Adaptación española del Cuestionario de Causas de Abandono en la Práctica Deportiva: validación y diferencias de género en jóvenes nadadores |
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* Dr en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte ** Dra en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte *** Dra en Psicología Profesor/as de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad de León (España) |
Alfonso Salguero* dfiasv@unileon.es Concepción Tuero** Sara Márquez*** |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 56 - Enero de 2003 |
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Introducción
Abandono y motivación son dos conceptos estrechamente ligados, ya que el primero es a menudo consecuencia de la falta del segundo y, tal como afirma Cervelló (1996), el abandono es un indicador muy importante de la motivación en el deporte. En palabras de dicho autor, el abandono deportivo se puede conceptualizar como aquella situación en la cual los sujetos han finalizado su compromiso explícito con una especialidad deportiva concreta.Al definir el concepto de abandono deportivo y para evitar caer en el reduccionismo debemos considerar la existencia de diferentes niveles de compromiso, de intensidad de práctica, de estructuración de los programas deportivos en los cuales participan los individuos y de diferentes expectativas futuras respecto a la participación o no en el deporte (Cervelló, 1996). Cuando hablamos de abandono deportivo estamos haciendo referencia no sólo el cese total de toda práctica deportiva, sino también el cambio o trasición hacia otra modalidad, independientemente de que consideremos la segunda opción como más positiva que la primera. Weiss y Chaumenton (1992) consideran que el fenómeno del abandono deportivo es un proceso continuo que abarca desde aquel grupo de individuos que se retiran de un deporte particular pero pasan a practicar otro deporte o el mismo a diferente nivel de intensidad, hasta aquel grupo de sujetos que se retiran definitivamente del deporte.
Esta última matización ha de tenerse en consideración, ya que según los resultados de autores tales como Klint y Weiss (1986), Gould y cols. (1982a), o García Ferrando (1992), este último en España, un alto porcentaje de sujetos que se consideraba que habían abandonado la práctica de una modalidad deportiva concreta, se encontraban practicando otra o bien la misma pero a menor intensidad o distinto modo (seguían entrenando de manera menos estructurada o planificada pero ya no practicaban a nivel competitivo).
El auge investigador en este ámbito aparece íntimamente unido al de los motivos de práctica, y por lo tanto es a partir de mediados de los años 70 y durante la década de los 80 cuando emergen un mayor número de investigaciones al respecto. La mayoría de los estudios en este campo han sido fundamentalmente de naturaleza descriptiva, lo cual tiene serias limitaciones teóricas y metodológicas, aunque por otro lado han permitido establecer una base de conocimientos sobre las causas de abandono deportivo, que ha posibilitado a los investigadores contemporáneos plantear sus trabajos sobre una base teórica más sólida, lo que sin duda favorecerá el ahondar en el conocimiento de los factores psicológicos que mediatizan la motivación por la práctica deportiva (Escartí y Cervelló, 1994). En la actualidad siguen apareciendo publicados con bastante asiduidad trabajos como los de Cervelló (1996) que estudia el abandono de la práctica del tenis y del atletismo, Medbery y Gould (1998) para la natación, Simon y Fernández (1998) para el judo, Creager (1999a; 1999b) para el patinaje, Torre y cols. (2001) para la actividad deportiva general, no son más que algunos ejemplos de la preocupación de los investigadores en torno al cese de la actividad deportiva.
