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Nuevas tendencias en el entrenamiento del fútbol

  Licenciado en Educación Física
por la Universidad de León
(España)
Raúl Gonzalo Prieto
raulgonzalo@teleline.es

 

 

 

 
Resumen:
         Desde sus orígenes, el fútbol ha sido considerado como el resultado de la suma de varios elementos (técnica, táctica, condición física, ...) que debían ser trabajados por separado para obtener una mejora (sistemas tradicionales).
    En la actualidad, y pese a que la mayoría de los entrenadores lo entienden como algo indivisible que varía constantemente (pues existe un elevado número de interacciones con los oponentes, compañeros y medio), continúan desarrollándose muchas de las propuestas de los sistemas tradicionales.
    Las últimas propuestas, reunidas en torno a lo que se conoce como entrenamiento integrado, garantizan la adecuación a la realidad del juego y la interrelación entre los elementos que lo conforman.
    Palabras clave: Fútbol. Preparación física. Entrenamiento. Método integrado.
 

 
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 35 - Abril de 2001

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    Desde sus orígenes, el fútbol ha sido considerado como el resultado de la suma de varios elementos (técnica, táctica, condición física, ...) que debían ser trabajados por separado para obtener una mejora (sistemas tradicionales).

    En la actualidad, y pese a que la mayoría de los entrenadores lo entienden como algo indivisible que varía constantemente (pues existe un elevado número de interacciones con los oponentes, compañeros y medio), continúan desarrollándose muchas de las propuestas de los sistemas tradicionales:

Métodos disociados o compartimentados

    Sorprende que muchos de los entrenadores consideren el fútbol como algo indivisible y, sin embargo, utilicen el trabajo por separado de la técnica, táctica, preparación física, etc. Resulta más coherente con esta concepción del fútbol como práctica global, hacer uso de métodos integrados, que garanticen la adecuación a la realidad del juego y la continua interrelación entre los elementos que lo conforman.

Sobrevaloración de la preparación física en detrimento de otros aspectos

    Habitualmente encontramos, en las etapas de iniciación, entrenadores más preocupados en formar pequeños “atletas” que corran y salten más que los contrarios, que en conseguir que el niño alcance un bagaje técnico aprovechando que éste se encuentra en la edad propicia para ello (definida por los estudiosos del aprendizaje motor como “edad de oro del aprendizaje”).

    Esta tendencia se ha visto reforzada por los planteamientos de algunos autores. Uno de los más recurridos e influyentes, CARLOS ÁLVAREZ DEL VILLAR (1983), comenta:

“Un jugador atleta con un discreto dominio de la técnica puede ser un superjugador”.

    Es evidente que un jugador debe disponer de una buena condición física para poder desarrollar su actividad, pero lo que resulta difícil de comprender es que con un bagaje técnico discreto pueda llegar a ser un “superjugador”. Un gran futbolista debe ser algo más que un buen atleta. ¿Qué haría un equipo de fútbol con once portentosos decatletas (supuestamente los atletas más completos) capaces de correr detrás del balón sin cansarse, si luego una vez recuperada la posesión no logran realizar nada provechoso?

Entrenamiento de la resistencia no adaptado a las necesidades reales de juego

    Contrariamente a lo que varios preparadores piensa, autores como FOX consideran que el metabolismo determinante en el fútbol no es el aeróbico (que sería el desarrollado con carrera continua, suave y prolongada, el recurso más empleado en los entrenamientos), sino fundamentalmente anaeróbico, ya que se intercalan esfuerzos de intensidad submáxima o máxima con otros de menor intensidad o con estados de reposo (de muy poca duración y que no suelen permitir una recuperación total). FOX (1984) defiende que en el fútbol existen un 70% de requerimientos no oxidativos y un 30% oxidativos.

    PIRNAY (1993) analizó el número de acciones, duración de cada acción y distancias recorridas según las intensidades de esfuerzo de cada jugador en una serie de encuentros y observó que a lo largo de un partido no realiza una carrera suave y prolongada sino que se ve obligado a efectuar continuos cambios de ritmo e, incluso, a pararse (un total de 25 ó 26 minutos, distribuidos en cortos períodos de tiempo). Además no ejecuta la carrera como fin, como sucedería en un entrenamiento basado en carrera continua, sino como medio para alcanzar un objetivo táctico (llegar a un balón, recuperar su posición, desmarcarse, etc.).

    Por lo tanto, siempre que exista una base de trabajo de resistencia aeróbica, debe anteponerse el trabajo de resistencia anaeróbica sobre el de la aeróbica (excepto en pretemporada, en la recuperación tras los partidos y en alguno de los mesociclos regeneradores que debemos intercalar a lo largo de la temporada).

