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Planificación de un programa de
intervención psicológica en badminton

   
Universidad de Málaga
(España)
 
 
Antonio Hernández Mendo
Maribel Molina Macías
mendo@uma.es
 

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 45 - Febrero de 2002

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     El proceso de planificación de cualquier programa de entrenamiento de destrezas mentales en el deporte es necesario adaptarlo y adecuarlo a la programación de entrenamiento físico, técnico y táctico de los deportistas. Establecida esta premisa se hace necesario que al menos estos programas consten de dos fases: evaluación e intervención.

     La primera tarea a realizar cuando nos encontramos con un jugador o un equipo de badminton es la de determinar los objetivos psicológicos de las destrezas que necesitan para practicar este deporte de un modo eficaz. Una evaluación de las necesidades ayuda a revelar aquellas destrezas psicológicas que son deficitarias o que parecen tener la mayoría de efectos adversos sobre la ejecución y sobre la satisfacción personal.

     La ayuda del entrenador en este proceso de evaluación será imprescindible, puesto que es muy probable que el entrenador conozca los puntos débiles y fuertes de sus jugadores, y por tanto, será de gran ayuda al psicólogo y le facilitará una muy buena información para comenzar a evaluar.

     Una buena evaluación determinará una intervención eficaz en el entrenamiento de destrezas mentales, por lo que invertir cierto tiempo en ella supondrá ganar tiempo en la potenciación del rendimiento del jugador y ayudará tanto al entrenador como al psicólogo a conocer aquellas necesidades específicas en las que se tienen que centrar con mayor esfuerzo.

     A continuación se presenta el modo de proceder durante el proceso de evaluación con un equipo de badminton que se está llevando a cabo en la temporada 2001-2002 en Málaga.

     En primer lugar, la tarea del psicólogo, ayudado por el entrenador, será la de observar los entrenamientos y atender a las necesidades que de un modo individual en el jugador o a nivel de equipo se perciben durante el entrenamiento. Una vez conocido el equipo en su terreno de juego, el psicólogo debe conocer profundamente al jugador y evaluar las demandas que esté le hace, la adhesión hacia la práctica deportiva, la motivación, su red de apoyo social y otras cuestiones personales que están influyendo en sus entrenamientos. Este primer acercamiento se realizará de un modo más superficial para ser evaluado de un modo más sistemático en las siguientes sesiones.

     El psicólogo, el entrenador y el jugador deben comprender perfectamente aquello que es necesario potenciar y tener gran conexión con los objetivos y metas que se persiguen para ello es fundamental establecer una comunicación abierta entre estos tres agentes. Estas metas serán determinadas y deben ser relevantes para la mejora de la ejecución.

     A continuación, se puede animar al jugador para realizar un registro diario de su entrenamiento en el que se determinarán los objetivos definidos por el entrenador en cada sesión, el objetivo personal del jugador y la valoración que este hace después de cada entrenamiento del grado en que estos se han cumplido. De este modo el psicólogo tendrá información de cada entrenamiento, el jugador aumentará su motivación en el entrenamiento y la adhesión a este y el entrenador podrá cerciorarse de que los objetivos del entrenamiento han sido entendidos.

     De este modo, el psicólogo ya tiene información suficiente para comenzar una evaluación más sistemática de aquellos aspectos demandados de algún modo por el entrenador y el jugador. Para esta evaluación se dispone de instrumentos que consiguen objetivar los resultados y que se presentan a continuación:

1. Para evaluar la ansiedad: podemos obtener información sobre las distintas dimensiones de la ansiedad o bien utilizar alguno de los cuestionario específicos para medir la ansiedad en el deporte.

a. STAI Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo de Spielberg, Gorsuch y Lushene (1986). Proporciona información que permite determinar la ansiedad rasgo/estado del sujeto.

b. ISRA Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad de Tobal y Cano (1986). Proporciona información sobre los tres componentes de la ansiedad (cognitiva, fisiológica y motora), que permitirá elegir la mejor técnica de reducción de la ansiedad.

