Gimnasia y Esgrima y la identidad jujeña en los discursos de la prensa y los cantos de los hinchas |
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Universidad Nacional de Jujuy (Argentina) |
Ramón Burgos huaico@imagine.com.ar |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 40 - Setiembre de 2001 |
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Esta presentación está relacionada con dos aspectos complementarios de la investigación que actualmente realizo, en la que estudio discursos relacionados al club Gimnasia y Esgrima de Jujuy (en adelante GyEJ) y a su funcionamiento como referente identitario de los jujeños1.
Propongo relacionar por un lado, mi trabajo sobre las representaciones2 que algunos medios de comunicación ofrecieron como mediaciones de identificación en ocasión del ascenso del club GyEJ a la Primera División del fútbol argentino en 1994. El otro punto de la relación es un trabajo conjunto con Marcelo Brunet, en el que analizamos el discurso de los cantos de los hinchas de GyEJ, para dar cuenta de las formaciones discursivas3 relacionadas con lo extrafutbolístico.
En ambos casos, se pueden destacar aspectos similares en los modos en que se construyó a GyEJ como referente identitario. Entendemos que el concepto de la identidad se articula en la compleja tensión de la igualdad y la diferencia, ya que la identidad remite tanto a un proceso de identificación, social e históricamente constituido, que es interno a los miembros del grupo, como a aquellos rasgos diferenciadores que los distinguen del resto. En el fútbol, el elemento oposicional es decisivo. Como sostiene Eric Dunning “el enfrentamiento sirve para reforzar la identificación como grupo, es decir que el sentimiento de ‘nosotros’ como grupo, como unidad, se refuerza ante la presencia de otro grupo percibido como ‘ellos’” 4. En el caso de GyEJ, “ellos”, o sea “los otros”, tienen que ver -principalmente- con una referencia generalizadora sobre los salteños y los porteños.
Esta diferenciación, manifestada a través de las canciones de los hinchas y de las crónicas periodísticas analizadas, intenta marcar "la pertenencia de ciertos actores sociales a un colectivo que los comprende, [a la vez que hace referencia a] la participación de tales actores sociales en el sostenimiento y redefinición de parámetros de agregación de tal grupo, a partir de los cuales poder definir un nosotros diferenciado de un ellos"5. En este caso, la agregación es la pertenencia como hinchas de Gimnasia a la provincia de Jujuy.
Es en este sentido que las propuestas discursivas que realizan los medios y las canciones que los hinchan cantan durante los partidos proponen a GyEJ como referente identitario de los jujeños. Los antropólogos Belli y Slavutsky sostienen que “una respuesta convencional [para definir a la identidad jujeña] puede tomar límites de orden jurídico -se es jujeño porque se nació aquí-. Otro modo enunciativo de marcar identidad jujeña, por parte de los agentes es indicar rasgos, signos distintivos: el jujeño ama a su tierra, celebra con unción ‘el éxodo jujeño’, ofrenda a la Pacha Mama, festeja el carnaval, es muy católico y venera a sus santos, etc.; o bien señala diferencias nítidas (que suelen tomar la forma de oposiciones) con la vecina provincia de Salta y con los sureños, especialmente marcado para el caso de los cordobeses y porteños” 6.
Para ver las maneras en que los relatos periodísticos de la prensa gráfica provincial y nacional podían considerarse como modelos para la configuración del imaginario7 del club GyEJ como referente identitario, analizamos los diarios Pregón y Clarín construyendo un cuerpo que nos permitió indagar acerca de tales representaciones.
De esta forma, observamos que Pregón, el diario local de más tirada de la provincia, acompañó el proceso futbolístico de GyEJ construyendo -a medida que el equipo progresaba en las instancias deportivas- un imaginario del club cada vez más representativo del conjunto de los jujeños.
Esta representatividad de GyEJ se produce a partir de varios ejes. Por un lado a partir de la naturalización de la relación entre Gimnasia y Esgrima y Jujuy. Esta naturalización se percibe en las crónicas de ambos diarios, englobando a todos los habitantes de la provincia de Jujuy detrás del equipo de fútbol.
Esta asociación se da a partir de que la provincia de Jujuy logra una mayor visibilidad en el ámbito nacional, mediante la competencia de GyEJ en el Torneo de la B Nacional. Pregón lo ejemplifica afirmando que “es Gimnasia el que representa a la provincia a nivel nacional” (23/4/94), y sentencia: “Gimnasia es sinónimo de Jujuy” (26/4/94).
Al mismo tiempo, se argumentó acerca de cómo GyEJ representaba a los jujeños desde el plano futbolístico, ya que jugaba al fútbol de la manera en que todos querían que lo haga, generando un consenso (también) desde el respeto a una identidad futbolística8.
