Introducción
El perfeccionamiento ulterior de las acciones técnico-tácticas se efectúa por
la unión de los procedimientos tácticos y técnicos bajo la forma de Complejos
Técnico-Tácticos, aspecto manifestado en diferentes deportes (Palao &
López-Martínez, 2012; Morales & Taboada, 2012), incluida la lucha
deportiva (González Catalá, 1991; González, Calero & Plaza, 2014). En
nuestra opinión estamos aquí en presencia de una nueva fase de la formación
de los hábitos motores, la fase de integración y diferenciación de los
hábitos motores (González, 2013).
Al estudiar las transiciones de una acción técnica a otra o de una acción
técnica a una respuesta, así como sus vínculos lógicos, se constituye un
programa complejo de actividades futuras, el cual se realiza por la
"Conmutación" de los diversos hábitos motores (Calmet, Miarka &
Franchini, 2010; Morales, 2012; Abrantes, Nunes, Maçãs, Leite & Sampaio,
2012; Afonso, Esteves, Araújo, Thomas & Mesquita, 2012; Miarka, Vecchio,
Camey & Amtmann, 2016).
Durante esta fase, se asegura la conexión de los hábitos motores, la
automatización parcial de algunos vínculos, la subordinación y la
modificación de los hábitos motores, la automatización parcial de algunos
vínculos, la subordinación y la modificación de los hábitos motores conforme
a las exigencias del complejo técnico-táctico (Sayenga, 1995; Krist, 2015;
Gennadii, Sergii, Pavol & Mykola, 2016; Ruchka, 2016). De ahí el objetivo
de este contenido es contribuir con el análisis de los factores que determinan
el desarrollo los hábitos motores para de esa forma lograr una metodología
consecuente en el estudio y perfeccionamiento técnico-táctico.
Aproximación
teórica al problema
El resultado óptimo de la aplicación de uno u otro vínculo en términos de
rendimiento técnico-táctico y la elaboración de un programa para la
ejecución de los vínculos entre técnica y táctica, así como de otros
componentes de la preparación, puede ejemplificarse a través de la figura 1.
La Figura 1 nos muestra de forma convencional la conexión de los hábitos
motores de cuatro acciones técnicas fundamentales en la posición de 4 puntos: Desbalance,
Universal, Candado y la Cruz.
Figura
1
Los hábitos motores de estas acciones técnicas están formados de manera
autónoma y se integran después de su automatización en el complejo
técnico-táctico (González & Calero, 2014), por ello la integración de
contenidos en la preparación del deportista permite la optimización del
rendimiento (Calero, 2013, 2014; Tipán, Quichimbla, Morales, Apolo, Aldaz &
Rojas, 2017).
Según el nivel de preparación del atleta y la complejidad de las acciones
técnicas, se utiliza para su estudio o bien el método sintético o bien el
método analítico (Puentes & Calero, 2015). En el método sintético la
acción técnica se ejecuta como si se tratara de una competencia y da una idea
motriz completa. El método analítico es preferible para la ejecución de las
acciones técnicas complejas, ambas son estudiadas observacionalmente o por
medios de tecnologías especializadas (Wang, Liu & Liu, 2000; Pappas, 2007;
Kruczyński, Nowicki, Topoliński, Srokowski, Mańko, Chantsoulis
& Frankowski, 2012; Estevan, Jandacka & Falco, 2013; Falco, Molina-García,
Álvarez & Estevan, 2013; León, Calero & Chávez, 2016).
El estudio y el perfeccionamiento de las acciones técnicas dependen tanto de la
edad de los luchadores, del nivel de su preparación y de sus particularidades,
como del carácter de la acción técnica estudiada. Así, por ejemplo el
estudio de la técnica de proyección con arqueo (Supless), los atletas sienten
temor (reflejo de autodefensa) el cual puede dominarse con la práctica de
ejercicios especiales. El estudio de las acciones técnicas de una estructura de
coordinación más sencilla es más fácil. A pesar de las grandes dificultades
en la estructura de las técnicas y en las posibilidades de los luchadores, se
estudia la técnica siguiendo un esquema metodológico general:
-
Terminología
exacta de la acción técnica.
-
Información
teórica general de los rasgos característicos de la acción técnica.
-
Demostración
general de la acción técnica por ambos lados, en el lugar y en movimiento.
