Competencias interculturales y su incidencia en la formación militar sudamericana en misiones de paz de la ONU Cross-cultural competencies and their impact on South American military training in UN peace missions |
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Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE (Ecuador) |
MSc. Víctor Emilio Villavicencio Álvarez |
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Resumen La reestructuración institucional de Fuerzas Armadas (FF.AA.) sustentada por diferentes procesos técnicos y marcos regulatorios, junto a la evolución de la educación militar a educación superior militar (ESM), y el surgimiento de los nuevos escenarios regionales e internacionales donde se desarrolla el área de la seguridad y defensa, fueron los detonantes políticos, sociales, educativos, económicos y militares, que demandaron innovaciones en las misiones de FF.AA. y en la concepción de un nuevo perfil profesional militar, cada vez más alineados a la realización de actividades en beneficio de la paz local, regional e internacional. Esto permitió que desde el punto de vista de la agenda política de la defensa y seguridad se promueva la participación en operaciones militares de mantenimiento de la paz (OMMP) impulsado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). El análisis y evaluación realizada a la intervención de las FF.AA. de Sudamérica en este tipo de operaciones por los organismos responsables a nivel nacional como regional -Ministerio de Defensa Nacional y Consejo de Defensa Sudamericano (CDS), respectivamente-, determinaron la convergencia de ciertas falencias en las competencias del personal militar que exigían estas operaciones, fundamentalmente en el manejo integral de la multiculturalidad como eje sustancial para alcanzar el éxito en estas acciones castrenses, ya que afectan a la gestión de los contingentes (organización militar conformado por tropas) y a la interacción con la comunidad de los países en un determinado conflicto. Dado lo anterior, el objetivo del paper es establecer los fundamentos teóricos básicos recopilados a través de la consulta bibliográfica, relacionados con las competencias interculturales y su incidencia en la formación del personal militar sudamericano en el mantenimiento de la paz. Palabras clave: Educación Superior Militar. Multiculturalidad. Competencias interculturales. Formación intercultural.
Abstract The institutional restructuring of the Armed Forces (AF), supported by different technical processes and regulatory frameworks, together with the evolution of military education to higher military education (HME), and the emergence of new regional and international scenarios where the area of security and defense, were the political, social, educational, economic and military detonators that demanded innovations in AF missions and in the conception of a new military professional profile, increasingly aligned with the carrying out of activities for the benefit of local, regional and international peace. This allowed the participation in military peacekeeping operations (MPO) promoted by the United Nations (UN) from the view point of political agenda of defense and security. The analysis and evaluation made to intervention of the South American Armed Forces in this type of operations by the responsible organisms at national level as regional -Ministry of National Defense and South American Defense Council (CDS), respectively-, determined the convergence of certain shortcomings in the competencies of the military personnel required by these operations, fundamentally in the integral management of multiculturalism as a substantial axis to achieve success in these military actions, since they affect the management of contingents (military organization formed by troops) and the interaction with the community of the countries in a certain conflict. Given the above, the paper objective is to establish the basic theoretical foundations collected through bibliographic consultation, related to intercultural competences and their impact on the training of South American military personnel in the maintenance of peace. Keywords: Higher Military Education. Multiculturalism. Intercultural competences. Intercultural formation.
Recepción: 08/04/2017 - Aceptación: 06/10/2017
1ª Revisión: 07/09/2017 - 2ª Revisión: 02/10/2017
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Lecturas: Educación Física y Deportes, Revista Digital. Buenos Aires, Año 22, Nº 233, Octubre de 2017. http://www.efdeportes.com/ |
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Introducción
En la década de los noventa, se dio un cambio significativo en la educación militar en Sudamérica, transformándose y articulándose como uno de los componentes de la Educación Superior Militar (ESM), y sus escuelas o academias militares en universidades o instituciones de educación superior (IES), reconocidos por las leyes y organismos estatales que regentan los sistemas nacionales de educación superior (SNES). Este hecho indujo a la necesidad de establecer un nuevo perfil profesional del militar acorde a la exigencias del siglo XXI, mediante una reestructura institucional y curricular dirigida a alcanzar competencias, en concordancia a los nuevos escenarios, amenazas y exigencias de la sociedad, lo que facultó el reconocimiento y homologación de su grado militar y estudios, con una titulación académica de grado a nivel licenciatura.
