Establishment y fútbol en Boca Juniors. Los primeros pasos de una relación conflictiva |
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Sociólogo Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte SEUBE, FFyL, UBA (Argentina) |
Roberto Di Giano robertod@efdeportes.com |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 41 - Octubre de 2001 |
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El marco barrialEl estadio del Club Atlético Boca Juniors esta ubicado en un barrio que ha sido históricamente desvalorizado por importantes franjas de la población de la Ciudad de Buenos Aires, mas allá que se haya consolidado una imagen que resalta sus aspectos pintorescos. Esta cuestión ha incidido, en buena medida, para que las autoridades municipales relegaran, reiteradamente, la ejecución de obras públicas que beneficiaran la zona.
Si bien en los primeros años de la década pasada comenzó a llevarse a cabo un proceso de renovación de La Boca, acorde con las transformaciones urbanas de una ciudad que contaba con una dirigencia política teñida de muchas ilusiones primermundistas y demasiado proclive a hacer todo lo que le reclamaban los intereses privados más poderosos, el proyecto nunca apuntó a mejorar seriamente el barrio de una manera integral.
Así, una ancha franja de los habitantes de La Boca, prácticamente no fue tenida en cuenta en este proceso de renovación y es precisamente aquella que sufre mas gravemente, entre otras cosas, las consecuencias del cierre de muchas industrias (desde las más cercanas a las mas distanciadas del lugar de residencia) agredidas por la apertura externa, y por el creciente grado de concentración y extranjerización de nuestra economía. (De esta manera, se dejaba de lado a los sectores mas desposeídos del barrio quienes vivencian mas dramáticamente la inseguridad laboral consolidada en estos últimos años por los que mandan en la economía y la política).
De allí, entonces, que la estrategia de las autoridades consistiría en privilegiar la renovación de la costanera que bordea el riachuelo a la altura de la denominada Vuelta de Rocha que se convertiría así en un lugar de moda al recibir, a partir de su reciclaje, las inversiones de grupos que cuentan con recursos económicos y culturales amplios y que provenientes de otras zonas prueban fortuna en este espacio distinguido de La Boca, generándose, entonces, un nuevo paisaje. Y no es mas que una vistosa fachada, algo que se construye mas "para afuera" que "para adentro" de las fronteras del barrio, disimulando, a partir de la fuerte atracción que va a ejercer esta parte renovada sobre los transeúntes nativos y extranjeros, las áreas que muestran los signos más visibles del creciente debilitamiento social y económico, de los sectores medios y bajos.
La manera de acercar el club de la ribera al primer mundoUn nuevo ciclo, mucho más de acuerdo con los "nuevos tiempos" se inauguró en el club Boca Juniors cuando Mauricio Macri, hijo de Francisco Macri quien es el propietario de uno de los mayores grupos empresarios de la Argentina cuyos intereses se fueron diversificando y expandiendo en estos últimos años, asumió la presidencia de la institución a fines del año 1995.
El proceso modernizador encarado por Mauricio Macri en el club de la ribera implicó, entre otras cosas, la renovación del estadio cuya estructura tradicional no había sufrido modificaciones importantes durante décadas. Es que con la llegada del joven ejecutivo, que traslada su imagen ganadora desde el directorio del conglomerado empresarial familiar a la oficina presidencial de Boca Juniors que él mismo hiciera reciclar1, se llevaron a cabo varias reformas.
Así, durante el año 1996 los antiguos palcos que daban a la calle Del Valle Iberlucea fueron reemplazados por unos de características más modernas realizados con estructura metálica, a los cuales solo podrán acceder personas de alto poder adquisitivo. Además, sobre la misma calle que lleva el nombre del primer senador socialista argentino, se fijaron dos espectaculares murales diseñados por un carismático artista plástico argentino: Miguel Pérez Celis. Los mismos entrelazan las paredes externas del sitio donde fueron construidos los nuevos palcos con las paredes de los sectores correspondientes a las populares, a partir de una superposición de diferentes elementos que no remiten, de una manera inmediata, a la coherencia que ha distinguido a los grandes pintores de La Boca (si bien entre estos dos enormes murales se sitúan una serie de pinturas que contienen diversas escenas donde se recrea, de una manera mas tradicional, toda la mitología de la zona, realizadas por el refinado artista Rómulo Macció).
