El aula taller | |||
IES “Baix Penedès” (El Vendrell) Tarragona (España) |
Alfredo Lacasa Ahijado alacasa@latinmail.com |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 51 - Agosto de 2002 |
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A raíz del temporal que asoló Galicia, leía en el diario “El País” una carta al director de una profesora de secundaria, titulada “Guarderías de adolescentes”. En la misiva explicaba que con motivo del temporal (que ya se había cobrado cuatro vidas), las autoridades educativas habían suspendido las clases en primaria y secundaria, lo que provocó la crítica del presidente de las APAS gallegas. Con todo esto -continúa la carta- no se sabe a qué atenernos. No importa su integridad física, poner en peligro sus vidas.[...] Así como los ancianos cuentan con geriátricos, asilos; los adolescentes cuentan con guarderías a bajo precio”. La indignada profesora concluía su carta con un irónico: “Abramos los centros las 24 horas del día, los 365 días del año”.
El problema es que, en gran medida, los centros de secundaria realmente se están convirtiendo en guarderías. Guarderías para aquellos alumnos que por las circunstancias que sean, tienen increíblemente claro que su futuro no se encuentra relacionado con los libros.
Estos alumnos acaban mostrando dos facetas (que no son excluyentes). Por un lado los que ciertamente no alcanzan un nivel de desarrollo cognitivo suficiente para seguir el ritmo normal de cualquier grupo-clase, y para los cuales se crean los grupos flexibles. Y por otro lado, los denominados conductuales, que transforman ese desinterés por los estudios en mal comportamiento, falta de respeto e incluso violencia, para los que no siempre se encuentra una solución (expulsiones, amonestaciones...).
El objeto de este artículo es explicar una experiencia que se esta llevando a cabo en el Instituto donde trabajo. Se denomina “AULA TALLER” y se ha creado gracias al gran esfuerzo realizado por el director del centro y por el maestro de taller, a la vez tutor de este grupo de alumnos, formado por 12 niños que reúnen algunas de las características antes nombradas.
El equipo directivo del centro, preocupado porque constata que un 20% del alumnado está desmotivado por el aprendizaje de las materias y vive como una imposición su derecho a la educación hasta los 16 años, busca la forma de ofrecer una atención más especializada a estos niños. Estos alumnos valoran el aprendizaje de oficios como un paso hacia la integración en la sociedad adulta. De hecho, su deseo expreso, es comenzar a trabajar lo antes posible.
La propuesta del Centro pasa por crear un programa especial conjunto, en colaboración con el Ayuntamiento de El Vendrell, en el que la presencia del taller sea determinante; que sea el eje a partir del cual se programe la enseñanza de las materias instrumentales que los alumnos necesitan, de las cuáles son deficitarios y además menosprecian. Básicamente se incluye en el programa la lengua castellana, la lengua catalana y las matemáticas.
La puesta en marcha de este programa supone unos requisitos básicos:
Un profesor del perfil de “maestro de taller”, que será su tutor.
Otros expertos en áreas de taller, como agricultura, electricidad y mecánica.
Espacios adecuados.
El profesor tutor y maestro de taller es el profesor de U.A.C. (unidad de adaptación curricular). Las asignaturas instrumentales las imparten los profesores del Centro. El Ayuntamiento, aporta otros profesionales que trabajan temporalmente en función de la programación y gracias a los cuales se diversifica la oferta de talleres al alumnado, de forma que cuanto mayor sea el abanico de posibilidades que se le ofrecen, mayor será la posibilidad de elegir su futura profesión.
En cuanto a los espacios, es importantísimo disponer de un lugar adecuado, amplio, para disponer el material necesario, guardar herramientas, que posibilite el diferente ritmo horario, de ruidos y disciplina. En nuestro caso se solicitó un edificio anexo al Centro propiedad del Departament d’Ensenyament que cumplía las características exigidas y que por su cercanía al Centro no “marginaba” a los alumnos, elemento muy importante.
La distribución horaria queda de la siguiente manera:
Los talleres que se están realizando son de electricidad doméstica, actividades físicas y de mecánica.
Una vez visto, en líneas generales, la estructura del proyecto, entraré a comentar aspectos más específicos en cuanto a la organización del AULA TALLER.