Demostración destinada a completar la imagen motriz.
-
Demostración
de las diferentes fases de la técnica y formulación exacta de las tareas
concretas a desarrollar.
-
Ejecución
de las diferentes fases de la acción técnica por los atletas, sobre el
terreno y por ambos lados.
-
Repetición
de la ejecución de la técnica sobre el terreno y en movimiento, con
muñecos, adversarios, sin resistencia y después con aparición progresiva
de esta última.
-
Demostración
de los diferentes controles y de algunos elementos de la preparación
táctica, sobre el mismo lugar y en movimiento.
-
Repetición
de las variantes, en el lugar y en movimiento, con muñeco o con el
contrario, sin resistencia y después con aumento progresivo de esta
última.
-
Perfeccionamiento
de las técnicas bajo su forma de elementos de uno o varios complejos
técnico-tácticos.
-
Perfeccionamiento
de las técnicas por medio de topes de estudio-entrenamiento, entrenamientos
y de competencias.
El
estudio y el perfeccionamiento de las acciones técnico-tácticas a nivel
contemporáneo exigen del pedagogo un trabajo diferenciado durante las clases de
estudio y de entrenamiento, así como la caracterización de los medios de
fijación del material estudiado.
Se
consigue por diferentes procedimientos metódicos de los cuales algunos llevan
los rasgos de los métodos tradicionales de enseñanza, manifestándose en un
marco considerablemente más estrecho, mientras que otros tienen afinidades con
los medios de educación física, En la práctica, el trabajo de estudio y de
entrenamiento se realiza con la ayuda de los procedimientos metódicos que
caracterizan ante todo la maestría del entrenador. Los procedimientos
metódicos diferenciados aportan claridad y un carácter concreto al trabajo del
entrenador, lo facilitan, elevan la eficacia de la enseñanza y crean la base
para la creación de modelos más perfeccionados de la técnica y de la táctica
de la lucha deportiva.
Formación
del perfeccionamiento de la maestría técnico-táctica del luchador
En la
lucha deportiva, existen pocos movimientos en los que la exactitud puede ser
valorada objetivamente con índices cualitativos. En todos estos casos, se trata
de la exactitud del objetivo, directamente relacionada con el éxito de la
solución de la tarea motriz final (su resultado). El éxito de la solución de
las tareas consiste en derribar y presionar la espalda del contrario contra el
colchón. En la mayoría de estos casos es importante, no solo la exactitud de
la ejecución de la acción técnica (principales acciones técnicas de
ataques), sino también la efectividad, muy relacionada con ella. La solución
de la tarea motriz en la lucha (exactitud y efectividad de la acción técnica)
se hace más compleja por las condiciones cambiantes del combate. Las
condiciones del combate generan una gran variedad de situaciones en las que se
manifiesta la pericia del luchador.
Este
es uno de los principales motivos de su movilidad, aunque esta no es grande. En
la lucha, han sido creadas de manera empírica las estructuras locomotrices de
la rapidez de fuerza y de interrelación de todas las partes del cuerpo. Su
exacta reproducción en los límites óptimos da el mejor resultado deportivo
(estructura racional).
En las
competencias, los atletas altamente calificados, tratan de crear en el proceso
de la lucha, las posibilidades ventajosas para la ejecución de la estructura
racional de la acción técnica. Las acciones preliminares del luchador están
encaminadas a la creación de una posición de arranque, muy semejante a la base
racional de la estructura de la acción técnica. Esta posición es la más
efectiva y siempre para el ataque y la defensa.
Es
conocido en la práctica, que inclusive el cambio más insignificante de las
condiciones exteriores en la ejecución de los movimientos, saca de paso al
atacador y sus acciones son menos efectivas. Es muy importante que la pericia
técnica del atleta sea más estable y se mantenga, inclusive cuando existen
factores adversos. Pero esto no significa que el movimiento debe permanecer
constante. El movimiento, por supuesto, cambia en algo, pero la base de la
estructura se mantiene.
La
constancia del movimiento la logran mantener por un lado, gracias a los
mecanismos de adaptación, generados en el proceso de perfeccionamiento de la
pericia técnica en las distintas condiciones y por otro, a la adaptación de la
base de los movimientos en sí.