c. SCAT Sport Competition Anxiety Test de Rainer Martens, Dianne Gill, Tara Scanlan y Julie Simon (Martens, Vealy & Burton, 1990). Este cuestionario permite evaluar las diferencias individuales en ansiedad rasgo en competición.

d. CSAI-2. Competitive State Anxiety Inventory-2 de Rainer Martens, Damon Burton, Robin S. Vealy, Linda A. Bump & Daniel E. Smith (Martens, Vearly & Burton, 1990). Este cuestionario evalúa los componentes cognitivos y somáticos de la ansiedad estado en competición y la auto-confianza en relación a la ejecución deportiva en competición.

2. Para una valoración de los puntos débiles y fuertes del perfil psicológico competitivo se puede utilizar el IPED (Inventario Psicológico de Ejecución Deportiva). Este inventario facilita la construcción de un perfil de puntos débiles y fuertes del deportista. A partir de estos datos podemos planificar sobre qué aspectos va a incidir más intensamente la intervención y el entrenamiento psicológico (Hernández Mendo, 2001)

3. Para valorar los estados de humor y hacer predicciones sobre la ejecución deportiva de los sujetos se puede emplear el cuestionario POMS, Profile of Moode States de McNair, Loor y Dropleman (1971), que nos facilita información sobre el estado anímico del sujeto. De acuerdo con los trabajos de Morgan (1968, 1978, 1980) se puede utilizar para la selección de talentos deportivos- usado en combinación con otros cuestionarios de tipo del IPED- y como predictor de resultados deportivos en deportistas de elite (Hernández Mendo y Ramos, 1995b, 1996)

4. Con el objeto de hacer una valoración predictiva de orden cualitativo acerca de la aparición de estados de ansiedad y de estados de humor que faciliten una buena ejecución deportiva, se puede utilizar el Test de los colores de Lüscher (1990). Es una prueba proyectiva en la que sólo nos interesa valorar el agrupamiento de ciertos colores en las primeras y últimas posiciones ya que la evidencia empírica de algunos psicólogos que trabajan en este ámbito parece aseverar que según se produzcan estos agrupamientos podemos predecir con cierta antelación la aparición de estados de ansiedad manifiesta y también de buenas ejecuciones deportivas.

5. Para una evaluación de algunos factores de personalidad que nos suministrase información para diseñar la intervención apropiada podemos recurrir a cuestionarios clásicos de personalidad o de clínica. También permitirá diseñar la intervención adecuada en el caso de lesiones (Rotella, 1992).

6. Por último, una evaluación conductual de la demanda específica del jugador o aquella valorada mediante cuestionarios será fundamental para conocer las situaciones en las que esto ocurre y las consecuencias que se derivan. De este modo, el entrenador y el psicólogo tendrán más definido y de un modo más específico su tarea y cuando y por qué es necesaria llevarla a cabo.

     No pretendemos usar todos los instrumentos para todos los jugadores, las necesidades de cada individuo determinan qué es lo que debemos evaluar de un modo más sistemático.

     Una vez realizada la evaluación y conocidas las destrezas psicológicas que es necesario potenciar, podemos diseñar un plan de intervención e implementarlo adecuadamente con el jugador o con el equipo de badminton.

     En los resultados de la evaluación realizada con los jugadores de badminton con los que trabajamos en la actualidad se obtuvieron datos que apuntaban altos niveles de ansiedad ante la competición y una importante falta de concentración. Por supuesto, existen diferencias individuales importantes entre ellos, sin embargo, a continuación se presenta sintéticamente el procedimiento y las técnicas empleadas en la gran mayoría de los jugadores y se mostrarán técnicas que en un futuro podremos emplear cuando la intervención este más avanzada.

