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Análisis de un modelo de Cuestionario de Valoración de la Actividad Física durante el Tiempo Libre (II): validación y adaptación a población española del LTPA
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 28 - Diciembre de 2000 |
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La siguiente tabla muestra las correlaciones entre la primera forma anual del AFTL y las formas mensuales para cada una de las escalas. Se detectaron correlaciones significativas en la práctica totalidad de los casos, a excepción de los últimos meses correspondientes a la escala de intensidad ligeras.
Tabla 10.- Correlaciones entra la primera forma anual del AFTL y las formas mensuales. La intensidad mensual corresponde a la indicada bajo el epígrafe de los datos anuales .
n
A1L
A1M
A1I
A1C
A1T
M1
82
p = 0,001
r2= 0,523p = 0,001
r2= 0,414p = 0,001
r2= 0,650p = 0,001
r2= 0,957p = 0,001
r2= 0,676M2
82
p = 0,001
r2= 0,403p = 0,001
r2= 0,258p = 0,001
r2= 0,434p = 0,001
r2= 0,718p = 0,000
r2= 0.392M3
82
p = 0,001
r2= 0,287p = 0,001
r2= 0,252p = 0,001
r2= 0,548p = 0,001
r2= 0,586p = 0,001
r2= 0,467M4
82
p = 0,001
r2= 0,119p = 0,001
r2= 0,155p = 0,001
r2= 0,373p = 0,001
r2= 0,487p = 0,001
r2= 0,343M5
82
p = 0,005
r2= 0,303p = 0,001
r2= 0,151p = 0,001
r2= 0,522p = 0,001
r2= 0,449p = 0,001
r2= 0,369M6
82
p = 0,001
r2= 0,255p = 0,001
r2= 0,064p = 0,001
r2= 0,452p = 0,001
r2= 0,497p = 0,001
r2= 0,319M7
82
p = 0,001
r2= 0,353p = 0,001
r2= 0,113p = 0,001
r2= 0,503p = 0,001
r2= 0,478p = 0,001
r2= 0,366M8
82
p = 0,001
r2= 0,359p = 0,001
r2= 0,143p = 0,001
r2= 0,488p = 0,001
r2= 0,516p = 0,001
r2= 0,398M9
82
p = n.s.
r2= n.s.p = 0,001
r2= 0,049p = 0,001
r2= 0,430p = 0,001
r2= 0,657p = 0,001
r2= 0,351M10
82
p = n.s.
r2= n.s.p = 0,001
r2= 0,069p = 0,001
r2= 0,300p = 0,001
r2= 0,469p = 0,001
r2= 0,266M11
82
p = n.s.
r2= n.s.p = 0,001
r2= 0,111p = 0,001
r2= 0,204p = 0,001
r2= 0,510p = 0,001
r2= 0,203M12
82
p = n.s.
r2= n.s.p = 0,001
r2= 0,106p = 0,001
r2= 0,346p = 0,001
r2= 0,613p = 0,001
r2= 0,383En la tabla 11 se exponen las correlaciones entre la segunda forma anual del AFTL y las formas mensuales para cada una de las escalas. En este caso todas las correlaciones han sido significativas.
Tabla 11.- Correlaciones entra la segunda forma anual del AFTL y las formas mensuales. La intensidad mensual corresponde a la indicada bajo el epígrafe de los datos anuales.
