|
|
---|---|
Participación social, clubes deportivos y educación. |
|
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 38 - Julio de 2001 |
3 / 4
Entonces, me dijo: 'yo lo único que le puedo hacer María Teresa es facilitarle una reunión con los líderes de las comunidades ... y después, ahí, que ellos vean'. A los líderes les tuve que decir que yo, a lo único que me comprometía era que en el momento en que yo viera que ese programa iba a ser o era manipulado por el poder político de la Secretaría de Educación u otro poder político, yo renunciaba. Más que eso no les podía prometer. Me preguntaban por qué estaba allí ... yo les dije que porque si yo seguía con este trabajo en la Argentina, probablemente ahora no existiría. Y Brasil, ellos estaban de acuerdo, presentaba ciertos espacios posibles.
Bueno, entonces fueron estos muchachos los que, cuando aparecieron estos políticos, los echaron. Les dijeron: éste no es el lugar, ésta no es la reunión para Uds. y si Uds. quieren venir a hablar con nosotros, armamos otra reunión. Y se fueron. Esto ... te quiero decir ... esas cosas pasan y ahí digamos, lo que puede ser el uso por gente de "mala leche" de esos espacios fue neutralizado por el propio grupo de trabajo. Pero no siempre sucede así. En algunos momentos me ha pasado que cierto uso perverso del espacio que de alguna manera se brindaba para la participación no era tan fácil de neutralizar.
Otra experiencia que quiero comentarte fue en la Dirección del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
En el año '84, cuando yo volví de Brasil, venia de haber tenido todas esas experiencias, y de haber aprendido muchísimo y haberme fortalecido en esto que he defendido toda mi vida y que es lo que me preguntaste sobre la participación y la posibilidad de las escuelas de democracia a partir de las organizaciones populares. Entonces, cuando volví, con mi regreso del exilio, me invitaron a dirigir el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), donde estuve hasta el 91. Mi propuesta a Rodríguez Bustamante (entonces Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, UBA) fue elaborar el programa de investigaciones de manera participativa.
Fueron varios meses de reuniones, de jornadas con diferentes grupos, desde grupos de la facultad hasta los grupos de los diferentes Institutos de investigación que en ese momento existían en Capital Federal, hasta reuniones con asociaciones voluntarias. Yo hice reuniones, en el Instituto, con la gente del Club Nueva Chicago, con la gente de las Bibliotecas Populares, para poder armar lo que en aquel momento eran áreas de investigación del Instituto.
Las áreas de investigación del Instituto emergieron de estas jornadas de trabajo. Por ejemplo, lo del Programa de Desarrollo Socio Cultural intentó tomar como intereses de investigación las problemáticas que nos habían traído las asociaciones voluntarias en aquel momento; tanto de investigación como de formación. Armamos un Taller de Educación Popular en respuesta a esa demanda.
Otra experiencia muy rica fue en el año 1992 - 1993 en la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires. Como asesora del Area de Investigaciones de la Subsecretaria de Educación de la Provincia de Buenos Aires. (La Provincia de Buenos Aires es la más importante de las provincias argentinas)
En dicha oportunidad se logro llevar a cabo una experiencia participativa de construcción colectiva con los actores del sistema educativo en relación con la elaboración de los lineamientos de la política de investigaciones de la Dirección General de Cultura y Escuelas de la Provincia de Buenos Aires.
El plan de trabajo llevado a cabo desde agosto de 1992 a diciembre de 1993 se basó en una propuesta que presenté a la Sra. Subsecretaria de Educación, María del Carmen Feijó - en respuesta a su invitación - en agosto de 1992.
Este plan de trabajo tendía, fundamentalmente, a "no bajar línea"; es decir, se buscaba la elaboración de los lineamientos para una política de investigación como resultado de un trabajo colectivo con la participación de los actores del sistema.
En 1992 se trabajó con los directores, asesores y equipos técnicos de las respectivas ramas, para ampliar la base participativa hacia los supervisores y otros actores del sistema educativo en 1993.
Esta secuencia se acompañó con un proceso de formación de cuadros que actuaba sucesivamente como formación de formadores en las etapas sucesivas de ampliación y teniendo en cuenta la magnitud del sistema educativo de la provincia de buenos aires. en el año 1994, esta estructura de "onda expansiva" ya podía ser capitalizada por los CIES (Centros de Investigación Educativa) en cada una de los distritos de la Provincia de Buenos Aires.