Este nuevo concepto de la profesión militar, tuvo que adaptarse al efecto de las tensiones causadas por la presencia y el dinamismo de factores políticos, económicos, sociales, culturales, de seguridad y defensa, que han permitido que en la región se vaya concretando una aspiración de mucha data, que ha sido materializada con el establecimiento de procesos de integración regional (MERCOSUR, CAN, UNASUR, entre otros), permitiendo enraizar la concepción del bajo a casi nulo ratio de posibilidades de guerras interestatales y preservar sobre todo la condición de “zona de paz”, frente a la posible interacción de agentes que podrían causar turbulencias intra y extra regionales. Este escenario, ha conllevado a que el poder político y la misma institución castrense tengan que redefinir su rol en la defensa y seguridad, trascendiendo su alcance a una dimensión internacional alineado a los objetivos de ciertos organismos con reconocimiento internacional (Dolzer & Schreuer, 2012; Farrell, Osinga & Russell, 2013; Klabbers, 2015).
Otro factor, que se suma a la necesidad de que FF.AA. deba re-estructurar su misión y funciones, fue la Resolución de la Asamblea General de la ONU (2005), en la que maximiza la importancia de la defensa y seguridad en el desarrollo integral de los países miembros y reafirma el compromiso de: “alcanzar un consenso en materia de seguridad basado en el reconocimiento de que muchas de las amenazas están interrelacionadas, el desarrollo, la paz, la seguridad y los Derechos Humanos se refuerzan mutuamente; pues, la mejor manera en que se puede proteger un Estado no es actuando completamente aislado, ya que todos los Estados necesitan un sistema de seguridad colectivo eficaz y eficiente, de acuerdo a los propósitos y principios de la Carta” (numeral 72), agregando a lo anterior la política exterior en el área de la defensa y seguridad asumida por los Estados del subcontinente, son factores que han motivado una dinámica y creciente participación de FF.AA. en OMMP dirigidas por la ONU. A tal punto que se han convertido en una de sus principales funciones, este apoyo y en muchos casos como política estatal, vinculado al compromiso institucional castrense, han permitido el incremento en su participación en los últimos dos decenios. Inicialmente se contribuía con una participación muy reducida de personal militar – solo oficiales - para que cumplan las funciones de observadores militares dentro de una misión comandada por personal militar de los países desarrollados -EE.UU. y UE especialmente -, actualmente se aporta con contingentes de profesionales militares (oficiales y personal de tropa) de varias especialidades y en varios países –denominadas misiones- e inclusive la ONU ha dado la responsabilidad de conducir ciertas misiones al personal militar sudamericano o funciones como miembros del staff, todo esto determinado por el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU.
Estos esquemas descritos dan fe, de la necesidad de crear un proyecto de dimensión nacional y regional en FF.AA., mediante el cual las competencias del personal militar puedan ser fortalecidas en los ejes que conforman el sistema de ESM –formación, perfeccionamiento, especialización y capacitación-, fomentando competencias interculturales de manera transversal, por acción de los diferentes componentes de los procesos que tienen empatía con la formación intercultural, de manera que se promueva integralmente según Posada (2004), conocimientos, potencialidades, destrezas, habilidades, prácticas y acciones de diversa índole (personales, colectivas, afectivas, sociales, culturales), acompañada de elementos teóricos y actitudinales que posibiliten en los diferentes escenarios de aprendizaje y de desempeño, la cohesión social y la coexistencia pacífica de las sociedades, basados en los objetivos concebidos por la ONU.
En términos de objetivos, el propósito del paper es establecer los fundamentos teóricos básicos establecidas en la consulta bibliográfica realizada, la cual se relaciona con las distintas competencias interculturales y su incidencia en la formación del personal militar de las fuerzas armadas de Sudamérica que participan en operaciones militares de mantenimiento de la paz como parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Delimitando el campo de estudio
En forma complementaria a los elementos académicos, técnicos y específicos proporcionados por los sistemas de la Educación Superior Militar (ESM) que contribuyen a la formación del militar, se argumenta la necesidad, de la existencia de un eje transversal que pueda formar y capacitar al personal militar con competencias interculturales, que sobre lo descrito ut supra, sería un componente clave y de mucha utilidad en el desarrollo y el éxito de sus nuevas funciones en las OMMP, puesto que deben enfrentarse a situaciones donde prevalece la interacción según Santos Rego (2015), con sociedades de plurales contornos políticos y lingüísticos y con una diversidad étnica-cultural que puede diferir significativamente (Schmitt, 2012; House, Dorfman, Javidan, Hanges & de Luque, 2013; Palin, 2013).