De este modo quedaría montada una escenografía en donde trazos tradicionales y modernos se superpondrían en el mismo estadio, como consecuencia de la puesta en marcha de un proyecto modernizador de carácter parcial y distorsionado que apunta a beneficiar a una minoría, dejando en un segundo plano las expectativas de la mayoría a la cuál se trata de sensibilizar, entre otras cosas, a fuerza de pinturas y esculturas realizadas por prestigiosos artistas argentinos.
El modelo organizacionalMauricio Macri, un individuo exitoso en otros ámbitos sociales, ya había intentado desplegar su estrategia empresarial-organizativa en un club de menor peso institucional que el que tiene Boca Juniors si se toma en cuenta la cantidad de socios y el grado de adhesión popular, como es el Deportivo Español2.
En este proyecto, que no pudo finalmente concretar, Macri apuntaba más a cristalizar una aventura personal de pleno dominio sobre su entorno, que a poner en marcha un proyecto plural y consensuado.
Su posterior llegada al club de la ribera, que dispone de una estructura material e institucional mucho mas amplia, le permitió acceder a una variada gama de recursos económicos y para explotarlos consideró indispensable modificar los aspectos financieros y comerciales de la institución. Así, logró que en octubre de 1996, la Asamblea de Representantes apruebe su proyecto para crear el Fondo Boca Juniors que cotizaría en la Bolsa de Valores, poniendo al club mucho mas a tono con la inusitada valorización que fue logrando la actividad financiera como eje ordenador de las relaciones económicas en la Argentina.
Esta cuestión implicaría un primer paso para la futura conformación de una sociedad anónima, tratando de trasladar así a la esfera deportiva uno de los criterios mas obsesivamente perseguidos en la esfera económica: la privatización de empresas públicas. (Macri apuraba así un debate inconcluso en el ámbito deportivo de nuestro país, ya que en estos últimos años algunos actores que han acumulado mucho poder dentro del ámbito futbolístico, pusieron fuertemente en duda la necesidad de sostener en el presente la forma asociacionista en las instituciones deportivas, proponiendo entonces, el urgente desembarco del modelo empresarial en los clubes argentinos) 3.
Con respecto a este último punto resulta interesante resaltar que aprovechando, entre otras cosas, la grave crisis por la que atraviesan algunos clubes en la Argentina, una minoría que se inclina con avidez a imitar de una manera superficial los criterios organizacionales provenientes del exterior, pretende confinar al pasado, sin muchas argumentaciones serias, una tradición que tuvo plena vigencia durante buena parte del siglo veinte. Se trata de la concepción asociacionista que, pese a sufrir muchas distorsiones a lo largo del tiempo, y sobre todo a partir del proceso modernizador que se llevó a cabo en los primeros años sesenta, aún sigue demostrando, a través de algunos buenos ejemplos, que se puede llevar a cabo una gestión exitosa en los clubes si los dirigentes se siguen apoyando en ella.
En el marco de estas disputas que se estaban produciendo en el ámbito deportivo de nuestro país, Macri convenció rápidamente a los socios de Boca Juniors, quienes van quedando cada vez mas marginados de las definiciones importantes como está sucediendo también en otros clubes, que dejaran en manos de quienes realmente "saben" cuestiones primordiales como son los aspectos económicos y financieros de la institución. Y a partir de esa disimetría que opone el "saber" al "no saber", una minoría quedará en condiciones de manejar, prácticamente a su antojo, áreas fundamentales de un club de fuerte arraigo popular en la Argentina.
El papel de los hinchasLa contratación de Carlos Salvador Bilardo para dirigir los destinos del equipo profesional de fútbol fue resuelta por Macri luego de encargar la realización de una encuesta a los hinchas. Se buscaba así, fabricar un consenso mayoritario para atribuirle después a ese público que es de lo mas variado, deseos y expectativas que, en gran medida, son meramente un reflejo de los objetivos que ya se habían fijado de antemano los dirigentes.
