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La torpeza motora en niños con discapacidad mental.
Un enfoque desde la educación física escolar

   
Profesor de Educación Física
Especialista en Educación Física Adaptada y Deporte Especial
Coordinador de Area - Instituto Latinoamericano de Actividad Física Terapéutica
 
 
Daniel Germán Zucchi
lapalestra@copetel.com.ar
(Argentina)
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 45 - Febrero de 2002

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Introducción
     En las escuelas especiales durante una clase de Educación Física, o en una jornada recreativa, o simplemente en el recreo observamos a niños y adolescentes con evidentes trastornos en el equilibrio y la coordinación. Estos trastornos traen aparejado una marcha y un trote defectuoso, sin elasticidad, con las piernas separadas en exceso y con arrastre de los pies, o una exagerada flexión de las rodillas. Sus brazos se observaran demasiado abierto, sin flexión de codos y cuando se desplaza, sus movimientos son “en bloque”.

     Juegos como saltar a la soga o una simple “mancha” nos permiten observar en los alumnos diferentes grados de torpeza motora.

     La división de alumnos con necesidades educativas especiales en las Escuelas se realiza según el nivel de la lecto-escritura y del cálculo. Es por eso que a nuestra clase de Educación Física llegan alumnos de un mismo grupo pedagógico pero con diferente nivel de desarrollo motor.

     Este ensayo tiene como fin entender los diferentes grados de Torpeza Motora en los alumnos con disminución mental (D.M.); de esta manera poder trabajar con grupos homogéneos y, ante la diversidad, adaptar los elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje.

     Todos los individuos transitan por la misma sucesión de adquisiciones de movimientos y habilidades motoras en vías de desarrollo. Nosotros tomamos el Modelo: “Developmental Model” que la Michigan State University maneja como base de sus estudios sobre Actividad Física Adaptada (1999).

  1. Reflejos y reacciones

  2. Conductas perceptivo-motoras

  3. Habilidades motoras básicas

  4. Deportes y juegos

     Este modelo indica que los reflejos primitivos y reacciones posturales son las formas más tempranas de movimiento humano, seguido por las habilidades sensorio-motrices y los movimientos voluntarios tempranos. Luego se presentan las habilidades motoras básicas siempre en interacción activa y constante con las habilidades perceptivo-motora, hasta que a través de las habilidades motoras combinadas, complejas y específicas llegaremos al Deporte propiamente dicho.

     Es un modelo basado en la transición de una etapa a otra por las cuales el individuo transitará con relación a su crecimiento y maduración, lo que potencialmente le permitirá haber completado el proceso en un momento de su vida.

     A partir de acá se puede empezar a discutir las variadas adaptaciones que se necesitarían para que las personas con alguna discapacidad lleguen también a desenvolverse satisfactoriamente en este modelo.

     Las personas con una disminución intelectual también acceden a estas adquisiciones pero de una manera más lenta y sin llegar a consolidar totalmente cada etapa.

     Es en este punto donde nos vemos obligados a formularnos dos preguntas: ¿Por que los alumnos con disminución intelectual tiene un aprendizaje motor mas lento?, y ¿cómo se articula la torpeza motora y el aprendizaje motor con el área de Educación Física?.


El aprendizaje y la torpeza motora
     Los Doctores E. Guilmain y G. Guilmain (1981) nos dicen que “La Torpeza motora es lo contrario a la habilidad” y por consecuencia va al correcto ajuste motor.

     Diferentes son las causas de esta falta de ajuste motor, y diferentes son los grados que la misma alcanza. Las causas pueden ser orgánicas, de adecuación social y aquellas en que se evidencia cuando intervienen acciones cognitivo-motoras.

  • Causas orgánicas: deterioro neurológico, discapacidad motoras asociadas, etc.

  • Adecuación social: falta de autocontrol, agresión establecida por el entorno, problemas en las relaciones interpersonales, inseguridad afectiva, etc.

  • Acciones cognitivo-motoras: Dificultad en la resolución de problemas, en las acciones de transferencias, en los encadenamientos de las praxias, en el inicio técnico-táctico del deporte.

     Las causas orgánicas en la D.M. se relacionan con la variedad de tipo clínica o patológica. En esta categoría se observa un exceso de Coeficientes Intelectuales bajos, inferiores a 50. Los alumnos que se encuentren dentro de la variedad tipo Clínica, evidencian su Torpeza Motora no solo en la clase de Educación Física sino también en el recreo o en las actividades de la vida diaria (situaciones libres). Esto nos da la pauta que su Torpeza Motora es de tal magnitud que no hace falta que el estudiante realice una acción de acuerdo a una propuesta con contenido cognitivo para observarla.

