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La preparación psicológica y los procesos |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 31 - Febrero de 2001 |
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Por tanto, es tarea del entrenador remitirse con precisión al diagnostico de las percepciones especializadas y establecer con precisión el nivel de excitación de los canales sensoriales del atleta, de manera que pueda conocer las deficiencias perceptuales y a partir de ahí encauzar objetivamente las actividades entrenadora a desarrollar.
En tal sentido es importante que en un primer momento él diagnostico permita conocer el nivel de conocimiento técnico, táctico y estrategias deportivas, y por ende, el dominio (temporo - espacial) del ambiente de preparación.
Un segundo momento se debe estudiar el nivel de autocontrol y percepción del tiempo mediante ejercitaciones individuales o de grupo acerca de la unidad de medida y los tiempos que condicionan algunas de las situaciones fundamentales del enfrentamiento deportivo.
En un tercer momento se prevé conocer el control y la percepción de los principales implementos deportivos que utiliza para ejecutar la actividad (por ejemplo los Guantes de boxeo), tanto en situación estática como dinámica, para luego insertar elementos técnicos, tácticos y estrategias deportivas hasta alcanzar un perfeccionamiento consciente de las mismas.
El cuarto momento esta orientado a estudiar el nivel de influencia de los implementos deportivos que utiliza, tanto para la preparación, como para el combate, insertando progresivamente el desarrollo de la movilidad de la acción, en diferentes momento, es decir estático o dinámico, y en condiciones espaciales y temporales oportunamente definidas para cada estilo preferente de conducir los combates.
De esta forma para poder establecer el máximo rendimiento que cada deportista, el entrenador no sólo necesita informaciones sobre su nivel físico, técnico, táctico y estrategias deportivas, sino también sobre su capacidad real de percepción especializada.
Las que puede realizar, analizando el comportamiento técnico y táctico del boxeador, interrogándolo al resultado del nivel (senso - perceptual) del atleta, y de los resultados que va logrando durante el combate (A Sagarra, 1986).
Sin embargo, estas operaciones son difíciles de controlar en cuanto a que el atleta necesariamente desea anticipar los ataques, mientras su adversario directo trata de ocultarle sus intenciones el mayor tiempo posible (Russel 1989).
Por consiguiente, las ejercitaciones en condiciones de reducida capacidad sensorial deberán prever también trabajos individuales, de uno contra uno, en condiciones normales de entrenamiento y durante el entrenamiento libre con guante con guantes (seriados).
De este modo el boxeador principiante aprende a “leer” o a “sentir”, las intenciones de los contrarios según el canal (temporo - espacial) y el desarrollo de habilidades motrices (por ejemplo, la vista o el oído y el cenestésico) incluso aquellas referencias que normalmente no se estimulan.
Después de haber trabajado sobre las etapas precedentes, se debe incrementar las exigencias de dificultad en las ejercitaciones con la inserción en las escuelas de boxeo y de combate, además el trabajo simultáneo en pareja, conlleva indirectamente también a mantener una dificultad de concentración en cuanto a que la utilización contemporánea de varios estimuladores provoca un desarrollo de las percepciones especializadas notable a la actividad del principal analizador comprometido del boxeador, (la vista).
De esta forma es recomendable que el deportista se concentre en el propio movimiento (técnico - táctico), lo cual significa tratar de asignarle a éste la necesaria cantidad de esfuerzo mental y físico, de modo que se pueda evitar fenómenos de interferencia que podrían hacer al movimiento menos eficaz durante la ejecución de las acciones ofensivas y defensivas.
Cuando en los entrenamientos deportivos estimula constantemente las percepciones especializadas a través de interferencias voluntarias, en condiciones de disminución o falta de estimulación sensorial, se pone en dificultad la capacidad senso-perceptiva del deportista, y, por ende, se le estimula a buscar una respuesta inicial en forma de movimiento, así como una adaptación eficaz a las acciones ofensivas y defensivas. Se obliga al deportista ( que ya deberá estar adiestrado en este tipo de actividad y que deberá poseer una motivación idónea) a un notable desarrollo psíquico que demanda su preparación.
