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    La Selección Nacional Masculina de Yugoslavia se ha proclamado Campeona en las dos últimas Competiciones Internacionales más relevantes, los Juegos Olímpicos de Sydney y el Europeo de Polonia. Probablemente el equipo más regular a nivel de resultados en la última parte de la década de los 90 y el inicio del Siglo XXI, ha sabido siempre estar a tono en las competiciones importantes demostrando su capacidad competitiva y su fe en el bloque de jugadores que lo han llevado a lo más alto.

Un poco de historia

    En el Campeonato del Mundo de Japón de 1998 la Selección Italiana se alza con un título en absoluto inesperado debido a su anterior trayectoria internacional, no obstante en ese torneo emerge una sorprendente Yugoslavia que siendo una de las pocas Selecciones que acude al evento sin Líbero consigue el Subcampeonato de la mano del maestro del banquillo Zoran Gajic y con los hermanos Grbic, Goran Vujevic y Vladimir Batez como principales baluartes de su juego iniciando el ascenso de este equipo hacia lo más alto del Voleibol Internacional.

    A partir de este momento tanto la crítica como los demás Seleccionadores Nacionales empiezan a contar con Yugoslavia en todas las quinielas para los grandes torneos, ya que reparan en que este equipo desde 1995 había subido a todos los podios de los eventos más importantes y que el cambio generacional necesario para mantener estos resultados se estaba produciendo.

    Por un lado los jugadores importantes del equipo como Vlado Grbic, Goran Vujevic (que cambia su rol de Opuesto por el de Receptor), Nikola Grbic, Dula Mester o Slobodan Boskan empiezan a alcanzar la madurez y la confianza necesarias para conseguir el éxito y por otro los Iván Miljkovic, Andrija Geric o Mladen Majdak cubren el hueco dejado por Vladimir Batez o Zeljko Tanaskovic sin olvidar el hallazgo de Vasa Mijic uno de los mejores Líberos del panorama internacional. Además la continuidad de Gajic en el banquillo (sólo relevado una pequeña etapa de transición por Vukovic) y la presencia del 90% de los jugadores en la A-1 Italiana dotan al equipo del empaque necesario para dar el deseado salto cualitativo.

    Poco tiempo ha sido necesario para confirmar todas estas sospechas, la actual Yugoslavia ya es uno de los grandes.

Las claves del éxito

    Es evidente que hablamos de un conjunto formado por individualidades muy destacables, a nadie escapa la capacidad ofensiva de Miljkovic, la dirección de juego de Nikola Grbic, o el talante competitivo de Vladimir Grbic, pero un equipo es algo más que eso y éste no es una excepción.

    Uno de los puntos más fuertes de Yugoslavia es su Complejo I, su Recepción ha oscilado siempre en los partidos importantes entre el 60 y el 65% de Eficiencia (con un Mijic siempre por encima del 55%) y su Ataque maneja porcentajes de Eficiencia entre el 35 y el 40% (la Eficacia en esta faceta ha oscilado entre el 50 y el 60%). Estos números no son nada más que el reflejo de un Sistema de Ataque muy trabajado en el que todos los jugadores tienen salidas preferentes con tiempos muy definidos para cada uno de ellos y en el que Grbic lleva la batuta jugando las mejores opciones en el momento necesario.

    Los Receptores juegan tiempos medios y rápidos por punta (bolas 5 y Súper), los Centrales trabajan con tres tiempos básicos 1, 2 y 7 (Corta delante, corta atrás y tensa) y alguna variante como la Gancho; y con Miljkovic se juegan tiempos altos (0 o 8) en todas las situaciones de ataque. En las jugadas intenta provocar el 1x1 de los Receptores el mayor número de veces posible, es por ello que los tiempos rápidos en el ala son muy útiles sobre todo si se juegan con los Centrales opciones de Corta atrás, no obstante y gracias al acierto en Recepción, los Centrales Eslavos son especialistas en fijar a los bloqueadores contrarios con cualquiera de sus jugadas. En el caso de Iván Miljkovic y merced a sus características como atacante no es tan prioritario jugar rápido con él, es capaz de resolver de forma efectiva y eficaz el ataque con dos bloqueadores adversarios. En los gráficos mostramos la estructura del juego yugoslavo con la distribución del pase en cada una de las zonas y los tiempos usados con cada jugador. Sorprendentemente está muy repartido entre todos los integrantes del 6 base y no tan monopolizado por uno o dos jugadores como cabría esperar.

    Otro punto importante de este equipo es su Saque, de 4 a 5 de sus titulares sacan en salto con potencia con un índice de puntos directos muy alto (7 puntos de Saque contra Italia en la Final del Europeo ó 4 en la Final de los Juegos de Sydney contra Rusia, por ejemplo). No obstante hay jugadores que son capaces de ejecutar un saque táctico en los momentos que el marcador lo requiere y teniendo en cuenta que su Bloqueo lo permite.

    Precisamente el Bloqueo es la otra arma Yugoslava, la media de altura del equipo es muy considerable (199,2 cms en el 6 base) siendo muy importante en algunas rotaciones (202 cms cuando coinciden en red Boskan, Miljkovic y Mester por ejemplo) que si bien no posee la espectacularidad de los Rusos, tiene la ventaja de ser muy compensada en todo momento y de gozar de mayor versatilidad en su juego. La Eficacia de esta destreza en algunos partidos ha sido un elemento básico para comprender la suerte del equipo (14 puntos contra Italia en el Europeo son un dato muy significativo y contundente).

    Por último destacar las escasas situaciones de cambio que se producen en el juego de Yugoslavia, cosa que reafirma el concepto de bloque del que hablábamos anteriormente, en el Europeo de Polonia Yugoslavia disputa todos sus encuentros con 7 jugadores.

A por el Mundial

    Un equipo como este no necesita ninguna presentación en sociedad, simplemente hemos querido destacar un conjunto que se ha sumado a la lista de candidatos para la próxima cita mundialista de Argentina y al que podremos ver jugar contra la Selección Española en la Fase Previa de dicho Campeonato. ¿Resurgirá Italia en Argentina? ¿Podrá Cuba solucionar de forma deportiva sus problemas políticos? ¿O quizás Yugoslavia extenderá su mandato en el Voleibol Internacional...?

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revista digital · Año 8 · N° 52 | Buenos Aires, Septiembre 2002   © 1997-2002 Derechos reservados