La motivación en el fútbol | |||
Psicólogo Especializado en Psicología del Deporte (Argentina) |
Lic. Darío C. Mendelsohn dcmendelsohn@hotmail.com |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 37 - Junio de 2001 |
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La palabra motivación proviene de la raíz movere - mover- movimiento; algunos de los sinónimos que normalmente se utilizan al hablar de motivación son : excitación, energía, intensidad, activación, fuerza, etc.
La motivación debe analizarse también como una de las habilidades psicológicas que se requieren para convertirse en un jugador efectivo.
La motivación es un tema clave en cualquier actividad humana, ya que en los ámbitos laborales, académicos o deportivos, el rendimiento y los buenos resultados tienen mucho que ver con el nivel de motivación que tienen las personas.
Uno de los errores que a menudo se manifiestan en el ámbito deportivo, es creer que por el sólo hecho de dedicarse a una actividad, que a uno le gusta, le pagan bien (a veces), tiene repercusión mediática (a veces), tiene éxito (a veces), etc.; lo que lo convierte en un lugar deseado por una gran mayoría, un deportista debería estar siempre motivado.
Si bien es cierto que lo precedentemente mencionado es un factor importante para constituir la motivación de una persona, no podemos desconocer que los componentes biológicos, sociales, cognitivos y emocionales, son formadores de la motivación básica de una persona, y si tenemos en cuenta que los tres últimos factores (sociales, cognitivos y emocionales), son cambiantes por naturaleza, va de suyo que la motivación es una cualidad evidentemente dinámica.
A pesar del carácter dinámico de la motivación, hay una gran cantidad de entrenadores de fútbol que creen (y así lo declaran públicamente) que la motivación de un futbolista es una cualidad permanente e inalterable en el tiempo.
Al respecto, y a modo de ejemplo, recuerdo una jornada de medicina y psicología aplicadas al deporte, llevadas a cabo el 26/6/99 en un colegio de la ciudad de San Isidro, donde el tema a tratar fue "La Motivación en el Deporte", por un panel compuesto por el Profesor Alfano (Preparador físico del Club A. Huracán), el Lic. Gabriel Levy (Psicoanalista), el Sr. Miguel Angel Russo (Director Técnico), y el Sr. Jorge M. Trasmonte (Prosecretario de Redacción del Diario deportivo Olé).
En su exposición, el Sr. Russo se preguntaba en voz alta: "¿Por qué se necesita Motivación? " (sic)," ¿Por qué les tengo que transmitir como jefe de grupo?" (sic)," ¿Porqué tengo que manejar la Motivación?" (sic), " ¿Por qué yo tengo que desarrollar la motivación de un individuo?" (sic).
Afirmaba también, "La motivación es algo gris" (sic), o "Motivar significa sufrimiento" (sic), y "A mí me tocó sufrir mucho" (sic), y por último también decía: "Si empiezo a leer libros, hay un montón de cosas que no entiendo" (nuevamente sic).
Dichas reflexiones del Sr. Russo, motivaron que le preguntara, ¿por qué, si había un montón de cosas que el no conocía, no incorporaba un especialista que lo asesorara (entre otros temas) en la etiología de la motivación en el deporte, para quedar mejor posicionado a la hora de tener que ocuparse de la activación emocional de sus jugadores (tarea ésta última, que sin duda debe ser llevada a cabo por el Director Técnico).
Lamentablemente su respuesta fue preguntar a que se dedicaba el autor de ésta nota, y al responderle que era Psicólogo especializado en deportes, su único (y último) comentario fue : "Ah, Ahora entiendo", obturando la posibilidad de un debate serio y profundo.
Otra práctica común en el fútbol, es aquella que establece expectativas poco realistas sobre las posibilidades de un futbolista en la competencia. La famosa frase "vos podés hacerlo" conlleva un alto riesgo, ya que si el deportista ve que no se cumplen las expectativas previstas, puede sufrir un efecto "boomerang", que provocará una disminución en la motivación, afectando la confianza del futbolista en su entrenador.
Según Littman (1958) "La motivación se refiere al proceso o condición que puede ser fisiológico o psicológico, innato o adquirido, interno o externo al organismo, el cual determina o describe porqué, o respecto a qué, se inicia, se selecciona o finaliza; éste fenómeno se refiere al estado por el cual determinada conducta frecuentemente se logra o se desea: también se refiere al hecho de que un individuo aprenderá, recordará u olvidará cierto material de acuerdo con la importancia y el significado que el sujeto le dé a la situación".
La motivación explica
La energía con la que hacemos algo (velocidad y vigor)
La persistencia en la actividad.
