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Educación y pedagogía para el estudio
de la expresión lúdica tradicional

   
Profesor de Educación Física
(Colombia)
 
 
Humberto Gómez
hugor@epm.net.co
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 56 - Enero de 2003

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    En buen momento la Ley General de Educación invita a la comunidad educativa en general a la construcción de un modelo cultural propio, su pensar y hacer, que contribuya a la preservación y creación de valores para la formación de la actual y futura generación, que le permita asegurar su propia identidad cultural base y razón de ser de un pueblo. Significa esto, asegurar los intereses de quienes conforman dicha comunidad y por ende asegurar una mejor calidad de educación.

    La educación es un tema fundamental en el mundo moderno, por cuanto es la manera como una generación trasmite al siguiente mundo cultural el sistema de valores y creencias por la cual se ha de regir.

    Cuando se hace mención al mundo cultural, se refiere a un todo social, en el cual los miembros de esa comunidad se organizan para satisfacer sus necesidades.

    Hoy estas comunidades mediante apoyo constitucional, jurídico e institucional, se proyectan a la construcción de su mundo cultural, para hacerlo más civilizado y con una mejor calidad de convivencia.

    La nueva dimensión que nos brinda la Ley 115, Ley General de Educación, respecto a la elaboración del PEI, Proyecto Educativo Institucional, nos abre nuevas expectativas para justificar aún más el proyecto cultural de la comunidad en la cual se inscribe la escuela, que a través de sus acciones codifica y pone en acción todo el bagaje cultural que la referencia.


1. Los valores en la especie humana
    En tiempos pasados se creyó, que la educación solo era para resolver los males de la humanidad, pero hoy es más importante afirmar que es a través de la educación como se cimientan los valores en los humanos.

    No se puede pretender alcanzar grandes avances en la población, sino hay una estructura educativa desarrollada con principios y valores de la escuela universal fundamentada en los códigos culturales que el hombre ha procesado a través del tiempo.

    Apoyado en los contenidos filosóficos, sociales, culturales, y jurídicos de la Educación universal, nos proponemos reivindicar y dinamizar algunos valores, en los cuales se fundamenta la capacidad humana, en este caso retomaremos dentro de la expresión cultural, el valor de la Lúdica Tradicional, elemento básico para la creación del código cultural: sentido de pertenencia, tradición y costumbre.

    Una de las flaquezas de nuestro sistema educativo ha sido el poco conocimiento e importancia que se le da a las raíces de nuestra propia identidad cultural, factor que contribuye con mayor intensidad a la afloración de la cultura foránea, como ocurre hoy en la mayoría de los núcleos sociales de nuestra geografía.

    Siendo la lúdica aspecto importante dentro del contenido de la nueva Ley General de Educación, queda implícito el compromiso de los educadores en reivindicar y crear valores en los educandos para una mejor apropiación de la memoria cultural.


2. El educador, dinamizador de procesos de cultura
    Uno de los compromisos que hoy tienen los profesionales de la educación que están al servicio de la docencia en los diferentes niveles de la educación formal, es la de orientar, dinamizar y motivar procesos para que los alumnos adquieran mayor sentido de pertenencia por su cultura.

    Reivindicar su liderazgo para el cambio, en su comunidad educativa, no es más que afianzarse al verdadero papel que a asumido dentro de la ética y moral que ha obtenido en su formación profesional, éste entonces sería el educador que el sistema educativo colombiano requiere para la preservación de la identidad cultural de la comunidad en la cual se desenvuelve. Dado su perfil profesional como formador del hombre de hoy y de mañana deberá cultivar factores tan importantes en esa formación tales como:

  • Orientador de su comunidad para una mejor convivencia ciudadana.

  • Formador de valores para la puesta en práctica de principios democráticos.

  • Formar y educar con mayor conciencia para el sentido de pertenencia: cultural, cívica y patriótico.

  • Orientador de procesos que contribuyan al desarrollo para el fomento de la creatividad, base para el nivel cultural, desarrollo tecnológico y científico.

  • Formar y educar, para el conocimiento y práctica de las costumbres propias de sus ancestros.

  • Formador de procesos de investigación en la memoria cultural con sus alumnos y comunidad en general.

  • Orientador de los procesos: académicos, culturales, y valores relacionados con: la ética, moral, honestidad y justicia.

    Como tal, el educador debe ser un emulador permanente de la identidad cultural de su comunidad; esto es de sus costumbres, de su lúdica, expresión oral, alimentación, vestimenta, expresión artística, entre otros.

    Su obra trascendental será la puesta en práctica del Proyecto Cultural en el ámbito escolar y demás miembros que hacen parte de esa comunidad.

    La escuela es el escenario máximo donde se forma el patrón cultural base de la formación humana y científica de la humanidad.