Por otro lado, en una serie de discursos que Mauricio Macri puso en circulación, quedaban explicitados cuales eran los valores que tenían que privilegiarse dentro de la institución, para afirmar un nuevo "orden" en el cual la distancia social sea no solo reformulada sino también mas visible. De allí, entonces, la preocupación del presidente Macri por establecer una firme pirámide jerárquica que luciría cristalizada con los dirigentes en la cima y los demás actores en la base, tomando como modelo a seguir la forma organizacional que fuera adoptada por poderosos clubes europeos (Confirmando una vez mas esa tendencia a descontextualizar tan propia de la dirigencia argentina de los últimos años, quién justifica sus mas diversos procederes refugiándose en el ejemplo ajeno).
La pobre campaña que realizó el primer equipo de fútbol durante el año 1996, defraudó las expectativas de los hinchas que habían confiado en las promesas del nuevo presidente quién había sostenido, desde sus primeros discursos, que conformaría rápidamente un equipo "ganador". En este contexto, Mauricio Macri se montó a caballo de una teoría conspirativa e intentó poner en juego todo el poder que ha acumulado Boca dentro del ámbito futbolístico, como consecuencia del gran torrente de público (y el consiguiente dinero) que puede movilizar, en todo el país, desde hace ya varias décadas.
Así, confiando en su prestigio social y en su capacidad para movilizar fácilmente la voluntad de los hinchas, Macri intentaría presionar a las autoridades del fútbol argentino y a los árbitros de los partidos para que los fallos polémicos de estos últimos que, según su propia versión, estaban perjudicando a Boca Juniors, se terminaran de una vez por todas:
"... voy a pedir a los hinchas que no vayan más a la cancha cuando juguemos de visitante..." 4
Como consecuencia, entre otras cosas, de las presiones ejercidas por las autoridades boquenses, el referí Javier Castrilli, luego de dirigir un partido en donde el equipo de Vélez Sársfield venció a Boca Juniors por goleada y él se animó a expulsarle tres jugadores, no volverá a dirigir al club de la ribera durante cinco meses. Es que la institución dirigida por Macri había pedido un duro castigo para el árbitro, preparando así el terreno para que en un futuro la marcha del equipo no se topara con ese tipo de contratiempo5.
La aparición de conflictosTeniendo como principal argumento los escasos triunfos obtenidos por el equipo dirigido por Carlos Bilardo (quién fue y es uno de los máximos pregoneros en la Argentina de que en la práctica futbolística son los resultados lo único importante) una franja de los hinchas de Boca Juniors empezaron a darle la espalda a Diego Maradona al prejuzgar que el ídolo atravesaba irremediablemente la etapa de la decadencia. Si bien prontamente son muchos los hinchas de Boca Juniors que respaldarían a Maradona brindándole una gran ovación, dejando de lado así las dificultades que su equipo favorito estaba atravesando momentáneamente, el notable jugador confirmaría la decisión de no jugar más en el club:
"El recibimiento de la hinchada no puede hacer cambiar mi decisión. Y menos los hinchas que hablan pelotudeces". 6
El apoyo brindado por el público estaba basado, en buena medida, en el fuerte reconocimiento que Maradona había acumulado a través de tantos años de deportista exitoso, capaz de definir el partido a favor de su equipo a partir de una jugada que mezclaba belleza y eficiencia.
Otro punto de conflicto se generó en el club de la ribera, cuando Maradona desaprueba el proceso de "racionalización" llevado a cabo por Bilardo que pretendía descartar, sin ningún tipo de miramientos, a los deportistas que no se amoldaban tanto por sus comportamientos como por sus características corporales al proyecto primermundista requerido por las autoridades7.
Por otro lado, Maradona, mantuvo desde el comienzo, una relación controvertida con el presidente de la institución, Mauricio Macri, a quién le preocupaba, entre otras cosas: los privilegios que la conducción anterior le había otorgado al genial deportista y que él no se animaba a cortar, su adicción a las drogas, sus frecuentes rebeldías.
