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La tercera edad y la actividad física

  Profesor de Educación Física
(Argentina)
Daniel R. Paglilla
el_gallegol@yahoo.es

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 36 - Mayo de 2001

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    El rendimiento físico varia a lo largo de los años, siendo el momento óptimo durante la juventud y presentando un descenso continuo a partir de los 35 años, para hacerse mas acentuado desde los 55 - 60 en adelante, como consecuencia de los cambios fisiológicos propios del proceso de envejecimiento.

     Cada vez hay más personas que sobreviven hasta una edad avanzada y cada generación vive mas que la anterior, es decir que las expectativas de vida han aumentado y por lo tanto estamos llegando a una cuarta edad, para diferenciarla de aquellos que si bien tienen 65 años presentan una vida activa.

     El hecho de sentir que tenemos una limitación temporal, influye directamente en los planes que podemos hacer con respecto al futuro. Hay personas que ante estos limites temporales se deprimen, otros que lo ignoran y otros que, acomodándose a la realidad, enfocan su vida de forma que no disminuyan por eso sus satisfacciones.

    Existen varios criterios para decir que una persona es “vieja” :

  • Criterio Cronológico: edad en años; relacionado con el retiro o jubilación obligatoria.

  • Criterio Físico: Se toman en cuenta los cambios físicos producidos en la persona, como cambios en la postura, forma de caminar, facciones, color del pelo, piel, capacidad visual y auditiva, falta de memoria, sueño alterado, etc. Todo esto relacionado a la alteración en forma notable de las actividades cotidianas.

  • Criterio Social: según el papel o rol que desempeñan en la sociedad.

    Todos estos criterios son relativos, pues dependen de muchos factores y principalmente del espíritu de cada persona.

     Todas las teorías relativas a las causas del envejecimiento aceptan una base biológica, influida favorablemente o no por el entorno social.

     Entre los factores que aceleran el envejecimiento están:

  • Alimentación excesiva.

  • Stress.

  • Hipertensión.

  • Tabaquismo y alcoholismo.

  • Obesidad.

  • Soledad, poca participación socio laboral.

  • Sedentarismo. Poca actividad física.

    Entre los factores que retardan el envejecimiento están:

  • Sueño tranquilo.

  • Ejercicio corporal continuo.

  • Buena nutrición.

  • Participación socio laboral.

     No hay ninguna duda con respecto a que se producen cambios estructurales o modificaciones biológicas, que influyen grandemente en la personalidad y rendimiento de los individuos de la “tercera edad”. Estas son:

  • Cambio de apariencia.

  • Modificaciones del sistema piloso: calvicie y canosidad.

  • Las glándulas sudoríparas se atrofian, obstaculizando el normal proceso de sudorización y por lo tanto se tolera menos el calor.

  • Al tener circulación periférica con menor regulación, tolera menos el frío.

  • Se presentan alteraciones en la motricidad ya que hay disminución de fuerza y aumento de grasas, los movimientos se vuelven lentos, los músculos se fatigan mas fácilmente y se recuperan en forma más lenta.

  • Osteoporosis.

  • Aumento de la cifosis fisiológica.

  • Disminución de las capacidades respiratorias.

  • Al disminuir la actividad, el cuerpo necesita menos nutrientes, pero como los hábitos alimenticios no cambian, suelen aumentar de peso.

  • Cambios de los porcentajes corporales, aumento del porcentaje graso, disminución de la masa muscular, disminución de la cantidad de agua.

  • Se sabe que con la edad se reduce la capacidad contráctil del músculo cardiaco, por lo que no toleran las frecuencias cardiacas altas.

  • Metabólicamente hay alteraciones relacionadas con la edad, como la tolerancia a los niveles de glucosa que es menor: la actividad tiróidea puede estar disminuida lo que hace que el “anciano” tolere menos las alteraciones de la temperatura.

  • Se presenta un cambio en el tejido colágeno que hace que los tendones y ligamentos aumenten su dureza o rigidez, por lo tanto se es más propenso a lesiones asociadas al esfuerzo excesivo.

  • Con el correr de los años se presenta perdida de peso cerebral, con disminución de mielina y del número de neuronas; el tiempo de reacción y regulación motora es más lento con respecto a los jóvenes lo que hace que sean menos coordinados.

  • Hay mayor incidencia en enfermedades cardiacas.