Nuevas tendencias

    Las últimas propuestas sobre el entrenamiento del fútbol procuran evitar los errores comentados anteriormente, garantizando una adecuación a la realidad del juego y una interrelación entre todos los elementos que la conforman mediante lo que se ha denominado “entrenamiento integrado”.

    Debemos diferenciar el entrenamiento integral del integrado, pues a menudo se confunden:

  • El entrenamiento Integral: Repetición múltiple de la parte fundamental de la actividad deportiva conservando todas sus particularidades. Sólo permite métodos globales.

  • El entrenamiento Integrado: Trabajo simultáneo de condición física, técnica y la táctica. Permite métodos globales (relacionados con la situación real de juego) así como analíticos (alejados de dicha situación). Se pueden diferenciar dos tipos:

    • Puro: Trabajo físico únicamente mediante tareas técnico-tácticas.

    • Mixto: Trabajo físico mediante tareas físicas y/o tareas técnico-tácticas. Este método es el que este artículo propone como más adecuado.

    En el fútbol, el jugador está constantemente tomando decisiones. Si durante los entrenamientos incidiéramos primordialmente en aspectos físicos, el jugador no desarrollaría la toma de decisión y se acomodaría mentalmente, por lo que no estaría preparado para afrontar con garantías un partido de competición.

    Mediante los juegos, se produce una continua confrontación con el oponente que favorece el desarrollo de los sistemas de adaptación a la competición, y permite desarrollar todas las capacidades específicas del fútbol. Sin embargo, la participación demasiado frecuente en competición puede llevar a que el jugador se acostumbre a esta situación, disminuyendo con ello su motivación. Además, puede favorecer un estado general de cansancio (la competición exige un gran esfuerzo de concentración) y aumentar así el riesgo lesional (por excesivo requerimiento físico, por posible contacto corporal, etc.).

    Por lo tanto, parece claro que debemos encontrar un equilibrio entre el trabajo físico específico y el efectuado mediante formas asociadas a la realidad del juego. El método que mejor parece adaptarse a estos requerimientos es el entrenamiento integrado mixto, pues permitirá trabajar las cualidades condicionales a través de las actividades siguientes:

  • De marcado carácter técnico-táctico:

    • Analíticas: Pases y controles, etc.

    • Globales: Juego de los 10 pases, 3 contra 3, en un campo reducido, etc.

    • Competitivas: Partido entre dos equipos (habitualmente conocidos como “partidillos”). Según CRAMER (1987) (Citado por WEINECK (1997)):
      "el mejor entrenador es la competición".

    • Para trabajar la condición física con estímulos técnicos, deberemos tener en consideración que los gestos técnicos:

      • Tienen que estar suficientemente automatizados, pues sino podríamos incidir negativamente en su ejecución.

      • No deben ser muy complicados, con el fin de permitir una mayor concentración del deportista en el trabajo físico. Si la ejecución técnica fuera muy complicada, toda la atención del deportista se centraría en ésta y no en el trabajo físico.

  • De exclusivo carácter físico: En aquellas ocasiones en las que no podamos trabajar mediante tareas de carácter técnico-táctico. Trabajo de elasticidad, mejora de la fuerza máxima (mediante el trabajo con pesas), etc.

    Podemos concluir, por lo tanto, que mediante este método de entrenamiento conseguiremos:

  • Trabajar en condiciones próximas a la realidad del juego.

  • Mayor aprovechamiento del tiempo de entrenamiento, al incidir en multitud de aspectos a la vez mediante una sola actividad.

  • Motivar al jugador, pues de todos es sabido el recelo del futbolista al entrenamiento exclusivamente físico: carrera continua, series, etc.

  • Trabajar los elementos técnico-tácticos en condiciones de fatiga.


Bibliografía

  • ÁLVAREZ DEL VILLAR, C. “La preparación física del fútbol basada en el atletismo”. Ed. Gymnos. Madrid, 1983.

  • FOX, E. I. “Fisiología del Deporte”. Ed. Panamericana. Buenos Aires, 1984.

  • GONZALO PRIETO, R. “Análisis del fútbol”. Trabajo de Investigación no publicado, 1998.

  • GONZALO PRIETO, R. “Planificación de la temporada de un equipo de fútbol”. Trabajo de Investigación no publicado, 1998.

  • PIRNAY, F., GEURDE, P. y MARECHAL, R. “Necesidades fisiológicas de un partido de fútbol”. Rev. R.E.D., vol. VII, nº 2. Barcelona, 1993.

  • WEINECK, E. J. “Fútbol Total: El entrenamiento físico del futbolista (Vol. I y II)” Ed. Paidotribo, Barcelona. 1997.


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