La dirección que toma nuestra conducta.
Motivación conciente e inconcienteEn líneas generales, lo que una persona acusa o expresa como motivación de su conducta, suele ser solo una parte de la motivación total, pero puede también ser únicamente una justificación o racionalización de aquella, escapando a su conocimiento o a las motivaciones verdaderas.
La motivación conciente o inconciente, se refiere en última instancia al conocimiento o desconocimiento respectivamente, que el propio individuo tiene de las motivaciones.
A menudo en el fútbol, no se avanza más allá de la motivación conciente, que es la que se ve, dejando de lado la motivación inconciente u oculta, que es la generadora de la conducta visible; entonces sucede que muchas veces un entrenador sanciona a un jugador, por alguna acción incorrecta, sin investigar las causas que originaron dicha conducta manifiesta.
Ahora bien, el entrenador, tiene tiempo para ocuparse de las motivaciones inconcientes?, está capacitado para hacerlo?, creo que la respuesta a las dos preguntas precedentes es la misma, no.
Al respecto, creo que puede resultar útil comentar un ejemplo de la práctica.
En uno de los planteles de fútbol que trabajé, en la previa a un partido que se iba a disputar dentro de una hora, observé que un jugador del equipo titular, estaba extrañamente parco, y si bien es cierto que no era uno de los "animadores" del grupo, tampoco era de los más callados, me acerqué, le pregunté como estaba, y me dijo que nada, que estaba bien.
Comenzó el partido, y dicho jugador, tenía desatenciones y cometía errores poco habituales en él, inclusive, de uno de esos errores, que podríamos llamar de "oficio" nuestro equipo sufrió un gol en contra, siguió el partido, y dicho jugador seguía jugando, "como para irse", es decir, con su desempeño pedía a gritos que lo saquen de la cancha; así lo entendió el entrenador, y lo reemplazó al poco tiempo de iniciarse el segundo tiempo.
Al salir de la cancha este futbolista, en vez de quedarse en el banco de suplentes con sus compañeros (conducta habitual y repetida por todos aquellos que eran reemplazados), se fue directo al vestuario, y así como estaba (sin cambiarse, ni dejar su ropa en la utilería), se fue a su casa.
Al terminar el partido el entrenador me comenta que dicho jugador iba a ser sancionado por él, debido a la inconducta de retirarse en el medio de un partido; lo único a que atiné fue pedirle que espere, que me deje hablar con dicho jugador, a lo que el entrenador en principio accedió.
Al comenzar la semana de trabajo, dicho futbolista no vino a entrenar, tampoco al día siguiente, lo mismo sucedió al comenzar el tercer día, y al comentarme el entrenador que la sanción a aplicar iba a ser mucho más dura que la prevista en el día del partido, le solicito autorización al entrenador para llamar al jugador por teléfono.
Así lo hice, y cuando me comunique con dicho jugador, el mismo me comenta que había tenido un serio problemas familiar, ante lo cual le solicito que se acerque a la Institución, para poder conversar en forma personal.
Luego de haber escuchado al jugador, elaboré un informe para el entrenador, haciendo una síntesis (sin entrar en detalles) del problema que había padecido dicho deportista, y que había comenzado poco antes de que el jugador se dirigiera a disputar el último encuentro, y al que no había podido ponerle palabras a tiempo, de ahí su performance y posterior inconducta. Terminé el informe sugiriéndole al entrenador que no sólo no lo sancione, sino que me parecía que lo que estaba necesitando era que todos le hagamos contención, para poder atravesar su problema personal, de la mejor manera.
El entrenador accedió a mi pedido, y en poco tiempo, entre todos logramos que el jugador recuperara su alegría y esmero por entrenar, recuperándolo para su bien y el de la Institución. La Teoría de la Profecía Autocumplida:
- Cuando las expectativas del entrenador se hacen realidad. Otro elemento clave, en la motivación de un futbolista, es la expectativa que el entrenador tiene en su desempeño.
Me parece útil comentar aquí, un experimento realizado en 1968 por Rosenthal y Jacobson con profesores y estudiantes de 18 clases de enseñanza primaria. Dicha investigación, cuyo título es "Pigmalión en el aula", fue diseñada para observar si las expectativas de los profesores acerca de las capacidades intelectuales, podrían afectar la motivación por la tarea.