Esta influencia reciproca a la que deben someterse el personal militar en las distintas misiones, está direccionada por dos ejes. El primero, con sus pares, es decir, personal militar de varios países con quienes conforman una fuerza multinacional y son los encargados de ejecutar en conjunto acciones de intervención para respaldar los esfuerzos a favor de la paz, ayudando a crear las condiciones necesarias para que puedan desarrollarse los acuerdos políticos, con quienes se establece una convivencia total, cuya intensidad está supeditada al escenario donde van a emplearse y es precisamente donde la calidad de esta relación condicionará el éxito de las operaciones y la integridad personal. El segundo eje está constituido por los actores sociales pertenecientes a un país, donde se ejecutan estas operaciones, que se caracterizan por sostener un entorno en constante variación en los aspectos físico, económico, social y político; que al no proveer una intervención técnica y oportuna su situación latente puede fraccionarse, pasando a un contexto de conmoción general en el país.
Lo que evidencia que las OMMP, son las herramientas más eficaces que dispone la ONU, porque sus características flexibles y multidimensionales, facultan a: mantener la paz y la seguridad; facilitar y apoyar a la ejecución de procesos políticos democráticos; protege a la población civil; presenta asistencia en el desarme, la desmovilización y la reintegración de excombatientes; acatar y promover los Derechos humanos y ayudar a restablecer el estado de derecho de las naciones. Por tal motivo, se requiere que el personal militar que conforman estos contingentes, adquieran competencias interculturales, para entender según Santos Rego (2010), “el funcionamiento efectivo de la sociedad multicultural incluyendo tres ingredientes principales: el conocimiento, las destrezas y las disposiciones” (p. 100).
Según la UNESCO (2006), el término “multicultural” se refiere a la naturaleza culturalmente diversa de la sociedad humana. No representa únicamente a elementos de cultura étnica o nacional, sino también a la diversidad lingüística, religiosa y socioeconómica” (p. 17). Los elementos descritos por la organización, describen las posibles causas de tensiones al interior de una nación y con otras naciones; a las que el personal militar miembro de las OMMP bajo la administración de la ONU, deben enfrentar y buscar posibles soluciones en aras de alcanzar los objetivos propuestos, donde el eje cardinal es la paz.
Por otra parte, la UNESCO (2006), describe a la interculturalidad como un “concepto dinámico y se refiere a las relaciones evolutivas entre grupos culturales” (p. 17). Lo que la define como: “la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de una actitud de respeto mutuo1”. La interculturalidad deriva el multiculturalismo y es el resultado del intercambio, del diálogo y de la concertación entre varias culturas en las dimensiones local, nacional, regional o internacional. Esta línea de argumentación, describe en forma concreta uno de los principales fundamentos en los que se basa el accionar de las OMMP, pero que su cumpliendo está supeditado a las tensiones existentes o creadas esencialmente por la ejecución, por los resultados finales y por las lecciones aprendidas2 de las diferentes misiones desarrolladas por el personal militar de las FF.AA de Sudamérica.
El objetivo final de los contingentes de cascos azules -como se conoce al personal militar que participa en OMMP-, es fortalecer la democracia, instaurar la paz y el respeto irrestricto a los Derechos humanos y normativas; razón por la que se requiere, que el profesional militar esté dotado de competencias afines dentro de su perfil profesional, que alcancen una verdadera integración de saberes para generar trasversalmente competencias interculturales como componente sustancial de estas misiones, fragmentadas en : el saber conocer (datos, conceptos, información), el saber hacer (habilidades, destrezas, métodos de actuación), el saber ser (actitudes y valores que guían el comportamiento) y saber convivir (capacidades relacionadas con la comunicación interpersonal y el trabajo cooperativo), lo que permitirá interiorizar y activar un verdadero sistema integrado de conocimientos, habilidades, valores y convivencia (Obregón, Lorenzo, Rodríguez & Morales, 2016), proporcionando un buen desempeño en contextos complejos y auténticos, como son los escenarios de los países donde intervienen las misiones descritas, los cuales pueden presentar características geográficamente distintas a las que esta bioadaptado el soldado, requiriendo un entrenamiento especializado (Clavijo, Morales & Cárdenas, 2016; Carranza, Morales & Cárdenas, 2017; Bolagay & Calero, 2017), el cual debe partir de un diagnóstico previo (Ordoñez, Sandoval & Torres, 2017; Jaramillo & Sotomayor, 2017; Fernández, Emperatriz, Padilla, Calero & Parra, 2017).