Ritmo
de los movimientos técnicos complejos
Cada
movimiento, técnico tiene su ritmo o sea determinada correlación en la
duración de sus partes, diferentes por su dirección, rapidez y esfuerzo
desarrollado (González Catalá, 2002). El ritmo no existe únicamente en los
movimientos sencillos, los cuales no pueden ser subdivididos por partes que se
diferencian unas de otras, como por ejemplo, la caída libre hacia delante con
las manos extendidas.
Cuando
se trabaja sobre los movimientos locomotores, aumenta el papel de la
sensibilidad de los músculos, por medio de los cuales se analizan los
microintervalos de tiempo (Brukner, 2012; León, Calero & Chávez, 2016). En
la medida en que se vayan dominando los analizadores de tiempo cobran
significación preponderante, como es conocido, en la formación de los
movimientos locomotores, la repetición de los movimientos conduce al
afianzamiento cada vez mayor de las relaciones de reflejos condicionados entre
los sistemas que participan en su realización. Cuando se viola alguna de estas
relaciones sucede un cambio en la efectividad con que se manifiesta el
movimiento locomotor y en primer lugar, en la sensibilidad de los músculos.
La
elaboración del ritmo se considera un criterio de perfección de los
movimientos locomotores, en cuya base se encuentra el mecanismo de los reflejos
condicionados del tiempo. Es necesario también tener en cuenta que existen
magnitudes óptimas en la ejecución de la acción técnica (en las condiciones
de la acción de distintos tipos de diferencias).
También
es conocido que una misma acción técnica es ejecutada de formas diferentes por
distintos luchadores (Horswill, 1992; Atkinson, 2002; Rashidlamir &
Saadatnia, 2011), en dependencia de sus características individuales. Esto
tiene lugar como consecuencia de que la metodología para la enseñanza de las
acciones técnicas y el sistema de perfeccionamiento, se forman fundamentalmente
en la adaptación de la técnica a las características más sobresalientes de
los luchadores.
Entre
los grupos estructurales más simples se encuentran aquellas acciones de ataque
en las cuales el luchador, con sus acciones de ataque, lleva al contrario hasta
la situación dinámica favorable y con un movimiento concordante, su
utilización para obtener un resultado provechoso. Los grupos estructurales más
complejos se fundamentan en la utilización de la reacción del contrario, quien
al responder a las acciones del atacante, genera una situación dinámica
favorable. Con frecuencia esto consiste en un complejo técnico-táctico que
consta de dos o varias acciones técnicas las cuales se ejecutan
sincronizadamente una tras otra; una de ella es de engaño y la otra real
(final).
El
oponente reacciona contra la acción técnica de engaño y sus movimientos de
defensa son empleados para aplicar la acción técnica concluyente (final).
Los
luchadores de calidad utilizan complejos técnico-tácticos que ya representan
en si un determinado grupo estructural, o sea, una acción técnica uniforme. En
ello el movimiento de engaño se refleja como un peligro de ataque tan real que
casi siempre origina una determinada reacción de defensa del contrario, lo cual
es utilizado diariamente e inmediatamente por el atacador.
Además
de los grupos estructurales basados en los complejos técnico-tácticos, estos
luchadores usan también otros grupos estructurales, fundamentados en la unión
de distintos métodos de preparación con la base de la estructura: Repetición
de ataque, etc.
Concluyendo,
se puede decir que, en la lucha moderna la técnica superior de las acciones de
ataque consiste en la creación de acciones técnicas, en las cuales los
movimientos estén coordinados en una estructura determinada (el comienzo de un
movimiento complejo y continuado provoca la situación dinámica favorable, y su
determinación, un par de fuerzas o un momento de reacción propicio para la
obtención del resultado esperado). Debe tenerse en cuenta que los movimientos
de preparación (iníciales) desempeñan un papel importante en la efectividad
de la estructura de la acción técnica.
En los
distintos complejos técnico-tácticos de nuevos movimientos con la base de la
estructura, se crea una estructura de movimientos locomotores (conjunto
locomotor) completamente nueva, en la cual la estructura vieja se somete a
considerables cambios.
