Consideraciones acerca de la evaluación de la
Motivación hacia el Proceso de la Educación
Física y Deportes. Una experiencia en la
Comunidad Educativa de la CUTB, Colombia

Jaime A. Portal Gallardo*
Marcelo García Molina**
(Cuba)
Annerolen Cuadrop Antequera***
Sarah Beatriz Herrera Benítez***
(Colombia)

* Máster en Educación Avanzada (1996) y Licenciado en Educación. Vicedecano de la Universidad de Cienfuegos, jportal@ucf.edu.cu
**Máster en Educación Avanzada (1996) y Licenciado en Educación Universidad de Cienfuegos, mgarcia@ucf.edu.cu
*** Licenciadas en Psicología

     Resumen
    Para evaluar el estado de Motivación hacia el Proceso de Educación Física y Deportes en la Comunidad Educativa de la Corporación Universitaria Tecnológica de Bolívar (CUTB) se aplicará una encuesta, a una muestra de 645 estudiantes de los programas de Ingenierias, Economía, Administración de Empresas y Psicología y se realizarán además tres entrevistas semiestructuradas dirigidas a los Docentes (profesores de planta y monitores de deportes), Administrativos y Directivos respectivamente. Los diseños que se utilizarán para este estudio serán Exploratorio y Descriptivo Transversal y los datos resultantes se analizaran a través de la estadística descriptiva. Como anteproyecto a este estudio se presentará una revisión bibliográfica sobre la reglamentación legal de la Educación Física y Deportes en la Universidad Colombiana, la conceptualización de su metodología, el desarrollo histórico de la motivación y la aplicación conceptual de ésta en el Proceso de Educación Física y Deportes. Además se plantea el objetivo del estudio, se incluye un Cronograma de actividades a realizar y un presupuesto aproximado de los costos..
    Palabras clave: Motivación. Programas de Educación Física y Deportes.

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 23 - Julio 2000

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    Impulsar desde el estado un incremento de la participación, de la integración y el bienestar entre los componentes de la Nación, mediante la Educación Física y el Deporte, constituye uno de los motivos principales del Instituto Colombiano de la Juventud y Deporte, COLDEPORTES, quien en el año de 1986, asumió la tarea de acercar sus propósitos a la universidad, a través de ASCUN (Asociación Colombiana de Universidades). Los desarrollos de esta relación han dado como resultado interesantes frutos, entre ellos el convenio COLDEPORTES - ASCUN, en cual las partes se comprometen a fomentar la firma de subconvenios operativos entre las universidades y las juntas secciónales para la realización de estudios e investigaciones científicas sobre aspectos deportivos, la realización de obras varias (Arquitectura, Ingeniería y Administración deportivos), el diseño y producción de materiales e implementos deportivos y la implementación de programas de capacitación, entre otras. Todo esto con el fin de poder fomentar el deporte, la Educación Física y la recreación como elementos esenciales del proceso educativo y de la promoción social de la comunidad.

    En el articulo 25 del presente convenio, suscrito entre el Instituto Colombiano de la Juventud y el Deporte “COLDEPORTES” y la Asociación Colombiana de Universidades “ASCUN”, se dice que: “La enseñanza y la práctica de los deportes son parte integral y obligatoria en los programas académicos en la educación superior. El Gobierno Nacional con la asesoría del Instituto Colombiano para el fomento de la Educación Superior ICFES y el Instituto Colombiano del la Juventud y el Deporte, reglamentará su inclusión en el currículo”. Aunados a estos esfuerzos el Ministerio de Educación por su parte expresa en los artículos 117 y 118 de la Ley general de la Educación además que, las instituciones de Educación Superior deben adelantar programas de bienestar entendidos como el conjunto de actividades que se orientan al desarrollo físico, psico-afectivo, espiritual y social de los estudiantes, docentes y personal administrativo.

    Es así, entonces, como la Educación Física y Deportes constituyen dentro del contexto universitario, un proceso pedagógico encaminado a elevar al máximo la capacidad de rendimiento físico de los futuros profesionales, hacerlos más resistentes y saludables, con un alto desarrollo de sus cualidades físicas y psíquicas, con una gran disposición productiva y competitiva en servicio del desarrollo y defensa de la sociedad. Pretende además, la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades motrices, de tal forma que permita lograr el desarrollo de sus cualidades morales y volitivas y una base masiva para el deporte de alto rendimiento (Ruiz & López, 1985).