Fundamentos de las competencias interculturales
En la arena de la educación, la competencia según Chomsky (1985), es considerada como: un conjunto de comportamientos sociales, afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, un desempeño, una actividad o una tarea. Esta argumentación le proporciona un carácter holístico e integrado de manera interactiva con conocimientos explícitos y tácitos, actitudes, valores y emociones, en contextos concretos de actuación de acuerdo con procesos históricos y culturales específicos, que encaminan a los procesos educativos de acuerdo con la UNESCO (2006), “a tomar en cuenta el carácter multicultural de la sociedad, y procurar contribuir activamente a la coexistencia pacífica y la interacción positiva entre los diversos grupos culturales” (p. 17). Los enfoques que han sustentado esta premisa son: la educación multicultural y educación intercultural. Discerniendo a la primera, como el aprendizaje sobre otras culturas para lograr la aceptación y comprensión de sus raíces. La segunda, propone un caminar más profundo que la coexistencia pasiva, y lograr un modo de convivencia evolutiva y sostenible en sociedades multiculturales, propiciando la instauración del conocimiento mutuo, el respeto y la sociabilidad entre los diferentes grupos culturales.
Mushi (2004), afirma que: la competencia intercultural será el fin de una intervención educativa bien proyectada frente a nuestro funcionamiento efectivo en una sociedad multicultural incluyendo a los tres ingredientes descritos por Santos Rego (2010) que son: “el conocimiento, las destrezas y las disposiciones”.
De acuerdo a Santos Rego (2010), el conocimiento, es el primer factor: “que se refiere a la comprensión de cómo los diferentes grupos culturales leen el mundo a su manera, a la vista de sus contextos, sus experiencias y sus expectativas” (p. 100). Lo que implica que las competencias del casco azul, debe ir más allá de la mera descripción del contexto y de los actores donde ejecuta sus acciones – empleo militar -, dando paso al entendimiento de las interacciones que las personas de diversas culturas establecen entre sí, como un horizonte de diálogo y negociación, que según De Santos (2004), “donde comprender a otras culturas es indispensable para comprender la propia y donde a partir del conocimiento y respeto por lo propio, se construye la capacidad de conocimiento y respeto de lo diferente” (p. 6).
El segundo factor de acuerdo a Santos Rego (2010), indica que las destrezas son: “formas prácticas de gestionar la interacción del [acto educativo], tratando de facilitar los aprendizajes equitativos, lo que significa dar a cada individuo la oportunidad de que aprenda sin imposiciones o constreñimientos de cualquier tipo” (p.100). Extrapolando hacia la realidad motivo de estudio, significa que los conocimientos doctrinarios3 aprendidos por el personal militar como parte de su formación y que permitieron alcanzar el ethos militar, sean tomados como base y que aporten a la integración e internalización de una doctrina conjunta como una decisión política de estrategia militar de los Estados y de la ONU, que les permita tomar las mejores decisiones y el eficiente uso de los medios disponibles para el cumplimiento de las misiones previstas o establecidas por mor de la paz de los países en caos.
El tercer factor o las disposiciones, según Santos Rego (2015), lo define como: “la flexibilidad y el respeto por las distintas visiones y perspectivas. No existe un grupo que pueda hacer prescripciones a otros grupos acerca de cómo han de ‘leer’ el mundo” (p.100). Esto se puede alcanzar promoviendo la cohesión social, inicialmente al interior de los contingentes y posteriormente con las comunidades y con la población donde se desarrollen estas misiones, es decir, “aprender a vivir juntos”, respetando y comprendiendo la diversidad cultural, que es uno de los principales retos del entorno social actual y futuro. Asimismo, según De Santos (2004), “cuando se habla de comprender la diversidad cultural, debemos tomar en cuenta tanto la posición o perspectiva de quien conoce como de quien es conocido, es decir, evitar el etnocentrismo” (p. 86). La ESM debe involucrar a su talento humano educativo en entes con la competencia de reflexiones críticas sobre el poder y la equidad. A fin de transfigurarle en un entidad más autoconsciente y consciente cultural, desarrollando la capacidad de comprender su ubicación social en cada relación, transacción y encuentro intercultural; lo que implica no sólo formar al profesional castrense para ser exitoso en su gestión; sino, formar al militar considerando el impacto que tienen sus elecciones y decisiones en sus misiones y en el entramado social donde va a intervenir.
