|
|
---|---|
Fútbol femenino: estigma de discriminación cultural de las mujeres |
|
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 32 - Marzo de 2001 |
2 / 3
Lo anterior no puede sustraerse de una realidad impuesta también por la cultura machista de nuestros pueblos, pues las mujeres de estratos bajos se dedican a oficios del hogar, mientras que las de estratos medio y alto, tienen su perspectiva de liberación cifrada en el estudio y el la ocupación de grandes cargos públicos. "mientras que entre las mujeres de clase media y alta con acceso a la educación la tasa de fecundidad es baja, entre las mujeres de clases populares urbanas y rurales perseveran pautas tradicionales en este plano, es reducido el uso de anticonceptivos y es mucho as elevado el numero de hijos por mujer. Margulis y Urresti (1998:13).
Dificultad de escenarios
...están copados...
La discriminación social, la viven también las jugadoras de fútbol cuando le son negados los recursos mínimos para realizar las actividades propias de este deporte. Es evidente que la construcción de las identidades culturales en nuestros pueblos, se esgrimen por sobre la subyugación de otras identidades y de otras formas de asumir las realidades o contraculturas. "Los Escenarios están reservados para las prácticas del fútbol masculino y en ellos tienen poca cabida las mujeres, para eso existen otros deportes hechos para ellas"(entrenador). Eso es lo que dice la sociedad, es lo que impone la cultura machista, y con esto nos identificamos todos, hemos constituido una identidad cultural en torno a las practicas del fútbol. Pero nos hemos olvidado que existen mujeres que tienen también el derecho y la capacidad para practicarlo. Se esta subyugando otro ideal cultural el ideal marginal el ideal de la contracultura.En un ámbito de discriminación social como el que se presenta es común escuchar ...Manizales carece de escenarios deportivos para practicar este deporte a nivel masculino, ahora si que mas, a nivel femenino... (Entrenador). En este sentido, Carreras (1998 op. cit. p.105) considera que "el proceso de construcción de una identidad colectiva fuerte, frecuentemente apela a la disminución de un otro que debe ser considerado inferior y por tanto merecedor de la dominación".
Las frustraciones frente a estos procesos de discriminación social se perciben tanto en las jugadoras como en sus entrenadores, quienes deben luchar incansablemente para no abandonar sus ideales.
"...Si uno encuentra una cancha un sábado o un domingo para el fútbol femenino, es por allá a las 7 de la mañana, o de relleno, cuando no hay un partido de fútbol masculino. Para lograr la práctica en un escenario, uno se tiene que ir a los extramuros o pedir una cancha con dos meses de anticipación, o estar en un campeonato ; de resto, conseguir una cancha es muy difícil, están copadas..." (Entrenador)
Poco patrocinio
...Para qué voy a patrocinar mujeres... ?
El poder solo es realidad donde la palabra y el acto no se han separado donde las palabras no están vacías y los hechos no son brutales, donde las palabras no se emplean para velar intenciones sino para descubrir realidades y los actos no se usan para violar y destruir, sino para establecer relaciones y crear nuevas realidades". Arendt (citado por Castellanos 1998p 76). Desde la perspectiva de este autor, el poder no debe ser un instrumento para realizar un interés particular, sin embargo, en la esfera de lo privado e incluso de lo público, el poder escenifica la brutalidad, la unilateralidad, el interés particular, la violación e incluso la destrucción de realidades, o acaso el fútbol femenino no es una realidad vivida por mujeres que quieren asumir su propia personalidad ?El poder en la realidad cultural esta determinado por la capacidad para dejar hacer o para apoyar lo que se hace, y esto parecen tenerlo muy claro quienes manejan los hilos del poder en el deporte de nuestros países, quienes están definitivamente influidos por la cultura de la discriminación sexual "para que voy a patrocinar mujeres... queremos son machos." dice un permanente patrocinador de equipos de fútbol masculino.
