Análisis de los tests empleados por la FIFA para evaluar a sus árbitros |
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Arbitro de la Federación Paranaense de Fútbol de Brasil* Instituto Superior de Cultura Física “Manuel Fajardo”. La Habana - Cuba** UniABC - Universidade do Grande ABC - Santo André - São Paulo - Brasil*** |
Prof. MsC. Alberto Inácio da Silva* albertoinacio@bol.com.br Prof. Dr. C. Edgardo Romero Frómeta** luisa@jtrigo.sld.cu Prof. Kiyoshi Takahashi*** kiyoshi@uniabc.br |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 49 - Junio de 2002 |
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Introducción
En este trabajo se van discutir los tests utilizados por la FIFA, con el objetivo de verificar la condición física del árbitro de fútbol, para enfrentar con éxitos el arbitraje en los diferentes partidos en que participa.
La evaluación de cualquier proceso es una tarea muy difícil, pues requiere conceptos bien definidos. Así como hubo una gran evolución en el entrenamiento deportivo, ocurrió también una gran evolución en las formas de medirse los resultados obtenidos durante un programa de entrenamiento.
Para FARINATTI y MONTEIRO (1992), la medida es una determinación de grandeza y se constituye en el primer instrumento para obtener información sobre algún dato pesquisado.
Los resultados de una evaluación sirven para el entrenador verificar el potencial y la debilidad del atleta; también son utilizados para verificar la condición preliminar del deportista durante el entrenamiento, para verificar si el programa está alcanzando los objetivos trazados y al final se puede concluir cuánto el atleta ganó con el entrenamiento. Por eso es que los tests físicos son realizados antes, durante y después del programa de entrenamiento.
Para Kiss (1987) citado por FARINATTI y MONTEIRO (1992), la avaluación es un importante recurso que posibilita conocer la situación y el desarrollo de determinado sistema energético, siendo la principal forma de retroalimentación, y concluye que la evaluación es un medio y no un fin en sí misma.
La búsqueda de tests que representen la situación física real en que se encuentra un atleta, hace que innumerables autores aporten y discutan sobre este tema (ASTRAND y RODAHL, 1980; FARINATTI y MONTEIRO, 1992; POLLOCK y WIMORE, 1993; MCARDLE, KATCH y KATCH, 1998; POWERS y HOWLEY 2000). Para estos autores los tests de aptitud física son utilizados para evaluar las capacidades físicas tales como velocidad, fuerza, flexibilidad, etc.
De acuerdo con Mathews (1980) citado por FARINATTI y MONTEIRO (1992) la aptitud física puede ser definida como la capacidad que un atleta posee para desempeñar tareas físicas involucrando el esfuerzo muscular.
Desde el punto de vista de ASTRAND y RODAHL (1980), cualquier batería de tests para medir el grado de aptitud física es bastante inespecífica, a menos que sea fundamentada en sólidas consideraciones fisiológicas.
Para ASTRAND y RODAHL (1980); POLLOCK y WIMORE (1993) y EISSMANN (1996) además de utilizarse los tests de control físico para diagnosticar el nivel del rendimiento del atleta, estos datos son empleados también para estimular el interés del atleta por el entrenamiento.
Los tests de aptitud física se diferencian de los exámenes médicos en que estos últimos clasifican a las personas según sus condiciones de salud o enfermedad, además de poder prever riesgos para el desarrollo de una determinada patología, mientras que las avaluaciones que involucran a la aptitud física, clasifican a las personas según su aptitud física (POLLOCK y WIMORE, 1993).
Según ASTRAND y RODAHL (1980) el uso de los tests por los profesionales de la Educación Física puede ser justificado desde el punto de vista pedagógico y psicológico, a consecuencia de que con los resultados cualquier progreso podrá ser evaluado objetivamente. Mathews (1980) citado por FARINATTI y MONTEIRO (1992) enfatiza que las medidas objetivas como la fuerza y la velocidad son simples y directas, produciendo frecuentemente resultados más confiables de aquellos que involucran la personalidad, la inteligencia y las actitudes.