Los investigadores, les indicaron a los profesores, que según las puntuaciones que los alumnos habían obtenido en una prueba psicométrica de habilidades intelectuales, ciertos niños de cada una de sus clases podían considerarse como sujetos a los que se les podría predecir un alto éxito académico en los años escolares futuros. Lo que sucedió realmente, fue que los niños fueron escogidos al azar, sin tener en cuenta los resultados de la prueba, de manera tal, que no existía ninguna razón para esperar que fueran a tener un progreso académico mayor que el del resto de sus compañeros.
Al llegar al final del curso, muchos de los niños que habían sido pronosticados como los de mayor crecimiento, habían progresado más que los otros.
Rosenthal y Jacobson concluyeron que la información falsa que habían dado a los profesores, les había llevado a tener unas expectativas más altas con respecto a los niños seleccionados y a actuar de una forma que favoreciera el mejor rendimiento de éstos alumnos.
Los investigadores , concluyeron que las expectativas de los profesores funcionarían como profecías que podrían verse autocumplidas, al impulsar una serie de actuaciones que tendrían como finalidad última el que las propias expectativas se cumpliesen.
Las expectativas de los profesores (entrenadores en nuestro caso), pueden afectar el potencial de progreso académico de algunos alumnos.
De manera tal que puede verse afectada la motivación de los estudiantes (jugadores), cuando las expectativas de los profesores (entrenadores), están por debajo de las capacidades reales de dichos estudiantes (jugadores).
Si bien es cierto que un deportista debe partir de una motivación básica, no es menos cierto que dichos deportistas pueden padecer diferentes problemas, que afecten temporariamente su motivación.
Una clasificación posible de los problemas que afectan la motivación de un deportista, podría ser:
Sub - Motivación
En determinadas situaciones de entrenamiento y competencia, los deportistas muestran una motivación y disposición de esfuerzo disminuidos. Por ejemplo: fases de entrenamiento intenso, monótono (pre - temporada), competencias insignificantes, o después de repetidos fracasos.
Sobre - Motivación
Puede ser manifestada como deseo exagerado de rendimiento, sobremadurez, euforia y ambición de victoria. La sobre - motivación aparece generalmente antes de competencias que son particularmente importantes, y con grandes expectativas.
Fluctuaciones de la Motivación
Algunos deportistas están sujetos, en determinadas situaciones de entrenamiento y competencia a fluctuaciones de la motivación, quiere decir que su motivación en el entrenamiento y la competencia es inestable y está influida por factores internos y externos.
Fijación de Motivos
Algunos deportistas están fijados en un motivo único, en particular en el motivo de su rendimiento personal, por lo que otros motivos no son desarrollados o juegan un papel mucho menos importante.
Motivación Negativa
La motivación negativa puede expresarse entre otras formas como miedo ante el éxito y el fracaso, miedo de fallar, miedo ante determinadas competencias, o a los contrarios, y miedo a las lesiones.
Expectativas y Fijación de Metas Irreales.
Dicho problema puede ser observado, cuando las personas que rodean al deportista han depositado en él expectativas exageradas, las que no pueden ser cumplidas por él. El problema aparece también cuando los deportistas esperan demasiado de si mismos, y se fijan metas muy elevadas. En ambos casos caminan rumbo al fracaso.
Motivación Externa
Algunos deportistas dependen de los factores de motivación externa, tales deportistas necesitan un reforzamiento permanente, atención y reconocimiento a través de otras personas para mantener su motivación en el entrenamiento y en la competencia. Dichos deportistas motivados desde afuera, no están en la posición de motivarse a si mismos cuando se presentan problemas, y de mantener su motivación por largo tiempo.
Auto recompensa inapropiada
En ocasiones los deportistas se recompensan a si mismos después de éxitos y fracasos, sin embargo de un modo inapropiado (por ejemplo: después de una victoria o de una derrota, tengo que comprarme algo, o me junto con amigos, compañeros o familiares para tomar cerveza).
Atribución causal inapropiada
Muy seguido, los deportistas, hacen una atribución parcial e indiferenciada de causas para el éxito y el fracaso. Algunos deportistas tienden a atribuirse todo a si mismos (atribución causal interna de motivos), otros rechazan cualquier atribución hacia si mismos, y atribuyen el fracaso a factores externos (por ejemplo: si ganamos es gracias a mí, si perdemos, el técnico no sabe nada).A modo de síntesis; partiendo de la premisa de que en el fútbol salvo la competencia, todo lo demás es entrenable, y al ser la motivación una cualidad básica para cualquier actividad humana, resulta imposible tomar a la motivación como un aspecto fijo e inmóvil, ya que la misma se va modificando cotidianamente.
revista
digital · Año 7 · N° 37 | Buenos Aires, Junio de 2001 |