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Olimpismo: historia de la maratón femenina

   
Profesor de Educación Física
Entrenador Nacional de Atletismo
 
 
Jorge de Hegedüs
jhegedus@sinectis.com.ar
(Argentina)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 53 - Octubre de 2002

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Introducción

    En ocasión de los Juegos Olímpicos realizados en Amsterdam, 1928, se incluyó como nuevo deporte al atletismo femenino, aunque solamente con algunas disciplinas. Entre las carreras se realizaron los 100 metros, la posta de relevos 4 x 100 y como medio fondo los 800 metros. Este último evento tuvo como ganadora a la alemana Karoline Radke, la cual se impuso con 2´16” 8/10, la japonesa Kinue Hitomi obtuvo el segundo puesto con 2´17” 6/10, mientras que la meda la de bronce fue para la atleta sueca Inga Gentzel la cual realizó 2´18” 8/10. Sin embargo esta carrera disparó un montón de comentarios desfavorables. Ello se produjo a consecuencia de que varias participantes cayeron exhaustas después de haber finalizado dicha carrera. Varias personalidades y organizaciones deportivas y hasta “humanitarias” clamaron contra la realización de pruebas “largas” para las mujeres, las cuales, y según ellos, “no tenían capacidad para resistir esfuerzos superiores a los 200 metros” (esta disciplina se incluyó recién en Londres, 1948). Incluso se llegó a sostener por la parte médica que “con semejantes esfuerzos, las mujeres envejecen más rápido” (¡!). El mismo presidente del Comité Olímpico Internacional de ese momento, el conde Baillet - Latour habló en cuanto a que habría que eliminar definitivamente el deporte femenino de los Juegos Olímpicos e imitar en todos los aspectos a los juegos de la antigua Grecia.

    Es cierto que en los Juegos Olímpicos de Amsterdam varias damas culminaron la carrera de los 800 metros verdaderamente exhaustas, y se adjudicaron en ese momento toda clase de afirmaciones prácticamente antifeministas. Pero no se analizó algo que saltaba a la vista o no se quiso ver. El hecho es que la mayoría de aquellas corredoras no se habían entrenado específicamente para correr 800 metros puesto que eran velocistas, corredoras de 100 metros o practicaban el salto en longitud. Como no pudieron hacerlo en sus propias disciplinas atléticas, entonces fueron inscriptas para correr los 800 metros, total “eran nada más que dos vueltas a la pista”. Obviamente ninguna de ellas estaba entrenada para lo que actualmente conocemos como una exigencia anaeróbica lactácida, con alto componente estresante desde el punto de vista metabólico. En ese entonces todavía no se conocían de manera suficiente estos aspectos. Además de ello, hubieron aspectos los cuales nos llama la atención en cuanto a no haberse tenido en cuenta: existían ya para esa fecha registros en la maratón de parte del sexo femenino.


Antecedentes femeninos en la maratón

    Quizás a muchos pueda sorprender que ya a fines del siglo XIX algunas mujeres llegaran a correr la maratón, aunque en forma no oficial. El historiador Karl Lennartz realizó determinadas pesquisas con relación a este asunto, y pudo rastrear que en el año 1896, es decir, en el año de los Iros. Juegos Olímpicos de la era moderna, una mujer de nombre Melpómene ya corrió los 42 kilómetros, desde la ciudad de Maratón hasta Atenas en el registro para entonces excelente de 4 h 30'. Se cuenta que esta corredora pidió ser inscripta para participar en la maratón olímpica, pero su petición no fue aceptada.


Juegos Olímpicos de Amsterdam. 800 metros damas

    La primer mujer en correr “oficialmente” por debajo de las 4 horas fue una atleta inglesa, Violet Percy, la cual corrió sobre el clásico recorrido de Chiswick en 3 h 40´ 22”. Este evento fue realizado el 3 de octubre de 1926 y fue realizado en un completo solitario: tuvo jueces que fiscalizaron la carrera, pero no oponentes. El registro de Violet Percy permaneció sin modificación alguna durante 37 años, es decir, hasta el año 1963, cuando el 16 de Diciembre, Merry Lepper de los Estados Unidos corre la maratón en 3 h 37´ 07” en Culver City. Un año más tarde, con fecha del 23.05.64 la inglesa Dale Greig reduce el registro de Lepper a 3 h 27´45”.

    De esta forma la participación femenina empezó a ser más efectiva y representativa sobre el trecho de la maratón, dando por tierra la vieja tesis de que “las carrera prolongadas no son propias para las mujeres”.


