El Aikido como propuesta de trabajo y aproximación a la |
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http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 22 - Junio 2000 |
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En iniciación se debe diferenciar claramente el rol de atacante o uke y el rol de defensor o tori con el objeto de que exista una correcta adecuación tanto técnica como táctica, así como una progresión correcta en el aprendizaje de los contenidos de educación física a desarrollar por parte de los alumnos.
3.1. Elementos técnicos. Situación psicomotriz individual.3.1.1. La posición o guardia (kamae)
El kamae o guardia define la actitud postural que debe adoptar el deportista ante una situación de lucha. Por tanto, el control y conocimiento corporal debe ser una premisa indispensable y estar definido en una adecuada postura corporal y en una posición espacio-temporal respecto a uno mismo, al adversario o adversarios y al medio donde se desarrolla.
La Postura: junto con el tono muscular constituye la denominada unidad tónico-postural (Conde y Viciana, 1997). Debe suponer una actitud que permita la predisposición ante la realización de movimientos, y sus correspondientes encadenamientos, y debe perfilarse de tal forma que las acciones posteriores sean ejecutadas con la máxima naturalidad y armonía. Se pretende el correcto tono muscular evitando, de esta forma, la hipertonía o laxitud en los músculos que producen el movimiento.
En Aikido se considera que la postura correcta (Ueshiba, 1992) es aquella en la que se ordenan los segmentos corporales de acuerdo a la variable estructural en la posición corporal. Los pies forman un triángulo, las piernas semiflexionadas y la espalda recta (figura 1), si la posición es bípeda (Tachiwaza). Si la posición es de rodillas (Suwariwaza) se forma el triángulo con las dos piernas (figura 2).
Objetivo: Educación de hábitos higiénico-posturales correctos, mediante el conocimiento y dominio corporal, destacando el control tónico como elemento fundamental del kamae.
FIGURA 1 y 2
FIGURA 3
La Situación y Orientación corporal:
b1- Con respecto a sí mismo. Esta íntimamente relacionada con el Esquema Corporal (Ballesteros, 1982; Conde y Viciana, 1997), puesto que el niño o la niña toman conciencia de los diferentes segmentos que configuran su cuerpo.
En Aikido además del conocimiento de las partes corporales es importante su localización y utilización consciente. El reconocimiento y al mismo tiempo la capacidad de diferenciarlas de forma segmentaria debe suponer un objetivo de trabajo básico. En él deben priorizarse, de manera específica, las articulaciones de muñecas, codos, hombros, cuello, caderas y tobillos, así como de forma genérica el resto de las articulaciones corporales.
La Situación y Orientación corporal considerada correcta es aquella en la que el sujeto puede tener la pierna izquierda o la derecha adelantada, alineando el brazo izquierdo o el derecho con respecto al pie avanzado. A esta posición se le denomina Aihammi (figura 4). Cuando el brazo adelantado es el contrario a la pierna avanzada se le denomina Gyakuhammi.
FIGURA 4
Objetivo: Conocimiento del propio cuerpo, de sus partes, y de sus posibilidades de movimiento.
b2- Con respecto al adversario o adversarios.
Cuando están los dos participantes uno frente al otro, se producen dos posibilidades, una en la que el tori y el uke tienen la misma guardia (figura 5) y otra en la que el tori y el uke tienen las guardias cambiadas (figura 6).
Situaciones en las que el tori se encuentra de espaldas al uke (figura 7).
Si existiesen varios oponentes, con respecto a la orientación, se debe procurar tener en el campo visual al mayor número de ellos. En caso de no ser posible se deben mantener contactos visuales periódicos que den referencia, continua y lo más exacta posible, de la evolución de estos.
De igual manera, si existe uno o más compañeros, la orientación debe procurar abarcar el mayor campo visual posible.
Objetivo: Desarrollo de la orientación espacio-temporal de los dos participantes respecto el uno del otro.
b3-Con respecto al medio físico.
Tradicionalmente, en la enseñanza del Aikido, no se ha tenido en cuenta el medio físico o espacio de juego a la hora de practicar este deporte. En un contexto escolar, como el que se pretende, se torna imprescindible la modificación, adecuación, variación etc., de éste, al objeto de contribuir a una mayor riqueza de situaciones que desemboquen en un mayor desarrollo morfo-funcional del alumnado. Por tanto, es un elemento que puede y debe ser modificado por el docente con el objetivo de ampliar el número de experiencias, favoreciendo un ambiente creativo donde la resolución de pequeños problemas sea la guía metodológica por excelencia.
Del mismo modo se deben utilizar otros objetos, estáticos o en movimiento, con mayor o menor actividad, de manera que la relación de contracomunicación se vea enriquecida por multitud de opciones.
3.1.2. Habilidades MotricesAl igual que en todos los deportes, las habilidades motrices son uno de los elementos que conforman la base técnica del Aikido. La automatización de los gestos básicos, que suponen los pilares o patrones de movimiento, favorecen la capacidad de adaptación a las distintas opciones que se presentan en el juego de lucha o en la competición. La adquisición de las habilidades específicas demandadas en aikido, junto con la consolidación de las básicas y genéricas, definen la orientación que debe tener la enseñanza en estas etapas.
Dichas habilidades no se dan de manera aislada, sino que formando un único movimiento se convierten en elementos técnicos específicos de las artes marciales en general y del Aikido en particular. De hecho, los gestos técnicos se fundamentan en patrones de movimiento que son comunes a distintos deportes de lucha o combate.
Desplazamientos con giro: Se realizan en todas las direcciones dentro del plano horizontal del suelo y el eje vertical del cuerpo. Dichos desplazamientos con giro, los cuales oscilan de 0º a 360º, son ejecutados tanto en posición bípeda, denominado Tachiwaza, como de rodillas o Suwariwaza (Fig. 8).
FIGURA 8
Saltos con giro: denominado también Ukemi, el cual se realiza en el eje sagital del cuerpo. Estos pueden realizarse en todas las direcciones del plano horizontal del suelo, al igual que pueden tener una dimensión espacial distinta dependiendo de la técnica a ejecutar.
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