Por consiguiente, lo descrito ut supra, concluye que el desarrollo de las competencias interculturales, es un proceso de aprendizaje permanente con un alto componente vivencial, es decir, que se lleva a cabo sobre todo a través de la realidad o experiencia directa con “el otro diferente”, sea en interacciones de uno a uno, o bien, grupales; sea en el propio país o en el extranjero (Coulson, 1990; Anderson, et al, 2000; Arthur, 2001). Lo perentorio es, que les permita comprender y valorar a las personas de otras culturas con las que interactúan, así como también les facilite la capacidad de relacionarse y el poder afrontar las situaciones cotidianas y profesionales derivados de la complejidad de los cada vez más comunes y crecientes entornos multiculturales en que viven y se desarrollan.
¿Cómo desarrollar competencias interculturales en el personal militar que se emplea en las OMMP?
El resultado convergente de muchas investigaciones sobre el tema, han confirmado que es un proceso activo de aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida (Kerka, 1992; Taylor, 1994), el cual implica un transformación de la identidad de la persona, que se refleja en cambios de valores, un incremento en la autoconfianza y un cambio de perspectiva, siendo la autoconciencia una precondición o etapa inicial para la aplicación de cualquier programa de intervención que pretenda el desarrollo de la competencia intercultural (Arthur, 2000). En la última década se ha propuesto varios modelos y programas formativos para el desarrollo de la competencia intercultural en los ámbitos profesional y educativo, que de acuerdo a De Santos (2004), “podrían clasificarse en cuatro grandes enfoques: a) la educación internacional/global, b) la educación intercultural, en el ámbito educativo, c) la formación para la diversidad, prioritariamente en el ámbito profesional y d) la formación intercultural, en ambos ámbitos” (p. 117). Como se detalla en la “Figura 1”.
Figura 1. Oferta formativa para el desarrollo de la competencia intercultural en los ámbitos
educativo y profesional. Fuente: Adaptada de De Santos (2004, p. 117)
Según Bartolomé (1997, 2002); Sabariego (2001) y Aneas (2003), la educación intercultural, tiene como finalidad la transmisión de los conocimientos y destrezas necesarias para permitir que los actores educativos de diversos orígenes puedan participar en una sociedad democrática y plural. El alcance puede ser a nivel individual, grupal, áulico, institucional y holístico (comunidad de influencia). De acuerdo a De Santos (2004), “las dimensiones básicas de la educación intercultural son: etnia, nacionalidad y lengua” (p. 118).
Según Saliba (1995), la educación internacional o global, se puede desarrollar especialmente en los sistemas de educación superior – como la ESM -, los objetivos que se plantea de acuerdo a De Santos (2004), son: a) incrementar la conciencia del alumnado – cascos azules – sobre la interdependencia global entre las personas y las naciones, a través de la reflexión e investigación sobre temas globales, como la comprensión internacional, la cooperación, la paz, el desarme, el avance de los procesos democráticos, la defensa y la promoción de los derechos humanos, los derechos de la mujer, los derechos de las minorías, etc.; b) comprensión y respeto por todas las personas, sus culturas, valores y formas de vida, incluyendo las culturas nacionales, étnicas y las de otras naciones; c) el desarrollo de habilidades para las interacciones interculturales, para ser ciudadanos efectivos en un mundo plural e interdependiente. Podríamos resaltar que este enfoque es de suma importancia en la formación del personal militar ya que contribuye a las misiones de la ONU y abarca todos los elementos que necesita para alcanzar el andamiaje intercultural para el éxito de sus misiones.
Según enfoque planteado por Cox (1994, 2001), la formación para la diversidad, se ofrece en el ámbito profesional con el objetivo genérico de fortalecer los beneficios de la diversidad, y prevenir los posibles problemas que pueda causar dicha diversidad en el interior de la organización. Estos programas que surgen de la necesidad de cambio y/o desarrollo organizacional, con el fin de mejorar el clima organizacional a través de la integración o cohesión interna, potenciando de esta manera el desempeño: individual, grupal u organizacional en escenarios multiculturales. Esta perspectiva de formación permitirá que exista una verdadera cohesión y engranaje en los miembros de los contingentes multiculturales organizados y dirigidos por la ONU, ya que están conformados por personal militar de varios países, etnia, lengua, edad, género, cualificación, creencias, religión y cultura.
