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Educación física/deporte y la movida alternativa

   
Diplomado en Profesorado de Enseñanza General Básica (1995-1998),
especialidad Educación Física por la Universidad de Sevilla
 
 
Javier Alberto Bernal Ruiz
javierbernal@wanadoo.es
(España)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 53 - Octubre de 2002

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    El pasado 2001, el Ministerio del Interior español, a través de su Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, editó la guía “DROGAS: + INFORMACIÓN - RIESGOS”, que forma parte de un proyecto de información / prevención de drogodependencias que durará hasta el 2008.

    Su objetivo principal, según el texto es: “ofrecer a la población información suficiente sobre los riesgos del consumo de tabaco, alcohol y las otras sustancias capaces de generar dependencia o cuyo uso puede entrañar riesgos para la población que las consume” En el interior del documento se ofrecen datos estadísticos sobre la frecuencia de consumo de drogas según edades y épocas, haciendo hincapié en los jóvenes escolarizados entre 14 y 18 años. A modo de resumen podemos decir que, entre estas edades, los jóvenes han probado alguna vez en el 2000:

    Nos puede resultar muy llamativo el alto porcentaje de consumo que se produce de drogas fumadas y bebidas, es decir, cannabis, tabaco y alcohol; y es que parece que la concepción de “droga” que tienen los más jóvenes excluye a éstas de los productos perjudiciales para la salud. “Alguien que se pincha es un drogadicto... pero fumarse un peta (porro, canuto) no es malo, te relaja”, es la opinión más común que podemos escuchar de alguien que fuma hachís. De todas formas, lo más importante de lo que podemos deducir de la tabla anterior son dos cosas que no se ven a simple vista:

    Primera, la encuesta está realizada entre alumnos escolarizados entre 14 y 18 años, es decir, último ciclo de E.S.O., Bachillerato e incluso primer curso de la Universidad. En España, ya he comentado en otro artículo, se ha comprobado que el fracaso escolar es aproximadamente de un 25 - 30 %, y la Educación Obligatoria finaliza a los 16 años, edad en la que está legalizada la incorporación al terreno laboral, con lo que existe un 25 - 30 % de jóvenes con problemas educativos (mucho más propensos a acercarse al mundo de la violencia y las drogas) a los que no se ha tenido en cuenta para obtener estos datos. Los porcentajes aumentarían considerablemente si en vez de “Alumnos escolarizados entre 14 y 18 años” hablásemos de “Jóvenes entre 14 y 18 años”, de modo que no dejásemos fuera a una parte importante de la población.

    Y segunda, aunque los porcentajes sean pequeños, la comunidad escolar en estas edades es capaz de acercarse a todo tipo de drogas sin miedo (“probar”), algunas con bastante poder destructor sobre la salud como la cocaína y la heroína (paranoia, depresión, hemorragias cerebrales)

    El alcohol y el tabaco son, sin duda, las dos drogas más asequibles para los jóvenes de nuestro país, pudiendo comprarlas en cafeterías, bares, tiendas de comestibles, máquinas expendedoras... sin ningún tipo de control por parte de los organismos públicos. De hecho aquí existe la “cultura del botellón”.

El botellón no es más que reunirse en un determinado lugar (plaza, explanada, junto a los bares, jardines, parques, etc) con el resto de jóvenes de la población para beber hasta altas horas de la noche, o mas bien hasta tempranas horas del día, generalmente de Jueves a Lunes, siendo los días de mayor intensidad los Viernes y Sábados: “Se compra la bebida en un supermercado y después vamos a por el hielo y los vasos a una gasolinera”, “El de la tienda tiene sus menús hechos, la botella, los refrescos y el hielo, y ya después pides los vasos que quieras”, “Ponemos el dinero entre todos y el más grande va a comprar las bebidas... por si le piden el carné, y si no le pedimos el favor a cualquier amigo mayor de edad”.