Así, los motivos de abandono, al igual que los de práctica, pueden ser muchos y muy variados, señalándose como principales razones para el primero el carácter altamente competitivo de las pruebas escolares y federadas de categorías inferiores (Orlick y Botterill, 1975), con el consiguiente énfasis en la "victoria a cualquier precio", la deficiente estructura administrativa y de recursos disponibles, las mesetas en el rendimiento y/o en el aprendizaje y el conflicto de intereses, este último como el más frecuente (Cantón y cols., 1995; Durand, 1988; Rodriguez, 2000). Otros autores como Ogilvie y Howe (1991) señalan que el cese o retirada de una actividad deportiva puede deberse a múltiples razones, pero que generalmente viene dada por uno de estos tres factores: el proceso de selección, el cual se da a todos los niveles de competición, la edad cronológica y la lesión deportiva. En otras ocasiones se han determinado como principales motivos para el cese de la actividad deportiva la excesiva presión de la competición y el rendimiento (el deporte de competición es considerado como uno de los contextos más idóneos para el logro), la falta de interés y consideración que el deporte no era divertido, otras aficiones no deportivas y los problemas con el entrenador/a (Brown, 1985; Klint y Weiss, 1986; Gould, 1987; Völp y Keil, 1987; Burton, 1989; Lindner y cols.,1991; Saura, 1996).
A finales de los 70, en Estados Unidos participaban en programas deportivos entre 16 y 20 millones de jóvenes de 6 a 16 años (Cei, 1996). En 1978, estudios realizados por Seefeldt y cols., recogidos por Weinberg y Gould (1996), manifiestan que entre los 13 y 18 años de edad el 80% de los jóvenes han abandonado la práctica deportiva, con lo que se puede extraer que si bien es cierto que la participación en los programas deportivos aumenta, también el número de abandonos es numeroso (Cruz, 1987), presentándose ésta última como una de las áreas de estudio de naturaleza psicológica de mayor importancia en el deporte infantil y juvenil (Gould y cols., 1982a). Estudios más recientes tasan el abandono alrededor del 35% en la edad juvenil, es decir, de cada 10 niños implicados 3-4 abandonan al llegar a los 14-15 años (Weinberg y Gould, 1996). Otros trabajos como los llevados a cabo por Stratton (1999) y por Medbery y Gould (1998) arrojan unos resultados un poco más optimistas y reducen este porcentaje hasta el 25% a nivel de práctica deportiva y al 30% en el caso concreto de la natación respectivamente.
Estos elevados abandonos deportivos son considerados por distintos autores (Gould y cols., 1982a; Robinson y Carron, 1982) como un proceso normal de ensayo-error en la elección del deporte a practicar por cada niño. En esta misma dirección, Durand (1988) expone que es problable que la competencia entre las actividades que ofrece el mercado de entretenimiento influya sobre esta tendencia a "ensayar" sucesivamente varias especialidades, y a cambiar cada año de actividad. Esta inconsistencia que parece un tanteo activo, también responde a la naturaleza de la curiosidad de los niños capaces de apasionarse intensamente por una actividad durante un lapso muy breve de tiempo y a continuación olvidarla bruscamente.
En opinión de Roberts (1984) y Cruz (1987) la afirmación de que los niño/as abandonan una actividad deportiva porque encuentran otra que les gusta más, resulta más optimista que objetiva. Según Cruz (1987), a la larga, la percepción de habilidad personal en un deporte concreto, que los niños adquieren mediante sus éxitos y fracasos diarios, constituirá una de las variables fundamentales para continuar practicando dicho deporte o abandonarlo. Así pues, el simple conflicto de intereses entre varios deportes o entre un deporte y otras actividades no explica todos los abandonos, aunque pueda constituir un factor importante. Durand (1988) argumenta que el carácter fluctuante e incostante de la práctica deportiva infantil se debe en parte a que las estructuras y el modelo de funcionamiento de los clubes y de las diferentes competiciones no han sido concebidos para los niños y tampoco se han adecuado a ellos. En este sentido Roberts (1995) expone que el incremento de la motivación depende de forma directamente proporcional de la atracción por la dificultad de la tarea y la obtención de éxito, y propone para lograrlo una adaptación de las condiciones en las que se desarrolla la actividad, sobre todo en lo que concierne a las dimensiones de los espacios de juego y en las metas a conseguir. Algunas federaciones como el caso de la de baloncesto, fútbol o atletismo han realizado un intento más o menos intenso de adaptación (Torre y cols., 2001), sin embargo otras como la de natación no lo han hecho.
