|
|
---|---|
Olimpismo: si de recuperación se trata |
|
Jorge de Hegedüs (Argentina) | Entrenador Nacional de Atletismo jheged@efdeportes.com |
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 25 - Setiembre de 2000 |
1 / 1
El movimiento es signo de vida, de actividad y de búsqueda de distintos logros. Existen personas de gran actividad, algunas de ellas exigiendo su intelecto mientras que otros sus músculos. En el primer caso podría tratarse de un empresario, de un investigador científico, o también un jugador de ajedrez; en el segundo, en cambio, puede tratarse de un estibador de puerto, albañil o un atleta. En todos estos casos se busca una medida de rendimiento, sea con el cerebro o con los músculos, y utilizando ejemplos bien extremos. Pero la actividad cerebral o muscular presupone distintos niveles de desgaste lo que demanda recuperación. Esta última instancia, la recuperación o descanso en su concepto fundamental tiene como objetivo la de restaurar la energía perdida, y según los niveles de dicho desgaste, la misma tendrá que tener consonancia con la recuperación. ¿Qué pasa cuando un deportista realiza un esfuerzo agotador? En ciertos casos se requerirán varias horas o días de recuperación para nuevamente acometer un esfuerzo. Pero en ciertas instancias muy especiales no se cuenta ni con días ni con varias horas para cumplir con dicho propósito. Detallemos dos experiencias excepcionales que se observaron en los Juegos Olímpicos de Amberes (1920) y en los siguientes, los disputados en París.
Juegos Olímpicos de Amberes, 1920
En este caso nos referimos a la disciplina del remo, en la especialidad del "Single Sculls", disputado el día 28 de julio. En la final existían dos favoritos para adjudicarse la medalla de oro, el inglés Jack Beresford y el norteamericano John Kelly Sr (foto). El evento fue desarrollado con gran intensidad, "peleando" ambos remeros palmo a palmo toda la carrera y poniendo cada uno de ellos el máximo de sus posibilidades individuales. Recién en las "paladas" finales se decidió el evento a favor de John Kelly sobre el remero inglés y obviamente por escasa diferencia. Sin embargo fue tan reñida la regata que ambos competidores finalizaron completamente agotados, prácticamente tirados en el bote y sin fuerzas para estrecharse las manos como es la costumbre entre los "singlistas". Quizás algunos pregunten qué tiene esto de particular dado que es sabido lo exigente que es el deporte del remo. Lo particular de todo este asunto es que apenas 30 minutos más tarde John Kelly Sr. tuvo que subirse nuevamente a otro bote para correr otra final y en este caso en un "Doble Sculls" junto a su compañero Paul Costello. ¿Cuál fue el resultado? John Kelly gana nuevamente una medalla de oro pese a que tuvo tan escasa recuperación para su segunda regata!! Al margen podemos mencionar que John Kelly tuvo dos hijos; uno de ellos John Kelly Jr. el cual fue también un excelente remero y aunque no llegó a ser campeón olímpico, en cambio en 1947 y 1949 ganó las famosas regatas en Henley, Londres. John Kelly Sr. fue además el padre de la actriz de cine Grace Kelly que luego se convirtiera en la Reina del Principado de Mónaco.
Juegos Olímpicos de París: 1924
En esta otra experiencia se trata de uno de los deportistas más grandes y famosas en la historia del deporte: el gran atleta corredor fondista finlandés Paavo Nurmi.Con fecha de 10 de julio se corre la final de los 1500m. en la cual se libró un tremendo duelo por el segundo puesto entre el suizo Whilhem Schärer y el británico Henry Stallard, definido a favor del helvético por apenas 6 décimas de segundo: 3:55 contra 3:55.6. El esfuerzo de este último fue tan grande que literalmente colapsó después de la llegada y estuvo sin conocimiento durante cerca de media hora. Pero el que no tuvo que luchar fue el ganador de dicha disciplina, Paavo Nurmi, el cual se impuso cómodamente con el récord olímpico de 3:53.6. Sin embargo el problema se presentó con posterioridad dado que entre la final de los 1500m y los 5 mil metros habían apenas 55 minutos de intervalo y en la cual también participaba Nurmi. Muchos fueron de la opinión que era imposible asumir la responsabilidad de dos finales olímpicas de estas características y con tan poca recuperación. En un principio el programa adjudicaba apenas media hora entre ambas pruebas, y debido a las distintas protestas es que se amplío al lapso mencionado primeramente.
Pese a la desventaja con la cual Nurmi se enfrentaba a sus rivales, pudo ganar la misma frente a su compatriota Vilho Ritola, y con el récord olímpico de 14:31.2. Como Paavo Nurmi ya sabía que tenía que correr dos finales con muy poca diferencia horaria, pocas semanas antes de los juegos hizo oficialmente una competición similar o simulada al de los juegos olímpicos; ganó los 1500m con 3:52.6 y los 5000m. en 14:28.2: ambos récord mundiales! Si de recuperación se trata.....
Deportista polifacético
Es llamativo y estimulante escuchar la versatilidad que pueda tener una persona en distintas actividades deportivas. En la actualidad ello es sumamente difícil, pero en décadas anteriores se pudo escuchar de algunos deportistas que han tenido destaque en distintas disciplinas deportivas.Solo para mencionar uno de esos casos podemos nombrar al húngaro Alfréd Hajós. Fue el primer campeón olímpico de natación dado que en Atenas (1896) se impuso en los 100m "libres" con el primer récord olímpico de 1:22.2 y también en los 1200m en "mar abierto". Hay que resaltar que la primera de estas disciplinas fue disputada en condiciones climáticas inusitadas para la capital griega dado que los nadadores tuvieron que tirarse a la pileta con una temperatura ambiente de 13° (!). Hajós recordaría años más tarde que "las condiciones habían sido tales que el agua prácticamente nos cortaba el estómago...".
Sin embargo queremos destacar que ya entrado al siglo XX Hajós empezó a practicar el fútbol, con tanto éxito que llegó a formar parte del primer seleccionado húngaro de la historia. Sin embargo aquí no termina todo; este nadador - jugador era una estudiante universitario que se convirtió en un excelente arquitecto, tan es así que participa nuevamente en los Juegos Olímpicos, esta vez en París, 1924, pero no en una disciplina de "músculos" sino en Arte Deportivo, y obtiene la medalla de plata. ¡Todo un ejemplo!
Otros artículos de Jorge de Hegedüs | sobre Olimpismo
revista digital · Año 5 · N° 25 | Buenos Aires, setiembre de 2000
© 1997-2000 Derechos reservados