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Efectos de un programa de 15 semanas de ejercicio físico aeróbico
sobre la salud física de personas mayores medido mediante
la determinación de la resistencia cardiorrespiratoria,
la adiposidad y la fuerza muscular

   
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Departamento de Educación Física y Deportiva
Universidad de Granada (España)
 
Jacobo Hernández Martos
jac_hern@hotmail.com

 

 

 

 
Resumen:
    El objeto de esta investigación es determinar el efecto de un programa de ejercicio aeróbico sistemático de 15 semanas sobre la salud de 30 sujetos mayores de 60 años (x = 80.1 años, DE = 8.44). Los sujetos seleccionados formaban parte de un Hogar de Ancianos. La muestra se dividió en dos grupos, aplicando las técnicas de aleatorización, balanceo y bloqueo: Grupo experimental (ejercitado) y de control (sedentario). Los entrenamientos se llevaron a cabo realizando 3 sesiones a la semana con 1 hora de duración cada una de actividades aeróbicas y resistencia muscular, durante 15 semanas. Se utilizó el diseño experimental Entregrupo con un Grupo de Control y se determinó la resistencia cardiorrespiratoria, la adiposidad, y la fuerza muscular. El análisis de covarianza utilizado para este estudio demuestra que el grupo experimental presenta mayor resistencia cardiorrespiratoria tras el tratamiento que el grupo de control (p<0.05) mientras que la adiposidad y la fuerza muscular se modifican pero no de forma significativa (p>0.05). Los resultados reflejan que los adultos mayores de 60 años con o sin discapacidad alguna, pueden beneficiarse de un programa de ejercicios aeróbico para mejorar la resistencia cardiovascular, aspecto imprescindible para prevenir gran parte de las enfermedades de nuestra población anciana.
    Palabras clave: Salud. Ejercicio. Adulto anciano. Envejecimiento.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 41 - Octubre de 2001

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1. Introducción

    La población europea está envejeciendo. Esta es una realidad que se da como consecuencia del paulatino descenso dela natalidad y la prolongación de la duración de vida gracias a los avances de la ciencia en el campo de la medicina, además de otros factores. El número de personas mayores de 60 años aumenta progresivamente y es importante avanzar en la vejez de la forma más saludable posible para así asegurarnos una mejor calidad de vida. En el proceso de envejecimiento ocurren unos cambios a nivel general en el organismo del sujeto que modifican la funcionalidad de los mecanismos de homeostasis del organismo (Puig y col., 1996). El ejercicio físico regular e individualizado según prescripción médica, ejerce una acción beneficiosa demostrada sobre aquellas personas que lo practican (García, 1986; Kannel, 1995, citado por Cortes, 1993). Esta acción se ve reflejada en una mejora en el funcionalismo cardiovascular, fortalecimiento de músculos y articulaciones y favorecimiento de vías metabólicas (Cortes, 1993). Existen estudios donde se ha comprobado que el ejercicio físico también eleva el umbral del dolor y la tolerancia al mismo gracias a la liberación de péptidos opioides endógenos, y alivia la tensión psíquica acumulada durante el día (Hollman 1989, citado por Cortes, 1993). Para el caso concreto de algunas patologías, el ejercicio en forma de movilidad física activa y/o pasiva se ha mostrado muy efectiva: pacientes con demencia senil, alzheimer, etc. (Cabrero y Cortes, 1992).

    Los efectos positivos del ejercicio físico aeróbico en ancianos son tan beneficiosos como los conseguidos en cualquier otro grupo de edades (Puig, 1996). No existen evidencias de que un entrenamiento moderado y desarrollado de forma controlada y supervisada, sea peligroso para la salud de los ancianos. Un estudio de Hartrad y col. (1996) citado por Puig (1996), obtiene que realizando un programa de entrenamiento de seis meses de marcha progresiva con dos sesiones a la semana y aplicado a mujeres de edad superior a sesenta años, se producen cambios fisiológicos positivos. Por otra parte, el ejercicio físico practicado de forma regular junto a la dieta y la medicación, son los pilares básicos para controlar la concentración de lípidos plasmáticos, principalmente la del colesterol (Jiménez y Arévalo, 1997).

