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Proposición de análisis socio-histórico del deporte en América Latina. |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000 |
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Sin duda alguna, esta perspectiva de análisis ha conducido a un proceso de mixtificación del deporte, sucediéndole lo de todos los mitos; se habla de él de manera purificada e inocente, su existencia actual aparece como natural y eterna. Su claridad evidente provie-ne de la constatación y no de la explicación: no se pone en duda porque es verdad, cierto de toda certeza y no está en discusión, podemos constatarlo mas no explicarlo y mucho menos cuestionarlo.
Aceptando que el análisis de lo físico, estadístico y técnico es importante, nos parece fundamental estudiar el deporte desde la perspectiva social. El deporte es un fenómeno creado por la sociedad en un momento determinado de su desarrollo, está en permanente interacción con los demás fenómenos sociales, y ha evolucionado, cambiando, en la misma medida que lo hace la sociedad a través del tiempo, alimentando y alimentándose en ese proceso de cambio.
La lectura que hicimos del deporte parte de considerarlo como un fenómeno social gestado, creado y conformado en un momento de desarrollo de la sociedad, transformándose al mismo ritmo que lo hace ésta a través de la Historia e incidiendo en ese proceso general de trans-formación social.
En América Latina, el deporte es una de las actividades menos analizada, también los estudios se orientan -mayoritariamente- a lo técnico, estadístico y físico. Es notoria la ausencia de experiencias donde se aborde su análisis desde una perspectiva socio-histórica. Ése es, preci-samente, el atractivo que ha tenido para nosotros como tema de investigación, en el cual ya hemos realizado unas modestas aproximaciones iniciales que quisiéramos ahora intentar profundizar.
En este trabajo aportarmos elementos que, por una parte, contribuyan al establecimiento de las grandes líneas de comprensión y conocimiento del surgimiento y desarrollo del deporte en la historia de América Latina, y por la otra, son la base para presentar una aproximación sobre la situación deportiva actual, en plena transnacionalización o globalización. Además, nos atrevemos a vislumbrar, presentar para el debate, algunas ideas de lo que puede ser el futuro deportivo que debemos construir como continente.
Una reflexión sobre el movimiento es el punto de partida del trabajo.
El movimiento es intrínseco al ser humano. Existe una dimensión fisiológica y biomecánica del movimiento y una dimensión propiamente cultural que abarca los significados y sentidos involucrados en la vida motriz cotidiana de una sociedad, en un momento determinado de su historia. Lo fisiológico y lo biomecánico es una constante histórica, más o menos semejante, su especificidad a través del tiempo y en las distintas culturas está determinada por el significado, sentido y valor social asignado a cada función fisiológica y biomecánica en un momento histórico concreto. Lo cultural, entendido como esa gama de significados, sentidos y valores que la sociedad le otorga al movimiento en un periodo determinado, impregna, recorre y matiza a lo fisiológico y biomecánico. La forma de moverse en la cotidianidad y el significado de ese movimiento, fotografía fielmente -en buena medida- la esencia del funcionamiento de una sociedad en una fase de su desarrollo histórico.
La conversión del planeta en un gran mercado mundial, es intrínseca a la dinámica de la organización socio-económica capitalista que reclama y requiere como condición de su desarrollo permanente, la existencia de mercados consumidores de la producción resultante del aumento constante de la productividad (producir muy diversificadamente más a menor costo y menor tiempo) debido a las innovaciones tecnológicas incesantes. Convertir el mundo en un mercado (la globalización), adquiere formas particulares en las distintas etapas del desarrollo histórico del capitalismo industrial.
En esas etapas se va perfilando progresivamente la naturaleza, sentido, significados y valores del movimiento intrínseco a la sociedad capitalista, que va a estar orientado, fundamentalmente, a la comparación del rendimiento del cuerpo y medición de la productividad corporal. Este proceso comprende desde su gestación y surgimiento, hasta su estructuración orgánico-institucional y expansión e imposición por el mundo entero, como forma dominante del movimiento, en la misma medida en que se expande e impone el capitalismo industrial como organización socio-económica.
Presentamos, sintéticamente la transformación de la dimensión lúdicra del movimiento y su sustitución por el deporte, entendido como la comparación de rendimientos corporales para registrar récords, designar campeones u obtener medallas y trofeos: Deporte-Rendimiento-Récord-Campeón (en adelante D-R-R-C). Este proceso abarca desde su gestación con el crecimiento desmesurado de las carreras como competencias para superar retos en función de una apuesta y con la incitación a los juegos populares de raíz folclórica con premios para los participantes, "patronised sport", en Inglaterra, en el siglo XVIII, hasta la configuración orgánico-estructural-institucional (la Organización Deportiva) con el surgimiento del Comité Olímpico y las Federaciones Deportivas, cuando presentan la nueva versión de los Juegos Olímpicos en 1896. La institución deportiva se expande en el mundo entero (con el Comité Olímpico y Federaciones Deportivas), en la misma medida que se impone el capitalismo industrial como organización socio-económica dominante mundial.
Establecimos la relación existente entre la dinámica de surgimiento y conformación del D-R-R-C y la realidad lúdicra latinoamericana. Destacando, particularmente, la existencia de una rica y milenaria experiencia lúdicra (juego aborigen y juego mestizo) en América Latina, desplazada por la irrupción de la institución del D-R-R-C, que se ha convertido en una opción fundamental para el uso del tiempo libre y para el entretenimiento de la población.
