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La fatiga en voleibol |
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Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Universidad de Granada (España) |
José Manuel Palao Andres Begoña Saenz Ferrer y Aurelio Ureña Espa jmpalao@yahoo.com |
Resumen: Para que la preparación física de un jugador de voleibol pueda desarrollarse de la forma deseada y planificada es necesario plantear a los jugadores los estímulos adecuados. Evitando que los jugadores entren fatiga y en exceso de entrenamiento, para ello es fundamental conocer los tipos de fatiga que pueden aparecer, ya sea por el entrenamiento o competición, cuales los mecanismos y las causas de producción, sus síntomas... Palabras clave: Voleibol. Fatiga. Preparación biológica.
Abstract: |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 6 - N° 30 - Febrero de 2001 |
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Tipos de fatiga en voleibol
La fatiga en voleibol se debe fundamentalmente al cansancio del sistema nervioso aunque también puede deberse a cuestiones metabólicas, neuro-musculares e incluso de deshidratación.Según Vargas (1982) cuanto más se postergue la fatiga mayor tiempo podrá un jugador rendir al nivel que su preparación técnico-táctica le posibilite. Es importante conocer cuales son los tipos de fatiga y cuales de estos van a tener una mayor relevancia a la hora de limitar el rendimiento en voleibol durante el entrenamiento y la competición.
Zatsiorskiy, citado por Alvarez (1985) distingue dentro de la fatiga física la fatiga local frente a la global. Legido (1986) y Keul y cols. (1991) diferencian dos tipos de fatiga, la central (sistema nervioso) y la periférica (reservas energéticas, electrolitos, proteínas...). Otros autores como Fernández (1993) señalan tres tipos de fatiga desde el punto de vista del tiempo de aparición, aguda, sobreaguda y crónica.
Según Morás (1994) durante un partido de voleibol a medida que transcurre el tiempo, el inevitable cúmulo de fatiga residual se traduce en una pérdida de efectividad en todas las acciones. Así en un partido se realizan entre 140 y 150 saltos, estimándose que reducciones superiores al 5% (Matveiev, 1982) suponen pérdidas significativas de rendimiento. Los conocimientos científicos actuales indican que el Sistema Nervioso Central (SNC) se cansa antes que otros sistemas, este cansancio central disminuye la precisión de los movimientos del jugador de voleibol aunque aún se encuentre en forma. En voleibol la fatiga central tiene mucha más trascendencia que las demás. Herrera y cols. (1992) dice que la mayor carga de acciones propias de voleibol se da sobre el SNC. Grosser y Neumaier (1986), citados por Herrera y cols. (1992) hablan de un cansancio central que se manifiesta antes que el periférico. Para estos autores, el S.N.C. acusa antes el cansancio que los demás sistemas (cardiovascular, metabólico, neurovegetativo, muscular...). De esta forma, podemos observar a menudo que en determinadas tareas de aparente baja intensidad (recepción o colocación sin exigencias de desplazamiento) se pierde precisión o calidad en la decisión, sin sensación de fatiga por parte del jugador y con indicadores biológicos (frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, lactato en sangre...) próximos a los niveles de reposo.
Para Vargas (1979) el desgaste del SNC por la alternancia de concentración-relax influye directamente sobre el conjunto orgánico y fisiológico del jugador de tal forma que los intervalos existentes, que evitan en gran medida la fatiga fisiológica, son insuficientes para neutralizar la fatiga nerviosa creada, provocando altibajos en el rendimiento del jugador. El cansancio en voleibol se manifiesta más por fenómenos nerviosos que por síntomas respiratorios o cardiocirculatorios.
Por último Bosco (1986) hace notar que tras realizar un trabajo de 15 a 60 seg. en forma de saltos surge en el atleta la fatiga que provoca un decrecimiento de la fuerza explosiva a desarrollar.
Mecanismos de producción de la fatiga en voleibol
En el voleibol la obtención de energía se realiza fundamentalmente por medio de la vía anaeróbica aláctica (80%) y en menor medida por la anaeróbica láctica (20%) y por procesos oxidativos (10%).Así los mecanismos de producción de fatiga más importantes estarán relacionados con factores que limitan la obtención de energía a partir de los fosfágenos como son: (1) Disminución o vaciamiento de ATP. Esto trae consigo un aumento de ADP, Pi y H+. El ADP y Pi se acumulan en la miosina impidiendo que se una actina y miosina, por lo cual disminuye el mecanismo contráctil, se dificulta la contracción muscular. El aumento de hidrogeniones provoca una disminución de la sensibilidad de la troponina al ión calcio (Ca++), por lo cual se requeriría más calcio en presencia de hidrógeno para hacer el mismo trabajo, la competición entre H+ y Ca++ aumenta, dificultando estos factores aún más la contracción muscular. (2) Disminución o vaciamiento de fosfocreatina. Como consecuencia se produce una disminución de la refosforilación del ADP, lo cual lógicamente reduce la producción de ATP. Además de la disminución de ATP y fosfocreatina pueden ser causas de fatiga según Bongbele y Gutiérrez (1989) el incremento del ADP y Pi, por las razones antes explicadas, del amonio y del nitrógeno.
En ocasiones la incapacidad del sistema cardiovascular y respiratorio, más un suministro insuficiente de oxígeno pueden ser también factores que conlleven la producción de fatiga, sin embargo durante la competición se convierten en factores secundarios frente a los anteriores pudiendo producirla sólo en momentos puntuales.
Debido a la duración de un partido de voleibol y de las sesiones de entrenamiento también podría ser un factor de fatiga la deshidratación del jugador, por lo que es importante la ingesta de líquidos durante estos. Según Odriozola (1987, citado por Gutiérrez, 1985) si un deportista pierde más del 2% de su peso por deshidratación su capacidad de trabajo físico comienza a resentirse. De este modo Del Corral y Vaquero (1994), citado por Delgado y Gil (1997) resaltan la importancia de mantener el nivel de hidratación sobre todo en deportes que como el voleibol se practican en pabellones cerrados.