El crédito de la experiencia se apoyaba en gran parte en un poner a prueba las posibilidades de consistencia entre "nuestro discurso" y "nuestra práctica profesional". como lo señaló muy claramente una de las directoras de los niveles de enseñanza de la DGEYC: " … ahora vamos a convalidar la coherencia entre el material escrito por usted y la experiencia práctica"
Para lograr la participación y construcción colectiva se trabajó con una metodología de sesiones colectivas con las direcciones y los equipos de cada rama desarrollando un modelo didáctico que posibilitó la socialización y apropiación de conceptos científicos a partir del conocimiento cotidiano y profesional "acumulado" por los actores del sistema a lo largo de sus respectivas trayectorias y experiencias en el campo educativo.
Fue un profundo proceso de ida y vuelta y de crecimiento en espiral que permitió la conversión de los interrogantes de los participantes en líneas problemáticas de una política de investigaciones educativas. como dijo uno de los directores en la evaluación final: "… tuvimos la posibilidad de ser testigos y parte de un verdadero proceso de construcción colectiva del conocimiento; paso a paso, entretejiendo las hebras de nuestros pensamientos y las hebras de la teoría cual telar de filigrana.
Se trabajó con los mismos directores de rama, en talleres donde ellos iban sacando afuera su diagnóstico a partir de su experiencia de años sobre cuáles eran los problemas centrales del sistema. Ahí estuvimos trabajando con el equipo sobre cuales eran problemas investigables y cuales no; sobre los que había que actuar directamente porque ya se sabía muchísimo sobre eso.
Como resultado de este trabajo colectivo se logra construir una propuesta para la elaboración de los lineamientos de la política de investigación para la Dirección General de Escuelas y Cultura de la Provincia de Buenos Aires donde se presentaba la organización de las líneas problemáticas básicas que podían servir de apoyo para futuras investigaciones educativas.
No fue casual, entonces, que cuando se comenzó a trabajar estas líneas problemáticas básicas con un grupo de inspectores de una de las regiones del sistema educativo (ampliando el universo de trabajo con los actores del sistema) hubo coincidencia en señalar que los núcleos y líneas de investigación eran reales, que se repetían y que aparecían en las recorridas habituales por los servicios; son los que llamamos "temas de trinchera" . Hubo temor que el equipo central estuviera alejado de la realidad concreta y que todo esto fuera una "bajada de línea" escondida. Pero se percibía que no era así.
¿Qué era lo que hacíamos? El documento en el que se decía todo eso había sido elaborado por los Directores y luego era insumo para otra vuelta de tuerca con los Supervisores. Y allí fue cuando nos dijeron que ellos se identificaban en los problemas a investigar porque eran "problemas de trinchera". Yo nunca me voy a olvidar de esta frase de que esos problemas 'que fueron sacados de la trinchera', de la lucha, de la lucha de todos los días.
Y esto terminó en el año '93, en una gran reunión que hicimos en Mar del Plata para, justamente, debatir el programa ... y además para ver cómo continuábamos de ahí en más. Fue la realización del encuentro de investigación educativa de la Provincia de Buenos Aires.
Se hizo toda una invitación a los maestros que ya habían enviado trabajos de investigación o de exploración ... bueno, la cuestión es que vinieron como trescientas personas, y todo estaba basado en talleres de trabajo para una nueva vuelta de tuerca ya no tanto sobre los problemas sino sobre cómo seguíamos de aquí en más. Los directores, asesores y equipos técnicos de cada una de las ramas, conjuntamente con los inspectores de la región trabajada, fueron los coordinadores de los talleres y grupos de trabajo constituidos por investigadores formados junto con maestros ... Era la "onda expansiva" …
La experiencia desarrollada nos mostró evidencias sobe la potencialidad y capacidad de los actores del sistema para su participación en las decisiones de la política educacional y de la practica educativa; la importancia de la participación de los actores de la práctica cotidiana para una real transformación de las mismas y la posibilidad de construir espacios de participación a pesar del contexto hostil y descalificatorio que estas prácticas deben enfrentar en nuestro presente histórico.
La experiencia desarrollada nos muestra que estas posibilidades están asociadas con la voluntad del poder político de apoyarlas y con una metodología de trabajo que asegure el crecimiento y aprendizaje de los sujetos participantes y la construcción de reales espacios de producción colectiva.