Hoy en día, en la llamada globalización (es simplemente la transnacionalización del capitalismo industrial), asistimos a un proceso de transnacionalización deportiva que imprime nuevas características al D-R-R-C y profundiza algunas otras ya existentes. Entre las principales características de la transnacionalización deportiva se destaca:
La configuración de una vasta macro-organización mundial muy poderosa (la Organización Deportiva), económicamente muy fuerte y dotada de una legislación y funcionamiento jurídico independiente de los Estados nacionales, pero muy influenciada por las principales potencias deportivas mundiales que también lo son en lo económico, político, militar, etc.
La conversión del deporte en una de las principales industrias del espectáculo, del entretenimiento y de canalización del tiempo libre de la población.
La intensiva y extensiva aplicación de la ciencia y la tecnología en todas las dimensiones de funcionamiento y operatividad de la actividad deportiva.
La progresiva desaparición del llamado deportista "aficionado" y su sustitución por el deportista profesional.
La imbricación e indiferenciación entre la Organización Deportiva Mundial y la empresa del espectáculo deportivo, resaltando como fenómeno reciente el papel protagónico, cada vez mayor, de las grandes corporaciones comunicacionales haciéndose propietarias de clubes o equipos importantes en las disciplinas deportivas de mayor demanda por el público.
La legitimación y aceptación social e institucional, indiscutible e incuestionable, del deporte como una actividad en y para la paz, un escenario de igualdad, de competencia leal y sana.
La fisonomía de la institución deportiva se corresponde y responde a las exigencias de transformación reclamadas por la globalización, convirtiéndola en un modelo referencial perfecto de globalización porque ha logrado establecer, difundir e imponer en todo el mundo -como necesaria, importante y legítima- la competencia basada en la medida y el récord: D-R-R-C. Organizándola y gobernándola con una creciente autonomía con respecto a los Estados nacionales, y respondiendo a los intereses de las grandes potencias.
El fracaso estrepitoso de la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en diciembre de 1999, al concluir sin acuerdo alguno y ser aplazada, fue apuntalado -en alguna medida- por la movilización de distintos sectores sociales de Estados Unidos y de representantes o delegaciones no gubernamentales de otros países; fueron manifestaciones y protestas de tal magnitud que obligaron a las autoridades de Seattle-EEUU a decretar el toque de queda y utilizar fuerzas federales (Guardia Nacional) al ser rebasada la capacidad de control de la policía local. La imposibilidad de acuerdo, las protestas, expresan el aumento del rechazo ante algunas condiciones y consecuencias de la globalización; particularmente, destacamos y rechazamos la creciente desigualdad y abismal diferencia en la apropiación de los beneficios -producidos por la globalización- entre los sectores sociales de cada país y entre los diferentes países o bloques de países.
En contrapartida, llama poderosamente la atención que al modelo deportivo globalizador se le hacen muy pocos cuestionamientos, críticas parciales, aisladas y con poca resonancia social. Se le halaga, alaba, aún cuando también son abismales las diferencias en la apropiación de los beneficios que produce: en la repartición de medallas entre países y, socialmente, en la distribución de las ganancias intrínsecas a la condición de gran empresa multinacional del espectáculo y del entretenimiento en que se ha convertido el D-R-R-C.
Nuestro continente forma parte de los segregados de los beneficios deportivos. El modelo de D-R-R-C, aplicado en América Latina desde finales del siglo XIX hasta hoy, en plena transnacionalización deportiva, ha fracasado porque se han obtenido resultados muy desfavorables en los grandes eventos internacionales donde se participa y no se ha logrado la incorporación de la mayor parte de la población a la práctica del juego y el deporte, de manera regular y ordinaria; además, se tiene poca injerencia en la gran empresa multinacional deportiva del espectáculo y del entretenimiento. Con la excepción de Cuba, cuya situación y condición deportiva deriva de una concepción socio-económica-política y de una inserción diferente al resto de América Latina en el sistema capitalista, con una ubicación distinta en el concierto mundial de naciones.
El reto planteado es la construcción colectiva de una alternativa lúdico-deportiva latinoamericana, que vaya mucho más allá del D-R-R-C, capaz de satisfacer las necesidades de toda la población y de producir mejores resultados en las más importantes competencias internacionales (más campeones y récords); además, debe permitirnos tener un mayor protagonismo en la gran empresa multinacional del entretenimiento y del espectáculo deportivo, que se traduce en la apropiación de volúmenes mayores de las ganancias producidas. Se alimenta y alimenta a un proceso de integración mucho más amplio, económico, político, social, cultural, etc., dirigido a incorporarnos a la globalización para aprovechar sus ventajas y beneficios y minimizar sus efectos negativos sobre nuestro continente, lo que requiere como condición establecer una relación de igualdad, de América Latina con los demás países y bloques de poder mundial.
Podemos comenzar de inmediato, intercambiando experiencias, investigaciones, recursos humanos y materiales, aprendiendo de aciertos y errores de lo que se hace en cada país en materia lúdico-deportiva. Puede ser un paso importante, por una parte, para ir construyendo una opción lúdico-deportiva al servicio de toda la población latinoamericana, y por la otra, ir integrándonos como un solo pueblo que abre puertas y corazones a la solidaridad, amistad, intercambio, rompiendo las ficticias barreras creadas para separarnos. Avanzar en la construcción de una alternativa lúdico-deportiva latinoamericana, refuerza la convicción de que sí es posible lograr una auténtica integración latinoamericana. Puede servir como una referencia, muestra y estímulo para que amplios sectores sociales presionen a las clases y grupos dirigentes, a los efectos de avanzar en un proceso integrador -mucho más completo que el que hemos tenido hasta ahora- al servicio de toda la población y recuperador de la soberanía nacional.
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