La
principal dificultad en el perfeccionamiento de estas relaciones está en el
paso de las acciones preparatorias a las fundamentales. La solución radica en
la pericia de saber conmutar los movimientos. Por ello, es necesario
perfeccionar cuidadosamente los métodos de las relaciones entre estos
movimientos. Sobre todo, hay que prestar especial atención al rápido cambio de
la dirección del movimiento, en su secuencia rigurosa, continuidad y la
posibilidad del cambio de la velocidad de contracciones de los músculos
relacionada con las acciones del contrario. La creación de tales grupos
estructurales es lo principal en el trabajo sobre la técnica moderna de la
lucha.
Para
dominar la técnica calificada, la correcta metodología de la enseñanza tiene
una importancia decisiva, así como los entrenamientos y el perfeccionamiento
deportivo.
Los
conocimientos y las experiencias tácticas
Como
se ha demostrado las experiencias y los conocimientos juegan un papel importante
en la observación del combate y en la solución mental. La observación, la
acción deliberada, así como el pensamiento abstracto que se expresa en
representaciones y conceptos coinciden en crear nuevos conocimientos. Rubinstein
(1966), plantea que no se puede separar pensamiento y conocimiento; sin embargo,
no hay identidad entre el volumen de los conocimientos y la calidad del
pensamiento.
Pensar
no es solo actualizar los conocimientos, es también crear nuevos, pero la
actualización de conocimientos es siempre un proceso mental. Esta
actualización tal como se produce cuando se resuelve mentalmente un problema
dado, no es simple acto mecánico reproductor.
La
actualización de los conocimientos necesarios, dice Rubinstein para la
solución del problema dado, implica el énfasis del problema y de los
conocimientos. Este análisis implica una correlación sintética y de los
conocimientos.
En los
combates esto equivale a decir que la actualización de los conocimientos
tácticos, como forma del pensamiento táctico, se realiza a partir del
análisis de la situación, es decir, de la observación del combate y por otra
parte a partir del análisis de los conocimientos característicos. Se produce
una relación continua de los problemas y de las disposiciones propias
(conocimientos, hábitos, capacidades).
El
buen luchador debe disponer de un gran número de salidas, conocimientos y
experiencias numerosas, pero las superficiales no hacen más que complicar las
cosas. Por consiguiente, la necesidad se hace por un sistema de conocimientos
tácticos dispuestos en un orden lógico desde el punto de vista práctico; de
esta forma se podrá encontrar inmediatamente la regla general deseada cuando se
analicen los conocimientos considerados. El combate no deja tiempo para recordar
y apreciar muchas soluciones posibles. Este sistema debe tener un carácter
inmediatamente concreto muy marcado pues el análisis de los conocimientos está
en estrecha correlación con el problema concreto y porque la actualización de
los conocimientos tácticos se produce durante la actividad lúdica concreta.
La
experiencia subjetiva del combate no basta por muy amplia que sea. Un sistema de
conocimientos y de experiencias tácticas no puede desarrollarse
independientemente de la intervención planificada del maestro o del entrenador.
Una función táctica programada en todos los combates implica, por tanto, la
elaboración metodológica de un sistema de conocimientos tácticos. La
adquisición de conocimientos tácticos es por una parte el producto de la
acción consciente en la actividad concreta del combate, por la otra parte es el
producto de un proceso pedagógico que debe desarrollarse según los principios
de la didáctica y de una metodología específica para el desarrollo de los
combates. "La adquisición de los conocimientos, plantea Rubinstein, abarca
un proceso mental" (análisis, síntesis, generalización).
Los
conocimientos son muchos más sólidos y la mente por sí misma se desarrolla
paralelamente a su adquisición mucho mejor cuando la adquisición de los
conocimientos es el resultado de la propia mente. Los conocimientos son mucho
más concretos, inmediatos y mucho mejor utilizables, el atleta está mucho
mejor preparado para actuar por sí solo cuando esta adquisición sigue estando
unida a la actividad práctica. Por lo tanto es necesario ver en ella una forma
del desarrollo continuo del pensamiento y del comportamiento táctico en los
atletas. Los conocimientos constituyen por sí solo un componente del
comportamiento táctico muy ligado al pensamiento.