3. Los valores y la pedagogía
    Para entender mejor lo que es valor, mencionaré a grandes rasgos la interpretación que algunos pensadores clásicos y modernos le han dado al valor.

    NIETZCHE, interpretaba el concepto de valor como las acciones manifestadas por las personas que surgen en lo más íntimo del alma, y que contribuyen al engrandecimiento de su personalidad de manera integral.

    Para comprender mejor esta tarea humana, retoma la conceptualización del valor, como un aporte filosófico a la recreación.

    SCHELLER, dice: " Los valores no son idénticos a las cosas, ni a los bienes, ni a los actos psíquicos", afirma que los valores son cualidades y que no necesitan imponerse al hombre por que ellos lo atraen y porque el hombre no está solicitando solamente por el mal, sino que también está llamado para el bien.

    La capacidad de captación del valor, es lo que SCHELLER, denomino "Sentimiento de Valor", y este se encuentra en el mundo ideal, su existencia no es plenamente material, aún su contenido se materializa.

    La recreación según NIETZCHE, sería el medio más eficaz para generar formas de valor, pues en ella va implícita la acción lúdica factor básico en la naturaleza de los humanos y componente esencial para mantener su condición humana en la cosa misma que es el valor.

    Su validez objetiva posee unos contendidos de razón, que le da su propia existencia

    La conducta humana adquiere significación gracias al contenido que el valor le da.

    Los valores son atributos racionales que el hombre le concede a las cosas y a su misma forma de actuar, también por que la misma expresión de valores se haya circunscrita en forma expresiva diferente. Por eso los valores toman significación de una región a otra.

    Resumiendo se podría decir que los valores son capacidades formales que demuestran que el hombre es diferente de otros seres que desde su íntima autonomía hasta su grado más alto de sociabilidad crea cultura. Es por los valores que el hombre le da valor a su existencia.


4. Cultura y valores
    La escuela es el punto central y agente para el hacer cultural de una comunidad, que se conforma de manifestaciones, costumbres, tradiciones, festejos, elementos básicos para la construcción de la Identidad Cultural de un pueblo.

    La conservación y puesta en práctica de los valores requiere de una organización y compromiso de las mismas personas y entes que posibilitan el desarrollo social, económico, cultural, político y educativo de un país.

    Siendo la escuela la única institución universal que cobija a toda la comunidad sin límite alguno, es la llamada para reivindicar y dinamizar todos los valores que proporcionan mejor desarrollo integral y por ende mejor calidad de vida. Es la escuela a través del nuevo modelo cultural la que está construyendo con su comunidad mantener viva la memoria cultural propia, y revivir códigos culturales ya procesados por nuestros ancestros, esto posibilitará que la actual y futura generación mantenga clara su identidad cultural y por ende el sentido de pertenencia por su entorno.


5. Memoria cultural
    Ha sido de interés en los últimos años por los diferentes organismos internacionales, hacer el inventario de la Memoria Lúdica de los diferentes municipios del departamento con el fin de reconstruir la historia de las comunidades y así tener una referencia de nuestros ancestros y sus diferentes manifestaciones.

    Para tener una mejor ilustración del tema en mención, retomaré algunos conceptos sobre lo que universalmente se ha entendido por cultura:

    Según GUARESCHE, "Cultura es todo lo que el hombre hace". El hombre para poder sobrevivir debe relacionarse con el mundo exterior, el hombre crea un especie de mundo a su alrededor, que le permite tener una mejor comprensión y relación; así mismo se entiende como cultura la manera de hablar, de orar, de vestir, de comunicarse con los demás, de comer, de vivir, entre otras. Cuando esa cultura es destruida, el pueblo queda desprotegido y fácilmente puede ser dominado y destruido, física, moral y psicológicamente.

    Todo pueblo se afirma como tal en la medida en que consigue producir esa fortificación, que sigue siendo la razón misma de su existir. Por eso se dice que la cultura es el alma de un pueblo, un pueblo sin cultura, es un pueblo sin alma y sin identidad.

    Los pueblos conquistadores sabían mucho de eso. Los romanos, para poder dominar a los pueblos cuando eran sometidos, lo primero que hacían era destruir su cultura.

    La forma como se conquistó América, fue una fiel copia del sistema empleado por los romanos. Afirman algunos historiadores del presente siglo que la ciudad de México, fue saqueada e incendiada por varios días, destruyendo todo aquello que hacía parte de su identidad cultural.

    Algunos escritos de Fray Luis de las Casas, nos relatan que lo primero que hicieron los españoles al llegar a los diferentes asentamientos indígenas, era imponer su propio dios y destruir todo aquello que era sagrado para la comunidad.