De esta manera se buscó construir una identificación que lograra agrupar al conjunto de los jujeños tras una empresa común en momentos donde la situación social y política de la provincia se debatía en una fractura que tenía su exponente más claro en los conflictos sociales que se desarrollaban simultáneamente.
Por eso se reclamaba que “Gimnasia necesita el apoyo de la gente de Jujuy sin distinción de banderías” (Pregón, 23/4/94), para “demostrar que tras un equipo hay una provincia” (Pregón, 26/4/94). Como sostenía (y sostiene) en forma permanente Raúl Ulloa, presidente de la Institución, “Gimnasia es de todos [los jujeños]”.
En este sentido, creemos -como afirma Marc Augé- que en el contexto actual el fútbol parece confirmar que “las adhesiones más vigorosas a la ciudad en el sentido más amplio de la expresión (pues los hinchas pertenecen a la región y no solamente a la ciudad strictu sensu) son de tipo deportivo y los simbolismos más elementales encuentran aquí (dos o tres letras, uno o dos colores) una vitalidad y una eficacia nuevas"9.
Por otro lado, la mayoría de las canciones de los hinchas están destinadas a reforzar la pertenencia a un lugar común, que se presenta en los cantos como Gimnasia, Nosotros, Lobo, Jujuy. Desde los cantos, el colectivo nosotros se presenta como algo homogéneo. Esto es, la hinchada de GyEJ construye su identidad, principalmente, a partir de sumergir en el anonimato a cada uno de sus integrantes-productores del discurso, bajo el “nosotros inclusivo” (yo + ustedes).
El nosotros inclusivo se convierte en sujeto de la acción, generalmente explicitada por verbos en presente (vinimos, vamos) o indefinido (haciendo, tomando). Los sustantivos de esos enunciados contribuyen a construir actitudes desafiantes (descontrol, vino, cana), que en un marco de verbos en presente, indefinidos e infinitivos adquieren mucha fuerza ilocutiva, pero que más allá de toda consideración lingüística, lo que hacen es permitirse una construcción diferente del jujeño, resistiendo, quizás, el mote de pasivo.
Estas caracterizaciones funcionan como estereotipos que se asignan desde los medios. Desde los periódicos analizados, se continúa coproduciendo10 la presentación idealizada del “nativo pacífico y sumiso” que tiene que ver con la construcción de un “nosotros” bueno en oposición a los “otros” malos, los porteños. Esta forma de oponer “nosotros” y los “otros” a partir de la bondad y la maldad, participa además de la observación que realizara Gabriela Karasik en cuanto a una estrategia discursiva de las oligarquías norteñas, que opone “un ‘nosotros’ unido frente al ‘enemigo común’: Buenos Aires” 11.
Esta enemistad tiene su origen en situaciones históricas que dan cuenta de relaciones de poder al interior de la nación y entre las provincias.
Retomando esta identificación pasiva del jujeño como marca distintiva, Pregón sostiene que Jujuy “como lo ha manifestado infinidad de veces, cuenta con un pueblo que, salvo algunas excepciones muy especiales, posee respeto por los demás, no crea problemas si no es agredido y solo quiere participar de una fiesta deportiva” (26/4/94).
Por su parte Clarín, continuando con esta estereotipación, utiliza la metáfora de “la siesta provinciana” -empleada para contraponer la supuesta actitud de los habitantes del interior con respecto a los del centro- para referirse al desempeño futbolístico del equipo jujeño, contrastándola a la actitud del equipo bonaerense, rival del partido.
Como vemos, se construye una identidad jujeña a partir del otorgamiento de determinados rasgos.
Paralelamente a estas caracterizaciones, la identidad se va construyendo -como ya mencionamos- de manera oposicional. Aquí es que entran a jugar los discursos en oposición a los otros.
Como antecedente podemos mencionar que en mayo de 1992, GyEJ disputó la final del Torneo Zonal Noroeste frente a Gimnasia y Tiro de Salta. Allí el diario Pregón subrayaba la importancia de dicho encuentro al definirlo como un “clásico interprovincial” y destacaba en forma permanente “la rivalidad [existente] entre salteños y jujeños” (11, 12, 15, 16 y 17/5/92).
Esta rivalidad se manifiesta en los cantos de los hinchas de manera continua. Durante los seis años que GyEJ jugó en primera división, sólo compartió una temporada con un equipo salteño. Sin embargo, durante todos los partidos disputados en condición de local, durante esos seis años, se entonaron canciones en contra de “los salteños”. Consideramos que esta rivalidad entre jujeños y salteños no puede justificarse desde lo futbolístico sino que es un aspecto en un contexto más general de enfrentamientos en lo territorial, lo étnico y lo político que se dio y se da entre estas dos provincias.
Además de la oposición regional, en los cantos de los hinchas y, principalmente, en las crónicas periodísticas locales, aparece el gran otro en la conformación identitaria de los jujeños: “el centro” (entendiéndolo como una referencia amplia a Buenos Aires y a la Nación).
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