    La práctica del botellón tiene sus defensores y sus detractores. Dependiendo de quién nos hable obtenemos:


Los de “La Cultura del Botellón”:

  • “No es tan malo como se pinta, no hacemos daño a nadie”

  • “En los bares nos cobran 800 pesetas (5 euros) por una copa, y en la calle compramos una botella entre dos por 1200 (7.20 euros)”

  • “Es nuestra manera de expresarnos, y además nos sirve para socializarnos”

  • “Yo controlo, pero hay gente que no, y termina tirada por el suelo hasta que los amigos lo llevan a su casa o si está muy mal pues se llama al 061 (urgencias)”


Los Agentes Sociales (educadores, organismos públicos, organismos privados, ciudadanos afectados):

  • “Tienen pocos sitios a donde ir, les ponen las bebidas muy caras y por eso se deciden por el botellón”

  • “Estamos ante una crisis de valores”

  • “Si te toca el botellón frente a tu casa olvídate de poder dormir hasta las 5 de la mañana... ¿y los que tenemos que despertarnos para ir trabajar a las 7 qué hacemos? Y la suciedad que dejan... de eso ya mejor ni te hablo”

  • “Es la manera que tienen de divertirse. Además, todos hemos sido jóvenes”

  • “Todos creen que pueden controlarse... hasta que convierten en un hábito el emborracharse”

  • “Los profesores son los que tienen la culpa de todo esto, que no son capaces de educarlos como es debido”

  • “Los padres no tienen ningún control sobre sus hijos, cada vez tienen menos autoridad sobre ellos en la casa, y eso repercute en su comportamiento y rendimiento escolar”

    Como ven, nos encontramos ante una gran variedad de opiniones, padres y jóvenes a favor y en contra, personas para las que el botellón es una actividad común de los jóvenes, y otras para las que es un problema de valores y de salud personal, personas a las que les afecta por tener su domicilio cerca de los lugares elegidos para beber, y comerciantes que se benefician por tener sus tiendas en esos lugares.


¿Qué posibles soluciones se han planteado?

    Por un lado están las medidas preventivas basadas en ofrecer información a través de campañas publicitarias puntuales o temporales en prensa, radio, y televisión, la elaboración de materiales para ser trabajados en los colegios e institutos (Unidades Didácticas: la semana de la SALUD), etc.

    Por otra encontramos las propuestas que hacen los organismos públicos en modo de leyes, de obligado cumplimiento en el territorio que les compete. Así, algunos ayuntamientos han optado por aplicar la “Ley Seca”, que consiste en prohibir la venta de alcohol a partir de las 22:30 h. Esta medida, además de ser considerada por algunos sectores como un recorte de libertades, provoca que ahora los jóvenes acudan a las grandes superficies comerciales donde las botellas de bebidas alcohólicas son aún más baratas. También se han planteado otras dos posibilidades: colocar puntos de agua para paliar los golpes de calor que sufren los consumidores de “pastillas”, y formar a los vigilantes o guardias de seguridad de bares y discotecas en Primeros auxilios. Estas acciones no prevendrían el problema, más bien ayudarían a que nos resignásemos ante el consumo de drogas.

    Finalmente vamos a hacer referencia a la propuesta que más tiene que ver con nuestra especialidad, la educación física y el deporte. Y es que ya son numerosos los proyectos llevados a cabo para atacar al consumo de drogas en su propio terreno, y en su propio horario. Como medida contra el botellón se establece la denominada “Movida Alternativa”, que consiste en plantear actividades diferentes en horario nocturno para que los jóvenes no vayan a beber. El objetivo es hacerles ver que existen otras formas de divertirse, que no hace falta el alcohol u otras drogas para pasarlo bien.

    Este tipo de experiencias tan novedosas suelen tener errores en su planificación, algo lógico cuando no existen datos ni investigaciones precedentes en las que apoyarse. Con este artículo trataremos de establecer las claves para, disponiendo de los medios adecuados (materiales, personales y económicos), obtener un éxito razonable.


