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Una aproximación práctica
a la Psicología del Deporte

  Instituto de Medicina del Deporte
(Cuba)
Dr. Luis Gustavo González Carballido
lgus@inder.co.cu

 

 

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 35 - Abril de 2001

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    La Psicología del Deporte rebasó la etapa de presentación y cada día aumenta el número de personas que reconocen su contribución al rendimiento y a la educación de los deportistas.

    Para los especialistas de esta ciencia aplicada, es el momento de mostrar cómo se ha de trabajar, aumentar la cultura psicológica de atletas, entrenadores y dirigentes deportivos y extender la idea de que la mera presencia o el trabajo independiente del psicólogo no es suficiente para asegurar la buena preparación psicológica de los deportistas. Ana Fidelia Quirot


La campeona mundial cubana de 800 ms. planos Ana Fidelia Quirot.
Ejemplo de tenacidad y valor.

    La Psicología del deporte es una ciencia aplicada que estudia los procesos psíquicos y la conducta del deportista en la actividad deportiva. Persigue conocer y optimizar las condiciones internas del deportista con el propósito de lograr la expresión del potencial físico, técnico y táctico adquirido en el proceso de preparación.

    Durante varios lustros la Psicología del Deporte cubana luchó por demostrar que el problema del autocontrol no depende de recetas ni de la aplicación de recomendaciones puntuales del psicólogo. Algunos entrenadores se presentaban ante este con apreciaciones y descripciones de conductas durante las competencias, y se disponían a recibir sus consejos sin considerar siquiera necesario presentar al atleta para una evaluación.

    Esa etapa quedó definitivamente atrás en nuestro país, gracias a la mayor cultura científica de nuestros técnicos y al espacio que el psicólogo del deporte ha logrado conquistar.

    Sin embargo, aún se producen expectativas de este tipo en personas que se inician en el trabajo con deportistas. Recientemente, un estudiante de la Residencia en Medicina del Deporte nos preguntó durante una de las clases:

    -¿Qué hago si un gimnasta, en medio de una competencia, pierde la idea del movimiento en uno de los ejercicios, y no parece recuperarse para enfrentar los que le quedan?

    Por las precisiones que luego hizo a nuestras preguntas, comprobamos que se refería a una situación de stress, en la cual el sujeto "aprecia que demandas internas y/o externas exigen o exceden sus recursos adaptativos" (Forsman, L., 1983).

    Como reacción a tal situación, el deportista sufre una desorganización emocional y conductual que afecta significativamente su rendimiento.

    Como buen médico, habituado a pensar en términos concretos y medibles, nuestro alumno podría interpretar como evasiva un intento por demostrarle que en Psicología el conocimiento no puede expresarse en mililitros u onzas, punto donde radica su verdadera dificultad.

    Así, pensamos conducirlo por una ruta analítica recomendándole, primeramente, estudiar la posibilidad de REDUCIR EXPECTATIVA DE EXITO Y ALIMENTAR EXPECTATIVA DE EFICACIA. Al respecto, Bandura, A. (1982) encontró que los atletas con predominio de expectativa de éxito sienten que su participación y habilidades están directamente asociadas a la victoria deportiva, mientras en los que predomina la expectativa de eficacia, las acciones, los movimientos técnicos y el disfrute de la ejecución ocupan su atención y sentimientos. Los primeros se autorregulan por el alcance de la meta y los segundos por la eficiencia y el disfrute de las acciones.

    En el caso que nos ocupa, este gimnasta que ha "perdido la idea del movimiento" parece estar apremiado por alcanzar determinados rendimientos y resulta incapaz de continuar manejando la tensión de una manera constructiva y eficaz. Así, puede resultar conveniente intervenir para alimentar una mayor expectativa de eficacia, que le permita desplazar su atención hacia el estilo individual de actuación y el disfrute de los movimientos.

    Sin embargo, pensé, antes de aplicar tal recomendación se necesitaría examinar la INTENSIDAD DEL MOTIVO DEPORTIVO. Si este resultara muy intenso, el intento por alimentar la expectativa de eficacia podría resultar inconveniente, por constituir una aproximación artificial a la situación competitiva concreta.

    Desde que Atkinson estableció su teoría acerca de la fuerza de la motivación y sus determinantes internos y externos, es posible aplicar cierto nivel de formalización a este complejo asunto, como puede observarse en la figura No. 1.

