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Fútbol y prensa en los años veinte:
Natalio Botana, presidente de la Asociación
Argentina de Football (febrero-agosto de 1926)

   
Universidad de Buenos Aires - Conicet
(Argentina)
 
 
Sylvia Saitta
ssaitta@arnet.com.ar
 

 

 

 

 
Conferencia dictada en el marco del “Ciclo de Encuentro con pensadores de las problemáticas de nuestro tiempo” organizada por el Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, junio de 2002
 
La Dra. Sylvia Saitta es una joven y destacada intelectual argentina. Ha sido muy reconocida su profunda investigación sobre el Periódico Crítica. Su libro "Regueros de tinta" recorre la historia del diario que inventó el periodismo popular en Argentina.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 50 - Julio de 2002

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Sylvia Saitta     Este trabajo se centrará en un episodio breve en la historia del fútbol para reflexionar sobre la relación entre fútbol y periodismo popular en los años veinte, momento en el que, como sostiene Eduardo Archetti, se produce la consolidación del fútbol como espectáculo deportivo de características masivas.1 El episodio en cuestión es el análisis de la fugaz actuación de Natalio Botana, director del diario Crítica, como Presidente de la Asociación Argentina de Football entre febrero y agosto de 1926. Considero que este breve episodio revela muy elocuentemente los cruces de intereses y las conflictivas relaciones entre dirigentes deportivos y periodismo, actores cruciales para pensar la constitución de la cultura popular urbana de la década del veinte.

    Desde sus difíciles comienzos periodísticos en setiembre de 1913, además de la cobertura diaria a la discusión política del momento, el vespertino Crítica dedica particular atención a la crónica policial, a la información teatral y al deporte. En su primera etapa -hasta los años veinte-, Crítica dedica al mundo deportivo dos secciones fijas: “Carreras” donde aparecen las crónicas hípicas escritas por los hermanos Ottone que reseñan las carreras corridas el día anterior en el Hipódromo Argentino, y “Football, aviación y otros deportes”. La aspiración de brindar a los lectores gran cantidad de material deportivo lleva a Crítica a incorporar, a partir del 15 de agosto de 1915, una segunda edición a las siete de la tarde los días domingo, de doce páginas, con un resumen gráfico completo de las ocho llegadas de las carreras, los resultados de los partidos de fútbol ilustrados con numerosas fotografías y crónicas de aviación y automovilismo. Si bien el diario busca dar cuenta de un amplio espectro deportivo, el predominio de las notas turfísticas es evidente: no sólo tiene una sección separada del resto de los deportes, sino que se le dedica a esa sección dos o tres páginas de las ocho que Crítica trae diariamente. Este predominio se mantiene hasta principios de la década del veinte, momento a partir del cual comienzan a sobresalir también las notas sobre boxeo y fútbol.

    En efecto, entrada la década del veinte, y con la salida de la 5ª edición en abril de 1922, Crítica no sólo diversifica su oferta en materia de deportes al incorporar columnas de ciclismo, automovilismo, basquet, tenis y balón, sino que amplía la información de las ya existentes de fútbol, carreras y boxeo. El 2 de agosto de 1922 anuncia la aparición una sección gráfica semanal sobre turf, titulada “Hípicas” y a cargo de Diógenes El MonoTaborda, periodista sumamente popular en el mundo del deporte. En octubre de ese mismo año aparece la nueva sección “Noticiario de box” que, desde abril de 1923, aparece en las primeras páginas, ocupando la portada del diario, con grandes fotos y titulares, cuando pelean campeones mundiales, como Luis Angel Firpo y Jack Dempsey. Los domingos, a partir del 18 de marzo de 1923 incorpora la sección “Los deportes mecánicos” que desde el 21 de marzo de 1925 pasa a llamarse “Automovilismo y todos los demás deportes mecánicos”, una sección que todos los sábados ocupa varias páginas que reseñan las actividades automovilísticas más importantes de la Argentina y el mundo. junto con los últimos descubrimientos sobre la fabricación de automóviles y su mantenimiento.