En contadas ocasiones, sin embargo, se encuentran personas que con un poco mas de flexibilidad cultural, invierten en patrocinar equipos femeninos, pero lo hacen intentando aprovechar el impacto social para comercializar sus productos. Veamos : "... a veces se consigue patrocinio para uniformes, pero lo que es para implementos de trabajo no, los que han colaborado son muy pocos y lo hacen pensando en aprovechar lo novedoso de las mujeres..." (entrenador)
El poder en la esfera de lo privado en el deporte, se ejerce como mecanismo para el logro de intereses particulares, y conduce al declive y destrucción de sueños, proyectos e ilusiones ; a la destrucción de ricas realidades posibles. Este canto de desesperanza se observa en los relatos de los entrenadores del fútbol femenino quienes aseveran : "...en este oficio no hay quien colabore, quién le pueda dar a uno la ayuda de balones, la ayuda es muy poquita... es que el trabajo que hacen las muchachas no lo ven, por qué? no se; hay gente o patrocinadores que dicen, que el fútbol es para machos y que las mujeres se deben dedicar a la casa." (entrenador)
Actitud machista
"... una mujer jugando fútbol... ? Queremos son machos...
El machismo es una actitud y un comportamiento social propio de las culturas patriarcales que imperan en nuestras regiones. Alzate (1987) asume que "en lo social, el hombre macho, acepta como axiomáticas todas las acciones acerca de la superioridad del varón sobre la mujer , el machismo social inculca al hombre que debe estar siempre dispuesto a manifestar su agresividad y que siempre debe hacer frente al peligro sin retroceder ante él". Al macho en este contexto de referencia, le está vedado expresar sus emociones, le está vedada la ternura, la tristeza, el llanto y la caricia . Por el contrario, el macho debe ser sinónimo de agresividad y fortaleza, de fiereza y brusquedad. "... una mujer jugando fútbol ?, no hombre, el fútbol es para hombres, está hecho para machos y por eso en los partidos queremos son machos jugando ..." (un aficionado al fútbol masculino). La cultura machista, ha estereotipado las acciones de los deportes según sea quien lo practica, si es " hecho para mujeres" entonces los gestos serán delicados y si es hecho "para hombres" los gestos serán violentos , bruscos fuertes y hasta agresivos.De hecho, la sociedad asume esta clasificación y califica o estigmatiza a quienes se salen de estos condicionantes, si las mujeres practican supuestos deportes de hombres como el fútbol, son "amachadas" y si los hombres practican supuestos deportes o actividades de mujeres como la danza son "afeminados." La estigmatización y estereotipación del deporte se observa claramente en el siguiente relato: "... mire, inicialmente les causa mala impresión ; la gente dice, una mujer jugando fútbol, yo quiero ir a mirar. De pronto va allá, ve una pequeña técnica y lo celebra. Cuando ven una situación de juego brusco entre dos jugadoras, dicen estas no son mujeres y entonces se echan para a tras..." (Entrenador)
En un acto de reconocimiento pleno de estos factores de discriminación, las mujeres de los estratos bajos, las que practican el fútbol, quieren llamar la atención para que se pase de la teoría a la práctica en los discursos del reconocimiento de la diversidad y la diferencia tan alardeados en estos tiempos de cambio. "Yo creo que eso del machismo ya debería estar mandado a recoger, por que las mujeres también tenemos las mismas capacidades tanto físicas como mentales para realizar y desempeñar cualquier labor que todo hombre también desempeña". Evidentemente las nuevas concepciones sobre el género entre los jóvenes muestra una diversidad en las relaciones de pareja, asumiendo una nueva experiencia de vivir la masculinidad y la feminidad, lo cual se vislumbra en el trato entre los mismos jóvenes de ambos sexos en un tipo de relación más equitativa.