Fig. No. 1 A la izquierda, la fórmula propuesta por Atkinson para evaluar la fuerza de la motivación.
A la derecha, una ejemplificación de sujetos con alta y baja fuerza motivacional. (Tomado de Gill, D.L., 1986)

    Según esta posición, la mayor fuerza de la motivación ocurre cuando el Motivo por Aproximarse al Exito es alto y la Probabilidad de lograrlo se acerca a .50. En este sentido conviene aclarar que el motivo por aproximarse al éxito (Ms) es inversamente proporcional, según Atkinson, al motivo por evitar el fracaso (Maf). La diferencia entre ambos motivos puede parecer una sutileza, pero no es así, y se representa de la siguiente manera: "Ms - Maf", de cuyo resultado el signo " + " corresponde a los "buenos ejecutores" y el " - " a los "preocupados por el fracaso", es decir, aquellos atletas a quienes la posibilidad de perder los acompaña durante toda la ejecución.

    Cuando un atleta se enfrenta a un reto importante, como superar una varilla a una altura cercana al récord, puede entregar sin reservas todas sus fuerzas (convencido de que obtendrá el éxito) o puede hacerlo tratando de salir de la situación sin quedar en ridículo. De modo que las características de la actividad deportiva y, en específico, la dinámica de los motivos de participación, deben ser tenidos muy en cuenta antes de manejar el balance de expectativa éxito vs. eficacia.

    No podía dejar de explicarle al alumno que, en caso de que la fuerza de los motivos aconsejara no alterar tal balance, sería conveniente aumentar el CONTROL DE LA TAREA, actualizando los momentos fundamentales de la ejecución y concentrando la atención solo en ellos.

    Este concepto está basado en el criterio de que una persona en condiciones de regular la estimulación a la que se ve expuesta, puede ser capaz de mantener la activación fisiológica y psicológica a un nivel óptimo, sobre un amplio rango de condiciones estimuladoras (González, L.G., 1989), de modo que todo cuanto se realice por brindar momentos referenciales durante la ejecución (mensajes orientadores que reduzcan la entropía ambiental, informaciones precisas sobre los contrarios, el clima que rodea la competencia, etc; claves para el mejor manejo del tiempo, los esfuerzos y los elementos tácticos, entre otros) permitirá la elevación del grado de control de la tarea y, con ello, la aparición de una respuesta anabólica y el aumento de la capacidad regeneradora. En la figura No. 2 se puede apreciar el grado de Control de la Tarea y su relación con el nivel de excitación.

Fig. 2. Fundamentos de la teoría stress-control de Karasek y otros

    A excepción del cuadrante superior derecho, en el que se producen Situaciones Activas gracias a un alto nivel de excitación y un elevado control de la tarea, las demás situaciones son peligrosas pues comportan riesgos de distinto tipo para el rendimiento deportivo. En este sentido, cuando se producen situaciones relajadas por alto control de la tarea y baja excitación, el deportista puede no estar en disposición de emplear todos sus recursos y ser sorprendido por un bajo rendimiento al entregar menos de lo que la situación exige.

    Un ejemplo de lo anterior ocurrió a un deportista del equipo cubano de Skeet durante el campeonato mundial de Tiro celebrado en Edmonton, Canadá. En esa ocasión, el equipo debía discutir la medalla de bronce con Italia, luego que EEUU y la ex Unión Soviética, en ese orden, ocuparon los dos primeros lugares. A Cuba le faltaba solo una ronda de 25 platillos para terminar. Si el atleta que entraba en disputa rompía la totalidad de ellos, se lograba la medalla por terminar la competencia con igual cantidad de platillos rotos y favorecer a Cuba los rendimientos acumulados en las distintas series.

    Luego de superar con éxito posiciones de alto nivel de dificultad, nuestro atleta llegó a la número ocho (que resulta muy fácil, ya que el plato pasa a escasos centímetros de la escopeta y en muchos entrenamientos juegan a derribarlos con una sola mano) sin haber errado ninguno. Tuvo éxito en el plato de la "baja" (penúltimo de la serie) y se dispuso a romper la ocho alta mientras los italianos comenzaron a marcharse derrotados, al suponer que era imposible que nuestro deportista perdiera el platillo más fácil de la ronda.