Estos tres enfoques descritos e integrados, permitirán una verdadera formación intercultural que según Brislin y Yoshida (1994) y Cushner y Brislin (1996), contribuirán a las personas – personal militar – “ajustarse a otras culturas, es decir, cruzar fronteras culturales, sean estas al interior o exterior de las organizaciones, debido a la dinamia de la interacción continua con personas, pares o grupos culturalmente diversos, de manera que puedan vivir y desarrollarse social y profesionalmente en forma efectiva de manera multicultural, pero sustentados en instrumentos normativos y legales de carácter nacional e internacional como: Constituciones Nacionales, Declaración de los Derechos Humanos, tratados, convenciones, pactos, declaraciones, informes y recomendaciones de organismos internacionales reconocidos por la comunidad internacional.
Conclusiones
El entorno de características globales, donde se origina la empleabilidad del personal militar como integrantes de los contingentes para llevar a cabo OMMP dirigidos por la ONU, está marcado por las sociedades multiculturales al interior y exterior de las organizaciones, demandando con mayor frecuencia la competencia intercultural entre los actores, la cual puede ser desarrollada de acuerdo a los enfoques analizados – educativo y profesional – y argumentados y que son gestionados a través de los sistemas de ESM de la región.
La competencia intercultural, que necesita adquirir el personal castrense de la ONU supone, en cierto modo, una ampliación de la personalidad social, que puede desarrollar una capacidad de adaptarse y desenvolverse con éxito en distintas situaciones en las que se relaciona con personas -pares y sociedad en general- de comunidades diferentes a la suya o interpreta hechos y productos culturales propios de estas comunidades. Ello requiere el desarrollo y la capacidad del uso de una serie de conocimientos, habilidades y actitudes que le facultarán: observar e interpretar desde diferentes perspectivas las claves culturales y socioculturales de las comunidades con las que interacciona al margen de filtros o estereotipos; alcanzando el éxito en estos nuevos entornos sociales y culturales, tendiendo plataformas que le permitan superar los accidentales malentendidos, mitigando las emociones y reacciones características del contacto intercultural y neutralizando, cuando sea posible, situaciones de posible conflicto.
Todo lo esbozado, permitirá conformar una personalidad social, capaz de convivir de forma eficaz y productiva en un clima de tolerancia y cooperación, en la que el propio personal militar contribuirá a fomentar, enriquecer y mantener. Pero al ser un proceso activo de aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida, su componente vivencial o experiencial en dicho proceso de desarrollo tiene una crucial importancia en su formación, perfeccionamiento, especialización y capacitación especialmente en el conocimiento de otras comunidades, que se irá integrando gradualmente en su propia experiencia de aprendizaje (hechos y productos culturales y saberes y comportamientos socioculturales); en su conciencia intercultural, es decir, el conocimiento, la percepción y la comprensión de las similitudes y las diferencias entre su mundo de origen y el de las comunidades en toda su diversidad y libre de estereotipos; en las destrezas necesarias para establecer relaciones entre culturas, interactuar con personas, hechos y productos culturales, así como la capacidad de hacer de intermediario cultural entre miembros de diferentes comunidades y, por lo tanto, de afrontar con eficacia malentendidos culturales en situaciones conflictivas; así también, en la orientación de sus motivaciones, creencias, valores, emociones, sentimientos, etc., hacia la empatía, la apertura, el interés, la atenuación de emociones negativas; y, en la capacidad de incrementar progresiva e indefinidamente su capital de conocimientos, destrezas y actitudes, a partir de su participación reflexiva (planificación, ejecución, evaluación, retroalimentación y ajustes) en las tareas que requieran experiencias interculturales.
Notas
Artículo 8 de la Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales (UNESCO, 2005).
Las lecciones aprendidas, es un procedimiento que se utiliza en las instituciones castrenses que permiten plasmar las experiencias acontecidas en la ejecución de operaciones militares en todos los campos (personal, logístico, operativo, medios, comunicaciones, etc.), con el fin de crear doctrina y procedimientos que permitirán el éxito de las futuras operaciones.
Son las bases científicas en las que se apoya el arte de la guerra, que se derivan de una técnica de conducción, probada por los grandes estrategas del pasado y concretada en forma de leyes, principios, reglas y normas; que constituyen la síntesis de una experiencia constantemente repetida. (Ejército Ecuatoriano, 2008, p. 7).
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EFDeportes.com, Revista
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Octubre de 2017 |