Subjetividad (Compromiso y formación del yo)
"El fútbol lo llena todo"
En un trabajo desarrollado en Medellín (Colombia) por Henao delgado (1997:120), la actividad de jugar pierde total importancia para las mujeres, de hecho, la formación el seno familiar casi que impide el juego en las niñas, en especial ese tipo de juegos deportivos que implican comportamientos aparentemente bruscos . Por cada 5 niños que practican cualquier clase de deporte, ninguna niña lo hace.Es de reconocer que los estereotipos a que la sociedad somete a los sujetos eslabona un comportamiento relacionado con esa forma que la cultura ha elaborado y que la sociedad ve y vigila en sus miembros. Por lo anterior formar una subjetividad propia, independiente de esos eslabones culturales, es un proceso que implica mucho esfuerzo y sacrificio.
En esta perspectiva Cattel (1989) considera que en la formación del "yo" opera el autoconcepto que incluye: temperamento, motivación, adaptación, habilidad y valores ; La asimilación de estos factores en la formación del yo, son precipitados por la cultura y afianzados en los procesos de socialización. "El yo se establece cuando esos componentes tienen relativa consistencia y duración en el percibir, en el pensar, en el sentir y en el actuar y proporcionan a los individuos identidades independientes". Davidoff (1992)
Sin embargo, las jugadoras de fútbol, han logrado una identidad independiente, un yo particular, pese a que los determinantes culturales y el ambiente social funcionan en su contra. Esto demuestra que la contracultura es un medio que viabiliza también la formación de las particularidades de los sujetos, cuando de veras existe una intención, un compromiso, un deseo de lograrlo. "... Los compromisos familiares son importantes, pero todo eso se sobrepasa, hay compromisos pero qué importa, se dejan a veces paseos, reuniones con la familia pero lo que no podemos incumplir es un partido de fútbol..." (Jugadora)
Desde ahí, podremos asumir que las decisiones de las jugadoras son autónomas, buscando una identidad particular que llene su vida y que le dé sentido a ella. "A mi me parece que no importa lo que a una le digan porque practica fútbol, lo importante es sentirse bien en lo que una hace" (jugadora). Esta es una de las tantas características de expresión que utilizan los jóvenes(en este caso las mujeres) para manifestar su necesidad de movimiento ante una sociedad que aún se mueve en medio de la tradición y los influjos propios de la modernidad y la postmodernidad tal como se evidenciaba también el las investigaciones de Murcia y Jaramillo (1998) con los jóvenes marginales.
Sentido de pertenencia
"...uno se entrega hasta lo último..."
Esta afirmación de una jugadora, nos muestra una faceta de la personalidad que se forja mediante la extrema dedicación y el compromiso, donde el sufrimiento, el cansancio y a veces el dolor se acaricia con beneplácito en busca de un logro y por el deseo de cumplir con una obligación adquirida"Haber, dentro del campo se alcanza a sentir mucho sufrimiento, a percibir mucho la situación de desespero y angustia, existe mas responsabilidad mas entrega, existe el convencimiento de querer cumplir con el partido que se está jugando, de querer llevarlo a su termino, a pesar de que el resultado de pronto no este favoreciendo , pero siempre uno se entrega hasta lo último..." (Jugadora)
Del relato se deduce que el autoconcepto de las jugadoras, también se forja al intentar realizar lo que desean, al proponerse la meta y estar decididas a luchar por ella. Esta peculiaridad en la conformación del yo, es lo que Freud, denomina Pulsión de vida, situación en la cual el sujeto deja exteriorizar el "super yo". Son precisamente esas pulsiones de vida, las que animan desde el subconsciente a las jugadoras para expresar en un partido de fútbol todos su sentimiento subyugado por las múltiples presiones de la discriminación social, es ese sentimientos de dejar volar el subconsciente, el que hace que las jugadoras entreguen todo en un partido, desplazando el sufrimiento, el dolor, el cansancio con el único propósito de lograr su cometido.