     Por otro lado observamos en el medio educativo a aquellos alumnos que evidencian una dificultad motora solo cuando deben responder a elementos y/o consignas cognitivas, o necesitan elaborar respuestas grupales y/o regladas (oposición y cooperación). Este tipo de Torpeza no se evidencia en situaciones libres, y para diferenciarla de la anterior (solo con propósitos explicativos) la llamamos: Torpeza cognitivo-motora. La población que posee este tipo de dificultad es la denominada de “Variedad tipo Aclínica”, en su mayoría integrada por niños y adolescentes con D.M. de grado leve.

     Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje en nuestra área y dentro del ámbito de las Escuela Especiales sea satisfactorio deberemos dividir en dos grandes grupos a toda la población escolar. Dejaremos de lado para analizarlo en otro ensayo a aquellos alumnos con deficiencia mental severa.

     Grupo A. Aquellos con Torpeza Motora clínica, orgánica, con deterioro neurológico y/o discapacidad físicas agregadas. Generalmente con D.M. Moderada. Nuestro trabajo de E.F. deberá dirigirse a completar las etapas sensorio motriz, preconceptual e intuitiva. Para eso utilizaremos el currículo de Inicial y parte del 1º Ciclo de la Educación General Básica (E.G.B.), priorizando alcanzar las expectativas de logro de carácter psicomotriz para reeducar y estimular las etapas de desarrollo no alcanzadas en relación con la tabla normal de crecimiento.

     Algunos alumnos pertenecientes a este grupo logran, merced a su crecimiento cronológico y a un buen trabajo sobre los contenidos del currículo alcanzar a etapa de operaciones concretas; Esta etapa es fundamental en el segundo grupo.

     Tanto como apreciamos la importancia del Trabajo Psicomotriz en la educación de los niños con D.M., debemos también acotar que no se puede esperar que la psicomotricidad logre desaparecer las deficiencias y alteraciones que ellos tienen.

     Grupo B. En el segundo grupo se encuentran generalmente aquellos alumnos con una Torpeza Motora Aclínica, evidenciándose en la relación a su adecuación social (incluye el área afectiva) y/o a su dificultad sobre acciones cognitivo-motoras o grupales. La Mayoría de los estudiantes poseen una D.M. de grado leve. La actividad deberá dirigirse a completar la etapa de operaciones concretas (previa adquisición de las etapas anteriores).

     Utilizaremos el 1° y 2° Ciclo de la Curricula de la Educación General Básica (E.G.B.), pero de una manera abierta a la diversidad del aprendizaje de nuestros alumnos; No debemos olvidar que cada estudiante tiene su tiempo de aprendizaje.

     Estos dos grupos deberán ser sub-divididos según la edad cronológica, y siempre teniendo en cuenta que el máximo de alumnos a trabajar es de 8 para el grupo A y 15 para el Grupo B.

     Creemos necesario que los alumnos del Grupo “A” deberían alcanzar el estadio Intuitivo de Piaget que S. Subirón y C. Martin (1985) citan en su libro “Programación de la psicomotricidad en la Educación Especial”. Pero la diversidad de alumnos que forman parte de este gran grupo nos lleva a la conclusión que no todos llegan a este estadio, y menos aún a alcanzar las expectativas de logro mínimas para permanecer en él.

     Para poder ser más prácticos en nuestro trabajo deberemos subdividir a este gran grupo en dos pequeños grupos:

     A1: Alumnos que no acceden a la lecto-escritura o acceden sobre mínimos contenidos. Tienen un lenguaje muy limitado. Buena percepción corporal. Incompleto conocimiento de su cuerpo, sólo de grandes segmentos corporales (cabeza, tronco, brazos y piernas). Gran prevalencia perceptiva sobre la representativa en su aprendizaje. Imposibilidad de descubrir situaciones nuevas a partir de la aprendida. Torpeza motora moderada.

     A2: Alumnos que se inician en la lecto-escritura. Manifiestan un dominio completo de su esquema corporal y de la motricidad gruesa, aunque con impulsividad, falta de ritmo y elasticidad. Su equilibrio, coordinación dinámica general y manipulativa son buenas, a pesar de esto todavía no ha logrado una homeostasis tal que permita una armonía psicomotora: unión equilibrada entre la psiquis / el cuerpo; espacio / tiempo; los objetos / los otros. Mayor verbalización. Torpeza motora moderada a leve.

     Realizar, a través de la evaluación diagnóstica, grupos homogéneos de trabajo a partir del grado de torpeza motora, de la edad cronológica y del sexo de los alumnos debería ser el punto inicial en el área de Educación Física de la Escuela Especial si queremos obtener resultados satisfactorios.