    Como proceso pedagógico, la Educación Física se desarrolla sobre la base de las ciencias pedagógicas y la Cultura Física como ciencia. De las ciencias pedagógicas deriva lo concerniente al proceso instructivo-educativo y de la Cultura Física las regularidades biológicas y sociales del perfeccionamiento físico del individuo. Ruiz & López, 1985 expresan: “Tanto los conocimientos científicos de las ciencias pedagógicas como los de la Cultura Física se conjugan en la realización de las actividades de la Educación Física y entrenamiento deportivo para desarrollar un proceso pedagógico integral, que propicie el perfeccionamiento físico del profesional”.

    Este perfeccionamiento se lleva a cabo mediante el ejercicio físico como medio esencial, el cual a su vez tiene su fundamento en el movimiento humano. Las diversas formas y combinaciones del ejercicio físico han dado origen a las tres (3) manifestaciones más generalizadas de la ejercitación: el juego, la gimnasia, y el deporte, las cuales han sido reconocidas como los objetivos y medios principales de la Educación física, a pesar de existir otros como el sol, el aire, la higiene, la nutrición, el régimen de vida etc. (Ruiz & López, 1985).

    El juego, ocupa un lugar preponderante por su valor biológico, psicológico y pedagógico, que lo convierte en un medio necesario para la formación de la personalidad. Sus potencialidades instructivo educativas son tan significativas que varios autores (psicólogos, fisiólogos, educadores, médicos) han reconocido sus altos valores en la educación; en este sentido Vigostki, citado por Morris (1.995) expresa: “La relación del juego respecto al desarrollo puede compararse con la relación entre la enseñanza y el desarrollo”.

    La gimnasia, entendida como ejercicio físico general, con o sin implementos, que se realiza individual, en pareja o en grupos, tiene por objetivo desarrollar las capacidades físicas del individuo, mejorar su postura y perfeccionar de forma sistemática las habilidades motrices básicas y deportivas. (Pinzón et. All, 1990).

    Y el deporte por su parte, es uno de los medios más importantes que tiene la Educación Física en las instituciones escolares. Por cuanto es una expresión consustancial a la naturaleza humana, responde a su estructura biológica y a sus necesidades sociales; además ayuda a la formación, al desarrollo y logro de una vida plena y eficiente, ya sea como medio de la Educación Física o como parte del deporte de masas y/o alto rendimiento; por su puesto que en la Educación Física, el deporte no se desarrolla con la misma característica que en el alto rendimiento, en el deporte extraescolar, ni en el deporte popular o recreativo, debido a que aunque las estructuras de sus acciones básicas e ideas son en un principio iguales, en cada esfera su práctica, objetivo y estructuración metodológica se realizan de modo especifico (Pinzón et. All, 1990).

    La adecuada combinación de estos medios, en el proceso pedagógico de la Educación Física, permite estructurar su contenido en los componentes Docente (Clase de Educación Física obligatoria), Extradocente, y Extraescolar, lo que quiere decir, que están presentes en todo el proceso, pero se manifiestan de manera particular en cuanto a la metodología y objetivos, según el momento (docente, extradocente y extraescolar).

    La clase de Educación Física, como factor esencial del momento docente educativo, está encaminada a cumplir tres (3) funciones fundamentales: una función instructiva dirigida a lograr la asimilación de conocimientos y habilidades y a formar intereses cognoscitivos en los profesionales, a través de la enseñanza y aprendizaje de conocimientos y habilidades motrices básicas y deportivas y al desarrollo de capacidades físicas; una educativa que busca la formación objetiva de convicciones, actitudes, cualidades morales y del carácter; y otra de desarrollo que hace referencia a los cambios cualitativos de la personalidad del individuo que se van produciendo en virtud de las influencias tanto internas y externas a él (Pinzón et all, 1990).

    Las actividades extradocentes, las realizadas fuera de clase pero dentro de la institución educativa, comprenden diferentes formas de ejercitación que tienen por objetivo aplicar los conocimientos y las habilidades adquiridas en el momento docente, de manera que permitan aprovechar adecuadamente los espacios de sano esparcimiento, recreación e integración que brindan los distintos eventos programados: las prácticas masivas, actividades recreativas, campeonatos internos, juegos interfacultades, interniveles, de trabajadores, copas etc (Pinzón et all, 1990).

    Por otra parte las actividades extraescolares, realizadas por fuera de la universidad y en los que se ubican las competencias amistosas con otros centros, además de los campeonatos universitarios distritales, regionales, nacionales etc, permiten dar a conocer las potencialidades deportivas con que cuenta la institución, el reconocimiento a labor de destacados deportistas y la formación de líderes que incentiven la práctica del deporte (Pinzón et all, 1990).