Todo proceso participativo involucra una "doble apropiación de conocimientos": conocimientos referidos al metier de la participación y conocimientos referidos al objeto de trabajo que se intenta construir colectivamente. Te quería decir, que cuando yo te digo 'la participación es un aprendizaje' tengo en cuenta que siempre es un aprendizaje doble: es un aprendizaje del metier de la participación, removiendo obstáculos del sentido común, aprendiendo y creando mecanismos y formas organizativas, pero también es un aprendizaje del metier sobre el qué se va a participar, por ejemplo en el armar un proyecto de investigación, o en la realización de la investigación misma.
En este caso era la investigación educativa, con lo cual estos talleres eran talleres para que los Directores de Rama pudieran explicitar su diagnóstico previo sobre la base de todo un trabajo sobre qué es investigar, qué es un problema de investigación. El desafío de la actitud investigativa, de la ignorancia y del error, y de la espera versus la actitud de un actor como ellos, actores de la acción cotidiana de quienes se espera la certeza y no la duda, la acción directa sin el tiempo de espera de la toma de distancia y de la problematización del pensar reflexivo y científico.
Fue una experiencia muy interesante de, realmente, construcción de un conocimiento colectivo, en esa conjunción del conocimiento cotidiano y del conocimiento científico. Y salió el programa de investigación. La propia Secretaría estaba realmente admirada. Era un excelente programa de enumeración y desarrollo de cuáles deberían ser las temáticas más importantes de tratamiento investigativo.
Nos quedó un aprendizaje importante: técnicamente estas experiencias son posibles; es posible su irradiación y multiplicación y constituyen una condición de una real transformación en el ámbito educativo.
Los mayores obstáculos surgen de las estructuras de poder cuando éstas tienen dificultades para procesar las demandas que emergen de un proceso participativo real. es también un proceso de aprendizaje para las estructuras de poder, lo que nosotros llamamos, pedagógicamente el proceso de análisis de las demandas. aprender que por ejemplo recibir las demandas que habían surgido de esa reunión, después de un trabajo de un año y medio, no significaba tampoco que en sus roles y funciones de la Dirección de Escuelas tuvieran que responder "mecánicamente" ... no, esas demandas se toman, se estudian, se analizan con los grupos; se da una nueva vuelta de tuerca y se va viendo que cauce se les da.
Yo les propuse ... porque esa fue una de las propuestas que surgió de esa gran jornada, viable perfectamente .... decía que les propuse un programa de expansión donde podíamos tomar a la gente de los CIES, formarlos -primero en lectura de investigaciones y después en cómo crecer en trabajos investigativos.
Si se habían aceptado los temas de trinchera, si lo que había que hacer ahora era ver cómo eso podía desarrollarse en investigaciones, en parte con investigadores externos, pero en gran parte en investigaciones en colaboración con los maestros. Lo primero que había que hacer era una etapa de formación mínima. Es decir continuar con "la onda expansiva".
Aprendimos que técnicamente es factible pensar en experiencias participativas, en este caso, de toma de decisiones que no son pequeña cosa, como decidir sobre la política de investigaciones sobre todo en dos rubros: ¿qué problemas investigar? ¿qué se investiga? ¿quiénes investigan, para qué y para quién se investiga? Y cómo hacemos este trabajo de formación. Eso había salido, no se nos podía atacar de ineficiencia. Se logró hacer una experiencia respetando tiempos, apostando al crecimiento de la gente, armando instancias de construcción reales de conocimiento colectivo donde el conocimiento de investigación nuestro entró a jugar en conjunción con el conocimiento que traía esta gente del sistema educativo, que era riquísimo. Ellos "conocían el bicho", como digo yo, en referencia al objeto de investigación. el trabajo me llevó un año (y no un mes como hubiera sido si yo elaboraba el plan y después se "bajaba línea") pero bienvenido sea ese año, estaba abierto todo, estaba toda la gente formada o en proceso de formación.
Entonces, ese trabajo a mí me mostró que es factible pensar en cada situación, con su particularidad, en estructuras de trabajo participativo, a través de las cuales se genere un proceso de pedagogía de participación, donde se crezca en el acceso al metier de participar y al metier que se está investigando, aún en una estructura y en un espacio monstruo como es el de la Provincia de Buenos Aires, el sistema educativo de la Provincia de Buenos Aires.
Hábitos de acción política...Yo me acuerdo una vez me encontré con una colega mía que estaba en el Ministerio de Educación en ese momento y me preguntó '¿qué estás haciendo?' Yo le dije 'mirá estoy intentando armar una estructura de trabajo participativo' Y me miró y me dijo 'pero ¿cuál es "tu bajada de línea"? ... Y yo le dije, si vos querés yo te hablo en esos términos, en todo caso mi bajada de línea es una propuesta de trabajo para que no haya más bajada de línea... que querés que te diga... (risas)
Ese es el espíritu que sigue hoy día por supuesto, la figura de la bajada de línea que es otra cosa que está internalizada por el de arriba y por el de abajo. Porque el de abajo cuando no le venís con una bajada de línea, cuesta mucho también que acepten este tipo de trabajo.