Dentro de este apartado debemos resaltar la importancia de la actuación del entrenador que puede tornarse como un agente esencial tanto para favorecer la continuidad de la práctica, como para conducir al abandono de la misma. Sería un error obviar que independientemente de la motivación que los niños perciben a través del programa de contenidos propuesto por el entrenador, las relaciones que se establecen entre éste y los jugadores son decisivas y determinantes (Torre y cols., 2001). Por este motivo, resulta especialmente relevante el asesoramiento psicológico a entrenadores de deportistas jóvenes (Cruz, 1997) y se debe resaltar la importancia que puede llegar a adquirir el comportamiento del técnico en su relación con deportista (Tuero y Salguero 2002a; 2002b). En opinión de Vigarello (1986) y en la línea de los autores mencionados en este párrafo y en el precedente, el deportista es el reflejo del entrenador, ya que éste proyecta su forma de hacer y su personalidad en los deportistas que dirige. Estudios recientes demuestran que los deportistas valoran más en sus entrenadores aspectos relacionados con el comportamiento personal y las relaciones humanas, que con los propios conocimientos técnicos. Así, algunos deportistas exponen como razones para abandonar el deporte una serie de factores negativos, tanto de los entrenamientos como de la competición, la mayor parte de los cuales están bajo el control del entrenador, considerado como figura clave en la iniciación deportiva, ya que es el encargado de planificar los entrenamientos e interactúa continuamente con sus deportistas. Sin embargo, en algunos casos, dichas interacciones no responden en absoluto a lo que se denomina un enfoque positivo de la enseñanza de destrezas deportivas, favoreciendo de esta manera el no deseado abandono de la práctica (Martens, 1987; Martín y Hrycaiko, 1983; Smoll y Smith, 1980; 1987).
Para intentar evitar el abandono prematuro y para que los entrenadores logren una interacción más adecuada con los jóvenes deportistas, se han avanzado dos tipos de propuestas: a) las encaminadas a mejorar la formación de los agentes psicosociales, padre y entrenador especialmente (Roberts y cols., 1981; Vallerand y Reid, 1984; Stenberg y Hasbrook, 1987); y b) las que buscan proporcionar a los niños/as y los jóvenes estrategias adecuadas tendentes a la valoración de sus logros de acuerdo con la etapa evolutiva en la que se encuentren (Martens, 1987; Duda, 1987).
Los entrenadores también deben ser conscientes que la razón para abandonar varía según la edad, el sexo y quizás el deporte practicado. Por lo tanto, las investigaciones deberían dirigirse a comprender por qué abandonan los jóvenes deportes específicos en ciertos momentos. Es decir, determinar si las razones para el abandono son generales a todos los deportes o si hay razones que prevalecen en deportes determinados (que es lo que se pretende con este estudio en el caso concreto de la natación). Las organizaciones deportivas deben estudiar a los niños/as y jóvenes que abandonan la práctica, y principalmente en edad escolar (entre 6 y 16 años), para determinar las razones por las que el deporte deja de ser una actividad satisfactoria (Rodríguez, 2000), así como cuestionarse la idoneidad de los distintos planteamientos de deporte escolar vigentes en la actualidad (Saura 1996).
Existen diferentes cuestionarios e intrumentos para medir y evaluar el abandono deportivo. Muchos autores utilizan en sus estudios instrumentos de elaboración propia y solo ocasionalmente se realizan intentos de estandarización, como es el caso del cuestionario MIMCA de Marrero y cols. (1999), en el que aparece una subescala de 29 items o posibles causas para abandonar una práctica deportiva, cuyas respuestas se encuentran graduadas mediante una escala Lickert de cinco puntos. Este cuestionario, a pesar de tratar de averiguar causas de abandono, es administrado a deportistas aún en activo. En nuestro estudio hemos preferido estudiar sujetos que ya han abandonado la práctica deportiva y hemos utilizado para ello el Cuestionario de Causas de Abandono en la Práctica Deportiva, elaborado por Gould y cols. (1982b) y compuesto por 32 items que relatan posibles causas de abandono de la natación, factor este último determinante para su elección. El objeto de la investigación ha sido desarrollar una versión española del cuestionario, y realizar un estudio preliminar de su validez y fiabilidad, así como de las posibles diferencias de género en el abandono de la natación de competición.