Según Gatorade (1994) no todas las bebidas son igual de efectivas reemplazando los fluidos que se pierden a través del sudor. En algunos casos las bebidas carbonatadas pueden causar dolor de estómago y bebidas con alcohol y cafeína actúan como diurético pudiendo agravar la deshidratación. Así Delgado y cols (1997) nos indican que para que la rehidratación se produzca de manera adecuada la bebida a ingerir a de ser hipotónica, de bajo contenido en azúcar, a temperatura ambiente y agradable de sabor. La forma más simple de vigilar el grado de hidratación del deportista es a través del control del peso corporal.
De Haro (1997) dice que la rehidratación es fundamental durante la competición y los entrenamientos, la cantidad para él debe ser de 500ml/l x hora de juego, con una temperatura entre 5 y 10º, una concentración de hidratos de carbono de un 8%, sólo para rehidratar no con el fin de reponer energía, y con 30 a 50 mmol/l de sodio. Después de la competición se recuperará de 1 a 3l lo antes posible con 0,75 g/kg/h de hidratos de carbono y 80-20-mmol/l de sodio.
Síntomas de fatiga en voleibol
Según Delgado (1998) existen una serie de signos y síntomas que nos pueden indicar la aparición de fatiga si la mayoría de los factores se repiten podemos estar entrando en sobreentrenamiento. Estos signos y síntomas están referidos a: (1) modificaciones del rendimiento (disminución de la fuerza contráctil, capacidad de trabajo, coordinación y de producción de lactato; alteraciones electromiográficas y peor recuperación de la FC; aumento de la FC durante el esfuerzo, del VO2 submáx, de la ventilación submáxima y de los errores técnicos); (2) Modificaciones del estado general (cansancio general, insomnio, sudoración nocturna, sed, pérdida de apetito y de peso, alteraciones menstruales, cefaleas, nauseas, molestias gastrointestinales y tendinosas, dolor muscular, aumenta el riesgo a la infección, catarro, alergias, fiebre y aparición de herpes); (3) Exploración clínica (modificaciones en frecuencia basal, alteraciones del electrocardiograma, aumento de la tensión arterial diastólica, disminución de la capacidad de vital); (4) Modificaciones psicológicas (apatía, inestabilidad, pérdida de autoestima, ansiedad, sentimientos depresivos, cambios en la personalidad, dificultad para la concentración, disminución del rendimiento intelectual y capacidad de decisión, miedo a la competición, lentitud motora y abandono ante dificultades); (5) Modificaciones bioquímicas (sanguíneas, hematológicas, inmunológicas, hormonales, enzimáticas y en relación a los minerales y a la orina).Harre, citado por Platonov (1993), expone una serie de síntomas de fatiga que pueden aparecer a consecuencia de la ejecución de cargas de diferentes valores, durante el entrenamiento: (1) Palidez o manchas rojas en la piel, que aumentan a mayor carga; (2) Movimientos que se ven perturbados en cuento a coordinación al aumentar la carga; (3) Grado de concentración decreciente respecto al aumento de carga; (4) Sensación general de pesadez y debilidad cuanto mayor es la carga, con la consiguiente pérdida de las ganas de entrenar; (5) Su humor empeora con cargas altas surgiendo dudas y temor ante el entrenamiento; (6) La sudoración aumenta, con cargas altas en la parte superior del cuerpo, y con cargas aún más altas en la sudoración en la parte inferior.
Causas de la fatiga en voleibol
Conocer las causas por las que se produce la fatiga en voleibol es muy importante ya que a partir de aquí podemos poner los medios para prevenir su aparición.Harre (1987) describe una serie de factores que pueden ser causa del sobreentrenamiento. Estos no son específicos pero sin duda cuando la fatiga aparece en algún jugador de voleibol esta suele estar relacionada con uno o varios factores de los siguientes apartados:
Método de entrenamiento: (a) Estructura defectuosa por no respetar la recuperación, aumento rápido y brusco del volumen de entrenamiento o de la intensidad del mismo, poca variedad en los métodos usados durante el entrenamiento, excesivo número de competiciones durante el proceso de entrenamiento, o al establecimiento de objetivos muy elevados; (b) Adaptaciones inadecuadas a los cambios circunstanciales como un aumento rápido del volumen después de lesiones o enfermedades, poca adaptación del entrenamiento a factores del estrés (como exámenes o crisis familiares); (c) Planificación y metodología de instrucción inapropiadas por mala higiene, falta de confianza en el entrenador o bien por una instrucción técnica muy rígida.
Modo de vida: (a) Planificación precipitada, rutina irregular, falta de tiempo para calmarse, insuficiente sueño; (b) Régimen alimentario con consumo de alcohol, tabaco y cafeína, carencias nutritivas, variaciones ponderales, malas condiciones de alojamiento, vida comunitaria perturbada.
El entorno: (a) Entorno con problemas familiares o estímulos inapropiados; (b) Empleo poco satisfactorio, con grandes exigencias de tiempo y malas relaciones en el trabajo, dificultades para compaginar empleo y estudios, malas notas; (c) Problemas personales, responsabilidades y tensiones familiares o una relación desafortunada.
Salud: salud deficitaria con problemas de asma, fiebre alérgica, resfriados, trastornos gastro-intestinales, supuración crónica, secuelas de enfermedades infecciosas, etc.
Cuando sospechamos que un jugador de voleibol puede estar entrando en fatiga, debemos analizar todos estos aspectos en ese jugador tratando de solventar aquellos que no sean satisfactorios.
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