Orientaciones generales para la preparación psicológica de las percepciones especializadasEn cada caso es fundamental trabajar con las respuestas, con las sensaciones elaboradas por el atleta durante el trabajo, y activar el mecanismo de feedback para evaluar las informaciones propioceptivas, de modo que el atleta desarrolle una relación más sólida y directa con su cuerpo y, sobre todo, con su cuerpo en movimiento.
El entrar en contacto con el propio cuerpo a través de preguntas del tipo: “¿Qué has percibido al hacer este movimiento?”; “¿Qué ha sucedido en este momento?” “¿Qué te ha sucedido para poder hacer este ejercicio?”, Toda esta actividad de relación entre lo que ha interpretado el deportista y lo que desea que interiorice el entrenador o psicólogo, no es sencillo y presupone un trabajo de tipo psicológico sobre la confianza y sobre la estima entre los sujetos de la interacción (entrenador / preparador y atleta).
Probablemente este trabajo le quitará tiempo al entrenamiento técnico o táctico, pero sólo en apariencia, por cuanto estas estimulaciones a través del dialogo permitirá una mayor “existencia” del atleta en el entrenamiento técnico, y por consiguiente un aprendizaje más rápido, pero sobre todo perdurable.
Por ende, lo que puede parecer una pérdida de tiempo durante el entrenamiento, se traduce en un beneficio para fijar, retener los conocimientos y poder desarrollar la ejecución y su rendimiento.
En este sentido proponemos un sistema de objetivos que deben trabajarse, según nuestras experiencias investigativas en este deporte, como son:
Desarrollar la orientación, diferenciación espacial en el cuadrilátero.
Desarrollar el trabajo sobre la percepción de la lateralidad, sensibilización táctil, y coordinación dinámica.
Desarrollar la percepción auditiva, diferenciación dinámica, y orientación temporo - espacial durante el combate.
Desarrollar la diferenciación dinámica, control del equilibrio, sensibilización táctil durante el combate.
Desarrollar la orientación, velocidad de acción, percepción auditiva.
Desarrollar la orientación, percepción auditiva, velocidad de acción, y concentración de las acciones técnico - tácticas.
Desarrollar la diferenciación dinámica, control del equilibrio, sensibilización táctil en las acciones ofensivas y defensivas.
Desarrollar el control del equilibrio, orientación después de un golpe fuerte.
Desarrollar el control del equilibrio, capacidad de adaptación durante los ataques y contraataques.
De esta forma el entrenamiento debe:
Lograr un mejoramiento de la capacidad perceptiva debe ser una componente integrativo del entrenamiento;
Lograr el adiestramiento de las capacidades de percepción debe ser lo más específico posible;
Lograr la adquisición de estrategias perceptivas, como todo nuevo aprendizaje, debe ocurrir en condiciones favorables,
Lograr en el entrenamiento normal, el entrenamiento perceptivo se combina con un entrenamiento a tomar decisiones.
ConclusionesDel resultado de la bibliografía consultada y de las investigaciones realizadas consideramos oportuno concluir planteando que los argumentos logrados son una parte de la serie de ejercitaciones que se han elaborado en función del plan de preparación psicológica, la cual comprende dos partes; una puede considerarse de base para cualquier actividad deportiva donde se determina el contenido psicológico que se trabajara durante los entrenamientos; la otra, más específica, relativa al boxeo en la iniciación deportiva.
Sobre la base de nuestras experiencias, este tipo de trabajo puede ser iniciado mediante los ejercicios más simples para cada una de las exigencias psicológicas y después de un atento diagnostico del nivel de capacidades motoras de los sujetos trabajar por un desarrollo optimo de las percepciones especializadas, incluso desde los 13-16 años.
Se han podido advertir progresos evidentes también en atletas adultos y en aquellos que no poseen excepcionales cualidades físicas y técnicas.
Todo esto será objeto de una investigación que tiene por objetivo la utilización de tests específicos para controlar los progresos en las percepciones especializadas analizadas.
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