En este trabajo se va utilizar test de laboratorio y test de campo, conforme los definen FOX, BOWERS y FOSS, (1991); MCARDLE, KATCH y KATCH, (1998) y POWERS y HOWLEY (2000).
En el laboratorio será determinado el VO2 máx. del árbitro a través de un espirómetro de circuito abierto, con analizador de gas electrónico y tecnología computadorizada, que permiten realizar la medición del consumo de oxigeno y de la producción de dióxido de carbono (POWERS y HOWLEY 2000).
VO2 máx. es definido como la capacidad máxima de transporte y de utilización de oxígeno durante el ejercicio (POLLOCK y WIMORE, 1993; MISHCHENTO y MONOGAROV, 1995; LEITE, 2000).
Para determinar el VO2 máx. también se utilizará un test de campo. Estos tests de campo según MCARDLE, KATCH y KATCH, (1998) son tests empleados para predecir el VO2 máx. y son de fácil aplicación, pudiendo ser utilizados con gran número de personas. Para FARINATTI y MONTEIRO (1992) algunos de estos presentan alta correlaciones con los resultados obtenidos en laboratorios.
El test de COOPER (carrera de 12 minutos) es el test utilizado por la FIFA para medir el potencial aerobio del árbitro. Este test es citado por FARINATTI y MONTEIRO (1992); POLLOCK y WIMORE, (1993); EISSMANN (1996); MANSO, VALDIVIELSO y CABALLERO (1996) como test eficaz para medir la capacidad aerobia.
La FIFA utiliza dos tests para verificar la velocidad. EISSMANN (1996) relata que la batería de tests utilizada por la FIFA que esta compuesta por dos carreras de 50 metros y dos carreras de 200 metros, sirven para medir la velocidad de salida y la velocidad básica.
De acuerdo con MCARDLE, KATCH y KATCH, (1998); FOSS y KETEYIAN (2000); WILMORE y COSTILL (2001) la intensidad de la carrera de 50 metros es una actividad física clasificada como anaerobia aláctica, mientras que la carrera de 200 metros posee característica de una actividad física anaerobia láctica.
MetodologíaParticiparon en este estudio 10 árbitros de fútbol, del sexo masculino, que pertenecían al cuadro de árbitros de la Federación Paranaense de Fútbol, con una edad promedia de 33,7 + 3.13 años, con una estatura promedia de 177,9 <u>+ 9,16 cm y una masa corporal promedia de 82,82 + 12,78 Kg. Todos ellos vivían en la ciudad de Curitiba y participaron de forma voluntaria en este estudio.
Los árbitros fueran llevados para el laboratorio de Ciencias del Movimiento Humano de la Universidad Federal del Paraná para evaluar el Consumo Máximo de Oxigeno (VO2 máx.). Para ello fue utilizado un analizador metabólico de marca Parvo Medic acoplado a una cinta de marca Ecafix modelo EG 700X. Para la determinación del VO2 máx. los árbitros fueron instruidos a realizar un esfuerzo hasta la fatiga y los evaluadores incentivaron a los árbitros durante el test para que produjeran el mejor esfuerzo posible. Para ello fueron utilizados los procedimientos normativos del trabajo con la estera rodante, que consistía de un incremento progresivo de la velocidad hasta 16.1 km/h, con una inclinación de la estera de 0 %, de manera tal que después de ese estadío la velocidad se mantuvo constante y la inclinación de la estera se aumentaba en 2.5 % en cada nuevo estadío. La Tabla 1 resume los procedimientos empleados en la medición.
Tabla 1. Resumen de los procedimientos empleados en la estera ergométrica.
