Generando otras potencias. Fútbol y género. Caso Club Boca Juniors |
|||
Facultad de Filosofía y Letras, UBA (Argentina) |
Carmen Salinas carmencity08@hotmail.com |
|
|
|
|||
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 56 - Enero de 2003 |
1 / 1
Los hombres a través de su cuerpo producen distinciones, muchas veces para demostrar su poder ante los otros. El deporte es una manera de distinguirse en relación a su clase, generando potencias que estallan en el siglo XX. No sólo se da la posibilidad de desarrollar una potencias, sino también la de comunicarse consigo mismo, dando lugar a una tensión entre lo que el individuo es como sujeto social y lo que muestra por construcción de la cultura.
El fútbol, pasión de multitudes, fue siempre visto como un deporte eminentemente masculino, actualmente ha cambiado, pues hay grandes equipos que cuentan con un plantel femenino de fútbol.
En el presente trabajo se tratará de analizar al equipo femenino de fútbol del Club Boca Juniors, para pensar a partir de ese lugar, desde una perspectiva femenina, cómo las mujeres futbolistas comienzan a asimilar una lógica y a darle sentido a su relación con el deporte, con el género, con el mundo y a su experiencia en el mundo. La cosmovisión que las rodea y el modo particular en que aportan para el desarrollo de la cultura.
El Club Atlético Boca Juniors fue fundado en 1905 y recién en 1990 comienza a contar con un equipo femenino de fútbol, que depende del Departamento de Fútbol Amateur, ya que en Argentina el fútbol femenino no se ha profesionalizado aún, con lo cual se infiere que como institución es legítima, pero no es reconocida como tal, en otras palabras, es reconocida tácitamente.
En 1986 se funda la Asociación Argentina de Fútbol Femenino, en 1992 Boca Juniors se consagra campeón del Torneo Metropolitano de Fútbol Femenino, pero antes muchas cosan han cambiado.
El esquema cultural transmitido por el deporte al ser competitivo, selectivo, reglamentado e institucionalizado resulta muchas veces un impedimento para que las mujeres accedan al mismo, ya que el sexismo trata de adscribir diferencias sociales, producidas históricamente, a una naturaleza biológica que funciona como una esencia de la cual puede deducirse implacablemente todo acto real de la vida. Si bien toda la población encuentra dificultades para acceder a los deportes debido a la carencia de instalaciones, recurso o tiempo; en el caso de las mujeres, a ellas se les añaden los derivados de la contradicción existente entre los códigos corporales transmitidos por el deporte y adquiridos por el proceso de socialización, y aunque muchas veces se invoque a la biología para que la construcción social de la diferencia sexual parezca natural, su verdadera función es enmascarar las verdaderas relaciones de poder producidas socialmente entre los sexos, para que presenten las divisiones sociales de género como aquello que no puede discutirse.
El deporte se inscribe dentro del conjunto de actividades que regulan la vida de las mujeres y los hombres, por lo tanto no se trata de una lucha aislada, sino que tiene relación con los sistemas de trabajo, los gustos, las obligaciones familiares y los valores éticos. En él se crean pequeños universos de significado, en los cuales algunas cosas pueden hacerse y otras no, desde las reglas que sugieren estrategias e inspiran acciones, hasta la excitación y la emoción compensadoras que son a su vez moderadas por restricciones civilizadoras. Por lo cual la satisfacción que trae el deporte resulta importante para el bienestar de la gente, tanto desde el punto de vista individual como social.
Si la mujer se educa en un contexto que le exige espíritu de renuncia, gracia, elegancia, obediencia y hábitos que sirven para oprimirlas, un número importante de ellas tendrá dificultades para integrar valores transmitidos por los modelos de comportamiento dominante en el deporte: agresividad, búsqueda de records y competición a ultranza. Entonces las actividades básicas se convierten en formas políticas, porque imponen en ellas una comprensión sin palabras de formas legítimas de presentar su cuerpo ante sí mismas y ante los demás. El cuerpo se convierte en un tipo de recordatorio constante de relaciones de poder sociosexuales; donde se muestra la dominación y la imposición masculina como un fenómeno social existente, y como tal muy fácilmente confundible con la naturaleza, al estar las mujeres subordinadas a los hombres.
En estos últimos años, las mujeres han ganado un terreno en el mundo del fútbol, que años atrás hubiese parecido imposible. Boca Juniors actualmente lleva ganados 5 (cinco) campeonatos invictas, en un deporte considerado eminentemente masculino, generando un proceso que las conduce a hacer una opción deportiva, en donde valores que tradicionalmente se asocian al carácter masculino como: agresividad, espíritu de competición y confianza en sí mismos, hacen que funcionen en un esquema de lógica del deporte que requiere triunfar. Donde el sufrimiento como fuente de compensación va unido a una concepción de la vida, según la cual, sólo se alcanza lo deseado a través del sacrificio y la lucha.
Los partidos son reglamentados por la Asociación del fútbol Argentino y no hay diferencias con los partidos masculinos, la reglamentación es la misma: los partidos duran 90', con dos períodos de 45' y un intervalo de 15'; anualmente hay dos torneos: Apertura y Clausura.