Según
Malho (1981), la aplicación significativa de algunas combinaciones gestuales a
cualquier situación concreta puede ser el fruto de diversas formas del
pensamiento táctico, es decir, de una asociación, de una reproducción o de
una creación según la dificultad de la situación y el nivel de formación del
luchador. Las combinaciones gestuales son durante el combate, acciones
individuales orientadas hasta la solución de los diversos problemas que se
plantean. Las acciones tácticas más complejas, son al mismo tiempo para el
pensamiento, conocimientos y por lo tanto se integran al análisis de las
situaciones y a soluciones mentales. La solución mental del problema anticipa
la solución motriz, representa en lo esencial, la solución de los
procedimientos que permiten resolver el problema planteado. Estos procedimientos
pueden constituir combinaciones gestuales, acciones individuales, que solamente
se convierten en acciones tácticas y se utilizan con un conocimiento pleno. El
atleta conoce sus posibilidades de relación de solución, puede disponer de
ellos, están reforzados en los planos mental y motor, pero conoce también las
habilidades típicas de sus adversarios, por ejemplo estas representan para él
las acciones posibles por parte del contrario, desde el inicio de las acciones
del adversario, es decir, en su anticipación morfológica sobre todo en sus
primeras fases, se descubre en ello la intención y puede por lo tanto,
reaccionar rápidamente. Es una condición importante de los resultados de las
acciones ofensivas o defensivas. Es en este caso también en el que aparece la
eficiencia de las acciones simuladas. La anticipación morfológica presenta
realmente ventajas sobre el plano de la economía de la motricidad, pero si se
trata de un adversario experimentado, puede conducir a revelar prematuramente la
propia impresión gestual. El adversario reaccionará entonces más
rápidamente. Si, por una anticipación morfológica, el que ataca da la
impresión de que va a realizar cierta acción, pero que prevé mentalmente
otra, provoca una reacción mental o incluso motriz del adversario y se crea de
esta forma la situación tácticamente favorable, confundiendo a su adversario
en su intención.
En una
acción simulada, debe haber entre el inicio del gesto o su anticipación
visible y su previsión mental la mayor diferencia posible desde el punto de
vista de los objetivos respectivos. Como la acción prevista mentalmente debe
realizarse rápidamente a pesar de la acción simulada, esta última no puede
superar el lugar en que es aún posible cambiar rápidamente la acción que se
desarrolla. El gesto de la acción simulada solo puede ser iniciado.
El
atleta también puede descubrir de antemano la intención mental adversa. Pero
esto depende sobre todo de su conocimiento táctico, de la precisión de su
análisis, de la situación y de la riqueza de sus conocimientos tácticos.
Prevé como el adversario va a operar tácticamente en una situación concreta
poniéndose mentalmente en su lugar, al compartir sus intenciones tácticas
entonces puede tener reacción rápida y exacta.
El
combate es una unidad sensorio-motriz en la que se establece, entre el sistema
motor y el sistema sensorial, una relación circular, aunque ninguna parte puede
ser disociada por ello. Por sistema sensorial entendemos una síntesis
cognoscitiva complicada que admite la percepción significativa y la solución
mental.
Lo que
se acaba de exponer demuestra que la formación de la motricidad del combate, de
la técnica y de la motricidad combinada sólo concierne a una parte del
circuito funcional. Es necesario también desarrollar las capacidades
sensorio-intelectuales, no por sí misma, sino en unión práctica y teórica
con la motricidad conveniente. La formación se hace por etapas, para asegurar
un mejoramiento continuo de todas las partes de circuito funcional.
Esto
equivale a decir que la formación de la motricidad del combate debe hacerse en
relación con la formación correspondiente de las capacidades
sensorio-intelectuales. Este imperativo encontrará un único de realización
práctica y una formación compleja que comienza desde la etapa primaria, al
mismo tiempo que desarrollaría mejor las cualidades físicas elementales,
perfeccionaría la base de la motricidad en el combate, el poder de la
observación y el pensamiento táctico de los atletas.
Conclusiones
En el
estudio-perfeccionamiento de las acciones técnico-tácticas es conocido que una
misma acción técnica es ejecutada de formas diferentes por distintos
luchadores, en dependencia de sus características individuales. Esto tiene
lugar como consecuencia de que la metodología para la enseñanza de las
acciones técnicas y el sistema de perfeccionamiento, se forman fundamentalmente
en la adaptación de la técnica a las características más sobresalientes de
los luchadores.
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Otros artículos sobre
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EFDeportes.com, Revista Digital · Año 22 · N° 230 | Buenos Aires,
Julio de 2017
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