     En primer lugar, se puede construir junto al jugador un esquema de las metas que tiene en el deporte (metas a largo plazo) y a continuación detallar todas aquellas metas diarias a las que debería ir llegando para alcanzar su máximo rendimiento y aumentar la probabilidad de alcanzar sus metas a largo plazo. De este modo conseguiríamos dirigir la atención y la acción del jugador a los aspectos relevantes de la tarea y producir un nivel óptimo de confianza, disminución de la ansiedad, mayor motivación y una mejora de la ejecución al establecerse metas realistas que se pueden ir consiguiendo en espacios relativamente cortos de tiempo.

     A continuación podemos instruir al jugador en técnicas de respiración. Enseñar a respirar adecuadamente no sólo incrementa el rendimiento sino que facilita e incrementa la eficacia de otras técnicas psicológicas. Como afirma Lichestein (1988, p.165), “la mayoría de los métodos de relajación buscan el control de las respuestas autonómicas por vías indirectas, como la musculatura, la imaginación, etc. La relajación por medio de la respiración es el único sistema de entrada directo hacia el Sistema Nervioso autónomo. En consecuencia, la respiración pausada presenta un gran potencial como método de relajación, combinando las ventajas de ser eficaz y fácil de aprender”. Señala además que los efectos de la respiración están asociados a incrementos de los niveles de CO2, un incremento en los niveles de CO2 en sangre (hipercapnia) de alrededor de un 10% produce varios efectos - disminución de la tasa cardiaca, vasodilatación periférica, estimulación de la secreción gástrica, depresión de la actividad cortical y somnolencia general. La hipercapnia puede producirse por la retención de la respiración o por hipoventilación. Vamos a consideran cinco técnicas de respiración con diferentes efectos (Hernández Mendo, 2001):

  • Técnica 1: Zazen Susokunan


  • Inspirar/espirar por la nariz contando al mismo tiempo, tanto en la inspiración como en la espiración. Durante 15’ sirve de relajación. Puede producir hiperventilación. El ritmo de respiración es de 4" para inspirar y 8" para espirar.

  • Técnica 2: Zazen Zuisokaka


  • Es la misma que la anterior con la diferencia que solo se cuenta en la espiración. Cualitativamente es más profunda. Tiene efectos sobre la atención/concentración.

  • Técnica 3: Técnica amarillo-azul


  • Cuando se inspira visualizar el amarillo, cuando se espira el azul. Es importante no obsesionarse, es necesario tener intención de visualizar. Realizando dos sesiones diarias durante 7 días hay un incremento de la atención-concentración en un 60%. No tiene efecto relajante.

  • Técnica 4: Técnica de regulación


  • Tiene como objetivo principal incrementar la capacidad respiratoria, además podemos conseguir de forma colateral una mejora de la autorregulación. Esta técnica se estructura en tres fases y tres o cuatro ritmos (inspirar, contener y espirar). En la primera fase se inspira 4’’ se retiene durante 16’’ y se expira durante 8’’. En la segunda fase se incorpora una fase de apnea: inspirar 4’’, retener 16’’, espirar 8’’ y apnea 4’’. En la tercera fase se aumenta el tiempo de apnea a 16’’ en vez de 4’’.

  • Técnica 5: Técnicas basadas en el pulso


  • Esta técnica tiene efectos contrapuestos dependiendo de cómo se estructuren los ritmos o bien como relajante o depresor de la actividad o bien como activador. Para llevar a cabo esta técnica debemos tomarnos el pulso. Al igual que la técnica anterior consta de cuatro ritmos: inspiración, retención, espiración y apnea. Cuando se utiliza como depresor de la activación o como relajante, el ejercicio debe realizarse de la siguiente manera: inspirar durante 3 pulsos, retener durante 1 pulso, espirar durante 12 pulsos y apnea durante 1 pulso. Para usar esta técnica como activador se invierten las duraciones de la inspiración y la espiración.