El VO2 máx. fue determinado mediante el sistema de análisis de gases expirados. Seis miembros de este grupo fueron llevados a la Pontificia Universidad Católica del Paraná, para someterlos a tres baterías de tests de campo. Primero los árbitros se sometieron a la batería de tests físicos utilizados por la FIFA hasta el año 2001, que se correspondía con los siguientes ejercicios:
Dos carreras de 50 m, dos carreras de 200 m seguidas por una carrera de 12 minutos contra distancia ( test de Cooper).
La segunda batería estaba compuesta por el test utilizado actualmente por la FIFA que tiene la siguiente secuencia:
Una carrera de 12 minutos (test de Cooper), una carrera de 50 m, una carrera de 200 m, otra carrera de 50 m, finalizando con una carrera de 200 m.
Los resultados son reportados como valores promedios, con su desviación correspondiente, y las diferencias en los valores medios fueron comparados utilizando las dócimas de diferencias por los criterios t de Student relacionadas o dependientes. El criterio de significación estadística se correspondió con valores de p < 0,05.
Análisis y discusión acerca de los resultados obtenidos en los testsLos tests utilizados por la FIFA para verificar la condición física del árbitro de fútbol, en el año 2001 han sufrido un cambio en el orden de su aplicación.
Antiguamente se hacía el test de Cooper como última prueba en el orden, que de acuerdo con EISSMANN (1996) esto ocurría porque las personas encargadas de la aplicación de la batería de tests argumentaban que la concentración de lactato desarrollada durante el test de Cooper era significativa y que si las pruebas de velocidad fueran hechas después de este test, la probabilidad de haber un daño en los músculos del árbitro era muy grande.
Después de someter a un grupo de árbitros a la batería de tests como era realizada anteriormente, así como, con la nueva propuesta, se pudo observar que el VO2 máx. obtenido a través del test de Cooper aplicado después de las carreras de velocidad no refleja la capacidad aerobia del árbitro de fútbol.
El VO2 máx. obtenido con la aplicación del test de Cooper después de las carreras de velocidad está en el promedio 46.04 + 9.88 ml/kg/min, siendo que el VO2 máx. obtenido con el mismo test, antes de la batería de tests de velocidad, es de un promedio de 51.24 + 4.34 ml/kg/min.
Cuando se comparan estos valores con el VO2 máx. obtenido durante el test de laboratorio donde el valor medio del VO2 máx. es de 57.43 + 2.74 ml/kg/min se puede verificar que las diferencias entre el VO2 máx. obtenido con el test de Cooper realizado después de la batería de tests de velocidad son altamente significativas: P<0.05, si lo comparamos con el VO2 máx. obtenido en la gasometría. El consumo máximo de oxígeno obtenido durante el test de Cooper hecho antes de los tests de velocidad no presentó diferencia significativa al compararlo con el máximo consumo de oxígeno obtenido en el laboratorio.
Con el cambio del orden de los tests, en la batería realizada por la FIFA, donde el test de Cooper pasó a ocupar el primer orden en la ejecución, éste reflejó con más exactitud la resistencia aerobia de los árbitros, pero los datos de la velocidad obtenidos con este cambio no reflejan la velocidad que el árbitro puede obtener durante los tests de igual carácter, como ocurría en la secuencia anterior que la FIFA excluyó.
La media en el primer test de 50m. tenía un tiempo de 6.69 + 0.12 seg., de manera que con el cambio producido por la FIFA en el orden de la batería, el primer test de 50 m. presentó un tiempo promedio de 7.56 + 0.45 seg., esta diferencia es altamente significativa P=0.0010. La media del segundo test de 50 m, realizado antes del test de Cooper es de 6.79 + 0.40 seg., mientras que el segundo test ejecutado después del test de Cooper arrojó una media de 7.53 + 0.23 seg. Esta diferencia entre las medias es estadísticamente muy significativa: P=0.0028.
El segundo test utilizado por la FIFA para medir velocidad, que según el criterio del maestrante es realmente para evaluar el nivel de la resistencia a velocidad, es el test de 200 metros, que también tuvo perjudicado su resultado, con el cambio en la orden de su ejecución, promovido por la entidad máxima del fútbol mundial.