Muchas veces los poderes políticos han fracasado técnicamente, por lo menos en nuestro país, en lo que respecta a experiencias participativas. No es sólo un fracaso político, es un fracaso metodológico. Porque cuando vos tenés un programa que dice: 'Abramos las puertas de la Escuela a la comunidad y al barrio' y, resulta que a Directora tiene miedo de perder su autoridad, bueno ... eso puede ser trabajado. Pero además, ella tiene un miedo real: que los punteros políticos del barrio le invadan la escuela, y eso es una realidad. Vos no podés decir: ahora participemos, de la noche a la mañana. la participación no surge por generación espontánea o por una "bajada de línea". No es eso de lo que se trata.
La participación es un proceso doloroso de aprendizaje, lo decimos siempre. Doloroso, fascinante, lo que sea ... pero proceso de aprendizaje al fin. Donde uno mismo tiene que ir cambiando ... Eso implica que la voluntad participativa política si existe realmente, tiene que estar acompañada por un proceso de trabajo que lleva tiempo y ese tiempo es el que el poder político, muchas veces, no acepta. Porque quiere la participación para los votos, no para el crecimiento.
En toda esta cuestión participativa ... todos los hábitos de acción política como el matonismo, el internismo, el clientelismo, llega un momento que tiene que ser enfrentados...
Cambiando de tema. Se está debatiendo hoy en los clubes de fútbol, entre los que creen todavía en la asociación civil, un tema que va a tener incidencia en la gestión política de los clubes, que es el tema de la aparición de la figura del dirigente rentado. Los dirigentes de las asociaciones civiles, por ley, no pueden ser rentados. Pero hay experiencias de dos asociaciones civiles sin fines de lucro que tienen dirigentes rentados: no por casualidad son la Sociedad Rural y el Automóvil Club Argentino. A partir de esas experiencias, la Inspección General de Justicia está abierta a que cualquiera otra asociación - un club de fútbol, por ejemplo - presente esa propuesta y ellos le den la anuencia. Nadie está muy seguro acerca de las posibles consecuencias podría traer esto a una asociación voluntaria, porque esto sería una violación a esta norma del voluntariado. Menor, mayor, no sabemos. ¿Se te ocurre alguna hipótesis acerca de lo que podría pasar?
Yo te diría, pensando en voz alta ... la primera cosa que se me ocurre es que en sí mismo que se rente a un dirigente - cosa en la que yo nunca pensé- podría no ser necesariamente un factor de perversión o de refuerzo del autoritarismo, etc. Pero puede convertirse, no por el factor en si mismo de la renta, sino por todo el mecanismo en el que está inmersa, y la cuestión del club de fútbol tiene sus complejidades, mucho más allá del hecho de lo que te yo te estoy hablando. Yo te estoy hablando de experiencias en ámbitos educacionales o en asociaciones como las Bibliotecas Populares o las asociaciones barriales en Brasil que no son los clubes de fútbol. El club de fútbol tiene todo el aparato mercantil, tiene la AFA, tiene poderes por encima de él que pervierte muchísimo. Igual yo me animaría a hacer una experiencia.
Porque como todo este trabajo nuestro implican reuniones continuas de devolución de información, se van dando a través de los trabajos procesos en los que la gente del club piensa sobre determinado problema y muchas veces cambia sus perspectivas e ideas previas y ve que hay que decidir diferente. Es decir que el proceso participativo se va dando con este tipo de trabajo. Este es un trabajo que yo lo seguiría proponiendo para un club de fútbol ... pero teniendo en cuenta que un club de fútbol tiene sus bemoles por su estructura mayor, por estar asociado a estructuras mayores.
Ahora, volviendo a lo del dirigente, yo te diría, suponete que en un club se pudiera hacer una experiencia participativa de este tipo donde realmente se pensara en una estructura, sin romper la estructura actual, pero pensando en instancias o mecanismos más ágiles, más realmente participativos donde se analizaran los problemas, se decidiera ... tal vez en esa estructura no sería perverso decir ¿por qué no le pagamos al dirigente?. Le podemos pagar porque realmente son estructuras de trabajo que demandan mucha inversión de tiempo...
Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 7 · Nº 38 | sigue Ü |