    El objetivo de este estudio es determinar la influencia de un programa de ejercicio físico aeróbico de 15 semanas de duración, en una muestra representativa de la población de 30 sujetos sanos de edad avanzada, basado en ejercicios para la mejor de la resistencia cardiorrespiratoria y la fuerza muscular, sobre la mejora de la capacidad cardiovascular y la fuerza, y el porcentaje graso (adiposidad). Pretendemos contrastar empíricamente le ejecución de este entrenamiento y la mejora de las capacidades anteriores junto con el porcentaje graso, al considerar como hemos visto antes en otras investigaciones, que pueden reportar aspectos positivos para la salud de los sujetos.


2. Método

2.1. Sujetos

    La muestra utilizada en esta investigación fue obtenida de un "Hogar de Ancianos" situado en la capital de Jaén, junto al Hospital Princesa de España. Se seleccionaron a 30 sujetos de un total de 96 internos, y se dividieron en dos grupos, todo ello utilizando las técnicas de aleatorización, balanceo (con respecto a la variable genero), y bloqueo para procurar la máxima semejanza posible entre los dos grupos: de control y experimental. En cada grupo había 8 varones y 7 mujeres, y el rango de edad de los sujetos fue entre 60 y 97 años (x = 80.1 + 8.44). Estos no presentan enfermedades agudas o crónicas que les imposibilitaran la participación en el programa de ejercicio. El grado de inactividad de los sujetos anterior a la investigación fue elevado debido a que generalmente sus actividades diarias se reducen a sentarse en el jardín y ver televisión.

    Se requirió un seguimiento médico individualizado que fue apoyado por un licenciado en cc. de la actividad física y deporte antes y durante el transcurso de la investigación, y fueron admitidos personas con y sin discapacidad.

2.2. Diseño experimental

  • Variable Dependiente: Resistencia cardiorrespiratoria, fuerza muscular, y adiposidad.

  • Variable independiente: Programa de entrenamiento aeróbico. Se establecen dos niveles:

    • Nivel 1: 15 sujetos que no realizan el entrenamiento y continúan con sus hábitos normales (Grupo de Control).

    • Nivel 2: 15 sujetos que se someten al entrenamiento. (Grupo experimental).

La variable dependiente se determinó mediante la siguiente forma:

  • Resistencia cardiorrespiratoria: Prueba de caminata de 864 m.

  • Adiposidad: Mediante los pliegues subcutáneos.

  • Fuerza muscular: Prueba de prensión.

    Se utiliza un diseño experimental Entregrupo con un Grupo de Control. Se realizó una medida inicial a todos los sujetos independientemente del grupo al que perteneciesen, y otra medida al finalizar el tratamiento llevado a cabo sobre el Grupo experimental. Este tipo de diseño experimental se caracteriza por tener una variable independiente, dos niveles y dos grupos, uno de control.


2.3. Instrumental

    Para medir la resistencia cardiorrespiratoria tan solo fue necesario un cronometro. La fuerza isométrica se midió con un dinamómetro de presión siguiendo el protocolo descrito por Jonson y Nelson (1986), mientras que la adiposidad se determinó utilizando un calibrador de grasa marca Lange con una precisión constante de 10 g/mm.

2.4. Procedimiento

    El primer paso efectuado antes de comenzar con el entrenamiento, fue revisar el historial de cada sujeto. Una vez hecho ésto se procedió a organizar las sesiones. El programa de ejercicio fue diseñado para desarrollar los componentes antes mencionados: resistencia cardiorrespiratoria y fuerza muscular. Antes de aplicar el tratamiento al grupo experimental, efectuamos un registro a todos los sujetos (Pretest). La resistencia cardiorrespiratoria se determinó midiendo la velocidad de caminata en una distancia de 846 m con un cronómetro. La fuerza la medimos con un dinamómetro, y por último se registro la adiposidad utilizando un calibrador de grasas. Se midieron los pliegues de tejido adiposo del tríceps, axila, muslo, abdomen, región subescapular, ileo y pecho de acuerdo con el protocolo de Jackson y Pollock, y luego se utilizo la sumatoria de los mismos para el análisis estadístico.