Vivir es siempre en mayor o menor medida combatir contra el mundo y al mismo tiempo esforzarse ; es decir, sacrificar algo de si, por eso, la personalidad forjada en ambientes marginales, en esos ambientes de la contracultura donde todo parece ir en contra, se torna sólida y fuerte, toda vez que es vivida, sentida y deseada. Así es el estilo de las jugadoras de fútbol, unas mujeres que esgrimen en un ambiente hostil y machista la necesidad de una realización personal , la necesidad de un elemento de real emancipación subjetiva rompiendo con los racionamientos de lógica y razón que le plantean algunos espectadores al rotularlas de amachadas.
Rebeldía
Me conocieron así...
El sentido del relato se ubica en la perspectiva de realización de valores, expuesto por Zuleta (citado por Valencia 1996), cuando esboza el papel que en este perspectiva juega la idealización del fin, puesto que es un criterio de autonomía el intentar cumplir con un objetivo sin interesar las dificultades por las que debe el sujeto atravesar, llegando a inventar un mundo ideal : su propio mundo al margen de otros mundos. Diríamos junto con el autor que en ese ideal de mundo que intentan forjarse las jugadoras, hay un dolor presente en la lucha actual pero también la postulación de una tierra prometida que compensará todos los esfuerzos y colmará todas las carencias.Es la ética de la autenticidad a que hace referencia Zuleta, lo que invocan las jugadoras cuando sin dar importancia a los comentarios malintencionados y estigmatizantes de la sociedad, prosiguen su andar con paso firme en la construcción de su personalidad "... yo digo que a mí me conocieron así y por qué van a venir y me van a hacer cambiar de la noche a la mañana, de un momento a otro a prohibirme algo que es mío y que a mí me gusta. Pues yo no soy partidaria de eso..." (Jugadora). El sentido de lo bueno o lo malo, dice Savater (1991) es ambiguo y de hecho está en el sujeto y no en la sociedad ; esto es, que una ética fundada en la autonomía puede acudir a actos aparentemente malos para realizar acciones buenas. Si se observa esta analogía desde el caso particular que estamos analizando, es por mas evidente que en nuestras sociedades machistas sean descalificadas las mujeres por que realizan actos "asignados " para los varones, sin embargo, la verdadera ética autónoma es aquella que asume la propuesta de Savater, una especie de ética de mínimos, mi libertad termina donde comienzo a obstaculizar tu libertad.
Es claro para las practicantes del fútbol, que lo que se están jugando es la posibilidad de ser libres, de constituirse como sujetos autónomos en medio de una sociedad que las descalifica y las discrimina, se trata de asumir esa ética de los mínimos ; una ética de la tolerancia que asume mundos independientes y que soslaya otros mundos, esos mundos que obstaculizan el idealizado. Por eso una jugadora comenta "...La gente tiende a tratarlo a una con palabras feas, toma eso como una recocha, entonces ponen apodos le buscan apodos a una y todas esas cosas, pero una ya ha aprendido a afrontar esa situación y no se enfrenta contra la gente, los hacemos como un caso aislado, pero claro se escucha una serie de cosas desagradables sobre nosotras..."