MetodologíaSujetos
El grupo de sujetos estaba constituido por 66 ex-practicantes de natación competitiva (40 varones y 26 mujeres, con una edad media de abandono de 17,97 años y una desviación estándar de 2,42. Los sujetos pertenecieron a 21 clubes ubicados en 18 localidades diferentes (Tabla 1) y habían llegado a alcanzar un nivel competitvo nacional en 26 casos y regional en otros 35, mientras que los 5 restantes sólo llegaron a competir a nivel local.
Tabla 1. Distribución de los ex-nadadores por clubes
Protocolo general
Para contactar con los sujetos se siguieron distintos pasos. En primer lugar se solicitó a los delegados provinciales de distintas federaciones territoriales que nos facilitaran un listado con aquellas personas que hubieran estado en posesión de licencia federativa en los últimos años y actualmente ya no lo estuvieran. Una vez obtenida esta información se pasó a contactar telefónicamente con ellos para solicitarles su colaboración y explicarles el propósito del estudio. En caso de acceder a colaborar voluntariamente se concretó una cita para llevar a cabo la administración del cuestionario. Además de dicha voluntariedad los sujetos debían haber estado practicando este deporte a nivel competitivo y en posesión de la licencia federativa anteriormente mencionada por lo menos durante una temporada completa.Las instrucciones para cumplimentar el cuestionario se adjuntaron por escrito y se estableció un tiempo límite para cumplimentar la batería de 15 minutosCuestionario utilizado
El Cuestionario de Causas de Abandono de la Práctica Deportiva elaborado por Gould y cols. (1982b) se presentó a una comisión integrada por entrenadores y especialistas en natación de competición, a los cuales se les consultó por la posibilidad de añadir, modificar o suprimir algún item que estimaran inapropiado, todo esto tras un riguroso análisis de los resultados obtenidos en un estudio piloto. La decisión fue la de suprimir tres items, debido a la escasa importancia asignada por los sujetos en el citado estudio y por la poca especificidad de los mismos.A continuación exponemos los tres items eliminados y la justificación aportada por el grupo de expertos: 23. "No aprendía nuevos gestos", 26. "No había suficientes encuentros deportivos", y 28. "No utilizaba suficientemente los equipos".El item 23 se ha eliminado por considerar que la natación de competición es un deporte con un limitado número de gestos a aprender (aunque algunos gestos técnicos sean de gran dificultad) y los cuales tienen un periodo muy concreto de adquisición (en etapas posteriores se trabaja el perfeccionamiento de los mismos).El item 26 se ha refundido por considerarlo redundante con el 25, "no acudía a suficientes competiciones". En natación, y en general en los deportes individuales frente a los colectivos, todos los deportistas que acuden a una competición participan en ella. La exclusión se realiza antes de acudir a la competición, y el criterio para acudir o no a la misma suele ser totalmente objetivo (marca mínima) y no depende directamente del entrenador (aunque si dependerá de éste la correcta planificación o adecuación del entrenamiento a las características de cada deportista). El número de competiciones a lo largo de una temporada en natación es muy elevado (media entre 20 y 30 competiciones por nadador y temporada) y oscilará en función del nivel del deportista. El item 28 se ha suprimido por creer que lleva a confusión, ya que se solicitó aclaración a cerca del mismo en multitud de ocasiones durante la realización del estudio piloto. Además de este problema el grupo de expertos lo consideró un factor poco importante dentro del ámbito de la natación de competición.