  1. Torpeza motora moderada (A1) -- 6 a 8 / 9 a 11 / 12 a 14 años (mixto) 15 años ó más (M y F).

  2. Torpeza motora moderada a leve (A2) - 9 a 11 años (mixto) / 12 a 14 (mixto) / 15 años o más (M y F).

  3. Torpeza Motora leve (B) -- 9 a 11 años (mixto) / 12 a 14 / 15 años ó más (M y F).

     El cuadro anterior está hecho sólo para guiar al docente. Algunas salvedades de este cuadro son:

  • No se realiza un grupo A2 con alumnos de 6 a 8 años porque ellos trabajarán en el A1.

  • Se podrán unir los niños de 9 a 11 años del grupo A2 y B, esto dependerá de las características de los alumnos y las particularidades de cada escuela.

  • Cuando decimos (M y F) queremos decir dividir el grupo por sexo.

     La Edad cronológica es importante ya que de acuerdo al desarrollo anátomo-funcional dosificaremos las cargas cuando trabajemos sobre las capacidades condicionales. Las diferencias físicas también tienen implicancias directas sobre el riesgo corporal en el transcurso de un juego, un pre-deportivo o deporte de oposición.

Alumnos con torpeza motora moderada a leve
    Los alumnos con torpeza motora de moderada a leve (Grupo A2) deberían tener su propio grupo, ya que los mismos deberán transitar por las etapas intuitivas y de transición entre los dos grandes períodos: Preoperatorio y operatorio, durante los cuales acontecen cambios importantes dentro de las estructuras cognitivas.

     A partir de la identificación de los grandes segmentos corporales, el alumno que se encuentra en este grupo deberá tener como expectativa de logro el conocimiento completo del propio cuerpo y de las posibilidades de acción motriz que el mismo puede tener.

     Además estos niños o adolescentes multiplicarán el conocimiento de las habilidades motoras básicas y darán paso a las cadenas motoras simples, compuestas y hasta con oposición simple. Con estos alumnos se deberá trabajar sobre la riqueza de los movimientos básicos (coordinación dinámica general y manipulativa) y la combinación entre ellos. Las conductas perceptivo-motoras están perfeccionadas a punto tal que puede alcanzar muy buenos niveles de organización de su espacio, las nociones espaciales de los otros y los objetos. Con referencia al tiempo, tiene capacidad para poder adquirir su propio ritmo.

     El inicio al juego reglado y pre-deportivo es muy importante en estor estudiantes ya que el aspecto social a tomar importancia y el sentido de cooperación y oposición lo hará sentir útil. El aprendizaje de las habilidades motoras lo llevará sumado a sus capacidades condicionales a la búsqueda de aplicación de las mismas en variadas situaciones de juego; esto le dará a los alumnos la posibilidad de desarrollar los recursos tácticos que le permita su nivel cognitivo.


Algunas adaptaciones pedagógicas

  • Mayor tiempo para la adquisición de los contenidos.

  • Cantidad y variabilidad de los estímulos para batallar contra los grandes problemas de atención y memoria propios de esta población.

  • Trabajar sobre las conductas sociales de los deportes grupales.

  • Priorizar las actividades psicomotrices; especialmente las que se refieren al esquema corporal, conductas perceptivo-motoras y coordinación dinámica general. Este punto lo tendremos muy en cuenta en el trabajo con el Grupo A y aquellos que se encuentran en el Grupo B pero con edad cronológica de 1° Ciclo de la Educación General Básica (E.G.B.)

  • Implementar Talleres de Psicomotricidad para Alumnos del Grupo A1 que se hallan detenido en su aprendizaje.

  • Implementar Talleres de Deportes Grupales en especial para niños y adolescentes a partir de los 13 años para poder a partir de la adquisición de hábitos motores llegar a incorporar técnicas de deportes. También estos talleres nos sirven para poder mejorar la conducta de relación con sus compañeros y adversarios, y saber ocupar los roles de cada integrante dentro del juego deportivo y el manejo de las situaciones.

     De acuerdo a nuestra experiencia puedo decir que el Basquetbol es un deporte para tener muy en cuenta al momento de implementar estos talleres. Esta disciplina deportiva nos ayudará a afianzar la coordinación dinámica general y los hábitos motores ya que tiene muchas acciones cognitivo-motoras y una gran cantidad de encadenamiento de praxis. Los fundamentos técnicos como la caída en un tiempo, la bandeja, el rebote (salto / tiempo), el pase y la recepción con emisor y receptor en movimiento, y el “jump-shot” hablan por sí solos.