    Junto a la difusión de las grandes peleas de boxeo a comienzos de la década, aumentan las páginas destinadas a los partidos de fútbol, en el marco de una práctica deportiva que se popularizaba día a día y, también, en el marco de un diario que buscaba en esos precisos momentos su expansión en el mercado periodístico. Porque a partir de la salida de la 5° edición en abril de 1922, Crítica comienza un proceso de expansión constante: al año de su salida, el diario lanza 145.000 ejemplares diarios, y aumenta el número de periodistas en cada una de las secciones. De este modo, en deportes, de acuerdo a lo que el diario cuenta de sí mismo el 18 de abril de 1923 con motivo de la celebración del primer año de la 5ª edición, se encuentran los periodistas: Hugo Marini (jefe de la sección de deportes), Esteban Murell, M. Pérez Turner y Atilio Casime en deportes, Dionisio Barreiro y Juan Cursach en fútbol, Luis Frechou en amateurs, José Bellón en ciclismo, Enrique Birba en basketball, Antonio Farina en automovilismo, Eduardo Ursini en atletismo. Y en carreras están Angel Méndez como jefe de la sección, y los periodistas Oscar Lanata, Pedro Gutiérrez Millán, Rafael Magdaleno, Víctor Mayol, Carlos Dedico, Almada alias “Santos Vega”, Teodoro Berro y Juan Certella. Al éxito de la 5ª edición, en agosto de 1923, se suma la tercera edición, que sale a la primera hora de la tarde, a las doce del mediodía, dedicada preferentemente a los deportes y profusamente ilustrada. En el marco de esta búsqueda de ampliación periodística, entonces, el diario comienza a incorporar más información sobre el fútbol, como recuerda, Juan José de Soiza Reilly, redactor especial de Crítica:

Un día, Natalio Botana -maestro genial de periodistas-, lamentábase de que su diario Crítica no alcanzara la difusión con que él soñaba.
Necesito buscar algo -decía-, que pueda servirme de palanca.
El Diente -apodo de uno de los canillitas más perspicaces de la calle, Eduardo Dughera- le aconsejó: Si querés que Crítica se vaya a las nubes, dedicale al fútbol una página entera.
Botana abrió los ojos. Tenía a mano algunos cronistas deportivos, pero para dirigir la página de fútbol eligió a un muchacho lleno de talento, literato puro, de estilo exquisito.
-Tú te harás cargo de esta página.
-¿Yo? Pero si yo no entiendo ni un comino de fútbol.
-¡Mejor! Así dirás cosas nuevas. Te confío la tarea de embellecer el fútbol...
Fue Pablo Rojas Paz, el primero entre otros talentos literarios, que llevó el fútbol a la literatura.2

    A través de la crónica de fútbol publicada en Crítica pocas horas después de terminados los partidos, el diario informa lo sucedido en la cancha de juego e ilustra las notas con gráficos sobre las incidencias del juego y fotos panorámicas de la cancha. Estas crónicas de fútbol se caracterizan por ser extensos relatos en los cuales se narra minuciosamente cada jugada y cada incidencia del partido. Estos largos relatos están escandidos por pequeños títulos en los cuales el cronista señala los momentos más significativos del encuentro: “Juego brusco”, “El primer corner”, “Un shot potente”, “El primer goal de Boca”, “Boca juega con entusiasmo”, “Newell's ataca”, “Jugada meritoria”, etc. Además del narrar el juego, la crónica ubica al lector en el ámbito donde se desarrolla el partido y consigna las reacciones del público presente en la cancha; por ejemplo: “La cancha de Boca Juniors esta tarde presentaba, en verdad, un aspecto imponente. Por los cuatro costados las grandes tribunas estaban completamente repletas de público ansioso (...) Debe decirse que es la primera vez que la cancha de Boca Juniors se ve ocupada por tanta cantidad de aficionados en un partido. Fácilmente puede calcularse que el público asistente pasaba de las 30.000 personas”.3 Asimismo, da cuenta de las instancias del juego por medio de una descripción que evalúa, en su adjetivación, los movimientos de los jugadores:

Un lindo avance iniciado por Seoane dio oportunidad a Grasini para desde unos veinte metros enfilar un tiro potentísimo y bien dirigido que Nuin, en gran estilo, consiguió detener fácilmente.

Los delanteros rosarinos intentan avanzar pero no se entienden por la que facilitan la labor de los defensores locales los cuales, por otra parte, actúan en muy buena forma.4

    Los éxitos de venta que acompañan la información sobre partidos de fútbol son el antecedente del anuncio que el diario da a conocer en febrero de 1925: Crítica enviará al jefe de la sección deportiva, Hugo Marini, junto a Boca Juniors en su gira europea, que comprendía partidos en España, Alemania y Francia. Marini ya había sido testigo del Campeonato Sudamericano desarrollado en Brasil en octubre de 1922, desde donde había enviado al diario sus notas tituladas “Crónicas de Río de Janeiro”; pero en esta oportunidad, se trataba de algo diferente ya que el diario Crítica fue el primer diario de la Argentina en enviar al exterior a un redactor acompañando a un equipo de fútbol:

Crítica, que ha sido siempre y lo seguirá siendo uno de los diarios que más ha hecho y hará por el deporte, no podía bajo ninguna forma dejar pasar por alto la ida de un team argentino a Europa sin enviar con él a un representante suyo, a fin de que haga conocer detalladamente las incidencias y actividades de los jugadores en el viejo mundo.5

    El día anterior a la partida del equipo, convoca a los aficionados argentinos a despedir masivamente a Boca Juniors que parte en el vapor Ciudad de Buenos Aires hacia Montevideo para allí trasbordar al Formosa que lo conducirá al viejo mundo:

Los aficionados argentinos están en el deber de despedir dignamente la primera embajada deportiva argentina que surcará el océano para hacer conocer en la vieja Europa la potencialidad de nuestro más popular deporte. Es necesario que se haga una despedida entusiasta a los bravos footballers que llevan tan alta misión deportiva y patriótica al extranjero; es necesario que la despedida sea magna y, para conseguirlo, no debe faltar uno solo de los aficionados argentinos que aman el deporte porque este saludo que se les brindará en la Dársena Sud será a la vez que una voz de aliento para las grandes luchas que habrán de sostener en el viejo mundo, un recuerdo para que en los momentos de gran apremio en los campos deportivos europeos, haga el último y grande esfuerzo en obsequio a estos aficionados, en cuyos corazones palpita el sentimiento argentino y que a través de la gran distancia vivirán con la incertidumbre del éxito de sus bravos y aguerridos representantes. ¡Todos a la Dársena Sud, esta noche, a las 22 horas.6

    El éxito de la convocatoria deja su marca en las fotos que Crítica publica al día siguiente; en ellas se demuestra que numerosos “hinchas” han concurrido al puerto a despedir a los futuros campeones.

    Si bien el alto interés de Crítica por el mundo futbolístico de mediados de los años veinte responde -como se señaló- a la búsqueda de una ampliación del público y, a la vez, es la respuesta a la demanda creciente de un público cada vez más atento a los resultados futbolísticos, los intereses de Natalio Botana exceden los motivos periodísticos. A comienzos de 1926, y respondiendo al pedido -según relata su hijo Helvio Botana- de sus amigos Palacio Zino y el Aldo Cantoni, Natalio Botana se propone como presidente de la Asociación Argentina de Football:

Mi padre era partidario de los caballos, estrictamente de los caballos, desde un percherón a un pura sangre. Pese a esto cayó en el foot-ball por culpa de dos hinchas: el gran abogado Palacio Zino y el Doctor Aldo Cantoni, quien fue el que dio al bloquismo sanjuanino -obra de su hermano Federico- un gran sentido social. Este último en el caso que nos ocupa no actuaba con la cordura de un avezado político sino con la locura de un hincha de Huracán, la que unida al empuje de Palacio Zino crearon un compuesto similar a pólvora y fuego. De ellos nació la idea de promover a mi padre como presidente de la AFA para buscar una conciliación dentro de la sociedad.7

    En efecto, en enero de 1926 la página de deportes de Crítica comienza a publicar notas sobre la campaña presidencial de la Asociación Argentina de Football, en reemplazo de Virgilio Tedin Uriburu. En ese momento, los equipos de fútbol estaban divididos en dos grandes agrupaciones: la Asociación Argentina de Football y la Asociación Amateurs de Football. La Asociación Argentina de Football, cuya sede se encontraba en Reconquista 567, nucleaba a los clubes de Huracán, Boca Juniors, Argentinos de Bánfield, Argentino Juniors, Progresista, Palermo, El Porvenir, Chacarita, Temperley, All Boys, Dock Sur, Argentinos de Quilmes, Sportivo Barracas, Boca Alumni, San Fernando, Nueva Chicago, Sportsman, Alvear, Colegiales, Del Plata, Porteño y Universal. La Asociación Amateurs de Football, en cambio, nucleaba a los clubes de River Plate, Estudiantes, Ferrocarril Oeste, Estudiantil Porteño, Barracas Central, Quilmes, Atlanta, Sportivo Buenos Aires, Gimnasia y Esgrima, Independiente, San Lorenzo, Racing, Sportivo Palermo, Tigre, Deportivo Lomas, Atlético San Isidro, Vélez Sársfield, Platense, Excursionistas, Argentinos del Sud, Sportivo Almagro, Talleres, Lanús, Bánfield.