    Los sujetos fueron asignados a dos grupos utilizando las técnicas de aleatorización, balanceo con respecto a la variable sexo, y bloqueo. El grupo experimental fue sometido a un programa de ejercicios durante 15 semanas y el grupo de control se mantuvo sedentario. Utilizamos un examen médico, un cuestionario y una entrevista para establecer la presencia de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, discapacidades y lesiones músculo-esqueléticas, así como información sociodemográfica. En el examen médico, todos los sujetos fueron sometidos a mediciones de frecuencia cardiaca y presión arterial en reposo y post-ejercicio.

    Las sesiones de entrenamiento se efectuaron tres días en semana: lunes, miércoles y viernes. Cada una incluía de 5 a 10 minutos de calentamiento, en los cuales se trabajaba la flexibilidad, coordinación e imagen corporal. Posteriormente los sujetos realizaron de 15 a 30 minutos de actividad aeróbica y de fuerza-resistencia muscular, para finalizar la sesión se programó entre 5 y 10 minutos de recuperación. Se incrementó en intensidad y duración de forma individualizada y siempre con la supervisión médica y del especialista de E.F. Las actividades aeróbicas consistieron en sesiones de danza y caminata con intensidades entre el 50 al 70% de la reserva cardiaca máxima utilizando la formula de Karvonen. Los sujetos comenzaron realizando 5 minutos de actividades aeróbicas con música y 10 minutos de caminata a una intensidad del 50% de reserva cardiaca. El tiempo de caminata se incremento progresivamente entre 1-2 minutos por semana hasta que los sujetos caminaban entre 20-35 minutos.

    También se incrementó la intensidad paulatinamente hasta alcanzar 60-70% de la reserva cardiaca.

    El trabajo de resistencia muscular consistió en ejercicios de flexión y extensión de piernas, brazos y tronco, utilizando pesos ligeros y movimientos en contra de la gravedad. Al principio se trabajó con un kilo realizando entre 5 y 10 repeticiones de cada ejercicio. Posteriormente el número se incremento hasta un máximo de 15. Luego se incrementó la resistencia y se redujo el número de repeticiones para volver a avanzar hasta 12-15.


3. Resultados

    Los sujetos que formaron la muestra de nuestra investigación tenían un rango de edad de 60 a 97 años. Tan solo el 20% estaban casados y tenían familiares cercanos y los restantes eran solteros (40%) o viudos (40%).

    Se les consulto sobre su estado de salud según su propia percepción, y el 45% de ellos indicaron que tienen un malestar de algún tipo y refieren dolores musculares, mientras que el 35% mencionaron mareos, perdida de equilibrio, problemas respiratorios y lesiones de huesos y articulaciones como los padecimientos más frecuentes (45% del total).

    Podemos ver en la tabla 1 las respuestas al ejercicio de ambos grupos. Los sujetos presentaron respuestas normales en cuanto a frecuencia cardiaca y presión arterial.

Tabla 1. Frecuencia cardiaca y presión arterial en reposo y pos-ejercicio de los grupos experimental y control.

    Las medias y desviaciones estándar de las variables dependientes del grupo experimental y de control al inicio y al final del programa se presentan en la tabla II. Observamos mejorías en el grupo sometido al programa de ejercicios en la resistencia cardiorrespiratoria y fuerza isométrica. La adiposidad aumento en ambos grupos.

Tabla II. Medias y desviaciones estándar de las variables en estudio antes y después del programa de ejercicios.

    Se efectuó un análisis de covarianza (ANCOVA) de una vía con el fin de determinar la efectividad del tratamiento. Las variables que utilizamos en este estudio cumplen los requisitos para utilizar esta técnica estadística (homogeneidad de regresión para la variable). En las figuras II a IV se presentan las medias ajustadas y resultados del ANCOVA.

Figura II. Comparación de las medias ajustadas de la velocidad de caminata entre el grupo experimental y el control.


Figura III. Comparación de las medias ajustadas de la fuerza isométrica de la mano izquierda
y derecha entre el grupo experimental y el control.

Figura IV. Comparación de las medias ajustadas de la adiposidad entre el grupo experimental y el control.