         Junto a las técnicas de respiración podemos utilizar para incrementar la relajación diferentes ejercicios de relajación como la técnica de relajación progresiva de Jacobson (1964), técnica de relajación pasiva (Schwartz y Haynes, 1974) o el entrenamiento autógeno de Schultz (Schultz, 1932; Schultz & Luthe, 1959). Algunas técnicas de relajación son susceptibles de ser usadas en combinación con cierto tipo de música, es la denominada musicoterapia (Mercado, 1984).

         Podemos continuar con el entrenamiento de la atención. De acuerdo con Nidderfer (1986) existen ocho principios que subyacen al entrenamiento del control atencional:

    a. Los deportistas necesitan ser capaces de ocuparse, al menos, de cuatro tipos de atención. Estos cuatro tipos de atención hacen referencia, por un lado, a la dimensión del foco (amplia- reducida) y por otro a la dimensión de la atención (externa- interna). Estos dos ejes producen cuatro modalidades de atención que dan lugar a cuatro tipos diferentes de conductas atencionales: (1) la Evaluación que se caracteriza por una lectura rápida del medio y valoración de información externa válida para la acción motriz, (2) el Análisis que permite planificar estrategias de juego, revisar información pasada y tomar decisiones sobre la siguiente actuación, (3) la Preparación que tiene la función de revisar las propias variables fisiológicas y permite representar mentalmente un movimiento y (4) la Actuación que tiene la función de centrar al individuo en la propia situación deportiva.

    b. Las diferentes situaciones deportivas requerirán diferentes demandas atencionales a un deportista. De este modo, el deportista necesita ser capaz de desviar los diferentes tipos de concentración para que se ajuste al cambio de las demandas atencionales.

    c. Bajo condiciones óptimas, las personas pueden encontrar las demandas atencionales de la mayoría de las situaciones deportivas.

    d. Existen diferencias individuales en cuanto a las capacidades atencionales. Algunas de las diferencias se aprenden, otras son biológicas y otras genéticas.

    e. A medida que el arousal fisiológico comienza a incrementarse más allá de lo que constituye el nivel óptimo propio de un deportista, existe una tendencia inicial en ese deportista para confiar demasiado en las capacidades atencionales más altamente desarrolladas.

    f. El fenómeno de agarrotamiento ocurre cuando el arousal fisiolóogico continúa incrementándose hasta el punto de causar una reducción involuntaria de la concentración del deportista y causar que la atención llegue a ser focalizada más internamente.

    g. Las alteraciones del arousal fisiológico afectan a la concentración. De esta manera la manipulación sistemática del arousal fisiológico es una de las formas de recuperación del control de la concentración.

         Una vez conocidos estos principios básicos podemos empezar a utilizar técnicas concretas para el incremento del control atencional hacia una de las cuatro dimensiones. Una técnica excelente para ayudar el deportista a experimentar los distintos estilos atencionales es la de “expansión de la conciencia”, ejercicio desarrollado por Gauron (1984). Cuando estén practicando este ejercicio el deportista debe estar sentado o tumbado en posición cómoda. Este ejercicio se apoya en los ejercicios de respiración para ir desviando el foco atencional a las dimensiones antes definidas por Nidderfer (1986).

         En el badminton es necesario aumentar el control del foco atencional para las dimensiones externa-reducida e interna reducida, pues el deporte requiere mayor concentración en estas dimensiones. Para el entrenamiento de la dimensión externa- reducida realizaremos el ejercicio de la rejilla (Harris & Harris, 1984; Hernández Mendo, 1995a, 1995c, 1996). Este ejercicio hace necesario el tener una rejilla de bloques de 10 por 10, conteniendo cada bloque un número de dos dígitos en una escala que va desde el 00 al 99. El propósito de este ejercicio es el de escrutar la rejilla y dentro de un tiempo dado, encontrar y tachar tantos números como sea posible en una secuencia numérica, empezando por el 00 (o por el 99 en orden descendente o bien solo impares o solo pares). Después de la práctica inicial, se puede incrementar la dificultad del ejercicio creando distractores tales como ruidos y verbalizaciones para aumentar la dificultad de la tarea.