    Este trabajo se propone entonces, realizar el seguimiento del diario Crítica desde la elección de Natalio Botana en febrero de 1926 hasta su renuncia, presentada en agosto de ese mismo año, para analizar los modos en que Crítica suministra la información futbolística en ese período y, principalmente, para estudiar los cruces y préstamos entre dos lógicas de representación de lo popular -el fútbol en tanto espectáculo deportivo y el periodismo sensacionalista y masivo-, y también los cruces y conflictos de intereses que nacen cuando deporte y periodismo aparecen concentrados en una misma persona. Desde enero de 1926, el diario informa que los candidatos a presidir la Asociación Argentina de Football son dos: Natalio Botana y Bartolomé Gutiérrez. El día de la elección, los clubes que votan a Gutiérrez son minoría: Boca Juniors, Chacarita, Temperley, Nueva Chicago, Sportsman y Boca Alumni. El resto de los delegados vota a Natalio Botana, quien resulta elegido presidente de la Asociación Argentina de Football el 27 de febrero de 1926. Dos días después, el 1 de marzo de 1926, Adrián Beccar Varela es electo por unanimidad como presidente de la Asociación Amateurs de Football.8

    El objetivo central de la candidatura de Natalio Botana como presidente de la Asociación Argentina es lograr la fusión entre las dos ligas de fútbol argentinas, para terminar con los graves problemas que ocasiona la división. Por ejemplo, que los jugadores inscriptos en equipos de una institución juegan también en equipos inscriptos en la otra institución, sobre todo aquellos jugadores que han sido expulsados o suspendidos; que el vencimiento del término fijado por el decreto referente a la caducidad de las concesiones de terrenos municipales otorgadas a entidades deportivas, hecho que provocaría desalojos, a lo que se suma la imposición del impuesto de alumbrado, barrido y limpieza para las canchas de deportes, exoneradas hasta ese momento de esa obligación. Estas medidas quedarían sin efecto si el pleito que divide al fútbol argentino terminase con la fusión.

    En el discurso de apertura de su gestión, Natalio Botana explicita sus propósitos y se hace cargo de su falta de antecedentes deportivos para ocupar el cargo:

Señores consejeros: Al presidir por primera vez las reuniones de este consejo, primer acto también como presidente de la Asociación Argentina de Football, deseo expresar como una aspiración definitiva, la única quizás que me moviera a aceptar este cargo de responsabilidad, mi propósito inquebrantable de trabajar por la fusión del football argentino. Del lado opuesto se han pronunciado palabras auspiciosas para la fusión; que vayan las nuestras, sin pérdida de tiempo, más que auspiciosas, fraternales, a encontrarse con aquellas en el fácil camino de la reconciliación y de la concordia. Los clubs que me han votado están de acuerdo con este propósito esencialmente deportivo, porque es una de las cualidades más interesantes del hombre de sport, el olvido de las viejas asperezas y el violento y amigable apretón de mano con que se sellan las victorias y se sonríe ante las derrotas. Pero de aquí no surgirán, señores consejeros, ni victoriosos unos, ni derrotados otros. El triunfo será de todos nosotros y en el amplio plural deseo comprender a la Asociación Amateurs cuyos clubs deben confundirse con los nuestros y cuyos hombres deben conquistar, junto con nuestros hombres, los únicos triunfos verdaderamente deseables en las lides internacionales. No debe esperar el consejo directivo, ni debe esperar el football argentino otra cosa más importante de mi gestión. No tengo antecedentes en el deporte, y en eso sí tenían razón los clubs que al afirmarlo no quisieron votar mi nombre. Yo no soy más que una voluntad fuerte y decidida puesta al servicio de la fusión. Yo no entiendo la pequeña política del football y permitidme, señores, que no la quiera entender. Soy un espectador atento que durante años desde las columnas de mi diario, que ha dedicado la tercera parte de su acción al engrandecimiento del football, he notado los grandes males de la división: un espectador que sabe hasta qué punto es este el siglo del deporte y un hombre que aspira al insigne honor de asociar su nombre a semejante empresa. Señores consejeros: He aquí claramente enunciados mis propósitos. He aquí una síntesis de lo que se debe hacer.9

    Días después, el 10 de marzo de 1926, el Consejo Directivo de la Asociación Argentina resuelve autorizar a su presidente, Natalio Botana, para realizar las gestiones necesarias para lograr la fusión;10 autorización ratificada por la Asamblea general ordinaria de la Asociación Argentina que, el 22 de junio, vota la moción que sostiene apoyar la decisión del Consejo Directivo, que ha autorizado al presidente para que realice gestiones para la unión del fútbol argentino, llegando hasta el arbitraje del Presidente de la República, si fuera necesario.11


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