    Con todo lo expresado acerca del proceso de la Educación Física y Deportes, es apenas lógico pensar que su desarrollo al interior de las universidades es un aspecto importante en la formación de los futuros profesionales; su correcta implementación hará que los individuos estén bien con ellos mismos, logren identificación con las actividades deportivas y se sientan satisfechos con la labor que dentro de la institución se realiza. Baquero (1990) dice: “es evidente que las comunidades estimuladas y motivadas, logran una mayor integración entre sus miembros, cohesión de grupo y un alto sentido de pertenencia hacia su institución cualquiera que esta sea, reflejando en sus acciones el interés por la consecución de metas y objetivos comunes”. Lograr entonces favorables niveles de motivación hacia el proceso de Educación Física y Deportes debe ser una tarea primordial de toda institución educativa.

    Dado que la motivación es una causa hipotética de la conducta inducida por las condiciones ambientales o que se puede inferir de las expresiones conductuales fisiológicas y de autoinformes, sería útil detenerse un momento para pensar de donde viene este constructo.

    La motivación es aquel aspecto de la realidad personal (externa e interna) que nos mueve, e imprime orientación y energía a los deseos e intenciones del hombre hasta el punto de hacerlos actuar en la dirección de su logro y realización (Romero 1995).

    El concepto de motivación se remonta a los antiguos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles. Platón (discípulo de Sócrates) creía en un alma organizada de forma jerárquica con elementos nutricios, sensitivos y racionales. Aristóteles discípulo de Platón durante 20 años, conservó el concepto de alma jerárquica aunque empleando terminología ligeramente distinta. Las partes nutricias y sensitivas estaban relacionadas con el cuerpo y eran de naturaleza motivacional, aportando motivos de crecimiento corporal y de quietud (nutritivos) y experiencias sensoriales como placer y dolor (sensitivos); la parte racional contenía todos los aspectos intelectivos del alma, estaba relacionada con ideas, era intelectiva por naturaleza e incluía “la voluntad’’. Cientos de años más tarde el alma tripartita de los griegos quedó en un alma de dos partes, las pasiones del cuerpo y la razón de la mente; Tomás de Aquino, por ejemplo sugirió que el cuerpo aportaba los impulsos motivacionales irracionales basados en el placer, mientras que la mente aportaba motivos racionales basados en la voluntad (Reeve, 1995).

    En la era moderna (post renacimiento), Réne Descartes impulsó una distinción entre los aspectos pasivos y activos de la motivación. Para él, el cuerpo era un agente pasivo de la motivación mientras que la voluntad era el agente activo. Descartes creía que los motivos podían emerger tanto del cuerpo como de la voluntad, esta última era el motor que iniciaba y dirigía la acción, decidiendo si actuar y qué hacer mientras se actuaba; al asignarle a la voluntad poderes absolutos sobre la motivación, Descarte le dió a la filosofía la primera gran teoría de la motivación: la voluntad (Reeve, 1995).

    Por otra parte el determinismo biológico de Charles Darwin hizo un aporte a la psicología, para explicar la conducta no aprendida y automatizada, propuso la idea del instinto; este podía explicar lo que no pudo explicar la voluntad de los filósofos, es decir, de donde venían las fuerzas motivacionales. Los instintos venían de la herencia genética del individuo, que era una sustancia física. El instinto de Darwin se asemejaba a una serie de reflejo complejos heredados. Más tarde William James fue el primer psicólogo en popularizar una teoría de instinto de la motivación humana, atribuyendo a los seres humanos 20 instintos físicos y 17 instintos mentales; para él los instintos eran predisposiciones a la conducta dirigidas a conseguir metas (Reeve, 1995).

    Después de James, William McDougall se convirtió rápidamente en el defensor más acérrimo de la nueva generación de la teoría del instinto. McDougall consideraba que los instintos eran fuentes irracionales apremiantes de conducta, fuerzas motivacionales que orientaban a la persona hacia una meta en particular, el instinto “determina que su poseedor perciba, y preste atención a objetos de cierta clase y que reaccione ante ellos de manera particular, o al menos que sienta impulso a la acción’’. Pero en 1924 Bernard escribió un libro que marcó el principio del fin de la teoría del instinto, comparó las listas de los instintos que se habían hecho hasta el momento y concluyó que la doctrina del instinto había perdido sentido y que la costumbre de inventar instintos estaba fuera de control (Reeve, 1995).

