiss, 1975). En la literatura de la Psicología Social se ha abordado acerca de la relación entre los procesos sociopsicológicos. Ahora bien, ¿cómo entender la relación que se establece entre las variables en estudio para la mejor comprensión de los resultados que se obtienen en la práctica?

    ¿Qué papel desempeña el trabajo sistematizado de estas variables en el logro de la eficiencia grupal del equipo deportivo? ¿Cuál es el papel de las metas participativas en esta relación?

    Las respuestas a estas interrogantes no existen en la literatura de la Psicología del Deporte. En los estudios realizados por (Carron, 1965), (Rodríguez, 1983), (Gutiérrez, 1984), (Sabas y del Pino, 1994) y otros autores nos explican qué procedimientos metodológicos pueden emplearse para el logro de la eficiencia grupal. Son estudios donde predomina la descripción y caracterización de la influencia de los procesos sociopsicológicos en el equipo deportivo.

    Cuando en el establecimiento de las metas participan los miembros del grupo existe más posibilidad de que las metas se acerquen y se adecuen a la realidad del equipo, adquiriendo sentido para sus integrantes. El carácter de esta interrelación debe posibilitar la satisfacción de los miembros en tanto generan expectativas para su logro.

    El carácter participativo de las metas supone estados emocionales grupales positivos, al actuar sobre los miembros del grupo e incentivarlos a desplegar esfuerzos conjuntos, establecer compromisos y a estimular la participación individual a favor del equipo.

    Los atletas pueden expresar libremente sus criterios y opiniones acerca de cuál puede ser su actuación, la de los demás y la del equipo.

    Esta situación impone la reflexión acerca de la eliminación de obstáculos, tensiones y conflictos existentes en el grupo que implica establecer y mejorar relaciones, comprender, aceptar, cooperar, utilizar la crítica y la autocrítica en los aspectos que deterioren la imagen y la actuación del equipo como un todo.

    Es necesario jerarquizar en el grupo las metas más importantes a partir de las discusiones provocadas. Mediante la cooperación y participación se debe establecer climas donde se manifiesten positivos estados emocionales a favor del grupo. Se trata de distensionar, mejorar y/o consolidar las relaciones entre los miembros del grupo.

    Entendemos esta relación en calidad de procesos interdependientes, pues en la medida que el grupo haga suyas sus metas, las comparta, las cumpla y vivencie el éxito, debe aumentar la satisfacción por las actividades y el deseo de permanecer en el grupo, de sentirse reconocido por su participación; “el amor a la camiseta”, muy relacionado con el sentido de pertenencia, impulsa que se consolide la identificación por el equipo.

    De aquí se infiere que el tratamiento de las metas con carácter participativo y el mejoramiento del clima favorece la existencia de una elevada integración grupal porque la participación une y compromete al trabajo conjunto lo que garantiza la unidad de criterios, afectos y para la acción.

    El clima inserta en sí, los resultados de la cohesión y se nutre a su vez del resultado de la integración grupal para matizar los estados emocionales predominantes.

    La cohesión grupal se encuentra insertada en la interacción de complejos fenómenos que intervienen en los estados emocionales del grupo.

    Cuando estos procesos se manifiestan armónicamente en el grupo entendemos que esto puede propiciar las manifestaciones de combatividad, responsabilidad en el rol, apoyo moral, se evitarán discusiones en el juego que facilitará una buena actuación como grupo en el entrenamiento y competencia.

    Es evidente que, dada la interrelación existente entre estos procesos, en el manejo experimental de estas variables no implica que estas no se superpongan y se interpenetren.

    Resulta difícil predecir hasta donde se trabaja una y dónde comienza la influencia de las otras. Por esto, la dirección del equipo en correspondencia con los objetivos de la preparación psicológica debe guiar y conducir el proceso de establecimiento de metas que garanticen su objetivo cumplimiento y la satisfacción por el logro de los deportista y el equipo en general, de esta manera se crean las bases para trabajar en equipos cohesionados y con climas armoniosos.


Bibliografía

  • Cañizares, M (1999). Entrenamiento Sociopsicológico para el mejoramiento de la eficiencia grupal del equipo deportivo. Tesis de doctorado. ISCF Manuel Fajardo.- Universidad de la Habana.

  • Cañizares, M (2000) Selección temática de Psicología del Deporte. Libro de texto. ISCF Manuel Fajardo.

  • Cañizares, M (2001) Psicología, equipo deportivo y eficiencia grupal (Libro en proceso de Edición) Editorial Kinesis. Colombia

  • Carron AV (1984) Cohesion in Sports teams. En Silva, JM y Wrimberg, R.S (eds). Psychological Foundatios of Sports. II Human Kinetics.

  • Carron AV (1991) El equipo deportivo como grupo eficaz. En Psicología aplicada al deporte. Williams, T. M. España Editora Biblioteca nueva. Almago Madrid 133 -151

  • Gutiérrez P. (1989). Psicología Social en la caracterización de los equipos deportivos. En Psicología del deporte. S.I.s.n30-33

  • Locke E. (1994). Goal setting in sport and exercise A reaction to Locke comment. Journal of Sports and Exercise Psichology. 6, Vol. 16, 212-215

  • Valdés H. (1996) Preparación psicológica del Deportista .Mente y rendimiento Humano. España. Publicaciones INDE.


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