         Para el entrenamiento de la dimensión interna-reducida podemos recurrir a las técnicas de imaginería. Según la teoría psiconeuromuscular, el vivir los sucesos en la imaginación genera una inervación en nuestros músculos similar a la producida por la verdadera ejecución física de un evento. De esta manera, si los deportistas ejecutan movimientos reales o imaginan vívidamente la realización de los mismos, se están utilizando vías neuronales similares para la activación muscular. El entrenamiento básico incluye tres tipos de ejercicios en imaginación. En primer lugar, los deportistas necesitan desarrollar imágenes vívidas destacando los detalles de la imagen misma. El desarrollo de la viveza de las imágenes implica ejercicios diseñados para fortalecer los sentidos que se han identificado como importantes para la ejecución deportiva. En segundo lugar, los deportistas deben ser capaces de ejercer control sobre sus imágenes. Los ejercicios de controlabilidad implican el aprendizaje de manipular las imágenes a voluntad. En tercer lugar, los deportistas necesitan incrementar sus auto-percepciones de la ejecución. Es una destreza poder retroceder y verse a uno mismo mediante la imaginación.

         Es también aconsejable el desarrollo de ejercicios adicionales para aquellas áreas en las que el deportista presente más problemas. Por ejemplo, la imaginación kinestética es generalmente la que más dificultades presenta de manera que es necesario crear ejercicios basados en los movimientos concretos que requiere el badminton (p.e. saque, dejada, etc.).

         Además de estas técnicas de concentración y relajación, será necesario enseñar técnicas psicológicas que inciden en el control de los pensamientos y las verbalizaciones que los jugadores hacen en cualquier situación y más aún durante la competición y que producen efectos adversos a la ejecución deportiva. Las técnicas más utilizadas han sido las autoinstruciones y la detención del pensamiento:

    a. Autoinstruciones: (Meichenbaum, 1972) Se crean verbalizaciones alternativas de carácter adaptativo. Se pueden utilizar en dos situaciones diferentes, (1) en una situación general de entrenamiento y que iría encaminada a mantener la concentración; y (2) en una situación puntual de ejecución en la que el sujeto verbaliza todas aquellas acciones conducentes a una optimización del rendimiento. Se recomienda el uso de esta técnica con deportistas que presentan indicadores bajos de autoestima o de autoeficacia y como técnica básica de mantener la motivación durante la competición.

    b. Detención del pensamiento: según lo desarrollado por Suinn (1977) en la técnica Visual Motor Behavioral Rehearal que se encuadraría dentro de la Teoría Psiconeuromuscular, citada anteriormente, en la que se postula que durante la representación de una actividad el cerebro envía débiles estimulaciones a través de los nervios a los músculos implicados en la acción representada, serviría para establecer una especie de huella que facilitaría la ejecución real del movimiento. Esta técnica estaría dirigida a eliminar los pensamientos disfuncionales y estímulos perjudiciales que pudieran aparecer durante el trabajo en imaginería.

         Junto a estas técnicas, para una intervención posterior eficaz sería beneficioso la utilización de la hipnosis (Hernández Mendo, 2001) con el fin de potenciar la eficacia de las técnicas anteriormente expuestas, facilitar al deportista estrategias para afrontar el estrés de la competición, facilitar el uso de métodos de concentración y de atención selectiva y conseguir entrenar a los sujetos en autohipnosis (Unestáhl, 1991).


    Bibliografía

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    • Hernández Mendo, A. y Ramos, R.. (1995c). Informatización de la evaluación y entrenamiento de la atención. Anales de Psicología, 11(2), 183-191.

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    • Suinn, R.M. (1977). Behavioural methods at the winter olimpics games. Behavior Therapy, 8, 283-284.

    • Williams, J.M. (1991). Psicología aplicada al deporte. Madrid: Biblioteca Nueva.


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    revista digital · Año 8 · N° 45 | Buenos Aires, Febrero de 2002  
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