    En lugar pues de usar él termino “instinto’’ el etólogo Lorenz habla actualmente de estructuras neuronales heredadas que se conservan intactas durante el desarrollo; estas estructuras heredadas no determinan el comportamiento, sino sólo las conductas especificas llamadas “patrones de acción fijos’’. Dice además, que el instinto es un principio descriptivo y explicativo útil para animales no humanos, pero poco explica las conductas y la motivación humana (Reeve, 1995).

    El concepto motivacional que surgió para remplazar el instinto fue la “pulsión’’. Las dos principales teorías de la pulsión son de Sigmund Freud y Clark Hull. Freud de orientación fisiologista, sostenía que el sistema nervioso tiene una tendencia inherente a mantener un nivel constante de energía. De acuerdo con su pensamiento, las pulsiones instintivas provocaban una producción constante de energía y esta energía amenazaba la estabilidad del sistema nervioso. Cualquier acumulación de energía resultaba incomoda y si no se abordaba, podría suponer un peligro para la salud. Con tal de aliviar la acumulación aversiva y peligrosa de energía, el individuo se comportaba dé manera que pudiera liberarse de la estimulación excesiva. Cualquier liberación excesiva resultaba agradable. Para Freud la motivación emana de la energía derivada de las pulsiones instintivas y la conducta es la manera de calmar las tensiones del sistema nervioso (Reeve, 1995).

    Para Hull, como Freud, la motivación tenía una base fisiológica, pero su aporte fue que la motivación se podría predecir sobre la base de las condiciones ambientales antecedentes. La pulsión era una función incremental de la necesidad fisiológica total; Hull creía que si una respuesta era rápidamente seguida de una reducción de la pulsión, se producía el aprendizaje y se reforzaba el hábito. Cualquier respuesta que tenía como consecuencia la reducción de la pulsión producía refuerzo, entonces se aprendía que en esa situación cierta respuesta producía una reducción de la pulsión, contrario ocurría con las respuestas que no la reducían. Para mostrar como el hábito (aprendizaje) y la pulsión (motivación) se unían para producir la conducta propuso la formula:

    sEr = sH x D en la cual:

sEr representa la fuerza de la conducta (potencia exitatoria) ante un estímulo específico

sHr la fuerza del habito, o la probabilidad de que se de una respuesta observable

D la pulsión.

    Posteriormente Hull se vio en la necesidad de extender su sistema de conducta mas allá de H x D para incluir otros factores; añadiendo a la formula el de motivación de incentivo, donde el valor de incentivo de un objeto meta afecta también la conducta; quedando entonces la formula así:

    sEr = sHr x D x K , donde:

K representa las fuentes externas

D las fuentes internas.

    Estas teorías de las pulsiones consideraban los siguientes principios: (a) la pulsión se producía por la perturbación de las necesidades fisiológicas, (b) la pulsión tenia un efecto energizante sobre la conducta y (c) la reducción de la pulsión tenia efectos reforzantes y producía aprendizaje (Reeve, 1995).

    Pasados los años estos principios fueron decayendo y aparecen las teorías contemporáneas, donde no se busca una causa única y grande de la conducta sino que las investigaciones se limitan al estudio de las bases de sistemas motivacionales independientes como: la motivación Fisiológica, que presenta el punto de vista biológico dentro del campo de la motivación y explora cómo los sistemas nervioso y endocrino inciden en los motivos y las emociones. El análisis presta mucha atención a cómo el cuerpo se prepara para la acción, cómo produce sensaciones de dolor y de placer y cómo regula los sistemas internos para preservar la salud y la supervivencia. En cada caso la conducta esta regulada por una compleja interacción entre estructuras cerebrales, producción de hormonal y sistema nervioso autónomo (Reeve, 1995).

    La motivación Extrínseca e Intrínseca, que introducen la perspectiva conductista al estudio de la motivación. El conductismo no niega que la conducta tenga causas internas, pero sus defensores consideran que las causas fundamentales de la conducta se encuentran fuera y no dentro de las personas. Según este enfoque el dinero, las recompensas y las amenazas de castigo son todas fuentes de motivación extrínseca y cada una explica en gran medida por qué la gente va a trabajar, por qué realizan deportes, por qué realiza deberes etc. Por su parte el estudio de la motivación intrínseca explica por que las personas realizan ciertas conductas cuando las recompensas y los castigos extrínsecos son mínimos, hablando de la importancia de necesidades psicológicas como la competencia y la curiosidad (Reeve, 1995).

Lecturas: Educación Física y Deportes · http://www.efdeportes.com · Año 5 · Nº 23   sigue Ü