Si bien Maradona había concretado un rápido ascenso social utilizando como elevador uno de los pocos sitios que le va quedando a los sectores medios y bajos de la Argentina para escalar socialmente, teniendo que participar así de una convivencia social atravesada por armonías pero también por graves tensiones y estallidos, no tuvo reparos en señalar las fuertes diferencias de origen social que lo distanciaban de Macri y que, de alguna manera, seguían teniendo vigencia en el presente:
"Lo cortés no quita lo valiente, yo a él lo saludo, pero nos separa el Río de la Plata; él nació en cuna de oro y yo en Fiorito..." 8
Es que Maradona, pese a poseer una fortuna considerable y un excelente ingreso, no forma parte de esa minoría que integran aquellos individuos que teniendo un origen y educación afines, mantienen un estilo de vida similar como resultante de una determinada trayectoria de clase. Diego Maradona es un advenedizo, alguien que ha triunfado socialmente siguiendo un camino paralelo y con relaciones muchas veces tirantes con aquellos, revelando así, con suma crudeza, la inestabilidad del espacio social para quienes recién lo han escalado.
Apuntes finalesEl nuevo ciclo que se inaugura en el club Boca Juniors cuando Mauricio Macri asume la presidencia de la institución, participa, en alguna medida, de la reformulación del espacio público propio del "momento neoliberal", capaz de destruir tradiciones y patrimonios valiosos de los argentinos sin ningún tipo de fundamentos serios.
Así, mientras en el barrio de La Boca - como también en otros importantes barrios de la Ciudad de Buenos Aires - se está incrementando el deterioro de todos aquellos ámbitos de integración social que alentaron históricamente la participación de los ciudadanos y el debate democrático, Mauricio Macri, en el Club Atlético Boca Juniors, diseñaba una estructura institucional-organizativa sin muchos compromisos de solidaridad social a partir de la instalación de un Fondo de Inversión y la pronta comercialización de todos los elementos que intervienen en la práctica deportiva. Lo que resta, entonces, para completar la fábula eficientista es que los jugadores se adapten rápidamente a las exigencias de las autoridades y que la mayoría de los socios e hinchas cumplan, lo más correctamente posible, con su papel de consumidores (es decir, de protagonistas que quedan totalmente excluidos de las grandes decisiones pero que igualmente entregan pasión y color todos los domingos en los estadios).
Notas
Según la descripción realizada por Martín Caparrós y Marcelo Zlotogwiazda: "... son espacios impersonales, multinacionales, con moqueta gris y muebles por metro, que podrían estar en cualquier otro lado..." (Veintiuno, 6 de Mayo de 1999).
Gastón Gil explica con respecto a esta cuestión que: " Macri vio frustrado por muy poco su proyecto de quedarse con el fútbol profesional del Deportivo Español y trasladarlo a la Ciudad de Mar del Plata, un mercado potencial y subexplotado para el fútbol profesional". (Monopolio televisivo y "gerenciamiento"; el fútbol como mercancía, Estudios sobre Deporte, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2001, pág. 101)
Julio Frydenberg describe de esta manera las diferencias fundamentales que existen entre los dos formatos socio-jurídicos actualmente en pugna: "Básicamente, las asociaciones civiles tienen como objeto social el bien común de los socios (elemento que muchas veces se superpone con el "bien público") y no el lucro. Es decir, no son empresas, si bien pueden incluir dentro de sus actividades los buenos negocios, cuyo beneficio deben volcarse hacia el fortalecimiento de redes sociales básicas" (La crisis de la tradición y el modelo asociacionista en los clubes de fútbol argentinos. Algunas reflexiones, Estudios sobre Deporte, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2001, Pág. 70)
Olé, 17 de junio de 1996.
Es interesante resaltar lo que tiempo después comentaría Javier Castrilli: " En las reuniones del Colegio de Árbitros, el presidente Jorge Romo les dijo a los jueces que antes de sancionar tenían que fijarse en los clubes que les tocaba arbitrar y en que dirigentes tenían esos clubes" (Página/12, 26/9/98).
Olé, 12 de agosto de 1996.
Precisamente uno de los jugadores "descartados", el marcador de punta Carlos Mac Allister, expresaría: "A los jugadores de fútbol en la Argentina nos tratan como esclavos. No tenemos garantía de nada y somos como una mercancía que va de un lado para otro" (Olé, 17 de agosto de 1996).
Olé, 14 de setiembre de 1996.
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