El tiempo medio obtenido en la primera carrera de 200 metros, hecha antes del test para medir la capacidad aerobia fue de 29.58 + 0.48 seg. y el tiempo promedio del primer test de 200 metros realizado después del test de Cooper fue de 31.53 + 0.70 seg. Este aumento representa una diferencia altamente significativa P=0.0002. Ya cuando se comparó el segundo test de 200 metros realizado antes del test de Cooper, que presentó un tiempo promedio de 30.97 + 1.31 seg., contra un tiempo medio de 31.63 + 0.71 seg. obtenido en la carrera de 200 metros realizada después del test de resistencia este aumento no presentó una diferencia significativa.
ConclusionesCon el cambio del orden de los tests, en la batería realizada por la FIFA, donde el test de Cooper pasó a ocupar el primer orden en la ejecución, éste reflejó con más exactitud la resistencia aerobia de los árbitros, pero los datos de la velocidad obtenidos con este cambio no reflejan la velocidad que el árbitro puede obtener durante los tests de igual carácter, como ocurría en la secuencia anterior que la FIFA excluyó.
Después de someter a un grupo de árbitros a la batería de tests como era realizada anteriormente, así como, con la nueva propuesta, se pudo observar que el VO2 máx. obtenido a través del test de Cooper aplicado después de las carreras de velocidad no refleja la capacidad aerobia del árbitro
El test de velocidad realizado según los procedimientos normativos actuales de la FIFA, verdaderamente no evalúa el nivel de la velocidad y de la resistencia de la velocidad de los árbitros de fútbol, por lo que si el objetivo es evaluar el nivel de la velocidad y la resistencia de la velocidad, sería preferible realizar en un día, primeramente el test de velocidad y a continuación el de resistencia a la velocidad y en otro día el test que mide la resistencia aerobia, teniendo en cuenta que el test de resistencia requiere de un tiempo largo de recuperación orgánica, para que el árbitro reponga las fuentes energéticas agotadas.
Referencias bibliográficas
ASTRAND, P. RODAHL, K. Tratado de fisiologia do exercício. Rio de Janeiro: Interanericana, 1980.
EISSMANN, H. J. El árbitro de fútbol. Madrid: Editorial Gymnos, 1993.
FARINATTI, P. T. V. MONTEIRO, W. D. Fisiologia e avaliação funcional. Rio de Janeiro: Sprint, 1992.
FOSS, M. L. KETEYIAN, S. J. Fox, Bases fisiológicas do exercício e do esporte. 6ª ed. Rio de Janeiro: Guanabara, 2000.
FOX, E. L. BOWERS, R. W. FOSS, M. L. Bases fisiológicas da educação física e dos desportos. 4ª ed. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan, 1991.
LEITE, P. F. Fisiologia do treinamento. 4ª ed. São Paulo: Editorial Robe, 2000.
MANSO, J. M. G. VALDIVIELSO, M. N. CABALLERO, J. A. R. Bases teórica del entrenamiento deportivo: principios y aplicaciones. Madrid: Editrorial Gymnos, 1996.
MCARDLE, W. D. KATCH, F. I. KATCH, V. L. Fisiologia do exercício. 4ª ed. Rio de Janeiro: Guanabara,1998.
MISHCHENKO, V. S. MONOGAROV, V. D. Fisiologia del deportista. Barcelona: Paidotribo, 1995.
POLLOCK, M. L. WILMORE, J. H. Exercício na saúde e na doença. 2ª ed. São Paulo: Medsi,1993.
POWERS, S. K HOWLEY, E. T. Fisiologia do exercício. 3ª ed. São Paulo: Manole, 2000.
WILMORE, J. H. COSTILL, D. L. Fisiologia do esporte e do exercício. 2ª ed. São Paulo: Manole, 2001.
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digital · Año 8 · N° 49 | Buenos Aires, Junio 2002 |