Análisis estadístico
La validez factorial del cuestionario se investigó mediante un análisis de componentes principales con rotación varimax (Stevens, 1992). La consistencia interna de las diferentes escalas se estableció mediante el cálculo de la media de la correlación entre ítems de cada factor y el estadístico alfa de Cronbach. Este último es un estimador de la precisión con la que un conjunto de ítems mide un cierto aspecto de la conducta, al reflejar la interrelación entre sus elementos (Cronbach, 1951). Para la caracterización descriptiva se calcularon medias y desviaciones estándar de los distintos factores. Con el objeto de determinar si existían diferencias de género en los factores, las puntuaciones en los mismos se utilizaron como variables dependientes en un análisis de la varianza multivariante, seguido de análisis univariante y análisis discriminante por el método de Wilks.
Resultados
Tras realizar el análisis de componentes principales se retuvieron los factores con raíces características superiores a 1 (Tabachnick y Fidell, 1989).). Se identificaron seis factores que suponían un 58,5% de la varianza total (Tabla 2). Los ítems con un peso de 0,4 o superior en un determinado factor se consideraron incluidos en el mismo. Sólo se eliminó un ítem que no alcanzaba dicho criterio Los seis factores se denominaron: Bajo Rendimiento, Falta de Diversión, Escasa Habilidad, Influencia de Otros, Baja Forma/Interés y Falta de Atmósfera de Equipo.
Tabla 2. Análisis factorial del cuestionarioLos coeficientes alfa de Cronbach de las diferentes escalas se encontraban entre 0.58 y 0.87 (Tabla 3), alcanzando o aproximándose al nivel mínimo de aceptación (Nunnally, 1978) e indicando una consistencia interna adecuada para los diferentes factores. La tabla 3 también incluye las correlaciones Inter-ítem para los diferentes factores.
Tabla 3. Fiabilidad del cuestionario y medias de los diferentes factoresEl estudio de los items individuales puso de manifiesto como causa más importante de abandono "tenía otras cosas que hacer" (media 3,47). También se señalaron como causas importantes para la retirada "el entrenamiento era demasiado duro" (2,39), "mis rendimientos no mejoraban" (2,39), "mis amigos habían abandonado", "no me gustaba el entrenador" (2,21.) y "no era lo bastante entretenido" (2,05). En el lado opuesto, los items señalados como menos importantes fueron "mis padres o amigos no querían que siguiese practicando" (1,36), "no me gustaban las recompesnsas" (1,49) y "no me sentía bastante importante" (1,50).
El análisis multivariante puso de manifiesto la existencia de un efecto significativo para el género (lambda de Wilks=0,81, F6,59=2,26, p<0,049). El análisis univariante y los coeficientes de discriminación mostraron (Tabla 4) que la habilidad escasa era el principal factor que diferenciaba varones y mujeres, no dándose diferencias significativas en las restantes dimensiones del abandono.
Tabla 4. Análisis univariante y discriminante para el género
Discusión
La edad media de abandono de los 66 sujetos estudiados se situó muy cercana a los 18 años, dato este que está dentro de los márgenes, entre 13 y 18 años, donde según Seefeldt y cols.(1978), recogido por Cei (1996), se producen el mayor número de abandonos. Burton y Martens (1986) y Weinberg y Gould (1996) adelantan ligeramente esa edad y la sitúan en torno a los 16 años y a los 15 años respectivamente, y Hellandsig (1998) coincide con nosotros en señalar la edad donde con mayor frecuencia se abandona a los 18 años.El estudio de los resultados obtenidos tras analizar las respuestas de los 66 sujetos al Cuestionario de Causas de Abandono de la Práctica Deportiva puso de manifiesto que Baja Forma/Interés, Escasa Habilidad y Falta de Diversión eran los principales factores responsables del abandono.
Si nos fijamos en la edad media de abandono obtenida, 18 años, e intentamos establecer una relación de la misma con la principal causa de abandono "tenía otras cosas que hacer", podemos extraer alguna conclusión importante. A los 18 años la mayoría de los sujetos comienzan sus estudios universitarios, los cuales van a suponer un gran salto a nivel cualitativo y cuantitativo en cuanto a grado de exigencia y dedicación, y además muchos de estos jóvenes tendrán que desplazarse a otras localidades a realizar sus estudios. Estas circunstancias unidas a una falta de coordinación entre lo que podríamos denominar estructura deportiva y estructura académica va a favorecer la retirada del deporte.