La maratón por debajo de las 3 horas y 20 minutos

    En este caso no se trató de ninguna griega, británica o norteamericana.

    Fue la atleta Mildred Sampson de Nueva Zelanda, la cual el 21.07.1964 corre la distancia en Auckland con el registro de 3 h 19´33”.

    Hay que destacar además que 3 años más tarde - 06.05.1967 - la canadiense Maureen Wilton reduce la marca de Sampson a 3 h 15´22” en una carrera mixta. Pero lo que más ha llamado la atención es que esta corredora medía solo 1.47m y con un “peso” corporal de apenas 36 Kg. El hecho de explicar porqué Sampson tenía medidas tan reducidas, se puede aclarar en que tenía solo... 13 años de edad.


La maratón por debajo de las 3 horas 10 minutos

    La atleta que superó esta barrera fue la alemana Anni Pede - Erdkamp, la cual en el célebre circuito de Waldniel (carreras que eran organizadas por el célebre médico, especialista en maratón, Dr. Van Aaken) corre la distancia en 3 h 07´26” 2/10. Esta carrera fue organizada el 16.09.1967.

    Tres años más tarde la norteamericana Caroline Walker, con apenas 16 años, reduce el tiempo anterior a 3h 02´53” en la ciudad de Seaside. Nos estamos aproximando ya a la barrera de las 3 horas.


La maratón por debajo de las 3 horas

    La primer mujer en correr la maratón por debajo de las 3 horas fue Elizabeth Bonner de los Estados Unidos con un registro 2 h 55´22”. Esta carrera fue mixta y se realizó en un circuito del Central Park de Nueva York el 19.09.1971. El registro histórico de Bonner fue seguido por varias corredoras norteamericanas y europeas, las cuales fueron reduciendo paulatinamente los tiempos: Cherryl Bridges, 2 h 49´40”; Michiko Gorman, 2h.46´36”; Chantal Langlace de Francia, 2 h 46´24”; Jaqueline Hansen, 2 h 43´54”; Liane Winter de Alemania, 2 h 42´24” y finalmente otra alemana, Christa Vahlensieck que realiza 2 h 40´15” 8/10. Las maratonistas ya tenían delante si una nueva barrera a superar.


La maratón por debajo de las 2 horas 40 minutos

    La primer corredora en llevar sobre sí este privilegio fue la ya nombrada Jaqueline Hansen, la cual en la ciudad de Eugene, Oregon, corre la maratón en 2 h 38´19”. Dicho evento fue organizado por la conocida empresa deportiva Nike. Varias serían luego las corredoras que irían reduciendo el registro Hansen como ser las ya nombradas Langlace de Francia y la alemana Vahlensieck, hasta la aparición de una gran atleta que luego dio mucho que hablar sobre el rendimiento maratoniano de las mujeres: la noruega Grete Waitz.


La maratón por debajo de las 2 horas 30 minutos

    Fue precisamente la corredora nórdica Grete Waitz la cual en la maratón de Nueva York, el 21.10.1979 se registra como la 1ra. mujer en efectuar esta hazaña al anotar 2 h 27´32” 6/10. Hay que hacer notar que Waitz ya había ganado esta famosa maratón el año anterior, lo repetiría en el año siguiente cuando el 26.10.1980 registra en el mismo escenario 2 h 25´41” 3/10 y nuevamente en Londres con fecha 17.04.83 con una marca de 2h 25´28” 7/10. Grete Waitz también se consagró como Campeona de maratón en el 1er. Campeonato Mundial de Atletismo que se disputó en la ciudad de Helsinki (1983). Se puede destacar que a partir de los registros de Waitz las grandes organizaciones deportivas, la prensa e incluso la medicina deportiva empezaron a darle un espaldarazo muy serio a las carreras de maratón con beneficio de las damas, especialmente para su inclusión definitiva en el programa de los Juegos Olímpicos.


La maratón en los Juegos Olímpicos

    Se incluyeron de manera definitiva en ocasión de los Juegos disputados en la ciudad de Los Angeles, 1984. En realidad ya desde varios Juegos Olímpicos se estaban disputando distancias relativamente largas, los 400, 800, 1500 y 5000 metros. De esta manera se pudo tener una idea bastante clara de las grandes posibilidades del sector femenino para las disciplinas de fondo en el deporte del atletismo. Algunos empezaron incluso a sostener que de manera relativa, la mujer era más resistente que el hombre (¡!). Evidentemente las cosas habían cambiado notablemente desde los Juegos Olímpicos disputados en Amsterdam, en 1928. De manera muy meritoria se impuso la norteamericana Joan Benoit con un registro excelente de 2 h 24´52” aunque ya tenía la mejor marca mundial desde el año anterior con 2h 22´43”. Por esta causa Benoit figuraba entre las posibles favoritas para imponerse en la maratón olímpica. Con respecto a la carrera disputada en Los Angeles es interesante relatar algunos hechos que se sucedieron durante el transcurso del mismo. Además de la corredora norteamericana, figuraban en la lista de participantes corredoras de real jerarquía internacional como la ya nombrada Grete Waitz, su compatriota Ingrid Chistiansen y una nueva figura que estaba resurgiendo con gran ímpetu, la portuguesa Rosa Mota.