1. Personal

¿Quiénes deben llevar a cabo estos proyectos? Especialistas vs Voluntariado

    Nos encontramos ante un problema, de salud pública y a menudo de desorden social, lo suficientemente importante como para que sea tratado con desinterés por parte de los organismos públicos.

    Es muy común por parte de éstos intentar llevar a cabo proyectos de movida alternativa con personal voluntario de diferentes asociaciones juveniles, invirtiendo la menor cuantía posible, y haciendo responsables a otros de sus funciones. Un proyecto en el que se van a desarrollar actividades específicas requiere un personal especializado, y si vamos a basarlo en el deporte, es obvio que los monitores sean titulados (Monitor / Técnico Deportivo, Animador Deportivo, Diplomado, Licenciado)


2. Actividades

    Lo primero que debemos tener en cuenta es que cambiar la mentalidad de la gente es difícil, pero hacer una buena oferta de actividades y el cómo ofertarlas nos ayudará a captar a un mayor número de participantes. Los datos obtenidos sobre la participación en diversas movidas alternativas, nos indican que las primeras sesiones son las que tienen menos afluencia de jóvenes, interviniendo el “boca a boca” como el elemento principal para aumentar dicha afluencia. Se podría decir que, por regla general, se es reacio a participar hasta que no lo han hecho antes otros amigos.


¿Qué tipo de actividades se pueden llevar a cabo?

    Debemos tener presente que la movida alternativa tiene dos objetivos, uno de recreación y otro de educación (prevención), por tanto es muy amplia la gama de actividades que se pueden ejecutar. Lo que sí está claro es que una clave para el éxito de estos proyectos es ir delegando la responsabilidad de las actividades en los propios participantes, haciéndoles ver que ellos también van siendo una parte importante de los mismos, y que todo funciona si respetamos las reglas, si no provocamos interrupciones, si nos ofrecemos para ayudar en la instalación de la actividad, etc.

    Un error muy común es no controlar a los jóvenes. Se debe llevar un control del número de personas que han participado en cada actividad, y si es posible el tiempo que han permanecido en el proyecto. Para ello se pueden facilitar hojas y bolígrafos para que, además de indicarnos estos datos, nos ofrezcan sugerencias y opiniones para mejorar, a modo de evaluación continua. También sería ideal disponer de datos como la edad, los estudios que cursan, etc, para poder realizar una evaluación final que nos permita continuar el proyecto con mayor precisión y efectividad.

    A menudo nos encontramos con que se plantean eventos que no son los idóneos, como un macroconcierto con grandes concentraciones de público en los que se consume alcohol y otras drogas. Es preferible trabajar sobre un menor número de jóvenes y hacerlo bien, que sobre uno muy amplio y hacerlo mal.

    En el siguiente cuadro les mostramos algunas de las actividades que se pueden realizar en la movida alternativa:

    Hemos comprobado cómo, en algunas localidades españolas, se ha acertado plenamente al aprovechar este tiempo de ocio alternativo para divertir, educar, y además formar. El impartir cursos homologados por los Ministerios (Educación, Trabajo, Medio Ambiente...) o por las Autonomías, es un reclamo con bastante acogida por aquellos que desean ampliar su formación y no pueden asistir a ellos por motivos de tiempo, ya que estudian o trabajan durante el día. Están especialmente indicados los cursos cuya enseñanza se puede realizar de forma lúdica, como los relacionados con Monitor Deportivo, Monitor de Medio Ambiente, Animador Socio-Cultural, Primeros Auxilios...


3. Materiales / infraestructuras

    Pretender luchar contra el botellón con la movida alternativa sin dotarla de recursos económicos es como querer paliar una enfermedad sin investigar en una vacuna, ya que hay que cubrir:

  • Personal: número de monitores especialistas según el tipo de actividad y la duración del proyecto.

  • Instalaciones: también en función de las actividades y duración de las mismas.

