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Niveles de ansiedad-estrés en el deporte competitivo
frente a un grupo control de sujetos sedentarios

   
Licenciado y Doctor en Educación Física.
Entrenador Nacional de Atletismo
I.E.S. Antonio de Mendoza. Alcalá la Real, Jaén
 
 
Juan Sánchez García
juanillora@terra.es
(España)
 

 

 

 

 
Resumen
    En este trabajo se han analizado los niveles de ansiedad de un grupo de deportistas de mediana edad frente a un grupo control de sujetos sedentarios.
    Se han seleccionado 15 sujetos deportistas sanos, atletas especialistas en carrera de fondo, con una media de edad de 51 años, 69 Kg como peso medio y 1,69m como estatura media. Su participación en el estudio fue voluntaria, junto a la de otros 12 sujetos sedentarios y de similares características socioculturales, que configuraron el grupo control, con una media de edad de 49 años, un peso medio de 83 Kg y una talla de 1,72m.
    Se ha utilizado el cuestionario de ansiedad de Spielberger (STAI) en sus facetas de ansiedad-rasgo (A-R) y ansiedad-estado (A-E) Los atletas además participaron en una prueba de competición, carrera de fondo de 18,5 Km. Se han comparado los niveles basales entre ambos grupos, así como los niveles antes y después de la competición.
    Los resultados de nuestro trabajo muestran como ante la prueba, la ansiedad precompetitiva aumenta, aunque no significativamente, y como disminuye después de aquella significativamente.
    Niveles de ansiedad aumentados antes de la competición y controlados van a ser necesarios para una adecuada movilización energética y la obtención de un mayor rendimiento.
    Palabras clave: Ansiedad. Estrés. Deporte. Ejercicio Físico.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 54 - Noviembre de 2002

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1. Introducción

    Se van a analizar determinados estudios de ansiedad-estrés competitivo más cercanos al ámbito psicológico: causas de lesiones con origen en una actividad continua y estresante, diferentes estrategias para reducir los niveles de ansiedad, problemas psicológicos debido a la posible adicción al ejercicio, etc.

    Pons y col. (1992) analizando el tipo de variables estudiadas junto con la ansiedad en deportes de competición en trabajos entre 1985-1990, concluyen que es el estudio de la relación entre ansiedad y ejecución el tema central de la mayoría de las investigaciones. Y además, lo es en sentido negativo, es decir, a mayor ansiedad peor ejecución.


1.1. Técnicas control de la ansiedad

    Muchas de las investigaciones se han centrado en la utilización de técnicas cognitivas o estrategias diversas para la disminución del estrés o ansiedad, utilizando una o varias técnicas conjuntamente, así:

    La relajación es utilizada para disminuir la ansiedad-estrés.

    Markowska y col. (1989) tomó dos grupos: uno trabajó un programa de relajación y el otro fue de control. Dio un estímulo estresante (película de terror), comprobando que en los dos grupos aumentaron las respuestas hormonales de catecolaminas en orina, pero no los niveles de ansiedad o respuesta psíquica que sí ocurrió en el grupo de control. Sugirió que la relajación era una ayuda para controlar las emociones negativas.

    Las técnicas de biofeedback permiten que los atletas tomen conciencia de sus estados corporales o fisiológicos y se utiliza medio de controlar la ansiedad (Costa, Bonaccorsi y Scrimali, 1984), así como la hidroterapia.

    Se pueden utilizar y mezclar diversas técnicas de control de la ansiedad de forma conjunta (Gould y Eklund, 1996).

    Para Maynard y Cotton (1993) en un estudio con jugadores de hockey hierba muestra que hay beneficios si el método es dirigido al tipo de ansiedad dominante.

    Sin embargo, Morgan (1995) nos dice que no está claro en estudios consistentes de campo que la hipnosis, visualización, meditación y relajación puedan reducir las respuestas del estrés y los desórdenes de ansiedad.

    La ansiedad disminuye cuando la práctica deportiva se hace con entretenimiento, disfrute y en ausencia de competiciones interpersonales (Wankel, 1993; Hull y Michael, 1995).

    Estas actividades de ocio pueden primero, producir reacciones de estrés, y secundariamente aliviarlo.

    Albinson (1992) con una serie de entrevistas y cuestionarios a atletas de élite reveló que la mayoría de las fuentes de tensión o estrés provienen de fuera del entorno deportivo (63 %).

    Por lo tanto las estrategias deberán ir encaminadas a un trabajo psicológico centrado más en la atención, y no sólo dentro del entorno deportivo.


1.2. Ansiedad y carrera

    Otro grupo de estudios se centran en la carrera continua, atletismo o en corredores observando los niveles de ansiedad.