La primer Maratón Olímpica para Mujeres: Los Angeles 1984

Joan Benoit    Es importante efectuar alguna referencia de los distintos pormenores de la 1er. maratón para mujeres dentro del contexto del Olimpismo. Hasta el año 1984, o sea la XVIII edición de los Juegos Olímpicos, las mujeres nunca habían participado en una disciplina deportiva con estas características, incluyendo a los ancestro Juegos Olímpicos helénicos y en los cuales sólo podían participar los hombres. Los que estuvieron a la expectativa de lo que podría ocurrir no quedaron defraudados en absoluto. De todas maneras los especialistas estaban seguros de algo: era improbable que se mejorara el registro de Benoit del año anterior debido a lo elevado de la temperatura y por más que la largada se produjo bien temprano por la mañana. Con esta consigna largaron 50 maratonistas representando a 28 naciones. A los pocos minutos del comienzo de la carrera se produjo el primer acontecimiento importante, pero que a la larga resultó decisivo para el resultado final. Joan Benoit se separa del compacto lote a los 14 minutos del inicio de la prueba y comienza a distanciarse. Aparentemente forzó su paso demasiado temprano, y por tal motivo sus adversarias pensaron que ello era solamente un “tanteo” de parte de la norteamericana para “probarlas”. Por tal motivo la dejaron ir esperando que al poco tiempo aflojara su paso y estaría nuevamente con ellas. Sin embargo las cosas resultarían muy distintas. Benoit siguió con su ritmo acompasado y seguro. A los 15 kilómetros llevaba una ventaja de 50 segundos; sobre los 25 la misma ya había crecido a 1´50”. A esta altura de las cosas fue Grete Waitz la que se dio cuenta que tenía que tomar una decisión. Con esta consigna salió a “buscar” a Benoit, pero ya era tarde puesto que si bien consiguió descontar alguna distancia, ello no alcanzó. La norteamericana entra al estadio bajo un griterío ensordecedor y hace suya la carrera en 2h 25´52” mientras que la nórdica obtiene la medalla de plata con 2h 26´18”. Rosa Mota obtiene el tercer puesto con 2h 26´18”. Lo llamativo fue que 8 corredoras corrieron por debajo de las 2h 30´: un verdadero éxito para la maratón femenina olímpica.


Joan Benoit, la primera Campeona Olímpica de Maratón en las damas. Ello ocurrió en los Juegos Olímpicos de Los Angeles (1984)

    Sin embargo a esta altura hay que llamar la atención de un hecho verdaderamente dramático que sucedió sobre los últimos kilómetros de esta maratón. Se trató de un caso muy parecido a lo que había ocurrido 76 años antes con Dorando Pietri y también en el año 1948 (Londres) en el caso del belga Etienne Gailly los cuales prácticamente colapsaron dentro del estadio olímpico en sus respectivas maratones. En Los Angeles se trató de una corredora norteamericana proveniente de Idaho y que era instructora de Ski. Esta atleta fue Gabriele Andersen - Scheiss la cual teniendo la ciudadanía suiza representó por lo tanto al país helvético. Dicha corredora entra al estadio completamente agotada, especialmente por efectos de la alta temperatura reinante. Todo el público asistente -estadio lleno- como los millones de televidentes, hemos visto en cómo esta aguerrida atleta dio la vuelta al estadio en 5´44”, con paso cansino, con la cabeza ladeada hacia uno de los lados y una de sus brazos colgaba inmóvil también a los lados del cuerpo. Prácticamente todo un cuerpo médico la acompañó en esta vuelta final aunque sin tocarla. Gabriele Andersen - Scheiss se derrumbó después de cruzar la línea final ocupando el 37 lugar. ¿Qué ocurrió luego de esta dramática llegada? ¿Qué ocurriría con una persona del “sexo débil” después de semejante circunstancia? Nada en especial. Dos horas después de haber cruzado la meta, Andersen - Scheiss fue dado de alta, ya se estaba alimentando y 10 horas después la estábamos escuchando en un reportaje por la televisión. Pero lo más llamativo fue que dos semanas más tarde esta deportista participa en el estado de Utah en un Duatlon, el cual consistió en correr 20 millas (32 kilómetros) y enseguida equitación sobre 18 (casi 26 kilómetros). Debido a lo sucedido en la carrera olímpica, es que la I.A.A.F. crea la “regla Scheiss” la cual consiste en la actualidad en que durante el recorrido de la maratón los participantes pueden recibir atención médica sin recibir por ello sanción alguna. Otro de los datos que se puede dar sobre esta maratón fue lo que le ocurrió a la corredora Díaz de Cano, de Honduras. Esta deportista ya iba rezagada 6 minutos detrás del pelotón de corredoras a los 5 kilómetros, pero su retraso se hizo ya de casi 28 minutos sobre los 20. Por dicho motivo los oficiales del tráfico la instaron a que abandonara la carrera dado que “interrumpiría el tráfico” demasiado tiempo. La corredora centroamericana no tuvo más remedio que hacer caso a las autoridades.....y el tráfico se reinició sobre las calles en las cuales se disputaba la maratón.