  • Seguros de accidente: sobre todo en actividades de escalada, buceo, tirolina...

  • Material de oficina: para la elaboración de carteles, trípticos, evaluaciones...

  • Materiales: los necesarios para llevar a cabo las actividades (Malabares: pompones, mazas, diábolos, Escalada: arnés, cuerda, cintas exprés..., Voleibol: balón, red, petos de colores)

    No debemos olvidar que los proyectos deben surgir de los organismos públicos y que ellos deberían correr con todos los gastos, pero la verdad es que la aportación que realizan es insuficiente. Si el proyecto es de una empresa o asociación privada que cuenta con una subvención pública, es recomendable acudir a otras empresas privadas para completar el presupuesto. Así, las marcas deportivas nos pueden ayudar a conseguir balones, camisetas serigrafiadas, petos..., las marcas de refrescos nos ofrecen con facilidad la instalación de barras con grifos y bebidas gratuitas a cambio de la publicidad (ofrecer bebida gratis a los participantes después de las actividades es un gran “gancho”), las imprentas también ayudan haciendo fotocopias gratuitas o a un precio inferior de nuestros trípticos y carteles.


4. Duración y horario de las actividades

    “Los responsables municipales han pedido más tiempo para que la iniciativa se consolide entre los jóvenes como una oferta atractiva de ocio nocturno” (Ideal, Granada, 13/11/00)

    “La mejor forma de poner un freno al botellón es ofrecer nuevas alternativas de ocio y, fundamentalmente, dar continuidad a este programa” (Diario de Cádiz, 24/04/02)

    Entre estos dos recortes de prensa ha transcurrido casi un año y medio, pero ambos reflejan fielmente la problemática de llevar a cabo proyectos de movida alternativa. Se exigen resultados inmediatos con actos puntuales, algo imposible de conseguir con las escasas horas de trabajo que se ejecutan.

    Las movidas alternativas no deben ser actos puntuales en el tiempo (semana, quincena, mes) ni en la noche, sino continuos en ambos aspectos. Lo normal es encontrar actividades de 23:00 a 3:00 h., y uno o dos días a la semana (viernes y sábado) durante el año, pero, ¿cuál es la realidad de la diversión nocturna de la juventud? Por regla general se sale “de marcha” de jueves a lunes (en verano en cambio se hace casi todos los días) y se comienza a partir de las 00:00 h. para terminar hasta que el cuerpo aguante, las 06:00 - 7:00 h.

    Entre lo que se suele proyectar y la realidad hay una diferencia de 3 horas, y ha sido habitual ver cómo los jóvenes acudían a la movida alternativa hasta las 2:00 - 3:00 h. y después se desplazaban hacia la zona de copas o a la del botellón. Una posible solución es ampliar el horario de la movida alternativa desde las 23:00 h. hasta las 5:00 h., saltando así el horario del botellón, pero eso requiere una mayor implicación económica que pocos municipios están dispuestos a aportar. La excusa suele ser: “aunque sean pocas horas... algo quita”, pero atajar un problema a medias no es lógico, como se suele decir “pan para hoy y hambre para mañana”.

    También resulta necesario presentar a los jóvenes una relación de actividades y horarios (a ser posible los definitivos) para que sepan en todo momento en qué pueden participar y cuándo.

    De forma más específica, podemos clasificar las actividades según su duración en:

  • Actividades Parciales (1 - 3 h.): partidos de fútbol, baloncesto, voleibol..., escalada, exposiciones, etc.

  • Actividades Completas (5 - 6 h.): maratón de fútbol sala u otros deportes, gymkanas y juegos de pistas, cine - forum y debates, senderismo y acampada, etc.

  • Actividades de Formación (6 h.): cursos de primeros auxilios, tiempo libre, animación sociocultural, monitor deportivo, etc.

Los textos en cursiva han sido extraídos de la investigación privada Educación Física / Deporte y Prevención
de Conductas Antisociales
(2002-2003) del autor de este artículo.

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