N
A2L
A2M
A2I
A2C
A2T
M1
82
p = 0,001
r2= 0,108p = 0,001
r2= 0,277p = 0,001
r2= 0,575p = 0,001
r2= 0,619p = 0,001
r2= 0,504M2
82
p = 0,001
r2= 0,303p = 0,001
r2= 0,242p = 0,001
r2= 0,548p = 0,001
r2= 0,664p = 0,001
r2= 0,441M3
82
p = 0,001
r2= 0,382p = 0,001
r2= 0,351p = 0,001
r2= 0,615p = 0,001
r2= 0,778p = 0,001
r2= 0,593M4
82
p = 0,001
r2= 0,465p = 0,001
r2= 0,363p = 0,001
r2= 0,540p = 0,001
r2= 0,793p = 0,001
r2= 0,574M5
82
p = 0,001
r2= 0,518p = 0,001
r2= 0,454p = 0,001
r2= 0,526p = 0,001
r2= 0,795p = 0,001
r2= 0,603M6
82
p = 0,001
r2= 0,583p = 0,001
r2= 0,345p = 0,001
r2= 0,711p = 0,001
r2= 0,863p = 0,001
r2= 0,700M7
82
p = 0,001
r2= 0,483p = 0,001
r2= 0,446p = 0,001
r2= 0,706p = 0,001
r2= 0,855p = 0,001
r2= 0,731M8
82
p = 0,001
r2= 0,530p = 0,001
r2= 0,457p = 0,001
r2= 0,625p = 0,001
r2= 0,847p = 0,001
r2= 0,734M9
82
p = 0,001
r2= 0,402p = 0,001
r2= 0,298p = 0,001
r2= 0,573p = 0,001
r2= 0,840p = 0,001
r2= 0,533M10
82
p = 0,001
r2= 0,097p = 0,001
r2= 0,205p = 0,001
r2= 0,410p = 0,001
r2= 0,830p = 0,001
r2= 0,478M11
82
p = 0,001
r2= 0,114p = 0,001
r2= 0,278p = 0,001
r2= 0,306p = 0,001
r2= 0,679p = 0,001
r2= 0,445M12
82
p = 0,001
r2= 0,233p = 0,001
r2= 0,150p = 0,001
r2= 0,553p = 0,001
r2= 0,911p = 0,001
r2= 0,651
Discusión y conclusionesEl coeficiente de correlación del AFTL, para ambos formatos anuales, por intensidades es para la ligera 0,17, para la media 0,27, para la intensa 0,51, para las actividades de la casa 0,62 y para la suma total 0,48. Por tanto, puede considerarse que los resultados son relativamente similares a los obtenidos Jacobs y cols. (1993) en el estudio SAFE, ya mencionado en este trabajo, en el que obtuvieron correlaciones entre 0,71 y -0,11 para las cuatro intensidades y la suma total de éstas. Otro estudio (Boisvert y cols., 1988) realizado con una muestra de varones de mediana edad obtuvo correlaciones de 0,85 para el valor global de la actividad durante el tiempo libre, y correlaciones entre 0,73 y 0,79 para las actividades con una escala de intensidad ligera, media y elevada, equiparables a las de nuestro análisis. Para algunos investigadores, las diferencias que puedan existir en los diferentes grupos de estudio son provocadas por las características de las muestras utilizadas en el estudio (Boisvert y cols., 1988).
En un estudio de Blair y cols. (1991) se administró el LTPA a 129 varones y 322 mujeres, con repeticiones al año y a los cuatro años. El coeficiente de correlación varió de 0,33 a 0,52 y la correlación más pobre se produjo tras el período de cuatro años. Los resultados obtenidos tras el estudio de test-retest realizado por Folsom y cols. (1986), dieron unos coeficientes de correlación de 0,88 para la actividad total del LTPA, 0,79 para la actividad de intensidad ligera, 0,86 para la escala media y 0,82 para la más intensa (en este estudio aún no eran incluidas las actividades de la casa como una intensidad más del cuestionario LTPA).
En cuanto a las correlaciones obtenidas entre la primera forma anual del AFTL y las formas mensuales para cada una de las escalas de intensidad, así como para la suma total de éstas, es necesario mencionar que para la intensidad ligera a partir del mes 9 las correlaciones no son significativas, quizás la causa de la ausencia de significación se debe a la diferencia del tiempo, 8 meses, entre la recopilación de información para la primera forma anual del cuestionario y la forma mensual del mes noveno. La intensidad moderada tiene unos niveles de correlación elevados en los doce cuestionarios mensuales, entre 0,04 y 0,41. La escala intensa mantiene una correlación aceptable que se sitúa entre 0,30 y 0,65; mientras que las actividades de la casa son las que producen una correlación débil que va desde 0,44 hasta 0,95. La suma total de las intensidades también ofrece una aceptable correlación, entre 0,20 y 0,67.
En contraste con lo señalado al inicio del párrafo anterior, no sucede la misma ausencia de significación en las correlaciones establecidas entre la segunda forma anual del AFTL y las formas mensuales para la intensidad ligera, con unos fuertes índices de correlación para los doce meses en esta intensidad puesto que está por debajo de 0,58. En cuanto a la intensidad moderada, también se refleja una fuerte correlación entre 0,45 y 0,15 para los doce meses respecto a la segunda forma anual, así los últimos cuatro meses no superan una correlación de 0,29. El nivel intenso de la escala, sufre una evolución de la correlación similar a la intensidad anterior, siendo más fuerte en los últimos cuatro meses, entre 0,57 y 0,30, que en los ocho primeros, entre 0,52 y 0,71. La escala para las actividades de la casa es la que ofrece un nivel de correlación más débil para la relación entre la segunda forma anual del AFTL y las doce formas mensuales, por encima de 0,61 para todos los formatos mensuales. La suma total de las intensidades de los formatos mensuales frente a la misma escala del segundo cuestionario anual mantiene unos índices de correlación entre 0,44 y 0,73.