El equipo femenino de fútbol de Boca Juniors esta formado por 27 mujeres cuyas edades oscilan entre los 14 y los 35 años. Se advierte una clase especial de dinámica de grupo, con una tensión interna propia, una estructura que es experimentada como inmensamente emocionante y placentera, e implica intercambios como: compartir, convivir y confrontarse. Estas mujeres quieren ante todo ser reconocidas como deportistas, porque no sólo han logrado superar los obstáculos de acceso al mismo, sino también se observa en ellas una constancia y atención al tratarse de un juego que una multitud de espectadores: seguidores, admiradores, amigos y familiares sigue con creciente emoción. La cual es producida no sólo por la lucha en el campo de juego, lo logra la habilidad que despliegan las jugadoras, al ofrecer al público una demostración de disciplina deportiva para un mayor enriquecimiento de la percepción.
A pesar de todo, las características físicas determinan una serie de cuidados como: resguardar el pecho, mantener distancia por precaución, no utilizar la fricción corporal, además de la imposibilidad de jugar de las participantes en estado de gravidez.
En la cancha las mujeres ponen el alma, el coraje, la garra que por naturaleza poseen y que demuestran día a día; un ejemplo: el primer partido del torneo Clausura, Boca le ganó a Platense 15 a 0.
Las jugadoras de fútbol han sido y continúan siendo escasa y malamente descriptas para la sociedad; los partidos no son televisados, no son transmitidos por la radio, sólo a veces ocupan un pequeño espacio en los diarios, aún los especializados en deportes; y es esa invisibilidad la dificultad para encontrar o construir pensamientos que no estén sujetados por la metodología que regulan otros deportes.
A pesar de esa invisibilidad, las jugadoras se legitiman como sujetos diferentes por las políticas que se dieron a sí mismas, ellas inventan culturas, en este caso deportiva, atropelladoras de imposiciones convencionales. Coinciden en que no se detienen ante la actividad todavía amateur, porque entienden que están en una etapa de crecimiento del deporte, ellas saben que sientan precedente para las futuras jugadoras, se lucha por conseguir y construir un bienestar. Entrenan dos veces por semana, no tienen aún sponsor, también libran una lucha por lograr espacios de maniobra para alterar las recomendaciones familiares, y generar experiencias de identidad con sus ilusiones, esperanzas y apuestas.
Producen sus propias políticas, donde la realidad es ser competitivas, porque el fútbol es un deporte que fue pensado, ejecutado y desarrollado por los hombres, por eso no se detienen; poniendo especial énfasis en una gran exigencia física de gran intensidad y de gran cantidad de estímulos que les son impartidos por el director técnico Gerardo "Toti" Ríos y el preparador físico Claudio Guzmán.
En el Club Boca Juniors se advierte una producción de políticas públicas destinadas a evaluar, reconocer y orientar los ritmos y contenidos de los cambios que sus jugadoras protagonizan. La selección y valoración de estos cambios permiten comprenderlas en sus diferencias, lo cual forma parte de un proceso de simbolización resignificado y corregido; políticas que orientan prácticas destinadas a desactivar prejuicios y estereotipos acerca de sus jugadoras, además de introducir modos de producción que avancen más allá de las convencionalidades.
En relación así mismas, se observa que no pierden ni un poco de su femineidad, eso se nota no sólo en el cuidado de su cuerpo, sino en lo que ellas creen o sienten respecto a sí mismas, en la belleza de los movimientos dentro del campo de juego, con su plasticidad y su sutilidad coreográfica, en la gracia y seguridad con que cada una se mueve.
Dicen que son futbolistas porque es lo que saben y desean hacer, porque les gusta, por placer. Ante la pregunta: ¿por qué Boca Juniors? La respuesta fue categórica: SOY DE BOCA. Para ellas no sólo es la identidad, sino también es la categoría de fútbol de esfuerzo, de lucha hasta el final, donde hay un cruce de caminos, de mitos e imágenes. Boca es la abstracción que se presenta sí misma, es una permanente autoglorificación. BOCA es "la mitad más uno".
Estas mujeres futbolistas no sólo han conquistado su derecho a la actividad deportiva, sino que también conservan el privilegio ancestral de ser, se vislumbra la seducción en la personalidad de cada una de ellas siendo hija, esposa o madre; habla de la recuperación de un bienestar interior como punto de partida esencial para embellecer el cuerpo físico a través de la personalidad propia. Se habla del orgullo de ser mujer.
Bibliografía
Bordieu, Pierre: La distinción. Madrid. Taurus. 1988.
Durán González, Javier, Manuel García Ferrando y Francisco Lagardera: Sociología del Deporte. Madrid. Alianza. 1998.
Elías, Norbert y Eric Dunning: Deporte y ocio en el proceso de civilización. México. Fondo de Cultura Económica. 1995
revista
digital · Año 8 · N° 56 | Buenos Aires, Enero 2003 |