    En una prueba de carrera intensa, una carrera contra todos, y otra carrera sin competición interpersonal, se observó que la ansiedad postejercicio y los niveles de conciencia del cuerpo se redujeron comparados con los valores de reposo. Por tanto, los aspectos cognitivos y somáticos de la ansiedad disminuyeron con la carrera intensa, en presencia o ausencia de competición interpersonal, y se concluyó también que la ansiedad pre-ejercicio puede estar influenciada en grado sumo por la intensidad del ejercicio venidero, más que por la competición interpersonal (O' Connor, Carda y Graf, 1991).

    Son muchos los que aconsejan que practicando regularmente la carrera continua va a existir una disminución del estrés (Steptoe y col., 1989; Calfas y Taylor, 1994). Pero que sus beneficios no pueden ser extrapolados automáticamente a otras actividades físicas.

    Otras veces se han comparado dos formas de ejercicio, aeróbica y anaeróbica, con resultados muy similares para ambos grupos sin diferencias significativas. Y se sugiere que si en otros estudios la relación ejercicio físico-reducción de la ansiedad se ha dado, es debida en gran parte probablemente a mecanismos psicológicos, como la distracción y el dominio de dicho ejercicio (Martinsen, Hoffart y Solberg, 1989).

    Berger y Owen (1992) concluye que el ejercicio no necesita ser aeróbico para que esté asociado a un humor acrecentado, sino que el yoga y la natación también lo consiguen.

    Se deben evitar ejercicios de alta intensidad porque la fatiga puede negar los beneficios psicológicos del ejercicio.

    Brassington y Hicks (1995) encontró que el trabajo aeróbico mejoró el estado de ansiedad y la calidad del sueño en personas de 60 a 82 años.

    En otro estudio se analizaron los efectos de un trabajo aeróbico y los de un entrenamiento mental sobre el estrés, llegando a la conclusión que cada uno de ellos afectan a diferentes componentes de la respuesta del estrés, pero que ambos eran beneficiosos (Senkforr y Williams, 1995).

    Scipiao (1992) concretó que los deportistas entrenados anaeróbicamente presentaron el menor valor medio de rasgo de ansiedad en la escala STAI (28.00) en comparación con el grupo control de sedentarios (36.50). Los resultados mostraron que en determinados momentos los deportistas anaeróbicos pueden manejar el estrés y recuperarse de él mejor que los deportistas entrenados aeróbicamente.


1.3. Ansiedad y adicción

    En un estudio realizado en USA y Canadá con muestras de todos los grupos de edad mostraba que un afecto positivo estaba relacionado con la cantidad de actividad física realizada, y que en general la depresión y la ansiedad era menor en las personas físicamente activas. El nivel de actividad física estaba positivamente asociado con una buena salud mental cuando se define como humor positivo, bienestar general, y relativamente pocos frecuentes síntomas de ansiedad y depresión. La relación actividad física-salud mental fue más fuerte en el grupo de edad más viejo (más de 40 años) que en los más jóvenes, y más fuerte en mujeres que en hombres (Stephens, 1988).

    Otros estudios muestran que adultos sedentarios tienen un riesgo más alto de sentimientos de fatiga y depresión que los que son activos (Morgan, 1985).

    Programas aeróbicos mixtos de varios deportes a intensidad mediana y más divertidos pueden reducir la ansiedad, la presión sanguínea y mejoraron el autoconcepto y la autoestima.

    El ejercicio físico intenso y el entrenamiento diario durante años en atletas puede tener otros aspectos negativos, como el funcionamiento cognitivo alterado y el efecto “rebote” del estrés, creándose una dependencia física y psicológica enfermiza (Biddle, 1995).

    Sachs y Pargman (1984) ya analizó la posible adicción psicológica-fisiológica con un programa regular de carrera, encontrando síntomas de retirada cuando la actividad se anulaba. Valoraba esa adicción como positiva o destructiva, comentando que en la mayoría de los casos era un hábito saludable.

    Morgan (1985), describía los individuos con adicción a la carrera, y decía de ellos que tenían más entrega y compromiso con el entrenamiento que en el trabajo, la familia y en las relaciones interpersonales. También son compulsivos, utilizan la carrera como un escape, son supercompetitivos, viven en un estado de fatiga crónica, autoconcentrados y preocupados con el rendimiento, la dieta, y la imagen del cuerpo. Se están tomando el ejercicio demasiado lejos, negando cualquier beneficio psicológico que un ejercicio más moderado podría conllevar.

    La carrera y el entrenamiento creaban una dependencia psicológica, y en su investigación cuando al grupo de personas entrenadas se le privó de correr, llegaron a tener desórdenes psicológicos.


1.4. Lesiones

    Otra vertiente de la posible negatividad del entrenamiento físico son las lesiones que puede acarrear.

    Una vida estresante puede ser causa de lesiones (Hanson, Mc Cullagh y Tonymon, 1992) y jugadoras lesionadas tenían los factores de estrés y la ansiedad aumentados, con recursos mentales disminuídos, más que los no lesionadas (Blackwell y Mc Cullagh, 1990).