Folsom y cols. (1986) advierten que los sujetos con un gran gasto de energía, en su estudio, obtuvieron grandes diferencias en los test-retest. Atribuyen esto al hecho de que las personas con una gran actividad, realizan ejercicio físico con gran frecuencia, y cometen errores en la estimación o anotación de la duración de la práctica física, disparando así los valores del test-retest.
Es necesario tomar como puntos de contraste estudios similares, en relación a la validación de cuestionarios o instrumentos similares, que investigan en el ámbito de la actividad física. En cuanto a la validez del diario, se considera bastante bueno para estimar el gasto energético de los grupos con un error no superior al 6% y rondando el 3%, pero con una tendencia a infravalorar el gasto de energía. Los errores individuales son importantes, de un 7% a un 8% de promedio, pero resultan bastante aceptables para muchos estudios. No parecen significativas las ventajas de la evaluación de los costes energéticos para actividades específicas en cada individuo en comparación con los valores de las tablas de costes de energía para esas actividades, sobre todo en pequeñas muestras; si bien no puede efectuarse esta afirmación en el caso de grandes poblaciones (Montoye y cols., 1996). Sin embargo, apenas existen estudios sobre la validación de este método en el caso de los niños.
Estudios de Taylor y cols. (1984) y de Dishman y Steinhardt (1988) han conseguido unos coeficientes de correlación de 0,90 en la primera referencia respecto a actividades físicas muy intensas durante el fin de semana (los participantes eran 30 voluntarios varones), y de 0,82 a 0,87 en el segundo estudio, respecto a un diario de actividades físicas practicadas durante siete días por un grupo de 160 universitarios. Boisvert y cols. (1988) opinan que los resultados de este cuestionario no se han asociado a componentes de enfermedades. Sin embargo, si bien la validez y la fidelidad de este método son considerados como limitados, parece potencialmente útil para la evaluación del papel de la intensidad de la actividad física en función del desarrollo de una enfermedad.
Respecto al PAR-Q revisado, y que se ha presentado en versión castellana como Cuestionario de Aptitud para la Actividad Física (C-AAF) no existen estudios que establezcan la validez de este cuestionario en versión castellana, aunque se ha empleado en la batería AFISAL-INEFC para la valoración de la condición física en adultos (Rodríguez y cols., 1995). Rodríguez (1994) opina que la falta de un patrón de referencia universal sobre causas de exclusión y su elevado costo hacen poco viable un estudio adecuado de validación externa.
Las correlaciones que hemos mencionado referidas a la validación del cuestionario adaptado AFTL, permiten comprobar la validez de los cuestionario, una vez aplicado el test-retest, además esto se ratifica con resultados de otros estudios cuya similitud nos permite confiar en la utilidad de este instrumento para el diseño de investigaciones posteriores de este ámbito.
Como matización positiva es necesario añadir a lo anterior en relación a los hábitos deportivos de los españoles las aportaciones que García Ferrando (1998) efectúa en su reciente estudio reflejando que los españoles en relación a la ocupación del tiempo libre sitúan a salir al campo, ir de excursión como la séptima actividad más realizada por un 40% de los entrevistados (después de estar con la familia, ver la televisión, estar con amigos/as, leer libros y revistas, oír la radio, escuchar música), ocupando el puesto noveno hacer deporte con un 32% de los encuestados (quizás es necesario indicar que la octava actividad en la que los españoles ocupan su tiempo libre es ver deporte). En este estudio, que analiza las tendencias de las actividades físico-deportivas en nuestro país como ocupación del tiempo libre desde 1980 hasta 1995, se confirma que el deporte (en este estudio los entrevistados mayoritariamente identificaban actividad física y deporte) como actividad de tiempo libre se ha implantado por igual en toda la sociedad española, tanto en el ámbito rural como en las zonas urbanas.
Estos estudios de carácter sociológico ponen de manifiesto la necesidad de valorar la naturaleza, cantidad e intensidad de la actividad física de nuestra población. Hasta ahora la realización de dicha valoración se reducía a evaluaciones médicas individuales, sujeto a sujeto. Sin embargo, es necesario ampliar la perspectiva individual y recopilar información del estado de salud de la población en función de su actividad física.
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