    Sin embargo, con la voz de "foul" del árbitro se voltearon y reaccionaron con saltos y gritos de júbilo al ver que la ronda había terminado con 24 aciertos de 25 posibles y, con ello, obtenían la anhelada medalla mundial. Nuestras palabras de aliento no sirvieron de mucho en aquel momento y el tirador en cuestión hubiera permanecido por tiempo indefinido en aquel lugar si sus compañeros de equipo no lo hubieran conducido de regreso al hotel.

    Evidentemente, sintió un alto control sobre la tarea a realizar y el nivel de excitación, que se había mantenido alto y estable, disminuyó su intensidad antes de tiempo, cayendo en el cuadrante superior derecho de la figura No. 2.

    Se pudieran citar numerosos ejemplos correspondientes a las situaciones representadas, sobre todo las de Distress, en las cuales se pierde el control de la tarea y la excitación aumenta o se mantiene alta, como parece haberle ocurrido al gimnasta citado por nuestro alumno.

    Solo el trabajo dirigido a favorecer las situaciones Activas o de Eutress y reducir la probabilidad de que el deportista caiga en alguno de los restantes cuadrantes, constituye motivo suficiente para contar con la labor de un psicólogo en muchos deportes.

    Sin embargo, hay ocasiones en que la tarea no se puede controlar más. Es decir, no es posible avanzar en su estructuración, en el ofrecimiento de información relevante y orientadora, en la reducción de los imponderables o en la preparación temprana para enfrentar un amplio espectro de posibilidades técnicas y tácticas.

    Creí conveniente, entonces, explicar al alumno que cuando eso ocurre, es necesario modificar el ENFRENTAMIENTO (Anshel, M.H., 1994), es decir, revalorizar la significación del evento stressor, de modo que pueda parecer benigno o neutral. En el caso de marras se podría favorecer un pensamiento homeostático o amortiguador, sobre todo si se trata de un deportista predominantemente introvertido. En trabajos anteriores (González, L.G. y col. 1995 y 1996) examinamos el problema y presentamos algunos resultados investigativos obtenidos en atletas de alto rendimiento de nuestro país. En las figuras números 3, 4 y 5 se pueden observar los modos en que se manejaron la excitación, los pensamientos y las conductas en cuatro grupos de sujetos que se diferenciaron significativamente entre sí en el enfrentamiento a situaciones competitivas. (En el anexo Nro. 1 aparece una descripción de los términos utilizados)

Fig. 3. Manejo de la excitación en cada enfrentamiento


Fig. 4. Manejo de los pensamientos en cada enfrentamiento


Fig. 5. Manejo de la conducta en cada enfrentamiento

    Los grupos se denominaron:

  1. "Relajación para sí". Estos atletas intentaron ocultar ó reducir la excitación mediante pensamientos que ayudaran a mantener el nivel de energía psíquica (homeostáticos), que evitaran efectos excesivos de los stressores (amortiguadores) y que les permitieran conservar la idea de ganar por errores del contrario (descontrol ajeno). La conducta apoya este enfrentamiento, pues se adopta el control postural y la polarización interna, las cuales favorecen la homeostasis.

  2. "Relajación para la tarea". Estos atletas redujeron la excitación pero sin constituir un fin en sí mismo, sino como resultado de un proceso concentrado hacia la calidad ejecutiva. Por eso expresaron la excitación, no la ocultaron. Redujeron los excesos para lograr la concentración en los detalles técnicos, en la ejecución propiamente dicha. De ahí los pensamientos de control consciente, ergogénicos de eficacia y de persistencia del obstáculo. A las conductas de control postural y polarización interna agregaron el manejo táctico, confirmando así la dirección de eficacia en el enfrentamiento.

  3. "Excitación Controlada". Estos atletas intentaron buscar la excitación pero de un modo controlado, pues prevaleció el control consciente y la mímica en busca de modelos de autocontrol. En ese esfuerzo acudieron a todos los patrones conductuales.

  4. "Impetere". Estos atletas buscaron la excitación pero, a diferencia del grupo anterior, no la regularon e hicieron recaer en ella el peso de las acciones. Acometieron impetuosamente, polarizándose hacia la tarea y olvidándose de sus propios estados interiores, a modo de embestida.

    Ante la imposibilidad de explicarle todo lo anterior por razones de tiempo y de perfil profesional, decidí brindarle a nuestro médico residente, de la manera más cordial que pude, la siguiente respuesta a su pregunta:


-BUSCA UN PSICOLOGO DEL DEPORTE.