    El ANCOVA efectuado para determinar el efecto del programa en la resistencia cardiorrespiratoria indicó que la medida ajustada de la velocidad de caminata del grupo entrenado fue significativamente mayor (p<0.05) que la media ajustada del grupo que se mantuvo sedentario. Esto indica que se produjo una mejora notable de la resistencia cardiorrespiratoria en el grupo que había efectuado el entrenamiento. En cuanto a la fuerza isométrica y la adiposidad, se dieron mejoras pero no fueron estadísticamente significativas (p<0.05) tras el tratamiento.. 4. Discusión

    Los nuevos descubrimientos y los avances tecnológicos hacen que nuestra sociedad esté cada vez más automatizada y estos automatismos como es lógico también afectan al estrato de población con más edad. La consecuencia directa de estos avances es que muchas actividades y tareas realizadas cotidianamente requieran menos esfuerzo físico. Si a esto unimos que en muchas ocasiones la vida de los ancianos se resumen en ver televisión y hacer otras actividades que no suponen ningún tipo de esfuerzo físico, es de suponer el estado de sedentarismo en que se ven inmersos que se une con otros posibles factores como la sobrealimentación y por tanto el sobrepeso. El aumento de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, las cardiopatías coronarias y la obesidad, están en gran medida provocado por nuestro modo de vida prospero y fácil (Ferrer, 1998).

    En nuestra investigación, el componente de salud física que presentó mayores cambios fue la resistencia cardiorrespiratoria. Los sujetos ejercitados presentaron una mejoría significativa al aumentar la velocidad en un promedio de 19.7 m/min, mientras que el grupo de control fue 9.6 m/min más lento. Estudios anteriores como los de Paterson, en 1992, dicen que el VO2 se puede incrementar en un 11% a las 9 semanas de entrenamiento de personas mayores de 60 años. El incremento de resistencia cardiorrespiratoria que obtuvimos en esta investigación, un 46.5% fue mucho mayor que el reportado en estudios previos.

    La fuerza de prensión del grupo ejercitado aumentó con el programa de ejercicio entre un 11 y 12% en la mano izquierda y derecha respectivamente, aunque las diferencias no fueron significativas. Esto se podría atribuir a que los sujetos presentaban atrofia muscular por ausencia de sobrecarga a los músculos, dada la reducida movilidad detectada en la muestra. La composición corporal no mostró cambios significativos aun cuando hubo un aumento en los resultados absolutos. La adiposidad se aumento un 5.2% en el grupo sometido a un programa de ejercicio y un 11.4% en el grupo sedentario.

    Este estudio Apoya la hipótesis que la salud física puede mejorarse en personas mayores de 60 años, aun cuando presenten discapacidades. El mayor beneficio del entrenamiento se centra en la capacidad de trabajo físico y la resistencia cardiorrespiratoria, que son factores que pueden prolongar la duración de una vida activa y retardar u obviar la dependencia. En conclusión, las personas mayores que fueron objeto de estudio y a las que se les aplicó el tratamiento, mejoraron su salud física, especialmente la resistencia cardiorrespiratoria con un programa de ejercicios de quince semanas.


Bibliografía

  • CABRERO, M.C., CORTES, M. (1992). Aproximación al estado actual del tratamiento de la demencia senil tipo Alzheimer. Ciencia Médica, 9, 3, 82-87.

  • CORTES, J.M. (1993). Importancia de la educación física en la salud de las personas mayores. Revista española de Medicina de la Educación Física y el Deporte, 2 (2), 107-110.

  • FERRER, V. (1998). Prescripción de ejercicio y actividad física para la salud. Revista española de Medicina de la Educación Física y el Deporte, 7(3), 138-151.

  • JACKSON, A., POLLOCK, M., (1978). Generalized equations for predicting body density of man. British J. Nutr. , 40, 497.

  • JIMÉNEZ, M., ARÉVALO, J. R. (1997). Importancia del ejercicio físico y la dieta en el control de los lípidos plasmáticos. Revista española de Medicina de la Educación Física y el Deporte, 6 (1), 13-19.

  • JONSON, B., NELSON, J. (1986). Practical measurements for evaluation in physical education. Millan Pushing Company, 3, 105-106.

  • PUIG, J.M., CERDA, M., MOLINS, J., ABRIL. C., & AGUILAR, J.J. (1996). El ejercicio físico en el anciano. Rehabilitación, 30, 465-469.


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revista digital · Año 7 · N° 41 | Buenos Aires, Octubre de 2001  
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