    Testimonios recogidos en los diferentes poblados del departamento para la realización del presente trabajo muestran que no hay un solo vestigio de la manifestación lúdica de los antepasados indígenas, hoy solo se identifica la cultura traída por españoles y demás comunidades europeas llegadas a territorio colombiano.

    Lo anterior significa que la expresión cultural en la que hoy nos reafirmamos, sentimos y la que nos identifica como propios de determinada región, no es más que aquella que nos trajeron e impusieron los conquistadores y colonialistas que llegaron a los territorios de los Zipas y Zaques, despojándolos de toda su riqueza espiritual y material.

    Aún hoy, la cultura que heredamos de los foráneos, es desvirtuada y enajenada por la presencia de elementos foráneos irradiados por los nuevos avances tecnológicos y los medios de comunicación masivos, que enajenan la esencia y pureza de la cultura cambiándola por formas y contenidos simplificadores, que atentan contra la existencia de las manifestaciones dadas en los ámbitos locales y regionales.

    El hombre de la modernidad en gran medida excéntrico a los valores y a las tradiciones culturales, viene construyendo una civilización robotizada que amenaza con homogenizar a la cultura construida por nuestros antepasados.

    El sentimiento de la continuidad que hoy tratamos de sostener, no es más que la puesta en práctica de aquellos valores que hoy todavía la tecnología no ha proporcionado y que afortunadamente no ha podido eliminar de la memoria cultural. La vitalidad de estos valores de la cultura, contribuyen al desempeño esencial en todo esfuerzo para el crecimiento humano que es lo que la modernidad no ha podido lograr. El desarrollo por lo tanto debe integrar la herencia del pasado con una decisiva voluntad de creatividad, sin espantar el aroma y la esencia de la identidad cultural.

    Sin embargo, se viene acrecentando una tormenta que atenta con la destrucción de los patrones culturales de los pueblos, hoy estos patrones culturales no son lo suficientemente respetados, sus códigos y especifidades reciben frontalmente los embates homogenizadores de los medios de comunicación masivos. Algunos gobiernos del globo terráqueo vienen planteando estrategias para la protección de los patrones culturales, tratando de preservar y reconstruir lo deteriorado, pero aún están lejos de aliviar el mal que hoy sufre la identidad cultural de las comunidades. La dimensión avasalladora del mismo sistema de producción que vivimos, nos marca un futuro de incertidumbre y graves líneas de fractura del patrón cultural.

    Esta situación supone un esfuerzo de normas y prácticas en las diferentes comunidades a través de la institución escuela que como hacedora de cultura y dinamización de valores, irradie códigos culturales que le permita a todos sus integrantes una movilización por los senderos de la tradición cultural, valores éticos y morales que faciliten a la comunidad recibir la modernización sin olvidar los verdaderos patrones culturales que son los que le justifican su razón de ser.

    Un pueblo se afirma en su identidad cultural cuando se opone a su deterioro, provocado por agentes modernizantes agenciados por hombres desculturizados cuyo único interés es el beneficio material. Perdiendo el conocimiento de las raíces tradicionales, correríamos el riesgo de convertirnos en el basurero del desperdicio industrial.

    La tecnología nos irradia con programas televisivos simplistas, ideas económicas obsoletas generando abundancia de mala calidad y a muy altos riesgos humanos.

    La tradición es un conocimiento propio que permite escoger sin miedo lo mejor o lo más útil de otras culturas que enriquecen y amplían los patrones culturales. Sin la identidad cultural careceríamos de todo valor por la vida y no podríamos ampliar aún más el conocimiento del cosmos.

    Sólo el pueblo dueño de su memoria podrá ser el objeto historiador de su propio desarrollo. LEOPOLDO MARECHAL, decía: " El pueblo recoge todas las botellas que tiran al agua con mensajes de naufragio, el pueblo es la gran memoria que recuerda todo lo que aparezca muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Así podremos oponernos a la disolución y a la perdida de nuestra memoria cultural. Sin identidad, sin pensamiento propio, no sólo no podremos acceder a lo universal, sino que seremos un conglomerado abstracto de consumidores sin similitud.


6. La escuela hacedora de cultura
    La escuela es un patrimonio social que fluye dinámica donde todos sus miembros aportan y se benefician de sus logros, por lo tanto debemos alimentarla con acciones humanistas, científicas, culturales, morales, políticas y sociales.

    La escuela como proyecto cultural, es el punto óptimo para dinamizar y preservar las diferentes manifestaciones que hacen parte del patrimonio cultural, el papel protagónico en el rescate de la identidad cultural se convierte en un medio eficaz de comunicación y participación entre sus miembros.