Idealización cultural del prototipo de mujer
"Soy mujer en todo sentido"
La sociedad también idealiza los mundos, uniforma los mundos para constituir uno solo, el mundo que la cultura ha forjado desde múltiples influencias, pero en particular desde la influencia de los MASSMEDIA, desde la influencia de ese medio que a decir de Hopenhayn (1998) ha impuesto la cultura del mercado, el mercado de mensajes , o intercambio simbólico de bienes y servicios. La mujer en nuestras sociedades actuales se ha constituido en eso, en un objeto simbólico que se mercadea y que desde ese mercado asume un prototipo que la sociedad ha idealizado en un mundo imaginario de los que es y no es, es decir, una sociedad mercantil. Razón tiene Gabriela Castellanos (op. cit. p. 106) cuando afirma que "los hechos culturales específicos en América , son los prototipos de feminidad idealizada, pero asexuada, asociada al estereotipo de belleza blanca, en contraste con el prototipo de feminidad sexualmente activa y deseable pero socialmente menos valorada asociada al estereotipo de mujer negra".Por eso, las jugadoras de fútbol inmersas en ese prototipo ideal de mujer que la sociedad ha idealizado, defienden sus rasgos de feminidad "... Cuando nosotras estamos jugando un partido, a pesar de que nos metemos en él, el tratamiento dentro de la cancha no es extravagante, es acorde al juego que en ese momento se está dando ; se llama la atención de una compañera a otra en términos normales y sin exageraciones..." (Jugadora)
Es tan marcado el prototipo de mujer que la sociedad exige, que Deutsch (1988) ha caracterizado así la feminidad de la mujer: tiene más intuición que lógica, predomina la vida afectiva, posee un alto deseo de cariño, sus movimientos son delicados. Todos estamos inmersos en ese mundo que los medios han logrado eslabonar en nuestros subconscientes y las jugadoras de fútbol no están exentas de esa influencia, por eso intentan, ante todo no perder su identidad como mujeres "... yo en el campo soy muy femenina, al vestirme, al actuar, al hablar, todo eso no lo he tratado de perder ; juego el fútbol por que me gusta. Yo soy mujer en todo sentido..." (Jugadora). Es de considerar entonces, que el mundo libre que la jugadora de fútbol intenta forjarse, no incluye la perdida de su feminidad, parece estar muy arraigado el fenómeno cultural de la distinción de comportamientos en la forma de vestir, de jugar, de hablar, y sobre todo en la capacidad de conformar una familia.
"...Como es una en el trabajo, donde se debe mostrar mucha seriedad, donde se debe ser responsable hasta en su forma de vestir, dentro de la cancha de juego se sobre entiende que una esta practicando un deporte y debe transformarse pero nada mas, por que de todas maneras una dentro de la cancha no pierde el hecho de ser mujer y sigue siendo la mujer que siempre así tenga que actuar bruscamente. Pero termina el partido y en mi casa soy madre y esposa y en el trabajo soy una buena trabajadora..." (Jugadora)
Por tanto, se puede ser también mujer jugando al fútbol el cual, por así decirlo, es mas rico en observación al primar en cierto sentido, la técnica que la fuerza por características propias de ser mujer; rompiendo así con esos estigmas de brusquedad y de mujer marginal.
Relaciones afectivas
"Ellas son jodidas.... no se les puede meter en la vida íntima; para que ellas no se metan con uno. Pues a ellas hay que saberlas llevar, ellas son muy jodidas." (directivo). Adela Cortina en su libro Etica de Mínimos (1989) hace referencia a que: para que dos sujetos entablen un proceso de comunicación y puedan compartir experiencias de vida cotidiana, debe existir una diferencia de valores, siempre y cuando estos no dañen la integridad de la otra persona; es decir, debe existir un mínimo respeto para que haya una relación de amistad. Este respeto lo exigen las jugadoras al tener contacto con los directivos y entrenadores al querer guardar su vida privada e íntima.Es este sentido las jugadoras se mueven en la ética de mínimos al querer tener una relación cordial entre ellas y el cuerpo técnico, es una afectividad colectiva que busca un mismo fin, practicar al fútbol. Sin embargo las relaciones con el sexo contrario previenen al entrenador o directivo de hablar directamente con ellas, "uno trata de ayudarlas, de darles una charla por el bien de ellas, después vienen con los comentarios de que nos metemos en la vida de ellas, cosa que es muy desagradable" (entrenador).
Pareciera que solo hay cosas que se pueden decir entre los mismos varones y que de hecho, están vedadas para las mujeres. En este sentido, se ha tejido en torno a las relaciones afectivas de la mujer jugadora de Fútbol otro estigma, "ellas son jodidas". Es por esta razón que este tipo de relaciones entre directivos y jugadoras no son abiertas, pues los directivos están prevenidos contra las mujeres en el tratamiento de ciertos tópicos como los del manejo de la sexualidad o el estigma de la homosexualidad.
Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 6 · Nº 32 sigue Ü