Los dos objetivos principales que se tratan de conseguir mediante este proyecto son:
Adquirir conocimientos básicos, tanto teóricos como prácticos, sobre diferentes profesiones, de forma que tengan un amplio abanico de experiencias de cara a escoger su futuro.
Aprender los mínimos contenidos de las áreas procedimentales, en vistas a la prueba de acceso a ciclos formativos de grado medio.
Como vemos, los objetivos planteados están muy claros. Y también los alumnos deben tenerlos claros. Al tratarse de chicos (en muchos casos) con problemas familiares, de comportamiento, falta de autoestima y similares, el hecho de saber que pueden tener un futuro más prometedor, y que durante esos años que pasan en el instituto pueden formarse hacia un objetivo concreto (la prueba de acceso que se puede realizar a los 17 años) es, en la mayoría de los casos, un elemento suficientemente motivador que cambia radicalmente su actitud. Así modifican una conducta altamente negativa en un grupo-clase normal a ciertamente positiva cuando ven que su trabajo es reforzado y tiene un objetivo claro.
Por supuesto, dentro de la programación se atiende a objetivos de otro tipo, sin olvidar los de carácter actitudinal, tanto a nivel individual, como de trabajo en grupo y de respeto al material.
Este tipo de organización y el tipo de alumnado al que se dirige, permite, o más bien yo diría que “obliga”, a plantear una serie de normas de comportamiento diferente:
Cada grupo tendrá un responsable de taller, que irá rotando semanalmente y que velará por el mantenimiento del orden en dicho taller.
Cada alumno será responsable de su propia caja de herramientas.
Todo el grupo será el responsable de la limpieza, orden y mantenimiento en general del taller.
Esta normativa, les confiere una autonomía (siempre controlada por el tutor y los profesores) que les hace sentir adultos y beneficia la dinámica de trabajo.
El área de educación física, de cuyo funcionamiento soy el encargado, se trata también en forma de taller. Seguidamente resumiré la programación muy brevemente para dar una idea del funcionamiento y organización real del taller.
Dispongo de 4 horas semanales para trabajar con los alumnos dispuestas en dos sesiones de dos horas cada una. Esto permite hacer un desplazamiento a la piscina, que gracias al acuerdo con el Ayuntamiento, ha sido posible utilizarla sin coste adicional para el centro o los alumnos. En ella, se realiza una planificación anual en la que se trabaja la iniciación a la natación utilitaria (estilos), los deportes (waterpolo), natación para la salud (aquaerobic) y lo más aproximado al concepto de taller (iniciación al salvamento acuático).
En cuanto a las otras dos horas, los contenidos se reparten en condición física (fuerza, flexibilidad, velocidad y resistencia), deportes colectivos y, en estos momentos, estamos desarrollando una unidad didáctica de construcción de cometas con materiales alternativos como cañas y bolsas de plástico que finalizará con una salida de un día a volarlas a la playa.
La evaluación es el aspecto más difícil de abordar. Su adaptación curricular es enorme en comparación con sus compañeros, y por eso, tienen que tener muy claro su objetivo final (la prueba de acceso a ciclos formativos). Esta prueba, que se realiza con 17 años, requiere tener un mínimo de 3 meses de experiencia laboral.
Es justo reconocer que esta experiencia no está resultando al cien por cien positiva. Algunos de los alumnos tratan de desmarcarse y evitar todos los trabajos, tanto los conceptuales como los manuales. Si bien, todo el profesorado implicado creemos que hay una gran diferencia entre el comportamiento de los alumnos de 3º con referencia a los de 4º; puesto que, estos últimos, han llegado con la concepción de sentirse algo marginados, con la vitola de “mayores” que ya pueden hacer lo que les venga en gana y con un comportamiento previo (de años anteriores) muy negativo.
Para finalizar, me gustaría indicar que, a nivel personal, está siendo una experiencia satisfactoria aunque difícil, y que creo que es una posible solución a los problemas de, en primer lugar este tipo de alumnos, y en consecuencia de la Reforma Educativa.
revista
digital · Año 8 · N° 51 | Buenos Aires, Agosto 2002 |