    La escuela comprometida con el rescate de las tradiciones, costumbres y sentir de su comunidad se esta consolidando con los verdaderos principios de ente generador de desarrollo, cambio, socialización y punto de encuentro del que hacer cultural, y esto se logra por medio de la puesta en práctica del Proyecto Educativo Institucional, PEI.

    Mantener viva la identidad cultural de un pueblo, es asegurar en ella, los principios y los valores indispensables para el desenvolvimiento y comportamiento en su medio. Valores que se gestan en: justicia, sabiduría, valentía, continencia, amor, veracidad, sinceridad, lealtad, fidelidad, confianza, modestia, humildad, paciencia, virtud, perseverancia, entre otros.

    La escuela ha sido y sigue siendo epicentro de códigos culturales; hoy más que nunca a través de sus proyectos - pedagógicos se reafirma el sentimiento de estos, base y razón de ser de la memoria cultural de un pueblo.

    La escuela no es más que un proyecto cultural que contribuye a la educación y formación del hombre, mantener viva esta identidad de la comunidad es un deber y principio de la escuela y la manera de mantenerla es con la puesta en práctica de sus proyectos de valores antes mencionados.

    El valor principal de la educación está simplemente en la promoción participativa del proyecto cultural donde se recogen todas las manifestaciones, vivencias y haceres de sus miembros, con los cuales se construye el modelo educativo de la institución, que no es más que un bien social de primer orden como cultura democrática.

    Sin pretender exagerar el modelo educativo con el que pretendemos formar y educar al hombre de hoy, no es más que un cúmulo de expresiones y haceres de su propia manifestación y de la cultura universal, se podría afirmar entonces que la educación enfocada de esta manera es un bien social de primer orden apoyada en acciones participativas y democráticas que garantizan una educación permanente a todos los miembros que conforman esa institución.

    El valor principal de la educación esta más en la formación de hombres para el servicio y la buena convivencia ciudadana, que en formar científicos para intereses particulares. Hoy más que nunca necesitamos formar hombres de bien que sepan comportarse y convivir dentro de un ambiente democrático, civilizado, socializante, humano y sensible.

    La educación que no se traduce en desarrollo cultural, democrática y cultivadora de valores, tendrá grandes riesgos de caer en la desigualdad y en la injusticia social.

    Bella sería entonces aquella formación continuada a través de toda la vida, significando un proceso de constante enriquecimiento cultural de la persona y en términos generales de la comunidad.

    Bello sería, aquel sistema educativo que brindara una formación amplia y generalizada teniendo como base las raíces de su propia cultura.

    Bello sería que todo ciudadano tuviese oportunidad ilimitadamente de cultivar su espíritu y su cuerpo, a través de la expresión artística, y el acto lúdico, de tal manera que desde los primeros años hasta los últimos días de su vida tuviese un intenso hacer cultural.

    La escuela es el punto de encuentro, donde los educandos realizan la actividad lúdica, es allí donde el niño codifica todo su repertorio exterior, su deseo de ir a la escuela no es para aprender a leer, escribir, o aprender nociones matemáticas, sino el punto de referencia para continuar las acciones del juego iniciadas en el encuentro anterior, el de ir a la escuela aprender los contenidos de las diferentes asignaturas, es el interés de sus padres y de sus educadores, más no del niño. De ahí la importancia que los educadores le deben de dar al juego como estrategia para obtener la voluntad de los alumnos y así puedan a través de la acción del juego asimilar con mayor facilidad los diferentes contenidos de las asignaturas en cada uno de los grados.

    La escuela es el escenario central para transmitir, ampliar y codificar la expresión cultural de la comunidad en la que se desenvuelve la familia educativa. La verdadera escuela de hoy y de siempre, debe ser aquella, que propicie e irradie elementos para la ampliación y preservación de los valores de la memoria cultural en la que se suscribe.

    Ha sido tema de interés en los tratados de las diferentes corrientes pedagógicas, acerca de las metodologías a emplear para una eficiente formación de la actual y futura generación, situación de gran impacto en los diferentes proyectos pedagógicos de la escuela de que hoy se construye.

    Las prácticas educacionales en las últimas décadas han sufrido una serie de transformaciones resultantes del acelerado cambio social y la realidad constitucional, jurídico y cultural en la que hoy pretendemos formar y educar a la actual generación.

    La escuela que se ha interpretado como un depósito de información y técnicas para enseñar a leer, a escribir y hacer cuentas, ha tenido que dar un salto para llegar al punto óptimo de desarrollo integral en la comunidad.

    La actividad lúdica como esencia de todo ser humano, será para la escuela la columna vertebral de su modelo educativo. La acción lúdica está inmersa en los hechos más trascendentales de la humanidad.


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revista digital · Año 8 · N° 56 | Buenos Aires, Enero 2003  
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