    Dónde queda el clásico aforismo de que “¡más importante que triunfar es competir!”.

    En los Juegos Olímpicos que se desarrollaron con posterioridad a la realizada en la ciudad de Los Angeles la disciplina de la maratón femenina tuvo un éxito completo, con gran apoyo del público como también de la prensa en todas sus variantes. En Seúl (1988), la portuguesa Rosa Mota (1.57 - 45kg) tuvo gran brillo al imponerse de manera brillante. Esta gran maratonista ya se venía perfilando como una de las mejores maratonistas del momento puesto que había sido Campeona del Mundo en la ciudad de Roma (1987) y además se mostró imbatible en las maratones que participó en distintas ciudades. Con Manuela Machado (Campeona del Mundo en Goteborg, 1995), Portugal tuvo con posterioridad una gran continuadora del camino que Rosa Mota había abierto por la década de los años ochenta.


La maratón por debajo de las 2 horas 25 minutos

    La primer corredora en realizar esta performance fue precisamente Joan Benoit el 18.04.1983 en la ciudad de Boston con el registro de 2 h 22´43” con casi 7 minutos de ventaja sobre la canadiense Jaqueline Gareau (2 h 29´28). Este registro fue lo que catapultó a Benoit hacia un lugar favorito para el año siguiente, para los Juegos Olímpicos de Los Angeles.

    Sin embargo la maratón femenina siguió dando que pensar al mundo deportivo dado que las siguientes performances a las de Joan Benoit otras atletas avanzaron hacia la referencia de las 2 h 20´. Las encargadas de ello fueron las fondistas Ingrid Kristiansen de Noruega y la ethíope Leroupe Tegla. La gran fondista nórdica realiza 2 h 21´06” en la ciudad de Londres con fecha 21.04. 85, mientras que la africana hace lo propio en la ciudad de Rótterdam con un registro de 2 h 20´47”, obviamente muy cerca de la barrera anteriormente citada.


La maratón por debajo de las 2 h 20 minutos

    La primer fondista en efectuar el cruce de dicha barrera fue la nipona Naoko Takahashi, la cual el 30.09.2001 en la ciudad de Berlín establece la mejor marca mundial con 2 h 19´46”. Décadas anteriores nadie se hubiera imaginado que las damas hubieran de correr en el futuro 42 veces seguidas un kilómetros a una media aritmética de 3´18” 75/100. De todas maneras Takahashi no era ninguna improvisada dado que ya tenía un registro de 2 h 21´47” del año 1998. Sin embargo tampoco se detuvieron las cosas con esta nipona puesto que la keniata Catherina Ndereba corre en Chicago 2 h 18´47”, mientras que en el año 2002 la inglesa Paula Radcliffe establece la mejor marca europea con 2 h 18´56”. Con respecto a la británica hay que aclarar que es una de las mejores corredoras del mundo sobre la distancia de los 10 mil metros dado que precisamente en este año establece también el récord de Europa sobre los 10 mil metros en 30´01”, es decir, al borde de la media hora.

    Por lo tanto tenemos todavía por delante grandes perspectivas para la maratón femenina, con grandes posibilidades masivas por parte de las japonesas, rusas, chinas y los distintos países africanos. Creemos en la posibilidad de que las damas puedan ajustar sus performances con registros por debajo de las 2 h 17´.


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revista digital · Año 8 · N° 53 | Buenos Aires, Octubre 2002  
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