    Esta recomendación no responde a un "psicologocentrismo" que sobrevalore el papel de la ciencia psicológica. Se trata de un intento por sintetizar una posición: la respuesta de stress es un fenómeno complejo, que no puede abarcarse con procedimientos simples ni universales, que prescindan de:

un abordaje sistémico de la personalidad

  1. un carácter necesariamente individual, por medio del método clínico

  2. un estudio del atleta en condiciones concretas de actividad

  3. la aplicación del principio de unión de lo cognitivo y lo afectivo.

    La fuerza de estos principios, además de conducirnos a rechazar cualquier intento por aplicar recetas generales (por muy apoyadas que estén en resultados investigativos), provocan la necesidad de conocer el modo en que deportistas concretos refractan la realidad competitiva y responden, a través de su sistema psico-neuroendocrino y motor, a los retos que se les imponen.

    Los argumentos hasta ahora presentados en este artículo se apoyan en ciencia constituida. Sin embargo, permitámonos una pequeña concesión especulativa y tratemos de avizorar posibles caminos para la investigación del stress en la actividad deportiva. Así, se puede llegar a considerar el papel de la Ustanovska como determinante psicológico.

    Este concepto de Uznadze podría ayudarnos a comprender por qué un deportista de alto rendimiento reacciona de manera peculiar ante stressores de diversos tipos, y a dirigir intervenciones psicológicas para enriquecer su respuesta de stress.

    Se trata de un esquema de acción, adquirido en la experiencia anterior de relación sujeto-objeto y vinculado estrechamente al sentido personal, que permite conservar determinada dirección de la actividad con matiz subjetivo único. Se manifiesta en la pose corporal, la inercia de acciones impropias, movimientos superfluos, lapsus linguae y reservas mentales. Como expresa Asmolov, A.G., 1989, se trata de un modelo codificado del resultado final de la acción. Al anticipar esta reacción en el tiempo, constituye un componente inseparable de la estructura de la actividad orientada a fines.

    La solución de problemas aritméticos ante pantallas subumbrálicas, experimento realizado por Toidze, constituye un ejemplo claro del papel de la Ustanovska dentro de la Psicología general. Los sujetos no podían ver las soluciones porque estaban presentadas con iluminación insuficiente. Sin embargo, después que las encontraban por sí solos, llegaban a identificarlas en la pantalla sin que hubiera aumentado en lo más mínimo el grado de iluminación.

    Al estar tan ligada al sentido personal de las acciones y constituir un modelo anticipado del resultado final, no es difícil imaginar la influencia que la Ustanovska puede tener en la respuesta de stress del deportista y, por tanto, su valor instrumental para el manejo o control de la misma.

    En una investigación realizada hace muchos años con voleibolistas del equipo nacional cubano (González, L.G. y Cruz, L., 1978), encontramos un ejemplo del papel de la Ustanovska en la Psicología del deporte. En aquella ocasión, tomamos dos grupos homólogos de voleibolistas respecto a las variables de control y a los determinantes de la Significación Táctica de la Percepción, destacados por Mahlo en sus conocidos trabajos sobre pensamiento táctico: nivel de conocimientos técnico-tácticos y experiencia deportiva activa.

    A ambos grupos les presentamos veinticinco diapositivas que reflejaban situaciones tácticas de juego, ante las cuales debían responder dos preguntas: "¿ Qué ves en esta situación desde el punto de vista táctico?" y " ¿Qué solución sería tácticamente correcta para el equipo X ?".

    Ante las mismas orientaciones previas (informaciones sobre las características del equipo contrario, sus modos ofensivos y defensivos, etc) los equipos vieron lo mismo y no discreparon en las soluciones emitidas. Sin embargo, ante un segundo grupo de diapositivas y orientaciones previas distintas, difirieron significativamente acerca de lo que vieron y de las soluciones tácticamente correctas, lo que nos permitió afirmar que existe un tercer determinante de la percepción táctica significativa: las orientaciones previas.

    No sería desatinado pensar que en las respuestas de distress subyacen Ustanovskas nocivas, inapropiadas, cuya modificación podría conducir a su superación. Por ejemplo: una saltadora de alto rendimiento que, después de una entrevista, llega a expresar que los años "pares" son adversos para ella porque las dos lesiones que han amenazado su vida deportiva han ocurrido en años de ese tipo, enfrenta cualquier escenario competitivo húmedo, frío o de pista dura con una anticipación de riesgo o fracaso que la predispone negativamente en años de esa característica.


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