    Bond, Miller y Chrisfield (1988) no demuestran que los atletas con mayores estrategias atencionales tengan menos lesiones, pero que en el futuro se utilizarán estrategias de intervención para reducir las lesiones y recuperarlas rápidamente.

    Los atletas con un estrés de vida alto y pocos recursos contra ello tienen más posibilidades de caer en lesiones (Williams, Tonymon y Andersen, 1991).

    Con los años, los programas de entrenamiento han mejorado, las superficies, los equipamientos, etc.., pero no se ha hecho mucho hincapié en las variables psicosociales como el control del estrés (Byrd, 1995). En su estudio con jugadoras de baloncesto no encuentra una relación significativa entre estrés y lesiones, con datos discutidos.


1.5. Consideraciones finales

    No se han encontrado diferencias entre sexos en cuanto a los niveles de estrés.

    Sothmann, Hart y Horn (1995) basándose en una serie de estudios previos que relacionaban tener una alta adiposidad con el síndrome hipoestrés, planteó una prueba para inducir una respuesta psicofisiológica no hallando dicha relación, revelando que el estrés se manifestaba de una manera multidimensional.

    Investigadores especulan que el aumento de las ondas alfa en el cerebro, que ocurre a partir de los 20 a los 30 minutos de ejercicio, puede contribuir a beneficios psicológicos con disminución de la ansiedad. Una intensidad del ejercicio muy alta se asocia a una actividad de ondas alfa en el cerebro más alta.

    Márquez (1992) diferencia las manifestaciones de la ansiedad competitiva entre practicantes de deportes individuales y colectivos. Concluye que los deportes individuales presentan manifestaciones fisiológicas y emocionales de la ansiedad en mayor cuantía que los practicantes de deportes colectivos. Por el contrario, obtienen peor puntuación en la escala de distorsiones mentales y pérdida de concentración.

    Los datos sugieren por tanto, que en los deportes individuales se desarrollan en mayor medida los componentes fisiológicos-afectivos de la ansiedad, con vivencias corporales y expresión de sentimientos estimulados por la misma. Se podría decir que existiría un predominio del componente de emocionalidad, pero no del cognitivo, en comparación con la ansiedad desarrollada en los deportes colectivos.


Material y método

Sujetos del estudio: Los sujetos del Grupo Experimental , 15 atletas, seleccionados de entre los

    mejores de su categoría que accedieron a participar de forma voluntaria en el estudio, con una media de edad de 51,53 años, un peso medio de 69,86 Kg. y una talla media de 1,69 m.

    Todos los atletas participantes contaban con una experiencia de al menos 5 años de entrenamiento y competición, participando todos los años en el circuito provincial de Granada de carreras de fondo, además de carreras maratón y media-maratón. Se trata por tanto de especialistas en carreras de larga distancia, fondistas veteranos.

    Su entrenamiento muy homogéneo, por razones de su edad, de residir en una geografía similar, con unos objetivos competitivos también similares y entrenamiento la mayoría de las ocasiones en grupo.

    El Grupo Control constituido por 12 sujetos sanos, sedentarios sin entrenar ni practicar ningún deporte específicamente, de similares características socioculturales, que decidieron también participar de forma voluntaria en el estudio, con una media de edad de 49,10 años, un peso medio de 83,62 Kg. y una talla media de 1,72 m.


2. Recogida de muestras

2.1. Se pasó el test de Spielberger y col. (1994) de ansiedad estado-rasgo en condiciones basales a los sujetos de ambos grupos, experimental y control, entre las 9,30 - 10,30 horas a.m., una semana antes de la prueba de competición.

2.2. El día de la prueba de competición se pasó de nuevo antes y después de la misma solo a los sujetos del grupo experimental.


3. Características de la prueba de competición

    La prueba realizada por los atletas consistió en una carrera de competición, dentro del circuito provincial de carreras de fondo de la Diputación Provincial de Granada, concretamente el 31 de Mayo de 1998 en el “X GRAN PREMIO CIUDAD DE ORGIVA”, a las 10:30 horas de la mañana, con 20º C, recorrido de Orgiva-Lanjarón-Orgiva, desnivel de 200 m. aprox. hasta Lanjarón y otros 200 m. aprox. de vuelta a Orgiva. La distancia recorrida fue de 18.500 m., en el marco de las Alpujarras granadinas, ladera Sur de Sierra Nevada.

    Se colocaron puestos de avituallamiento en el recorrido cada 5 Kms., realizando los participantes una o dos tomas de agua (100-150 ml.). Es esta una práctica habitual en carreras que superen los 10 Km, sobre todo si hace calor. Los atletas están acostumbrados a tomarla en todas las competiciones.


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