     Dentro del trabajo del Educador Físico se encuentra el desarrollo de los contenidos propios de las condiciones físicas. Si bien no existen investigaciones al respecto podemos decir que en el Grupo B se debe trabajar de igual manera que en escuelas convencionales. Mas aun si tenemos en cuenta que dentro de la población de una escuela especial se encuentran adolescentes de hasta 17 años. En estos adolescentes su desarrollo corporal y funcional (salvo excepciones) es de similares características al normal. La diferencia radica en la actitud negativa o de desgano frente al trabajo de la fuerza y la resistencia que estos alumnos suelen tener.

     Cuando al finalizar una clase de Educación Física le pedimos a los alumnos que nos comenten “algo” sobre su participación en el último juego que hicimos; algunos nos cuentan sobre sus movimientos y los de sus compañeros; otros nos tratan de explicar con un lenguaje muy precario lo fuerte que lanzó el balón o la rápida carrera que hizo cuando lo “pasó” a su compañero; y por último vamos a escuchar a aquellos que detrás de un balbuceo nos dicen: “...¡Fue lindo, Profe!”...


Conclusiones

  1. Los alumnos con D.M. al igual que la totalidad de las personas transitan por la misma sucesión de adquisición de movimientos y habilidades en vías de desarrollo.

  2. La diferencia radica en la lentitud del aprendizaje y la falta de consolidación total de cada etapa.

  3. La observación de los alumnos con D.M. en diversas situaciones de movimiento nos ayudara a identificar el grado de Torpeza Motora de los mismos.

  4. Podemos dividir en dos grandes grupos a los Alumnos de las Escuelas Especiales con respecto a su Torpeza Motora. (Dejando de lado un tercer grupo que incluiría mayoritariamente a D.M. Severos). Grupo A y Grupo B. A su vez el Grupo A se dividirá en A1 y A2. Con respecto al sexo En los grupos A1 y A2 podremos trabajar en forma mixta hasta aproximadamente los 14 años ya que el ritmo y el desarrollo de las capacidades físicas en las actividades serán de una aplicación moderada. No así en los alumnos del Grupo B que ya a los 12 años se deberían dividir por sexo; En estos casos el ritmo y la intensidad aplicada en las actividades serán similares a la de los alumnos convencionales, o sea que la fuerza, la velocidad y la resistencia variarán según el sexo a partir de la edad que establecimos.

  5. De esta manera: A1- Torpeza motora moderada / A2 - Torpeza motora moderada a leve / B - Torpeza motora leve.

  6. Para trabajar en la clase de Educación Física se deberá subdividir cada uno de estos dos grandes grupos anteriores por edad cronológica.

  7. Cada subgrupo deberá estar abierto a la diversidad, ya que cualquier alumno en cualquier momento del año podrá ser promovido a un grupo superior o inferior.

  8. Son fundamentales los Talleres de Apoyo Psicomotriz para niños que se hayan detenido en su desarrollo y aprendizaje motor, y necesiten un estimulo extra para trabajar sobre contenidos no alcanzados.

  9. Son importantes también los Talleres Deportivos, por lo que suponen dentro del alcance cognitivo-motor y social.

  10. La importancia de la evaluación inicial tiene que ver con el diagnóstico para la planificación inmediatamente posterior. Esta evaluación inicial podrá constar de Tests psicomotrices, Tests de aptitud física y otros métodos objetivos existentes. Pero además deberán realizarse, como venimos diciendo, observaciones directas de la motilidad en diversas situaciones y en relación con sus compañeros. De gran importancia también es poner atención a la verbalización de los actos motores.


Bibliografía

  • Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires (1997) Lineamientos curriculares. Cap. Caracterización del retardo mental Leve.

  • Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires (1997) Lineamientos curriculares. Cap. Caracterización del retardo mental Moderado.

  • Guilmain, E y Guilmain, G. (1981) Evolución psicomotriz desde el nacimiento hasta los 12 años. Editorial: Médica y técnica.

  • González, Fernando (2000). “Influencia del nivel de desarrollo cognitivo en la toma de decisión durante los juegos motores de situación”. Revista EFDeportes. Nº 25.

  • Michigan State University (1999) Article: “Adapted Physical Activity. Developmental Model”.

  • Moreno, Juan Antonio (1999) Universidad de Murcia. Exposición Catedrática: Aprendizaje y Aprendizaje Motor.

  • Pacheco, Domingo Bautista y Valumia Parada, Rosario (1993) Necesidades Educativas Especiales. Cap. IX: La Deficiencia Mental. Editorial Aljibe.

  • Peiró Subirón, Sara y Ramos Martín, Carmen (1985) Programación de la Psicomotricidad en la Educación Especial. Editorial CEPE.S.A.

  • Raimondi, Paolo (1998) Cinesiología y psicomotricidad. Editorial: Paidotribo.

  • Ríos Hernández, Mercedes (1999) El juego y los alumnos con discapacidad. Cap. “El juego y la diversidad”. Editorial: Paidotribo.


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