Otra de las causas más relevantes hace referencia a las mesetas de aprendizaje. Estas mesetas se pueden prever en muchas ocasiones y el sujeto debe ser informado de su posible aparición y las causas que la producen. En otras ocasiones van a ser producto de una mala planificación por parte del entrenador, el cual ha sido señalado como una de las piezas claves para que se mantenga la práctica. Múltiples autores son los que señalan el crucial papel que desempeña el entrenador en el ámbito del abandono y/o motivación deportiva (Vigarello, 1986; Martens, 1987; Martín y Hrycaiko, 1983; Smoll y Smith, 1980; 1987; Snyder, 1996a; 1996b; Cruz, 1997 y Torre y cols., 2001). La pérdida de diversión también se considera un factor que favorece la retirada. Cuando el sujeto está realizando una práctica que ya no le satisface (motivación intrínseca) y esta falta de satisfacción no se suple con recompensas externas (motivación extrínseca), está revocado irremediablemente a la retirada (Weinberg y Gould, 1996).
Al hacer mención específica a estudios dentro del ámbito de la natación, hemos encontrado un gran consenso entre los distintos autores. Son trabajos de este tipo los llevados a cabo por McPherson y cols. (1980), Sefton y Fry (1981); Gould y cols. (1982a), Gould y cols. (1982b), Brown (1985), Snyder (1996) y Medbery y Gould (1998). Estos autores atribuyen como principales causas para el abandono de la natación además del citado conflicto de intereres, los problemas con el entrenador y con otros significativos (padres, amigos, etc.), la falta de diversión y la elevada exigencia temporal que supone la práctica de este deporte. También hemos podido analizar investigaciones que centran su interés en otras modalidades deportivas y que de igual forma obtienen resultados similares, coincidiendo en señalar el tener otras cosas que hacer como uno de las principales responsables del abandono deportivo (Pooley, 1980; Fry y cols., 1981; Brown, 1985; Klint y Weiss, 1986; Gould, 1987; Völp y Keil, 1987; Burton, 1989; Lindner y cols.,1991; Saura, 1996 y Simon y Fernández, 1998, entre otros).
Aunque se detectaron escasas diferencias entre varones y mujeres en las causas de abandono, la habilidad percibida tenía una contribución mayor en mujeres, para las que el no ganar lo suficiente o la falta de interés por la competición se consideraban de mayor importancia que en los varones. Estos resultados difieren de los hallazgos previos de Gould y cols. (1982b), pero coinciden con los datos de Martin (1997), quien ha puesto de manifiesto que la habilidad física percibida contribuiría más al abandono deportivo en el sexo femenino, existiendo una tendencia en los varones a no reconocer una habilidad escasa. Estos resultados también son consistentes con la sugerencia de que aquellos que se perciben como más hábiles tienen una mayor tendencia a continuar en la competición (Martin y Dodder, 1997).
Un dato significativo es que las mujeres que fueron objeto de estudio habían empezado a competir entre uno y dos años antes que los varones y también adelantaron ligeramente el momento de abandono. Pensamos que esto es una consecuencia de la estructuración de las categorías competitivas en este deporte, las cuales agrupan a sujetos en función del año de nacimiento, con variaciones de hasta dos años entre niños y niñas desde un primer momento, a pesar de que hasta los 11 ó 12 años no se hayan descrito diferencias a nivel de maduración y desarrollo entre ambos sexos. De este modo las chicas empiezan a competir a nivel de exigencia mayor bastante antes que los chicos, factor que va a propiciar que estas se "quemen" antes, anticipando de este modo su retirada del deporte de competición.
En resumen, nuestros datos, aun cuando preliminares, sugieren que la versión española del Cuestionario de Causas de Abandono en la Práctica Deportiva es válida y fiable y confirma la diversidad de razones para el abandono de la competición en jovenes nadadores.
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revista digital · Año 8 · N° 56 | Buenos Aires, Enero 2003
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