     Se sabe que la actividad física declina con la edad, parte es por lo biológico pero gran parte es por la reducción de la actividad, bastante común entre gente de edad avanzada y en cierta medida causada por factores sociales que dejan la actividad física y el deporte para gente joven, por lo tanto no reciben más que desaliento en tal sentido.

     Se verificaron diferencias fisiológicas notorias comparando atletas de la tercera edad con personas no entrenadas de edad similar, por lo que se debe recomendar la actividad física para “gerontes” cuando ninguna enfermedad crónica o aguda se lo impida.

    El hallazgo experimental sugiere que un programa de ejercicios continuo podría reducir la resistencia vascular periférica e incrementar la distensibilidad aórtica, disminuyendo de esta manera la presión arterial, tan común en las personas de la tercera edad; además un programa de resistencia muscular (con trabajo muscular localizado), mejora el retorno venoso y por lo tanto mejora la circulación vascular periférica, pero este entrenamiento debe ser lentamente progresivo ya que al principio puede aumentar la presión arterial.

     Con la edad disminuye la frecuencia cardiaca máxima y el consumo máximo de oxigeno, declinación que comienza a partir de los 30 años; esta declinación es mas rápida con la inactividad o el abandono del entrenamiento.

     De todo lo expuesto podemos sintetizar que las personas de edad presentan varios problemas a resolver:

  • El problema biológico: enfermedades crónicas agregadas y el proceso normal de involución.

  • El problema financiero.

  • El problema del mejor aprovechamiento vital (cómo administrar el tiempo que queda de vida).

  • El problema sexual.

  • El problema filosófico: angustia de muerte y el que pasara después de la muerte.

  • Las relaciones sociales.

  • El problema lúdico: este es un punto

  • importante ya que los individuos no

  • saben como ocupar el tiempo libre

  • que antes ocupaban con el trabajo;

  • no saben cómo recrearse, ni que

  • actividades físicas realizar. Es labor de

  • las personas que se encargan de las personas de “la tercera edad”, organizar actividades diarias de aquellas personas, entre ellas el ejercicio, pues todo lo expresado demuestra que la actividad física demora el envejecimiento y aumenta el periodo productivo de la vida.

     El ejercicio aeróbico será de gran importancia ya que mejorará la eficacia cardiaca, la capacidad respiratoria y mejorará la postura. Hay que tener en cuenta que las personas de avanzada edad llegan a rangos aeróbicos con mayor facilidad por lo que la intensidad de una clase para personas mayores deberá ser menor que para otros grupos; es necesario considerar la toma de frecuencia cardiaca para controlar la intensidad del ejercicio. Debido a la mayor fragilidad ósea por la osteoporosis y a la propensión a las lesiones de ligamentos y tendones, no se deben recargar las articulaciones con sobrecargas importantes. Debido a la falta de coordinación, debemos ejecutar ejercicios que puedan efectuar en forma apropiada para evitar que se produzcan frustaciones.

    Un buen trabajo muscular localizado será de gran beneficio para la persona mayor, ya que permitirá tonificar los músculos, mejorando su fuerza y movilidad, pero hay que extremar los cuidados de prevención de lesiones en cuanto a las posturas riesgosas. También hay que implementar periodos mas largos de relajación durante los estímulos (por ejemplo entre un ejercicio y otro dentro de una clase de gimnasia), incluyendo la elongación de paravertevrales cervicales y lumbares, ya que es frecuente la contractura de dichos músculos por la posibilidad aumentada de artrosis.

     En líneas generales, considerar lo siguiente:

  • Programas de ejercicios menos exigentes

  • por la menor capacidad de trabajo.

  • Establecer periodos de descanso apropiados

  • y no exigir esfuerzos continuos y prolongados

  • que lleven al agotamiento.

  • Tener cuidado con las temperaturas extremas.

  • Es necesario un chequeo medico periódico para prevenir alguna enfermedad.

  • La posibilidad de osteoporosis obliga a ciertos cuidados; un estilo de vida que incluya ejercicios físicos moderados en intensidad, previene la desmineralización del hueso.

    Una actividad física reglada, continua y adecuada retrasará los perjuicios que presentan las personas por el proceso de envejecimiento fisiológico y mantendrán por mayor tiempo la vigencia de las personas de la llamada “tercera edad”.


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